II. El alumno feliz
1. El Espíritu Santo necesita un alumno feliz en
quien Su misión pueda llevarse a cabo felizmente. 2Tú que eres tan
partidario de la aflicción, debes reconocer en primer lugar que eres infeliz
y desdichado. 3El Espíritu Santo no puede enseñar sin este
contraste, pues tú crees que la aflicción es felicidad. 4Esto te ha
confundido tanto, que te has empeñado en aprender a hacer lo
que nunca podrás hacer, creyendo que si no aprendes a hacerlo no serás feliz. 5No
te das cuenta de que los cimientos sobre los que se basa este objetivo
de aprendizaje tan extraño no tienen ningún sentido. 6No obstante,
puede que aún tengan sentido para ti. 7Si tienes fe en lo que no es
nada, encontrarás el "tesoro" que buscas. 8Pero habrás
agregado una carga más a tu ya sobrecargada mente. 9Creerás que lo
que no es nada es valioso y lo apreciarás. 10Para ti, un trocito de
vidrio, una mota de polvo, un cuerpo o una guerra son todos una misma cosa. 11Pues
si valoras una sola cosa que esté hecha de lo que no es nada, habrás creído que
lo que no es nada puede ser valioso y que puedes aprender a hacer
que lo que no es verdad lo sea.
2. El Espíritu Santo, que ve donde te encuentras,
pero sabe que realmente te encuentras en otra parte, comienza Su lección
de simplicidad con la enseñanza fundamental de que la verdad es verdad. 2Ésta
es la lección más difícil que jamás tendrás que aprender y, al fin y al cabo,
la única. 3La simplicidad es algo muy difícil para las mentes
retorcidas. 4Observa todas las distorsiones que has hecho de lo que
no es nada; todas las extrañas manifestaciones, sentimientos, acciones y
reacciones que has urdido de ello. 5Nada te es tan ajeno como
la simple verdad, ni hay nada que estés menos inclinado a escuchar. 6El
contraste entre lo que es verdad y lo que no lo es, es perfectamente evidente,
sin embargo, tú no lo ves. 7Lo que es simple y obvio no es evidente
para los que desean fabricar palacios y ropajes regios de la nada, creyendo que
éstos les convierten en reyes de áurea.
3. El Espíritu Santo ve esto y enseña simplemente
que nada de ello es verdad. 2A esos infelices alumnos que quieren
enseñarse a sí mismos lo que no es nada y que se engañan creyendo que es algo,
el Espíritu Santo les dice con perfecta serenidad:
3La verdad es
verdad. 4Es lo único que
importa, lo único que es real y lo único que existe. 5Permíteme
hacer por ti la única distinción que tú no puedes hacer, pero que necesitas
aprender. 6La fe
que tienes en lo que no es nada te está engañando. 7Deposítala en
mí, y yo, a mi vez, la depositaré delicadamente en el santo lugar donde le
corresponde estar. 8Allí no encontrarás engaño, sino únicamente la
simple verdad. 9Y la amarás porque la
comprenderás.
4. Al igual que tú, el Espíritu Santo no creó la
verdad. 2Al igual que Dios, Él sabe que la verdad es verdad. 3El
Espíritu Santo lleva la luz de la verdad a las tinieblas y deja que
resplandezca sobre ti. 4Y a medida que resplandece en ti, tus
hermanos la ven, y al darse cuenta de que esta luz no es obra tuya, ven en ti
mucho más de lo que tú mismo ves. 5Ellos serán los felices alumnos
de la lección que esa luz les muestra porque les enseña a liberarse de lo que
no es nada y de todas las obras de lo que no es nada. 6No podrán ver
que las pesadas cadenas que parecen atarlos a la desesperación no son nada
hasta que tú les lleves la luz. 7Se darán cuenta entonces de que las
cadenas han desaparecido y de que, por lo tanto, no podían haber sido
nada. 8Y tú te darás cuenta de esto junto con ellos. 9Y
puesto que les enseñaste lo que es la felicidad y la liberación, ellos se
convertirán en tus maestros de liberación y felicidad.
5. Cuando le enseñas a alguien que la verdad es
verdad, lo aprendes con él. 2Y así aprendes que lo que parecía ser
lo más difícil de entender es lo más fácil. 3Aprende a ser un alumno
feliz, 4pues jamás aprenderás cómo hacer que lo que no es nada sea
todo. 5Pero date cuenta de que ésa ha sido tu meta, y reconoce cuán
descabellada ha sido 6Alégrate de que haya sido des-hecha, pues
cuando la examinas honestamente, queda des-hecha. 7Dije anteriormente:
"No te conformes con lo que no es nada", pues has creído que lo que
no es nada podía hacerte feliz. 8Mas eso no es verdad.
6. Si quieres ser un alumno feliz tienes que
entregarle al Espíritu Santo todo lo que has aprendido para así desaprenderlo. 2Y
luego empezar a aprender las gozosas lecciones que se suceden rápidamente
sobre los sólidos cimientos de que la verdad, es verdad. 3Pues lo
que se construye sobre ellos es verdad, y está basado en la verdad. 4Todo
un universo de aprendizaje se revelará ante ti en toda su maravillosa
simplicidad. 5Y puesto que tendrás la verdad ante ti, no desearás
volver la vista atrás.
7. El alumno feliz satisface las condiciones del
aprendizaje en este mundo, de la misma forma en que satisface las condiciones
del conocimiento en el Reino. 2Todo ello se basa en el plan del
Espíritu Santo para liberarte del pasado y revelarte el camino hacia la
libertad. 3Pues la verdad es verdad. 4¿Qué
otra cosa podía o pudo jamás serlo? 5En esta simple lección se
encuentra la llave de la lóbrega puerta que crees está cerrada para siempre. 6Construiste
esa puerta de la nada, y detrás de ella no hay nada. 7La llave no es
más que la luz que con su resplandor desvanece las siluetas, formas y temores
de lo que no es nada. 8Acepta de las manos de Cristo esta llave que
abre la puerta de la libertad para que puedas unirte a Él en la santa misión de
difundir la luz. 9Pues, al igual que tus hermanos, no te das cuenta
de que la luz ha llegado y de que te ha liberado del sueño de las tinieblas.
8. Ve a tus hermanos libres, y aprende de ellos cómo
liberarte de las tinieblas. 2La luz que refulge en ti los
despertará, y ellos no dejarán que sigas durmiendo. 3La visión de
Cristo se otorga en el mismo instante en que se percibe. 4Allí donde
todo es claro, todo es santidad. 5La quietud de su simplicidad es
tan irresistible que te darás cuenta de que es imposible negar la simple
verdad, pues no hay nada más. 6Dios está en todas partes y Su Hijo
mora en Él junto con todo lo demás. 7¿Cómo puede entonar cantos
fúnebres cuando esto es cierto?
LECCIÓN 150
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(139) Aceptaré la Expiación para mí mismo.
(140) La salvación es lo único que cura.
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