V. Las dos emociones
1. Dije anteriormente que sólo puedes experimentar
dos emociones: amor y miedo. 2Una de ellas es inmutable aunque se
intercambia continuamente, al ser ofrecida por lo eterno a lo eterno. 3Por
medio de este intercambio es como se extiende, pues aumenta al
darse. 4La otra adopta muchas formas, ya que el contenido de las
fantasías individuales difiere enormemente. 5Mas todas ellas tienen
algo en común: son todas dementes. 6Están compuestas de
imágenes que no se pueden ver y de sonidos que no se pueden oír. 7Constituyen
un mundo privado que no se puede compartir. 8Pues únicamente tienen
sentido para su hacedor, y, por consiguiente, no tienen sentido en absoluto. 9En
este mundo su hacedor ronda solo, ya que únicamente él las percibe.
2. Cada cual puebla su mundo de figuras procedentes
de su pasado individual, y ésa es la razón de que los mundos privados difieran
tanto entre sí. 2No obstante, las imágenes que cada cual ve jamás
han sido reales, pues están compuestas únicamente de sus reacciones hacia sus
hermanos, y no incluyen las reacciones de éstos hacia él. 3No se da
cuenta, por lo tanto, de que él mismo las forjó y de que están incompletas. 4Pues
dichas figuras no tienen testigos, al ser percibidas únicamente por una mente
separada.
3. A través de estas extrañas y sombrías figuras es
como los que no están cuerdos se relacionan con su mundo demente. 2Pues
sólo ven a aquellos que les recuerdan esas imágenes, y es con ellas con las que
se relacionan. 3Por lo tanto, se comunican con los que no están ahí,
y son éstos quienes les contestan: 4Mas nadie oye su respuesta,
excepto aquel que los invocó, y sólo él cree que le contestaron. 5La
proyección da lugar a la percepción, y no puedes ver más allá de ella. 6Has
atacado a tu hermano una y otra vez porque viste en él una sombría figura de tu
mundo privado. 7Y así, no puedes sino atacarte a ti mismo primero,
pues lo que atacas no está en los demás. 8La única
realidad de lo que atacas se encuentra en tu propia mente, y al atacar a otros
estás literalmente atacando algo que no está ahí.
4. Los que viven engañados pueden ser muy
destructivos, pues no se dan cuenta de que se han condenado a sí mismos. 2No
desean morir, sin embargo no dejan de condenar. 3De esta manera,
cada uno se aisló en su propio mundo, en el que reina el desorden y en el que
lo que está adentro aparenta estar afuera. 4Mas no ven lo que está
adentro, pues no pueden reconocer la realidad de sus hermanos.
5. Sólo puedes experimentar dos emociones, pero en
tu mundo privado reaccionas ante cada una de ellas como si se tratase de la
otra. 2El amor no puede residir en un mundo aparte, donde no se le
reconoce cuando hace acto de presencia. 3Si lo que ves en tu hermano
es tu propio odio, no estás viéndolo a él. 4Todo el mundo se acerca
a lo que ama, y se aleja de lo que teme. 5Y tú reaccionas
con miedo ante el amor y te alejas de él. 6Sin embargo, el miedo te
atrae, y tomándolo por amor, lo invitas a que venga a ti. 7Tu mundo
privado está lleno de figuras tétricas que tú mismo has invitado, y, por lo
tanto, no puedes ver todo el amor que tus hermanos te ofrecen.
6. Al contemplar con claridad el mundo que te rodea,
no puedes sino darte cuenta de que estás sumergido en la demencia. 2Ves
lo que no está ahí, y oyes lo que no emite sonido. 3Las emociones
que expresas reflejan lo opuesto de lo que sientes. 4No te comunicas
con nadie, y te encuentras tan aislado de la realidad como si tú fueses lo
único que existe en todo el universo. 5En tu demencia pasas por alto
la realidad completamente, y dondequiera que tu mirada se posa no ves más que
tu mente dividida.. 6Dios te llama, mas tú no le oyes, pues estás
embebido en tu propia voz. 7Y no puedes ver la visión de Cristo,
pues sólo te ves a ti mismo.
