IV. La función del tiempo
1. Y ahora, la razón por la que tienes miedo de este
curso debiera ser evidente. 2Pues éste es un curso acerca del amor,
ya que es un curso acerca de ti. 3Se te ha dicho que tu función en
este mundo es curar, y que tu función en el Cielo es crear. 4El ego
te enseña que tu función en la tierra es destruir; y que no tienes ninguna
función en el Cielo. 5Quiere, por lo tanto, destruirte aquí y enterrarte
aquí, sin dejarte otra herencia que el polvo del que cree fuiste
"creado". 6Mientras el ego se encuentra razonablemente
satisfecho contigo de acuerdo con sus razonamientos te ofrece el olvido. 7Cuando
se torna abiertamente despiadado, te ofrece el infierno.
2. No obstante, ni el olvido ni el infierno te
resultan tan inaceptables como el Cielo. 2Para ti el Cielo es el
infierno y el olvido y crees que el verdadero Cielo es la mayor amenaza que
podrías experimentar. 3Pues el infierno y el olvido son ideas que tú
mismo inventaste, y estás resuelto a demostrar su realidad para así establecer
la tuya. 4Si se pone en duda su realidad crees que se pone en duda
la tuya, 5pues crees que el ataque es tu realidad, y que tu
destrucción es la prueba final de que tenías razón.
3. Dadas las circunstancias, ¿no sería más
deseable estar equivocado, aparte del hecho de que, en efecto, lo estás? 2Aunque
tal vez se podría argumentar que la muerte indica que antes hubo vida,
nadie sostendría que prueba que la vida existe. 3Incluso la
vida previa a la que la muerte parece señalar, habría sido inútil si tan sólo
hubiese desembocado en la muerte y necesitase de ésta para probar que existió. 4Pones
en duda el Cielo, pero no pones en duda la muerte. 5No obstante,
podrías sanar y ser sanado si la pusieses en duda. 6Y
aunque no sabes lo que es el Cielo, ¿no sería éste más deseable que la muerte? 7Has
sido tan selectivo con respecto a lo que pones en duda como con respecto a lo
que percibes. 8Una mente receptiva es mucho más honesta que eso.
4. El ego tiene una extraña noción del tiempo, y ésa
podría muy bien ser la primera de sus nociones que empiezas a poner en duda. 2Para
el ego el pasado es importantísimo, y, en última instancia, cree que es el
único aspecto del tiempo que tiene significado. 3Recuerda que el
hincapié que el ego hace en la culpabilidad le permite asegurar su continuidad
al hacer que el futuro sea igual que el pasado, eludiendo de esa manera el
presente. 4La noción de pagar por el pasado en el futuro hace que el
pasado se vuelva el factor determinante del futuro, convirtiéndolos así en un
continuo sin la intervención del presente. 5Pues el ego considera
que el presente es tan sólo una breve transición hacia el futuro, en la que
lleva el pasado hasta el futuro al interpretar el presente en función del
pasado.
5. El "ahora" no significa nada para el
ego. 2El presente tan sólo le recuerda viejas heridas, y reacciona
ante él como si fuera el pasado. 3El ego no puede tolerar que
te liberes del pasado, y aunque el pasado ya pasó, el ego trata de proteger su
propia imagen reaccionando como si el pasado todavía estuviese aquí. 4Dicta
tus reacciones hacia aquellos con los que te encuentras en el presente tomando
como punto de referencia el pasado, empañando así la realidad actual de
aquellos. 5De hecho, si sigues los dictados del ego, reaccionarás.
ante tu hermano como si se tratase de otra persona, y esto sin duda te
impedirá conocerlo tal como es. 6Y recibirás mensajes de él basados
en tu propio pasado, porque, al hacer que el pasado cobre realidad en el
presente, no te permitirás a ti mismo abandonarlo. 7De este modo, te
niegas a ti mismo el mensaje de liberación que cada uno de: tus hermanos te
ofrece ahora.
6. De las sombrías figuras del pasado es
precisamente de las que te tienes que escapar. 2No son reales, y no
pueden ejercer ningún dominio sobre ti, a menos que las lleves contigo. 3Pues
contienen las áreas de dolor que hay en tu mente, y te incitan a atacar en el
presente como represalia por un pasado que no existe. 4Y esta
decisión es una que te acarreará dolor en el futuro. 5A menos que
aprendas que todo el dolor que sufriste en el pasado es una ilusión; estarás
optando por un futuro de ilusiones y echando a perder las múltiples
oportunidades que el presente te ofrece para liberarte. 6El ego
quiere conservar tus pesadillas e impedir que despiertes y te des cuenta de que
pertenecen al pasado. 7¿Cómo podrías reconocer un encuentro santo si
lo percibes simplemente como un encuentro con tu pasado? 8Pues en
ese caso no te estarías reuniendo con nadie, y el compartir la salvación, que
es lo que hace que el encuentro sea santo, quedaría excluido de tu visión. 9El
Espíritu Santo te enseña que siempre te encuentras contigo mismo, y el
encuentro es santo porque tú lo eres. 10El ego te enseña que siempre
te encuentras con tu pasado, y que debido a que tus sueños no fueron santos, el
futuro tampoco puede serlo, y el presente no tiene ningún
significado.
