8. Cuando lo único que desees sea amor no verás nada
más. 2La naturaleza contradictoria de los testigos que percibes es
sencillamente el reflejo de tus invitaciones conflictivas. 3Has
mirado en tu mente y has aceptado que en ella hay oposición al haberla buscado
allí. 4Mas no creas entonces que los testigos de la oposición
son verdaderos, ya que ellos sólo dan testimonio de tu decisión acerca de la
realidad, y te devuelven los mensajes que tú les diste. 5El amor,
asimismo, se reconoce por sus mensajeros. 6Si manifiestas amor, sus
mensajeros vendrán a ti porque los invitaste.
9. El poder de decisión es la única libertad que te
queda como prisionero de este mundo. 2Puedes decidir ver el mundo
correctamente. 3Lo que hiciste de él no es su realidad, pues su
realidad es sólo la que tú le confieres. 4No puedes realmente darle
a nada ni a nadie nada que no sea amor, ni tampoco puedes realmente recibir de
ellos nada que no sea amor. 5Si crees que has recibido cualquier
otra cosa, es porque miraste dentro de ti y creíste haber visto ahí la
capacidad de poder dar otra cosa. 6Esa decisión fue la que determinó
lo que encontraste, pues fue la decisión que determinó lo que tenías que
buscar.
10. Tienes miedo de mí porque miraste dentro de ti y
lo que viste te dio miedo. 2Pero lo que viste no pudo haber sido la
realidad, pues la realidad de tu mente es lo más bello de todas las creaciones
de Dios. 3Puesto que procede únicamente de Dios, su poder y grandeza
sólo habrían podido brindarte paz, si realmente la hubieses contemplado.
4Si tienes miedo es porque viste algo que no estaba allí.
5Sin embargo, en ese mismo lugar pudiste haberme visto a mí y a
todos tus hermanos, en la perfecta seguridad de la Mente que nos creó, a todos.
6Pues nos encontramos ahí, en la paz del Padre, cuya Voluntad es
extender Su paz a través de ti.
11. Cuando hayas .aceptado tu misión de extender paz
hallarás paz, pues al manifestarla la verás. 2Sus santos testigos te
rodearán porque los invocaste, y ellos vendrán a ti. 3He oído tu
llamada y la he contestado, pero no has querido verme ni oír la respuesta que
buscabas. 4Ello se debe a que eso no es todavía lo único que
deseas. 5Sin embargo, a medida que yo me haga más real para ti, te
darás cuenta de que, en efecto, eso es lo único que deseas. 6Y
cuando mires dentro de ti me verás, y juntos contemplaremos el mundo real. 7A
través de los ojos de Cristo, sólo el mundo real existe y es lo único que se
puede ver. 8Tu decisión determinará lo que veas. 9Y lo
que veas dará testimonio de tu decisión.
12. Cuando mires dentro de ti y me veas, será porque
habrás decidido manifestar la verdad. 2Y al manifestarla la verás
tanto afuera como adentro. 3La verás afuera porque primero
la viste adentro. 4Todo lo que ves afuera es el juicio de lo que
viste dentro. 5Si es tu propio juicio, será erróneo, pues tu función
no es juzgar. 6Si es el juicio del Espíritu Santo será correcto,
pues Su función es juzgar. 7Tú compartes Su función sólo
cuando juzgas tal como Él lo hace, sin juzgar nada por tu cuenta. 8Juzgarás
contra ti mismo pero Él juzgará a tu favor.
13. Recuerda, pues, que cada vez que miras fuera
de ti y no reaccionas favorablemente ante lo que ves, te has juzgado a ti
mismo, como indigno y te has condenado a muerte. 2La pena de muerte
es la meta final del ego porque está convencido de que eres un criminal que
merece la muerte, tal como Dios sabe que eres merecedor de la vida. 3La
pena de muerte nunca abandona la mente del ego, pues eso es lo que siempre
tiene reservado para ti al final. 4Deseando destruirte como
expresión final de sus sentimientos hacia ti, te deja vivir solo para que
esperes la muerte. 5Te atormentará mientras vivas, pero su odio no
quedará saciado hasta que mueras, 6pues tu destrucción es el único
fin que anhela, y el único fin que le dejará satisfecho.
14. El ego no traiciona a Dios, a Quien es imposible
traicionar. 2Pero te traiciona a ti que crees que has traicionado a
tu Padre. 3Por eso es por lo que la erradicación de la culpabilidad
es un aspecto esencial de las enseñanzas del Espíritu Santo. 4Pues
mientras te sientas culpable estarás escuchando la voz del ego, la cual te
dice que has traicionado a Dios y que, por lo tanto, mereces la muerte. 5Pensarás
que la muerte procede de Dios, y no del ego, porque al confundirte a ti mismo
con el ego, creerás que deseas la muerte. 6Y de lo que deseas, Dios
no te puede salvar.
15. Cuando te sientas tentado de sucumbir ante el
deseo de la muerte, recuerda que yo no morí. 2Te darás cuenta
de que esto es cierto cuando mires dentro de ti y me veas. 3¿Cómo
iba yo a haber superado la muerte para mí solo? 4¿Y cómo iba a
haberme dado el Padre vida eterna a mí, a no ser que también te la hubiese dado
a ti? 5Cuando aprendas a ponerme de manifiesto jamás verás la
muerte, 6pues habrás contemplado lo inmortal en ti mismo, y así, al
contemplar un mundo que no puede morir, sólo verás lo eterno.