7. Criatura de Dios, ¿es eso lo que le quieres
ofrecer a tu Padre? 2Pues si te lo ofreces a ti mismo, se lo ofreces
a Él. 3Mas Él no te lo devolverá, pues no es digno de ti porque
no es digno de Él. 4Aun así, Él quiere librarte
de ello y ponerte en libertad. 5Su Respuesta cuerda te dice que lo
que te has ofrecido a ti mismo no es verdad, pero que el ofrecimiento que Él te
hizo sigue en pie. 6Tú que no sabes lo que haces puedes aprender lo
que es la demencia y mirar más allá de ella. 7Se te ha concedido
poder aprender a negarla y a escapar de tu mundo privado en paz. 8Verás
todo lo que negaste en tus hermanos al haberlo negado en ti mismo. 9Pues
los amarás y, al acercarte a ellos, los atraerás a ti al percibirlos como los
testigos de la realidad que compartes con Dios. 10Yo estoy con
ellos tal como estoy contigo, y juntos los extraeremos de sus mundos privados,
pues tal como nosotros estamos unidos, así nos uniremos a ellos. 11El
Padre nos da la bienvenida a todos con alegría, y alegría es lo que le debemos
ofrecer. 12Pues se te ha encomendado cada Hijo de Dios a quien Dios
se dio a Sí Mismo. 13Y es Dios lo que les debes ofrecer, para que
puedas reconocer el regalo que Él te hizo.
8. La visión depende de la luz. 2En la
oscuridad no puedes ver. 3Mas en la oscuridad -el mundo privado que
habitas cuando duermes- ves en sueños a pesar de que tus ojos están cerrados. 4Ahí
es donde lo que ves es obra tuya. 5Con todo, si abandonas la
oscuridad dejarás de ver todo lo que hiciste, pues verlo depende de negar la
visión. 6Sin embargo, negar la visión no quiere decir que no puedas
ver. 7Mas eso es lo que hace la negación, pues mediante ella aceptas
la demencia, al creer que puedes construir un mundo privado y gobernar tu
propia percepción. 8Mas para esto, la luz tiene que ser excluida. 9Cuando
ésta llega, no obstante, los sueños se desvanecen y entonces puedes ver.
9. No intentes alcanzar la visión valiéndote de los
ojos, pues tú mismo inventaste tu manera de ver para así poder ver en la oscuridad,
y en eso te engañas. 2Más allá de esta oscuridad, pero todavía
dentro de ti, se encuentra la visión de Cristo, Quien contempla todo en la
luz. 3Tu "visión" emana del miedo, tal como la Suya emana
del amor. 4Él ve por ti, al ser tu testigo del mundo real. 5Él
es la manifestación del Espíritu Santo, y lo único que hace es contemplar el
mundo real, invocar a sus testigos y acercártelos. 6Cristo ama lo
que ve en ti, y Su deseo es extenderlo. 7Y no retornará al Padre
hasta que haya extendido tu percepción de forma que incluya al Padre. 8Y
allí acaba la percepción, pues Él te habrá llevado consigo de vuelta al Padre.
10. Solo puedes experimentar dos emociones. 2Una
la inventaste tú y la otra se te dio. 3Cada una de ellas representa
una manera diferente de ver las cosas, y de sus correspondientes perspectivas
emanan dos mundos distintos. 4 Ve a través de la visión que se te ha
dado, pues a través de la visión de Cristo Él se contempla a Sí Mismo. 5Y
al ver lo que Él es, conoce a Su Padre. 6Más allá de tus sueños más
tenebrosos Él ve en ti al inocente Hijo de Dios, resplandeciendo con un fulgor
perfecto que tus sueños no pueden atenuar. 7Y esto es lo que verás a
medida que veas todo a través de Su visión, pues Su visión es el
regalo de amor que Él te hace, y que el Padre le dio para ti.
11. El Espíritu Santo es la luz en la que Cristo se
alza revelado. 2Y todos los que desean contemplarlo lo pueden ver,
pues han pedido luz. 3No lo verán a Él solo, pues tal como ellos no
están solos, Él tampoco lo está. 4Al ver al Hijo, ascendieron con Él
hasta el Padre. 5Y todo esto lo entenderán porque miraron en su
interior, más allá de la oscuridad, y al ver el Cristo en ellos lo reconocieron.