7. Es evidente que la percepción que el Espíritu
Santo tiene del tiempo es exactamente la opuesta a la del ego. 2La
razón de ello es igualmente clara, pues la percepción que ambos tienen del
propósito del tiempo es diametralmente opuesta. 3Para el Espíritu
Santo el propósito del tiempo es que éste finalmente se haga innecesario. 4El
Espíritu Santo considera que la función del tiempo es temporal, al estar
únicamente al servicio de Su función docente que, por definición, es temporal. 5Hace
hincapié, por lo tanto, en el único aspecto del tiempo que se puede extender
hasta el infinito, ya que el ahora es lo que más se aproxima a la eternidad
en este mundo. 6En la realidad del "ahora", sin pasado ni
futuro, es donde se puede empezar a apreciar lo que es la eternidad. 7Pues
sólo el "ahora" está aquí, y sólo el "ahora" ofrece las
oportunidades de los encuentros santos en los se puede encontrar la salvación.
8. El ego, por otra parte, considera que la función
del tiempo es extenderse a sí mismo en lugar de extender la eternidad, pues, al
igual que el Espíritu Santo, el ego considera que el objetivo del tiempo es el
mismo que el suyo. 2El único propósito que el ego percibe en el
tiempo, es que, bajo su dirección, haya continuidad entre pasado y futuro, y
que el presente quede excluido a fin de que no se pueda abrir ninguna brecha en
su propia continuidad. 3Su continuidad, por consiguiente, te
mantiene en el tiempo, mientras que el Espíritu Santo quiere liberarte de él. 4La
interpretación que el Espíritu Santo hace de los medios para alcanzar la
salvación es la que tienes que aprender a aceptar, si quieres compartir Su
objetivo, que no es otro que tu salvación.
9. Tú también interpretarás la función del tiempo
según interpretes tu propia función. 2Si aceptas que tu función en
el mundo del tiempo es curar, harás hincapié únicamente en el aspecto del
tiempo en el que la curación puede tener lugar. 3La curación no se
puede llevar a cabo en el pasado. 4Tiene que llevarse a cabo en el
presente para así liberar el futuro. 5Esta interpretación enlaza el
futuro con el presente, y extiende el presente en vez del pasado. 6Mas
si crees que tu función es destruir, perderás de vista al presente y te
aferrarás al pasado a fin de asegurar un futuro destructivo. 7Y el
tiempo será tal como tú lo interpretes, pues, de por sí, no es nada.
LECCIÓN
136
La enfermedad es una defensa contra la verdad.
1.
Nadie puede sanar a menos que comprenda cuál es
el propósito que aparentemente tiene la enfermedad. 2Pues entonces
comprende también que dicho propósito no tiene sentido. 3Al no tener
la enfermedad causa ni ningún propósito válido, es imposible que exista. 4Una
vez que se reconoce esto, la curación es automática. 5Pues dicho reconocimiento
desvanece esta ilusión sin sentido, valiéndose del mismo enfoque que lleva a
todas las ilusiones ante la verdad, y simplemente las deja allí para que
desaparezcan.
2.
La enfermedad no es un accidente. 2Al igual que toda defensa, es un mecanismo demente de auto-engaño. 3Y
al igual que todos los demás mecanismos, su propósito es ocultar la realidad,
atacarla, alterarla, incapacitarla, distorsionarla, tergiversarla y reducirla
a un insignificante montón de partes desarmadas. 4La meta de todas
las defensas es impedir que la verdad sea íntegra. 5Las partes se
ven entonces como si cada una de ellas fuese un todo en sí misma.
3.
Las defensas no son involuntarias ni se forjan
inconscientemente. 2Son como varitas mágicas secretas que utilizas
cuando la verdad parece amenazar lo que prefieres creer. 3Parecen
ser algo inconsciente debido únicamente a la rapidez con que decides
emplearlas. 4En ese segundo, o fracción de segundo en que decides
emplearlas, reconoces exactamente lo que te propones hacer, y luego lo das por
hecho.
