viernes, 11 de octubre de 2013

Neurosis segun la gestalt.

 
La neurosis como evitación y como trastorno del   crecimiento en Terapia Gestalt.

Definición de neurosis según la Terapia Gestalt

Fritz Perls define la neurosis como el síntoma de una maduración incompleta. La maduración estaría dada por el tránsito entre el apoyo ambiental -del cual todos necesitamos en un primer momento – al autoapoyo. El concepto de neurosis de Perls está más relacionado con la educación que con la medicina, pues va orientado hacia el aprendizaje que tenga la persona en su camino hacia el impasse: punto en el que el apoyo externo ya no existe y el interno no se ha formado todavía. Es este punto el que en general evitamos aferrándonos al apoyo externo, como niños a la falda de mamá, principalmente porque no nos fiamos de que seamos capaces de autogeneranos el apoyo necesario y además porque fantaseamos con que algo terrible nos ocurrirá si probamos a ser responsables de nuestra propia vida.
En el sitio del impasse el aprendizaje más valioso es que para hacer las cosas no hace falta saber hacerlas de antemano. Las cosas se pueden hacer con miedo y con dolor, que son las dos grandes emociones que evitamos. Doliéndonos y temerosos también somos capaces de seguir, pero antes hay que dolerse y temer, no evitar esa parte que nos constituye.


Evitación, concentración y psicoterapia

Fritz Perl insistía en “la necesidad de aprender a distinguir los peligros reales de los imaginarios, pues el no saber distinguir lo uno de lo otro es lo que nos lleva a considerar y “evitar” como peligroso, en una situación dada lo que no es”. Como terapeuta gestalt pongo el acento en que el paciente identifique esta distinción entre lo real y lo imaginario, que le ponga nombre “al monstruo de ocho cabezas” que lo mantiene en una esquina de su vida y no le deja abrir los brazos y festejarse en toda su amplitud. Como paciente, mi supervisor me dice que, cuando no corre peligro mi vida o mi integridad física, comience a considerar que quizás mi miedo es una evitación. De este “darme cuenta” de que estoy buscando la respuesta (miedo) en mi mente (evitación) y no en mis sentidos – que son los únicos que pueden medir el peligro real - he aclarado muchos miedos fantásticos y eso es lo que intento transmitir a mis pacientes: la gran brecha entre lo que imaginamos que pasará y lo que realmente sucede. Y los que sucede es real, por mucho que sea desagradable o incómodo, ES REAL.
Un paso importante para salir de la zona intermedia (fantasía) – y transitar limpiamente entre la zona externa (ambiente) y la interna (organismo) - es prestarnos atención. Un ejercicio útil es hacernos la pregunta ¿qué es lo que verdaderamente siento yo con lo que sucede a mi alrededor? A esto es a lo que Perls llamó la Terapia de la Concentración y tiene que ver con la atención que nos prestamos a nosotros mismos. La idea es que la pregunta sea concreta en una situación puntual, por ejemplo, ¿qué siento yo con lo que Pascual me ha dicho? Al identificar lo que siento, me hago responsable y valido mi sentir, independientemente de la conducta que adopte, validar e identificar lo que siento es el primer paso. Si lo que Pascual me ha dicho me ha enfadado mucho al extremo de querer lanzarle un plato en la cara, lo más limpio es identificar mi enfado y saber que esta furia es mía, es decir, que yo soy responsable de ella. Luego gestionaré la forma de exteriorizar este enfado que, por cierto, la mejor forma de hacerlo no será lanzándole un plato a Pascual.

Estamos perfectamente dotados para transitar por los dolores que evitamos

Siempre que los estudios científicos dicen que no utilizamos todas nuestras potencialidades, a mí se me viene a la cabeza esta frase: estamos perfectamente dotados para transitar por los dolores que evitamos. A nuestra “maquinaria” física, emocional y psíquica le sobra energía y soporte para enfrentar una gran cantidad de frustración, sufrimiento, dolor, alegrías, placeres, etc. Dicha energía la gastamos en evitar los sentimientos que nos incomodan ( dolor, miedo, rabia, etc) y en esta evitación nos quedamos estáticos y vacíos. Es decir, los científicos tienen razón, no utilizamos nuestras potencialidades y es que somos muy hábiles para permanecer en el statu quo. Nos montamos unas fantasías catastróficas que harían retroceder al mismísimo Zeus y nos quedamos incompletos e inmaduros porque nos sentimos cómodos en la confortable esquinita de nuestra vida. El peligro verdadero es madurar, pues apoyarse en los propios pies lleva consigo la necesidad de mirar hacia adentro y abonar el suelo donde queremos anclarnos. Mi suelo y mi abono. Ya lo dice Pedro de Casso en su libro  “una persona sana está en contacto consigo misma y con la realidad”.

Ramón Gamero. Kinesiólogo facilitador gestáltico.
Consulta: C/ Alonso Cano. Santiponce. Sevilla. Spain. 650 91 73 64. 955997233

CC. codigoemocional@gmail.com 
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