6En la cordura de Su visión se contemplaron a sí mismos con amor, y
se vieron tal como el Espíritu Santo los ve. 7Y con esta visión de
la verdad que mora en ellos, toda la belleza del mundo vino a resplandecer
sobre ellos.
LECCIÓN
137
Cuando
me curo no soy el único que se cura.
1. La idea de hoy sigue siendo el pensamiento central
sobre el que descansa la salvación. 2Pues la curación es lo opuesto
a todas las ideas del mundo que tienen que ver con la enfermedad y con los
estados de separación. 3Aislarse uno de los demás y rehusar la unión
es lo que da lugar a la enfermedad. 4Ésta se convierte en una puerta
tras la cual se encierra a un ser separado, y donde se le mantiene aislado y
solo.
2. La enfermedad es aislamiento. 2Pues
parece mantener a un ser separado del resto, para que sufra lo que los otros no
sienten. 3Le otorga al cuerpo poder absoluto para hacer que la
separación sea real y mantener a la mente en solitario confinamiento, dividida
en pedazos y sujeta por una sólida muralla de carne enfermiza que no puede
trascender.
3.
El mundo acata las leyes que la enfermedad apoya, pero la curación
opera aparte de ellas. 2Es imposible que alguien pueda curarse solo.
3En la enfermedad, él no puede sino estar aparte y separado. 4Mas
la curación es el resultado de su decisión de ser uno solo nuevamente, y de
aceptar su Ser con todas Sus partes intactas e incólumes. 5En la
enfermedad, su Ser aparenta estar desmembrado y desprovisto de la unidad que le
da vida. 6Mas la curación se logra al él comprender que el cuerpo no
tiene el poder de atacar la universal unicidad*
del Hijo de Dios.
4. El propósito
de la enfermedad es demostrar que las mentiras son verdad. 2Mas la
curación demuestra que sólo la verdad es verdad. 3La separación que
la enfermedad pretende imponer en realidad jamás ha tenido lugar. 4Curar
es meramente aceptar lo que siempre ha sido la simple verdad, lo cual seguirá
siendo exactamente como siempre fue. 5No obstante, a los ojos
acostumbrados a las ilusiones se les debe
mostrar que lo que contemplan es falso. 6Así pues, la curación, que
la verdad nunca necesitó, tiene que demostrar que la enfermedad no es real.
5. La curación podría considerarse, por lo tanto, como
un anti-sueño que desplaza al sueño de enfermedad en nombre de la verdad, pero
no en la verdad en sí. 2Así como el perdón pasa por alto todos los
pecados, que nunca se cometieron, la curación desvanece las ilusiones que jamás
tuvieron lugar. 3Y así como el mundo real emergerá para ocupar el lugar de lo que nunca sucedió realmente,
la curación ofrecerá restitución para los estados imaginarios e ideas falsas
que los sueños han ido tejiendo y convirtiendo en cuadros de la verdad.
6. Mas no pienses que curar no es algo digno de ser tu
función aquí. 2Pues el anti-Cristo se vuelve más poderoso que el
Cristo para aquellos que sueñan que el mundo es real. 3El cuerpo
parece ser más sólido y más estable que la mente. 4Y el amor se
convierte en un sueño, mientras que el miedo continúa siendo la única realidad
que puede verse, justificarse y entenderse plenamente.
7. Así como el perdón desvanecerá con su luz todo
pecado y el mundo real ocupará el lugar de lo
que has fabricado, asimismo la curación reemplazará las fantasías de
enfermedad con las que nublas la simple verdad. 2Cuando se haya
visto desaparecer la enfermedad, a pesar de todas las leyes que sostienen que
es real, todas las preguntas habrán quedado contestadas. 3Y entonces
se dejará de valorar y obedecer dichas leyes.
