sábado, 22 de octubre de 2011

APRENDER A MANEJAR LOS CELOS - I parte - (Basado en las Investigaciones de Ayala Malach Pines) Hoy expondre los capitulos 1, 7 y 27


  Capi... 1

Los celos, ¿dónde está el límite? introducción 

¿El monstruo de ojos verdes o la sombra del amor?
¡Oh, cuídese, mi señor de los celos! Son el monstruo de ojos verdes, que se burla de la carne de la que se alimenta.
SHAKESPEARE, OTELO
Aquel que no está celoso no está enamorado.
SAN AGUSTÍN
Los celos son el dragón del paraíso: el infierno del cielo: y la más amarga de las emociones porque está asociada con la más dulce.
A. R. ORAGE, ON LOVE
"Me encontré agazapado en los arbustos siguiendo con la vista cada uno de los movimientos que se traslucían a través de las cortinas de la ventana de su habitación iluminada. Sabía que su novio estaba allí y esa certeza me provocaba un dolor insoportable. Era una fría noche de invierno, y de vez en cuando lloviznaba. Me dije a mí mismo: 'Sé que soy un adulto sano, responsable y controlado. ¿Qué es lo que me está pasando? ¿Me he vuelto totalmente loco?'. Y sin embargo seguí agazapado en esos arbustos durante horas. No me fui de allí hasta que las luces de la habitación se apagaron. Algo más fuerte que yo me mantuvo hipnotizado, con la vista fija en la luz y en ella. Nunca en mi vida me sentí tan cerca de la locura."
"Aunque sabía que nuestra relación estaba terminada todavía experimentaba sentimientos muy fuertes por él. Un día lo vi en la tienda a la que solíamos ir a hacer las compras cuando vivíamos juntos. Estaba con una rubia platinada tipo Los Ángeles, de ésas que se pasan horas eligiendo su atuendo. Estaba maquillada a la perfección y cada pelo de su cabeza estaba donde debía estar. Yo sabía que mi aspecto era el de una vagabunda, tenía la nariz congestionada por un resfrío, y el pelo grasoso y sin lavar. Creo que simplemente enloquecí. Fui hasta él, le di un rodillazo en las pelotas, le rompí el sombrero que tenía en la mano y salí corriendo. Me metí en su auto -que por alguna razón había quedado abierto- y comencé a llorar sin poder contenerme. Nunca había llorado de esa manera en mi vida. Pensé que estaba perdiendo la cabeza."
El hombre del primer párrafo y la mujer del segundo describen experiencias intensas que tienen varias cosas en común. Son experiencias extremas y no habituales, entrañan una pérdida de control y desembocan en la sensación de estar volviéndose loco. Estos son, justamente, tres rasgos característicos de los celos.
¿Qué son los celos sentimentales?
La palabra celos deriva del término griego zelos, que significa emulación, celo y celos, y denota intensidad en los sentimientos.
Esta guía no está dedicado a los celos en general, sino a los celos sentimentales: los que aparecen en el contexto de una relación sentimental.
La expresión "celos sentimentales" significa cosas diferentes para las diferentes personas. Evoca una variedad de imágenes, explicaciones y definiciones. Veamos algunos ejemplos. "Son una emoción difícil de controlar que es producto del temor a perder una persona importante a manos de alguna otra persona."
"Es lo que se siente cuando uno teme estar perdiendo una relación importante."
"Es el sentimiento de estar siendo traicionado por alguien en quien uno confía."
"Es cuando algún otro mira a una persona que yo amo de la manera que yo la miro."
"Es cuando uno está inseguro de su relación o de sí mismo, y siente que no es lo bastante hombre."
"Cuando amas a alguien pero el amor que sentían por ti ha desaparecido."


A LOS CELOS ¡Oh niebla del estado más sereno,
Furia infernal, serpiente mal nacida!
¡Oh ponzoñosa víbora escondida
De verde prado en oloroso seno!

¡Oh entre el néctar de Amor mortal veneno,
Que en vaso de cristal quitas la vida!
¡Oh espada sobre mí de un pelo asida,
De la amorosa espuela duro freno!

¡Oh celo, del favor verdugo eterno!,
Vuélvete al lugar triste donde estabas,
O al reino (si allá cabes) del espanto;

Mas no cabrás allá, que pues ha tanto
Que comes de ti mesmo y no te acabas,
Mayor debes de ser que el mismo infierno.

Luis de Góngora y Argote, 1582

                                                                    Capi..7

¿Es usted una persona celosa?Vosotros tiranos, tiranos celos. Vosotros, tira/los del espíritu.
JOHN DRYDEN. THE SONG OF JEALOUSY

¿Es usted una persona celosa? Cuando hice esta pregunta a 728 personas en tres investigaciones diferentes, poco más de la mitad (54 por ciento) respondieron: "Sí, soy una persona celosa". Casi la mitad (46 por ciento) respondió: "No, no soy una persona celosa".'
Casi todas las personas que se describieron a sí mismas como no celosas han experimentado celos en algún momento de sus vidas. Más aún, sus experiencias fueron bastante similares a las de las personas que se describieron como celosas. Pero como veremos la diferencia de autopercepción entre las personas que se definen a sí mismas como "celosas" y las que se definen como "no celosas" tiene consecuencias de vasto alcance para el modo de hacer frente a los celos.

