II. El inocente Hijo de Dios
1. El propósito fundamental de la proyección es
siempre deshacerse de la culpabilidad. 2Pero el ego, como de
costumbre, trata de deshacerse de la culpabilidad exclusivamente desde su punto
de vista, pues por mucho que él quiera conservar la culpabilidad, a ti te
resulta intolerable, toda vez que la culpabilidad te impide recordar a Dios,
Cuya atracción es tan fuerte que te es irresistible. 3En este punto,
pues, se produce la más profunda de las divisiones, pues si has de conservar
la culpabilidad, tal como insiste el ego, tú no puedes ser tú mismo. 4Sólo
persuadiéndote de que tú eres él podría el ego inducirte a proyectar la
culpabilidad y de ese modo conservarla en tu mente.
2. Observa, sin embargo, cuán extraña es la solución
que el ego ha urdido. 2Proyectas la culpabilidad para deshacerte de
ella, pero en realidad estás simplemente ocultándola. 3Experimentas
culpabilidad, pero no sabes por qué. 4Al contrario, la asocias con
un extraño surtido de "ideales del ego", en los que, según él, le has
fallado. 5Sin embargo; no te das cuenta de que a quien le estás
fallando es al Hijo de Dios al considerarlo culpable. 6Al creer que
tú ya no eres tú, no te das cuenta de que te estás fallando a ti mismo.
3. La más tenebrosa de las piedras angulares que
ocultas, mantiene tu creencia en la culpabilidad fuera de tu conciencia, 2pues
en ese lugar tenebroso y secreto yace el reconocimiento de que has traicionado
al Hijo de Dios al haberlo condenado a muerte. 3Tú ni siquiera
sospechas que esta idea asesina, aunque demente, yace ahí oculta, pues las
ansias destructivas del ego son tan intensas que sólo la crucifixión del Hijo
de Dios puede, en última instancia, satisfacerle. 4No sabe quién es
el Hijo de Dios porque es ciego. 5Mas permítele percibir inocencia
en cualquier parte, y tratará de destruirla debido a su miedo.
4. Gran parte del extraño comportamiento del ego se
puede atribuir directamente a su definición de la culpabilidad. 2Para
el ego, los inocentes son culpables. 3Los que no atacan son
sus "enemigos" porque, al no aceptar su interpretación de la
salvación, se encuentran en una posición excelente para poder abandonarla. 4Se
han aproximado a la piedra angular más recóndita y tenebrosa de los cimientos
del ego, y si bien el ego puede tolerar que pongas en duda todo lo demás, este
secreto lo guarda con su vida, pues su existencia depende de que él siga
guardando dicho secreto. 5Por lo tanto, es este secreto lo que
tenemos que examinar, pues el ego no puede protegerte de la verdad, y en
presencia de ésta él se desvanece.
5. En la serena luz de la verdad, reconozcamos que
crees haber crucificado al Hijo de Dios. 2No has admitido este
"terrible" secreto porque todavía desearías crucificarlo si pudieses
encontrarlo. 3No obstante, este deseo ha hecho que el Hijo de Dios
se mantenga oculto de ti, ya que es un deseo aterrante, y, por lo tanto, temes
encontrarlo. 4La manera en que has lidiado con este deseo de matarte
es desconociendo tu identidad e identificándote con lo que no eres. 5Has
proyectado la culpabilidad ciega e indiscriminadamente, pero no has podido
descubrir su fuente. 6Pues el ego quiere destruirte, y si te
identificas con él no podrás sino creer que su objetivo es también el tuyo.
6. He dicho que la crucifixión es el símbolo del
ego. 2Cuando el ego se enfrentó con la verdadera inocencia del Hijo
de Dios intentó darle muerte, y la razón que adujo fue que la inocencia es una
blasfemia contra Dios. 3Para el ego, el ego es Dios, y la
inocencia tiene que ser interpretada como la máxima expresión de culpabilidad
que justifica plenamente el asesinato. 4Todavía no entiendes que
cualquier miedo que puedas experimentar en conexión con este curso procede, en
última instancia, de esa interpretación, pero si examinases las reacciones que
éste suscita en ti, te convencerías cada vez más de que eso es cierto.
7. Este curso ha afirmado explícitamente que su
objetivo es tu felicidad y tu paz. 2A pesar de ello, le tienes
miedo. 3Se te ha dicho una y otra vez que te liberará, no
obstante, reaccionas en muchas ocasiones como si estuviese tratando de
aprisionarte. 4A menudo lo descartas con mayor diligencia
de la que empleas para descartar los postulados del ego. 5En cierta
medida, pues, debes creer que si no aprendes el curso te estás protegiendo a
ti mismo. 6Y no te
das cuenta de que lo único que puede protegerte es tu inocencia.
8. La Expiación se ha interpretado siempre como lo
que libera de la culpabilidad, y esto es cierto si se entiende debidamente. 2No
obstante, incluso si yo te "interpreto lo que es, puede que la rechaces
y no la aceptes para ti mismo. 3Tal vez hayas reconocido la
futilidad del ego y de sus ofrecimientos, pero aunque no los deseas,
puede que todavía no contemples la alternativa con agrado. 4En
última instancia, tienes miedo de la redención y crees que te
aniquilaría. 5No te engañes con respecto a la intensidad de ese
miedo, 6pues crees que, en presencia de la verdad, puedes
volverte contra ti mismo y destruirte.