8. La curación es libertad. 2Pues demuestra
que los sueños no prevalecerán contra la verdad. 3La curación es
algo que se comparte. 4Y mediante este atributo demuestra que las
leyes que son diferentes de las que sostienen que la enfermedad es inevitable
son más poderosas que las leyes
enfermizas que sostienen lo contrario. 5La curación es fuerza. 6Pues
con su tierna mano se supera la debilidad, y las mentes que estaban amuralladas
en un cuerpo quedan liberadas para unirse a otras
.mentes, y así ser fuertes para siempre.
9. La curación, el perdón y el feliz intercambio del
mundo del dolor por uno en el que la tristeza no tiene cabida, son los medios
por los que el Espíritu Santo te exhorta a que lo sigas. 2Sus dulces
lecciones te enseñan cuán fácilmente puedes alcanzar la salvación y cuán poca
práctica necesitas para dejar que Sus leyes reemplacen a las que tú promulgaste
para mantenerte prisionero de la muerte. 3Su vida se vuelve la tuya
propia, al tú extender la poca ayuda que Él te pide para liberarte de todo lo
que jamás te causó dolor.
10. Y a medida que te dejas curar, te das cuenta de que
junto contigo se curan todos los que te rodean, los que te vienen a la mente,
aquellos que están en contacto contigo y los que parecen no estarlo. 2Tal
vez no los reconozcas a todos, ni comprendas cuán grande es la ofrenda que le
haces al mundo cuando permites que la curación venga a ti. 3Mas
nunca te curas solo. 4Legiones y legiones de hermanos recibirán el
regalo que tú recibes cuando te curas.
11.
Los que se han curado se convierten en los instrumentos de la
curación. 2Y no transcurre tiempo alguno entre el instante en que
son curados y aquel en que toda la gracia de curación les es dada para que
ellos a su vez la den. 3Lo que se opone a Dios no existe, y aquel
que no lo acepta en su mente se convierte en un refugio donde los que están
cansados pueden hallar descanso. 4Pues ahí es donde se otorga la
verdad, y ahí es donde todas las ilusiones se llevan ante la verdad.
12.
¿No le ofrecerías refugio a la Voluntad de Dios? 2Pues con
ello sólo estarías invitando a tu Ser a estar en su propia casa. 3¿Y
podría acaso rechazarse semejante invitación? 4Pide que ocurra lo
inevitable y jamás fracasarás. 5La otra opción es pedir que lo que
no puede ser, sea, y esto es algo que jamás podrá tener lugar. 6Hoy
pedimos que sólo la verdad ocupe nuestras mentes; que los pensamientos de
curación vayan en este día desde lo que ya se ha curado a lo que todavía tiene
que curarse, conscientes de que ambas cosas ocurrirán al unísono.
13.
Cuando el reloj marque la hora, recordaremos que nuestra función es
permitir que nuestras mentes sean curadas, para que podamos llevar la curación
al mundo e intercambiar la maldición por bendiciones, el dolor por la alegría y
la separación por la paz de Dios. 2¿No vale la pena, acaso, dar un
minuto de cada hora a cambio de semejante regalo? 3¿Y no es un poco
de tiempo una ofrenda insignificante a cambio del regalo de lo que lo es todo?
14. Mas debemos
estar preparados para semejante regalo. 2De modo que comenzaremos el
día dedicando diez minutos a los pensamientos que siguen a continuación, con
los cuales también lo concluiremos por la noche:
3Cuando me curo no soy el único que se cura.
4Y quiero
compartir, mi curación con el mundo, a fin de que la enfermedad pueda ser
erradicada de la mente del único Hijo de Dios, Quien es mi único Ser.
15. Permite que la curación se efectúe a través de ti
hoy mismo. 2Y mientras reposas serenamente, prepárate a
dar tal como recibes, a conservar únicamente lo que das y a recibir la Palabra
de Dios para que ocupe el lugar de todos los pensamientos absurdos que jamás se
concibieron. 3Ahora nos unimos para curar todo lo que antes estaba
enfermo y para ofrecer bendiciones allí donde antes reinaba el ataque. 4No
nos olvidaremos de esta función con el transcurrir de cada hora, sino que
recordaremos nuestro propósito con este pensamiento:
5Cuando me curo no soy
el único que se cura.
6Y quiero
bendecir a mis hermanos, pues me curaré junto con ellos, tal como ellos se
curarán junto conmigo.
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