La experiencia de los celos
Trate de recordar el acontecimiento que lo hizo sentir más celoso. Tal vez le resulte difícil, pero recuerde el acontecimiento tan vívidamente como le sea posible y con la mayor cantidad de detalles. ¿Qué incidentes que estuvieran relacionados lo precedieron? ¿Cómo era la relación antes de que ocurriera? ¿Dónde y cuando se produjo? ¿Cuál fue el desencadenante? ¿Quién era la persona que se interpuso entre ustedes? Cuando sucedió, ¿cómo estaba su compañero? ¿Cómo se sentía usted? ¿Qué pensaba? Idealmente, debería recordar los detalles suficientes para poder reproducir el acontecimiento sobre un escenario o como si lo estuviera viendo en una pantalla.
Una vez que el acontecimiento esté claro en su memoria, trate de recordar con cuánta intensidad experimentó cada uno de los componentes -físicos, emocionales y cognitivos (relacionados con el pensamiento)- de los celos que se presentaron a continuación. ¿Experimentó cada uno de esos componentes muy intensamente, moderadamente o no lo experimentó en absoluto?
Si usted es semejante a las 728 personas que respondieron el cuestionario probablemente experimentó muchos de estos componentes de los celos en una cierta medida, y experimentó los que están en la parte superior de cada lista más intensamente que los que están al pie. Si experimentó todos los ítems de la lista muy intensamente, o no experimentó ninguno en absoluto, pertenece usted a la pequeña minoría de los que son "anormalmente celosos" o bien a la de los "anormalmente no celosos". Anormal, como señalé en el capítulo uno, no significa patológico, sino fuera del rango intermedio en el que caen la mayoría de las respuestas. Qué hacer al respecto es algo que depende de usted. Si la intensidad de sus celos es tal que a usted le resulta difícil manejar los, y si las técnicas recomendadas en este libro no son suficientes, tal vez le convenga pedir ayuda profesional.
Es importante señalar que la experiencia de los celos a la que se refirieron tanto las personas que se describieron a sí mismas como "celosas" como las que se consideraron "no celosas" fue similar; la única diferencia estuvo en la intensidad. Aquellos que se describieron a sí mismos como "una persona celosa" dijeron que experimentaron "intensamente" sentimientos de dolor, pena, inferioridad, agresión y resentimiento, mientras que los que se describieron como "no celosos" aseguraron que las habían experimentado "moderadamente". En todos los otros casos las diferencias entre los dos grupos fueron aun menores. Esto indica que a pesar de su complejidad los celos tienen algunos rasgos universales e identificables.

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El tratamiento de los “celos anormales”
mediante el enfoque sistémico
Mark sufría de lo que su psicoanalista caracterizó como “celos delirantes”. El diagnóstico se basaba en un conjunto de síntomas: Mark no podía dejar de atormentarse con los amoríos que su esposa podía estar viviendo. Decía que sus celos eran “como un gas venenoso que lo invadía todo”. Cada vez que llegaba a su casa del trabajo controlaba en el coche de su esposa los kilómetros que había recorrido para asegurarse de que no había salido de la ciudad para encontrarse con sus amantes imaginarios. Revisaba su ropa interior para ver si había manchas que denunciaran que había tenido relaciones sexuales con esos “amantes”. Verificaba el contenido de la billetera de su esposa para comprobar si había pruebas de un amorío ilícito que ella hubiera podido dejar allí. Para descubrir si ella hablaba por teléfono con sus “amantes” mientras él no estaba en la casa, ponía un cabello en el tubo. Si el cabello no estaba allí cuando él volvía, aquello sería una clara señal de que había hablado con algún amante. Pero cada vez que volvía y el cabello no estaba donde lo había coloca do lo asaltaba la incertidumbre: no podía saber con certeza si el cabello había desaparecido a causa de un llamado de su esposa o arrastrado por el viento.
Lo más significativo en el diagnóstico de los celos delirantes, sin embargo, era que los celos de Mark no tenían fundamento. Su esposa siempre le había sido fiel. Como el terapeuta de Mark tenía una orientación psicodinámica, su terapia se centró en la función que los celos cumplían en la dinámica de la vida interior de Mark.
Aunque éste era un caso de celos “anormales”, Mark ya había tenido un problema de celos cuando su esposa lo conoció, se enamoró y decidió casarse con él. ¿Qué fue lo que le atrajo de él en los primeros tiempos de su relación? ¿Pudo haber tenido algo que ver con los celos?
He trabajado en casos similares y he descubierto que los compañeros no celosos realmente disfrutan de los celos al comienzo. La razón, en muchos casos, es que perciben los celos como una señal de amor y compromiso con la relación.
Lamentablemente no sabemos qué fue lo que a la es posa de Mark la atrajo en el comienzo de la relación porque ella nunca participó en la terapia. Como Mark, su esposa y el terapeuta definieron el problema como “los celos patológicos de Mark”, éstos fueron el núcleo de su psicoterapia individual.
Tal vez usted recuerde que en el análisis de los ce los como la sombra del amor, los rasgos y conductas que más nos atraen cuando conocemos a nuestro compañero son a menudo los que después nos provocan la mayor aflicción en la relación. Esta afirmación, como vimos, también es válida para los celos. Si usted tiene como compañero a una persona celosa una de las cuestiones más importantes e interesantes que puede explorar es qué fue lo que le atrajo de su compañero cuando le conoció. La comprensión de la atracción nos ayuda a entender los celos. Ann y Leonard son un ejemplo de esto.
Apuntes tomados de: http://www.inteligencia-emocional.org/index.htm

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