9. Criatura de Dios, eso no es así. 2Ese
“secreto por el que te sientes culpable” no es nada, y si lo sacas a la luz, la
Luz lo desvanecerá. 3No quedará entonces ninguna nube
tenebrosa que pueda interponerse entre ti y el recuerdo de tu Padre, pues
recordarás a Su inocente Hijo, que no murió porque es inmortal. 4Y
te darás cuenta de que fuiste redimido juntó con él y de que nunca has estado
separado de él. 5El que puedas recordar depende de que comprendas
esto, pues ello implica que has reconocido el amor sin miedo. 6Con
ocasión de tu vuelta a casa se producirá un gran júbilo en el Cielo
y el júbilo será tuyo. 7Pues el hijo redimido del hombre
es el Hijo inocente de Dios, y reconocerlo es tu redención.
LECCIÓN 134
Permítaseme poder percibir el perdón tal como es.
1. Repasemos hoy lo que significa "perdonar" ya que es algo que puede, tergiversarse
muy fácilmente y percibirse como que entraña un sacrificio injusto de la justa
indignación, como una dádiva injustificada e inmerecida y como una total
negación de la verdad. 2Desde esta perspectiva, perdonar no puede
sino verse como una extravagancia, y este curso aparenta basar la salvación
sobre un capricho.
2. Esta perspectiva distorsionada de lo que significa
perdonar puede corregirse fácilmente, si puedes aceptar el hecho de que no se
te está pidiendo que perdones lo que es verdad. 2El perdón se limita únicamente a lo que es falso. 3Es
irrelevante con respecto a todo, excepto con respecto a las ilusiones. 4La verdad es la creación
de Dios, y perdonar eso no tiene sentido. 5Todo lo que es verdad le
pertenece a Él, refleja Sus leyes e irradia Su Amor. 6¿Puede esto
acaso requerir perdón? 7¿Cómo vas a poder perdonar lo que es
incapaz de pecar y es eternamente bondadoso?
3. La mayor dificultad a la que te enfrentas para
poder perdonar realmente, es que todavía crees que tienes que perdonar lo que
es verdad, no lo que es ilusorio. 2Consideras que el perdón es un
vano intento de ignorar lo que se encuentra ahí y de pasar por alto lo que es
verdad, lo cual es parte de un esfuerzo inútil por engañarte a ti mismo al
querer hacer que una ilusión sea verdad. 3Este punto de vista
tergiversado no hace sino reflejar el dominio que la idea del pecado todavía
ejerce sobre tu mente tal como tú te consideras a ti mismo.
4.
Puesto que crees que tus pecados son reales, consideras que el perdón es un
engaño. 2Pues es imposible pensar que el pecado es verdad sin creer
que el perdón es una mentira. 3Así pues, el perdón en realidad no
es más que otro pecado, al igual que todos los demás. 4Afirma que la
verdad es falsa, y le sonríe al corrupto como si fuera tan irreprochable como
la hierba; tan inmaculado como la nieve. 5El perdón se engaña con
respecto a lo que cree que puede lograr. 6Considera correcto lo que
es claramente erróneo, y ve lo aborrecible como algo bueno.
5.
Desde esta perspectiva, el perdón no es un escape. 2Es simplemente
una señal más de que el pecado es imperdonable, algo que en el mejor de los
casos se debe ocultar, negar o llamar por otro nombre, ya que es una traición a
la verdad. 3La culpabilidad no se puede perdonar. 4Si
pecas, tu culpabilidad es eterna. 5Aquellos que son perdonados desde
la perspectiva de que sus pecados son reales son víctimas de la burla y de una
doble condena: en primer lugar, la suya propia por lo que creen haber hecho, y
en segundo lugar; la de los que los perdonan.
6. La irrealidad del pecado es lo que hace que el
perdón sea algo completamente natural y sano;
un profundo consuelo para todos aquellos que lo conceden y una silenciosa bendición
allí donde se recibe. 2El perdón no apoya las ilusiones, sino que,
riendo dulcemente, las congrega a todas sin muchos aspavientos y las deposita
tiernamente ante los pies de la verdad: 3Y ahí desaparecen por
completo.
7. El perdón es lo único que representa a la
verdad en medio de las ilusiones del mundo. 2El perdón ve su
insustancialidad, y mira más allá de las miles de formas en que pueden
presentarse. 3Ve las mentiras, pero no se deja engañar por ellas. 4No
hace caso de los alaridos auto-acusadores de los pecadores enloquecidos por la
culpabilidad. 5Los mira con ojos serenos, y simplemente les dice:
"Hermano mío; lo que crees no es verdad".