4.
¿Quién sino tú decide que existe una amenaza,
que es necesario escapar, y erige una serie de defensas para contrarrestar la
amenaza que ha juzgado real? 2Todo esto no puede hacerse de manera
inconsciente. 3Mas una vez que lo has hecho, tu plan requiere que te
olvides de que fuiste tú quien lo hizo, de manera que parezca ser algo ajeno a
tu propia intención; un acontecimiento que no guarda relación alguna con tu
estado mental; un desenlace que produce un efecto real en ti, en vez de uno que
tú mismo has causado.
5.
La rapidez con la que te olvidas del papel que
desempeñas en la fabricación de tu "realidad" es lo que hace que las
defensas no parezcan estar bajo tu control. 2Mas puedes recordar lo
que has olvidado, si estás dispuesto a reconsiderar la decisión que se
encuentra doblemente sellada en el olvido. 3El hecho de que no te
acuerdes no es más que la señal de que esa decisión todavía está en vigor, en cuanto que ese es
lo que deseas. 4No confundas esto con un hecho. 5Las defensas hacen que los hechos sean irreconocibles. 6Ése
es su propósito, y eso es lo que hacen.
6.
Las defensas toman fragmentos de la totalidad,
los ensamblan sin tener en cuenta la verdadera relación que existe entre ellos,
y, de esta manera, tejen ilusiones de una totalidad que no existe. 2Este proceso
es lo que
produce la sensación de amenaza, y no cualquier resultado que pueda derivarse de él. 3Cuando
se arrancan partes de la totalidad
y se consideran como algo separado y como un todo en sí mismas, se convierten en símbolos que representan un ataque
contra la totalidad y al, en efecto lograrlo, ésta no se
puede volver a ver como la totalidad que es. 4Sin embargo, has
olvidado que dichas partes sólo representan tu de cisión de lo que debe ser
real, a fin de que ocupe el lugar de lo que sí es real.
7.
La enfermedad es una decisión. 2No
es algo que te
suceda sin tú mismo haberlo pedido, y que te debilita y te hace sufrir. 3Es
una decisión que tú mismo tomas, un plan que trazas, cuando por un instante la verdad alborea en tu mente
engañada y todo tu mundo parece dar tumbos y estar a punto de derrumbarse. 4Ahora
enfermas, para que la verdad se marche y deje de ser una amenaza para tus
falsos castillos.
8.
¿Por qué crees que la enfermedad puede
escudarte de la verdad? 2Porque demuestra que el cuerpo no está
separado de ti y que, por lo tanto, tú no puedes por menos que estar separado
de la verdad. 3Experimentas dolor cuando el cuerpo lo experimenta, y
en ese dolor te vuelves uno con él. 4De esta, manera, tu "verdadera”
identidad queda a salvo, y el extraño y perturbador pensamiento de que tal vez
seas algo más que un puñado
de polvo queda mitigado y silenciado. 5Pues fíjate, ese polvo puede hacerte sufrir, torcerte
las extremidades y pararte el corazón, ordenándote que mueras y dejes de
existir.
9. De esta manera, el
cuerpo es más fuerte que la verdad, la cual te pide que vivas, pero no puede imponerse a tu decisión
de querer morir. 2Y así, el cuerpo es más poderoso que la vida
eterna, el Cielo más frágil que el infierno y los designios de Dios para la
salvación de Su Hijo se ven contrarrestados por una decisión que es más fuerte
que Su Voluntad. 3El Hijo no es más que polvo, el Padre no está completo y el
caos se sienta triunfante en Su trono.
10. Tal es el plan que has elaborado para tu propia
defensa. 2Y crees
que el Cielo se estremece ante ataques tan irracionales como éstos, en los que
Dios queda cegado por tus ilusiones, la verdad transformada en mentiras y todo
el universo hecho esclavo de las leyes que tus defensas quieren imponerle. 3Mas
¿quién podría creer en ilusiones salvo el que las inventa?. 4¿Quién
más podría verlas y reaccionar ante ellas como si fuesen la verdad?
11.
Dios no sabe nada de tus planes para cambiar Su
Voluntad. 2El universo permanece indiferente a las leyes con las que
has creído gobernarlo. 3Y el Cielo no se ha inclinado ante el infierno, ni la
vida ante la muerte. 4Lo único que puedes hacer es elegir pensar que
mueres o que sufres enfermedades, o que de alguna manera tergiversas la verdad.
5Lo que ha sido creado no guarda relación alguna con eso. 6Las
defensas son planes para derrotarlo que no puede ser atacado. 7Lo
que es inalterable no puede cambiar. 8Y lo que es absolutamente impecable no puede pecar.