LECCIÓN 129
Más allá de este mundo hay un mundo que
deseo.
1.
Este pensamiento es el que naturalmente sigue al que practicamos, ayer. 2No
puedes detenerte en la idea de que el mundo no tiene valor, pues a menos que
veas que hay algo más
por lo que sentirte esperanzado, no podrás evitar caer en la depresión. 3No
estamos haciendo hincapié en que renuncies al mundo, sino en que lo
intercambies por algo mucho más satisfactorio, algo rebosante de alegría y
capaz de ofrecerte paz. 4¿Crees acaso que este mundo puede ofrecerte
eso?
2. Quizá valga la pena dedicar un rato a reflexionar
una vez más sobre el valor de este mundo. 2Tal vez estés dispuesto a
conceder que nada se pierde con renunciar a cualquier pensamiento que le
adjudique algún valor. 3El mundo que ves es ciertamente despiadado,
inestable y cruel, indiferente en lo que a ti respecta, presto a la venganza y
lleno de odio inclemente. 4Da únicamente para más tarde quitar, y te
despoja de todo aquello que por un tiempo creíste amar. 5En él no se
puede encontrar amor duradero, porque en él no hay amor. 6Dicho
mundo es el mundo del tiempo, donde a todo le llega su fin.
3. ¿Cómo podría ser una pérdida, entonces, encontrar
un mundo en el que es imposible perder, en el que el amor perdura eternamente
y en el que el odio no existe y la venganza no tiene sentido? 2¿Cómo
podría ser una pérdida hallar todas las cosas que realmente anhelas, y saber
que no tienen fin y que perdurarán a través del tiempo exactamente tal como las
deseas? 3Incluso esas cosas se intercambiarán finalmente por aquello
de lo que no podemos hablar, pues desde allí te trasladarás a donde las palabras
son completamente inútiles, a un silencio en el que el lenguaje, si bien no es
hablado, se entiende perfectamente.
4. La comunicación, inequívoca y clara como la luz
del día, permanece ilimitada por toda la eternidad. 2Y Dios Mismo le habla a Su Hijo, así como Su Hijo le
habla a Él. 3El lenguaje
en el que se comunican no tiene palabras, pues lo que se dicen no puede
ser simbolizado. 4Su conocimiento es directo, perfectamente compartido
y perfectamente uno. 5¡Qué lejos te encuentras de esto tú que sigues
encadenado a este mundo! 6Y, sin embargo, ¡qué cerca te encontrarás
cuando lo intercambies por el mundo que sí deseas!
5. Ahora el último paso es seguro; ahora te
encuentras sólo a un instante de la intemporalidad. 2Desde aquí sólo
puedes mirar hacia adelante, pues nunca más querrás mirar hacia atrás para ver
el mundo que ya no deseas. 3He aquí el mundo que viene a ocupar su
lugar, a medida que liberas a tu mente de las nimiedades que el mundo te
ofrece para mantenerte prisionero. 4No les atribuyas ningún valor, y
desaparecerán. 5Valóralas, y te parecerán reales.
6. Ésas son tus opciones. 2¿Qué puedes
perder si eliges no valorar lo que no es nada? 3Este mundo no te
ofrece nada que realmente desees, mas el que eliges en su lugar ¡ése ciertamente lo deseas! 4Deja
que se te conceda hoy. 5Ese mundo espera tan solo a que
lo elijas para ocupar el lugar de todas las cosas que buscas, pero que no
deseas.
7. Practica estar dispuesto a efectuar este cambio
diez minutos por la mañana, diez por la noche y una vez más entremedias.
2Comienza con
lo siguiente:
3Más
allá de este mundo hay un mundo que deseo.
4Elijo
ver ese mundo en lugar de éste, pues no hay nada aquí que realmente desee.
5Cierra
entonces los ojos al mundo que ves, y en la silenciosa oscuridad contempla
cómo unas luces que no son de este mundo se van encendiendo una por una, hasta
que deja de ser relevante donde comienza una
y donde termina la otra al fundirse todas en una sola.
8. Hoy las luces del Cielo se
inclinan ante ti, para derramar su luz sobre tus párpados mientras descansas
más allá del mundo de las tinieblas. 2He aquí una luz que los ojos
no pueden contemplar. 3Y, sin embargo, la mente puede verla
claramente, y entender. 4Hoy se te concede un día de gracia, y nos sentimos
agradecidos por ello. 5Hoy nos damos cuenta de que lo que temías
perder era sólo la pérdida.
9. Ahora comprendemos que es imposible perder. 2Pues
por fin hemos visto su opuesto, y damos gracias de que la elección ya se haya
llevado a cabo. 3Recuerda cada hora la decisión que has tomado, y
dedica un momento a confirmar tu elección dejando a un lado cualquier
pensamiento que tengas en ese momento y poniendo toda tu atención brevemente en
lo siguiente:
4El
mundo que veo no me ofrece nada que yo desee.
5Más allá de este
mundo hay un mundo que deseo.
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