8. La fuerza del perdón estriba en su honestidad, la
cual es tan incorruptible que ve las ilusiones como ilusiones y no como la
verdad. 2Por eso, en presencia de
las mentiras, el perdón se convierte en aquello que desengaña; en el gran
restaurador de la simple verdad. 3Mediante su capacidad de pasar
por alto lo que no existe, le allana el camino a la verdad, la cual había
estado bloqueada por sueños de culpabilidad. 4Ahora eres libre para
recorrer el camino que al perdonar de verdad se despliega ante ti. 5Pues
si un hermano ha recibido este regalo de tu parte, la puerta queda abierta para
ti.
9. Hay una manera muy sencilla de encontrar la puerta
que conduce al verdadero perdón y de percibir que está abierta de par en par
en señal de bienvenida. 2Cuando te sientas tentado de acusar a
alguien de algún pecado, no permitas que tu mente se detenga a
pensar en lo que esa persona hizo,
pues eso es engañarse uno a sí mismo. 3Pregúntate, en cambio:
"¿Me acusaría a mí mismo de eso?"
10. De esta manera podrás ver las
alternativas entre las que puedes elegir desde una perspectiva que hace que el acto de
elegir tenga significado y que mantiene a tu mente tan libre de culpa y de
dolor como Dios Mismo dispuso que estuviese, y como en verdad está: 2Son
únicamente las mentiras las que condenan. 3En realidad lo único que
existe es la inocencia. 4El
perdón se alza entre las ilusiones
y la verdad; entre el mundo que ves y lo que se encuentra más allá; entre el
infierno de la culpabilidad y las puertas del Cielo.
11.
A través de este puente, que es tan poderoso
como el Amor que derramó su bendición
sobre él, todos los sueños
de maldad, de odio y de ataque se llevan silenciosamente ante la verdad. 2No
se conservan para que se inflen, exploten y aterren al cándido soñador que
cree en ellos. 3A éste ya se le ha despertado dulcemente de su sueño
al entender que lo que creía ver jamás existió. 4Y ahora ya no puede
pensar que se le ha negado toda escapatoria.
12.
No tiene que luchar para salvarse. 2No
tiene que matar a los dragones que pensaba le perseguían. 3Tampoco
tiene que erigir las sólidas murallas de piedra ni las puertas de hierro que
pensó que lo mantendrían a salvo. 4Ahora. puede deshacerse de la
pesada e inútil armadura que construyó a fin de encadenar su mente a la miseria
y al temor. 5Su paso es ligero, y cada vez que alza el
pie para dar otro paso hacia adelante, deja tras de sí una estrella para
señalarles el camino a aquellos que le siguen.
13.
El perdón tiene que practicarse, pues el mundo
no puede percibir su significado ni proveer un guía que muestre su
beneficencia. 2No hay un solo
pensamiento en todo el mundo que conduzca a un entendimiento de las leyes que
rigen el perdón o del Pensamiento que refleja. 3El perdón es algo
tan ajeno al mundo como lo es tu propia realidad. 4Sin embargo, es
lo que une a tu mente con la realidad que mora en ti.
14. Hoy vamos a practicar el
verdadero perdón, para que el momento de la unión no se demore más. 2Pues
deseamos encontrarnos con nuestra realidad en libertad y en paz. 3Nuestras
prácticas se convierten en las pisadas que alumbran el camino a todos nuestros
hermanos, quienes nos seguirán a la realidad que compartimos con ellos. 4A
tal efecto, dediquemos hoy un cuarto de hora en dos ocasiones a pasarlo con el
Guía que entiende el significado del perdón y que nos fue enviado para
enseñárnoslo: 5Pidámosle:
6Permítaseme poder percibir el perdón tal
como es.
15. Escoge entonces un hermano tal
como Él te indique, y cataloga sus "pecados" uno por uno a medida que
crucen tu mente. 2Asegúrate de no concentrarte en ninguno de ellos
en particular, antes bien, date cuenta de que te estás valiendo de sus "ofensas" para salvar
al mundo de toda idea de pecado. 3Examina brevemente todas las cosas
negativas que hayas pensado acerca de él y pregúntate en cada caso: "¿Me
condenaría a mí mismo por haber hecho eso?"
16. Libéralo de todos los
pensamientos de pecado que hayas tenido en relación con él. 2Y
entonces tú mismo estarás listo para la libertad. 3Si has estado
practicando hasta ahora de buen grado y con honestidad, empezarás a
notar una sensación de ser elevado; un gran alivio en tu pecho y un sentimiento profundo e inequívoco de
desahogo. 4Debes dedicar el resto del tiempo a experimentar que te
escapas de todas las pesadas cadenas con las
que quisiste encadenar a tu hermano; pero con
las que en realidad te encadenabas a ti mismo.
17.
Debes practicar el perdón a lo largo del día,
pues todavía habrá muchas ocasiones en las que te olvidarás de su significado y te atacarás a ti mismo. 2Cuando esto ocurra,
permite que tu mente vea más allá de esa ilusión según repites para tus
adentros:
3Permítaseme
poder recibir el perdón tal
como es.
4¿Me acusaría a mí
mismo de eso?
5No me voy a
encadenar a mí mismo de esta manera.
6Antes de hacer cualquier cosa,
recuerda lo siguiente:
7Nadie
es crucificado solo, mas, por otra parte, nadie puede entrar en el Cielo solo.
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