12. Ésta es la simple verdad. 2No
recurre a la fuerza ni al dominio. 3No exige obediencia, ni intenta
demostrar cuán fútiles y lamentables son tus intentos de planear defensas que
la pudiesen alterar. 4La verdad sólo desea brindarte felicidad, pues
ése es su propósito. 5Quizá
exhala un pequeño suspiro cuando rechazas sus dones. aNo obstante,
sabe con absoluta certeza que recibirás lo
que Dios dispone para ti.
13.
Este hecho es lo
que demuestra que el tiempo es una ilusión. 2Pues
el tiempo te permite pensar que lo que Dios te ha dado no es verdad ahora
mismo, como no puede por menos que serlo. 3Los Pensamientos de Dios
son totalmente ajenos al tiempo. 4Pues el tiempo no es sino otra
absurda defensa que has urdido contra la verdad. 5Lo que Él
dispone, no obstante, esta aquí, y tú sigues siendo tal como Él te creó.
14.
El poder de la verdad es muy superior al de
cualquier defensa, pues ninguna ilusión puede permanecer allí donde se le ha
dado entrada a la verdad. 2Y ésta alborea en cualquier mente que esté dispuesta
a deponer sus armas y a dejar de jugar con necedades. 3La verdad se
puede encontrar en cualquier momento; incluso hoy mismo, si eliges practicar
darle la bienvenida.
15.
Este es nuestro objetivo hoy. 2Dedicaremos
un cuarto de hora en dos ocasiones a pedirle a la verdad que venga y nos
libere. 3Y la verdad vendrá, pues jamás ha estado separada de nosotros. 4Tan
sólo aguarda la invitación que hoy le hacemos. 5Introducimos dicha
invitación con una plegaria de curación para que nos ayude a. superar nuestra
actitud defensiva y permita que la verdad sea como siempre ha sido:
6La enfermedad es una defensa contra la
verdad.
7Aceptaré la verdad de lo que soy, y
dejaré que mi mente sane hoy completamente.
16.
La curación destellará a través de tu mente
abierta a medida que la paz y la verdad se alcen para ocupar el lugar de la contienda
y de las imaginaciones vanas. 2No quedará ni un solo rincón
tenebroso que la enfermedad pueda ocultar y defender contra la luz de la
verdad. 3No quedarán en tu mente figuras sombrías procedentes de tus
sueños ni sus absurdos y
oscuros anhelos, cuyos propósitos dobles se persiguen descabelladamente. 4La
mente sanará de todo deseo enfermizo que jamás haya tratado que el cuerpo
obedeciera.
17.
Ahora el cuerpo está sano porque la fuente de la enfermedad está dispuesta a recibir alivio. 2Y
reconocerás que practicaste bien por lo
siguiente: el cuerpo no sentirá nada en absoluto. 3Si has tenido
éxito, no habrá sensación alguna de enfermedad o de bienestar, de dolor o de
placer. 4La mente no responderá en absoluto a lo que el cuerpo haga.
5Lo único que se conserva es su utilidad y nada más.
18.
Tal vez no te des cuenta de que esto elimina
los límites que le habías impuesto al cuerpo como resultado de los propósitos
que le habías adjudicado. 2A medida que éstos se dejan a un lado, el
cuerpo tendrá suficiente fuerza para servir a cualquier propósito que sea
verdaderamente útil. 3La salud del cuerpo queda plenamente
garantizada porque ya no se ve limitado por el tiempo, por el clima o la fatiga, por lo que come o bebe,
ni por ninguna de las leyes a que antes lo sometías. 4No tienes que
hacer nada para que esté bien, pues la enfermedad es ahora imposible.
19.
Mas para conservar esta protección es preciso
que te mantengas extremadamente alerta. 2Si permites que tu mente
abrigue pensamientos de ataque, juzgue o trace planes para contrarrestar cosas
que tal vez puedan pasar en el futuro, te habrás vuelto a extraviar, y habrás
forjado una identidad corporal que atacará al cuerpo, pues en ese caso la mente estará enferma.
20. De ocurrir esto, remédialo de
inmediato, no permitiendo que tu actitud defensiva te siga haciendo daño. 2No
te confundas con respecto a lo que necesita sanar, sino que di para tus
adentros:
3He
olvidado lo que realmente soy, pues me confundí a mí mismo con mi cuerpo.
4La
enfermedad es una defensa contra la verdad.
5Mas yo no soy un
cuerpo.
6Y mi mente es incapaz de atacar.
7Por
lo tanto, no puedo estar enfermo.
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