Capítulo 14
LAS ENSEÑANZAS EN FAVOR DE LA VERDAD
Introducción
1. Sí, en verdad eres bendito. 2Mas en
este mundo no te das cuenta de ello. 3No obstante, tienes los medios
para aprender que lo eres y verlo claramente. 4El Espíritu Santo usa
la lógica con tanta facilidad y eficacia como lo hace el ego, salvo que Sus
conclusiones no son dementes. 5Éstas toman una dirección
diametralmente opuesta y apuntan tan claramente hacia el Cielo como el ego
apunta hacia las tinieblas y la muerte. 6Hemos examinado gran parte
de la lógica del ego y hemos visto sus conclusiones lógicas. 7Y
habiéndolas visto, nos hemos dado cuenta de que tales conclusiones no se
pueden ver excepto en ilusiones, pues sólo ahí parece verse claramente su aparente
claridad. 8Démosles la espalda ahora y sigamos la simple lógica que
el Espíritu Santo utiliza para enseñar las sencillas conclusiones que hablan en
favor de la verdad y sólo de la verdad.
I. Las condiciones del aprendizaje
1. Si eres bendito y no lo sabes, necesitas aprender
que ciertamente lo eres. 2El conocimiento no es algo que se pueda
enseñar, pero sus condiciones se tienen que adquirir, pues eso fue lo que
desechaste. 3Puedes aprender a bendecir; pero no puedes dar lo que
no tienes. 4Por lo tanto, si ofreces una bendición, primero te tiene
que haber llegado a ti. 5Y tienes también que haberla aceptado como
tuya, pues, de lo contrario, ¿cómo podrías darla? 6Por eso es por lo
que los milagros dan testimonio de que eres bendito. 7Si
perdonas completamente es porque has abandonado la culpabilidad, al haber
aceptado la Expiación y haberte dado cuenta de que eres inocente. 8¿Cómo
ibas a percatarte de lo que se ha hecho por ti, sin tú saberlo, a menos que
hicieses lo que no podrías sino hacer si se hubiese hecho por ti?
2. En un mundo nacido de la negación y carente de
dirección se necesitan pruebas indirectas de la verdad. 2Percibirás
la necesidad de esto si te das cuenta de que la negación es la decisión de no
querer saber. 3La lógica del mundo, por lo tanto, no puede sino
conducir a la nada, pues su meta es la nada. 4Si decides ser tan
sólo un sueño y no tener ni dar nada más que eso, te verás obligado a dirigir
tus pensamientos hacia el olvido total. 5Pero si lo eres todo y eso
es lo que tienes y lo que das, y aun así lo niegas, es porque tu sistema de
pensamiento se ha desconectado totalmente de la verdad y se ha separado de
ella. 6Éste es un mundo demente y no debes subestimar la magnitud
de su demencia. 7No hay ninguna área de tu percepción que no se haya
visto afectada, y tu sueño es sagrado para ti. 8Por eso es
por lo que Dios puso al Espíritu Santo en ti, allí donde tú pusiste el sueño.
3. La vista se dirige siempre hacia el exterior. 2Si
no tuvieses más pensamientos que los tuyos propios, el sistema de pensamiento
que engendraste sería eternamente tenebroso. 3Los pensamientos que
la mente del Hijo de Dios proyecta o extiende disponen de todo el poder que
él les confiere. 4Los pensamientos que comparte con Dios están
más allá de sus creencias, pero los que concibió por su cuenta son sus propias
creencias. 5Y son éstas, y no la verdad, las que él ha elegido
defender y amar. 6Al Hijo de Dios no se le despojará de sus
creencias. 7Pero él puede renunciar a ellas, pues la Fuente
para desvanecerlas mora en él. 8No hay nada en el mundo que pueda
enseñarle que la lógica del mundo es totalmente demente y que no lleva a
ninguna parte. 9Pero en él, que "ideó" esa lógica demente,
mora Uno que sabe que dicha lógica no lleva a ninguna parte, pues Él lo sabe
todo.
4. Cualquier dirección que conduzca a donde el
Espíritu Santo no te conduce no lleva a ninguna parte. 2Cualquier
cosa que niegues que el Espíritu Santo sepa que es verdad, te la estás negando
a ti mismo, y Él tiene que enseñarte, por lo tanto, a no negarla. 3El
proceso de des-hacimiento es indirecto, tal como lo es el de fabricar. 4Fuiste
creado, sólo para crear, no para ver ni para fabricar nada. 5Éstas
no son sino expresiones indirectas de la voluntad de vivir, que ha sido
obstaculizada por el caprichoso y profano deseo de morir y matar, el cual tu
Padre no comparte contigo. 6Te has .impuesto a ti mismo la tarea de
compartir lo que no se puede compartir. 7Y mientras sigas pensando
que puedes aprender a hacerlo, no creerás todo lo que sí se puede aprender
a hacer.
5. El Espíritu Santo, por lo tanto, tiene que
comenzar Sus enseñanzas mostrándote lo que nunca podrás aprender. 2Su
mensaje no es indirecto, pero Él tiene que introducir la simple verdad en un
sistema de pensamiento que se ha vuelto tan distorsionado y tan complejo, que
no puedes ni darte cuenta de que no significa nada. 3Él simplemente
contempla sus cimientos y los descarta. 4Pero tú que no puedes
deshacer lo que hiciste, ni escaparte de la pesada carga de embotamiento que
ocupa tu mente, no puedes ver más allá de tu propio sistema de pensamiento. 5Éste
te engaña porque elegiste engañarte a ti mismo. 6Los que eligen
dejarse engañar, simplemente atacarán los enfoques directos porque éstos
parecen poder adentrarse en el engaño y socavarlo.
LECCIÓN 149
Mi mente alberga sólo lo que pienso con Dios.
(137) Cuando me curo no soy el único que se cura.
(138) El Cielo es la alternativa por la que me tengo que
decidir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario