VIII. La única relación real
1. El instante santo no es un sustitutivo de tu
necesidad de aprender, pues el Espíritu Santo no puede dejar de ser tu Maestro
hasta que el instante santo se haya extendido mucho más allá del tiempo. 2A
fin de llevar a cabo Su tarea docente, el Espíritu Santo tiene que
valerse de todo lo que hay en este mundo para tu liberación. 3Tiene
que aprovechar cualquier señal o indicación de que estás dispuesto a aprender
de Él lo que es la verdad. 4No se demora en utilizar cualquier cosa
que le ofrezcas en favor de eso. 5Su interés por ti y el cuidado que
te profesa son ilimitados. 6En vista del miedo que tienes del
perdón, que Él percibe con la misma claridad con la que sabe que el perdón
libera, Él te enseñará a recordar que el perdón no conlleva ninguna clase de
pérdida, sino que, por el contrario, es tu salvación. 7Y te
enseñará asimismo que perdonando completamente, es decir, reconociendo que no
hay nada que necesite ser perdonado, quedas completamente absuelto.
2. Escúchale gustosamente, y aprende de Él que no
tienes necesidad de relaciones especiales en absoluto. 2Lo único
que buscas en ellas es aquello que desechaste. 3Y a través de ellas
nunca podrás aprender el valor de lo que descartaste, lo cual, sin embargo,
sigues anhelando con todo tu corazón: 4Unámonos para hacer que el
instante santo sea lo único que hay, al desear que sea lo único que hay. 5El
Hijo de Dios tiene tanta necesidad de que estés dispuesto a tratar de lograr
esto, que es imposible concebir una necesidad mayor. 6Contempla la
única necesidad que Dios y Su Hijo comparten, y que quieren satisfacer juntos. 7No
estás solo en esto. 8La voluntad de tus creaciones te llama para que
compartas tu voluntad con ellas. 9Por lo tanto, dale la espalda a la
culpabilidad en paz y dirígete hacia Dios y hacia tus creaciones.
3. Relaciónate únicamente con lo que nunca te
abandonará y con lo que nunca podrías abandonar. 2La soledad del
Hijo de Dios es la soledad de su Padre. 3No rechaces la conciencia
de tu compleción, ni procures restituírtela tú mismo. 4No tengas
miedo de poner la redención en manos del Amor de tu Redentor. 5Él no
te fallará, pues viene de parte de Uno que no puede fallar. 6Acepta
tu sensación de fracaso como una simple equivocación con respecto a quién
eres. 7Pues el santo anfitrión de Dios se encuentra más allá de todo
fracaso, y nada que su voluntad disponga puede ser negado. 8Estás
eternamente en una relación tan santa, que invoca a todo el mundo a escaparse
de la soledad y a unirse a ti en tu amor. 9Y todo el mundo tiene que
buscar el lugar donde estás y encontrarte allí.
4. Piensa en esto por un instante: Dios te dio la
Filiación para asegurar tu perfecta creación. 2Ése fue Su regalo,
pues tal como Él no se negó a darse a Sí Mismo a ti, tampoco se negó a darte Su
creación. 3Todo lo que jamás fue creado es tuyo. 4Tu
única relación es la relación que tienes con todo el universo.
5Y ese universo, al ser de Dios, está mucho más allá de la mísera
suma de todos los cuerpos separados que percibes. 6Pues todas las
partes del universo están unidas en Dios a través de Cristo, donde se vuelven
semejantes a su Padre. 7Cristo sabe que Él no está separado de Su
Padre, Quien constituye Su única relación, en la que Él da tal como Su Padre le
da a Él.
5. El Espíritu Santo es el intento de Dios de
liberarte de lo que Él no entiende. 2Y por razón del Origen del
intento, éste no puede fracasar. 3El Espíritu Santo te pide que
respondas tal como Dios lo hace, pues quiere enseñarte lo que tú no entiendes. 4Dios
responderá a toda necesidad, sea cual fuere la forma en que ésta se
manifieste. 5El Espíritu Santo, por consiguiente, mantiene este
canal abierto para recibir la comunicación de Dios a ti y la tuya a Él. 6Dios
no entiende tu problema de comunicación, pues Él no lo comparte contigo. 7Tú
eres el único que cree que es comprensible. 9EI Espíritu Santo sabe
que no lo es, y, sin embargo, lo entiende porque tú lo inventaste.
6. La conciencia de lo que Dios no puede saber y de
lo que tú no entiendes reside únicamente en el Espíritu Santo. 2Su
santa función consiste en aceptar ambas cosas y, al eliminar de ellas todo
elemento de desacuerdo, unirlas en una sola. 3Él hará eso porque ésa
es Su función. 4Deja, por lo tanto, lo que a ti te parece imposible
en manos de Aquel que sabe que sí es posible, toda vez que esa es la Voluntad
de Dios. 5Y permite que Aquel cuyas enseñanzas son sólo en favor de
Dios te enseñe el único significado de las relaciones. 6Pues Dios
creó la única relación que tiene significado, y esa relación es la relación que
Él tiene contigo.
IX. El instante santo y la atracción de Dios
1. Tal como el ego quiere que la percepción que
tienes de tus hermanos se limite a sus cuerpos, de igual modo el Espíritu
Santo quiere liberar tu visión para que puedas ver los Grandes Rayos que
refulgen desde ellos, los cuales son tan ilimitados que llegan hasta Dios. 2Este
cambio de la percepción a la visión es lo que se logra en el
instante santo. 3Mas es necesario que aprendas exactamente lo que
dicho cambio entraña, para que por fin llegues a estar dispuesto a hacer que
sea permanente. 4Una vez que estés dispuesto, esta visión no te
abandonará nunca, pues es permanente. 5Cuando la hayas aceptado
como la única percepción que deseas, se convertirá en conocimiento debido al
papel que Dios Mismo desempeña en la Expiación, pues es el único paso en ella
que Él entiende. 6Esto, por lo tanto, no se hará de esperar una vez
que estés listo para ello. 7Dios ya está listo, tú no.
2. Nuestra tarea consiste en continuar, lo más rápidamente
posible, el ineludible proceso de hacer frente a cualquier interferencia y de
verlas a todas exactamente como lo que son. 2Pues es imposible que
reconozcas que lo que crees que quieres no te ofrece absolutamente ninguna
gratificación. 3El cuerpo es el símbolo del ego, tal como el ego es
el símbolo de la separación. 4Y ambos no son más que intentos de
entorpecer la comunicación y, por lo tanto, de imposibilitarla. 5Pues
la comunicación tiene que ser ilimitada para que tenga significado, ya que si no
tuviese significado te dejaría insatisfecho. 6La comunicación sigue
siendo, sin embargo, el único medio por el que puedes entablar auténticas
relaciones, que al haber sido establecidas por Dios, son ilimitadas.
3. En el instante santo, en el que los Grandes Rayos
reemplazan al cuerpo en tu conciencia, se te concede poder reconocer lo que son
las relaciones ilimitadas. 2Mas para ver esto, es necesario
renunciar a todos los usos que el ego hace del cuerpo y aceptar el hecho de que
el ego no tiene ningún propósito que tú quieras compartir con él. 3Pues
el ego quiere reducir a todo el mundo a un cuerpo para sus propios fines, y
mientras tú creas que el ego tiene algún fin, elegirás utilizar los medios por
los que él trata de que su fin se haga realidad. 4Mas esto nunca
tendrá lugar. 5Sin embargo, debes haberte dado cuenta de que el
ego, cuyos objetivos son absolutamente inalcanzables, luchará por conseguirlos
con todas sus fuerzas, y lo hará con la fortaleza que tú le has prestado.
4. Es imposible dividir tu fuerza entre el Cielo y
el infierno, o entre Dios y el ego, y liberar el poder que se te dio para
crear, que es para lo único que se te dio. 2El amor siempre producirá
expansión. 3El ego es el que exige límites, y éstos
representan sus exigencias de querer empequeñecer e incapacitar. 4Si
te limitas a ver a tu hermano como un cuerpo, que es lo que harás mientras no
quieras liberarlo del mismo, habrás rechazado el regalo que él te puede hacer. 5Su
cuerpo es incapaz de dártelo, 6y tú no debes buscarlo a través del
tuyo. 7Entre vuestras mentes, no obstante, ya existe continuidad, y
lo único que es necesario es que se acepte su unión para que la soledad
desaparezca del Cielo.
5. Sólo con que le permitieses al Espíritu Santo
hablarte del Amor que Dios te profesa y de la necesidad que tienen tus
creaciones de estar contigo para siempre, experimentarías la atracción de lo
eterno. 2Nadie puede oír al Espíritu Santo hablar de esto y seguir
estando dispuesto a demorarse aquí por mucho más tiempo. 3Pues tu
voluntad es estar en el Cielo, donde no te falta nada y donde te sientes en
paz, en relaciones tan seguras y amorosas que es imposible que en ellas haya
límite alguno. 4¿No desearías intercambiar tus irrisorias relaciones
por esto? 5Pues el cuerpo es insignificante y limitado, y sólo
aquellos que desees ver libres de los límites que el ego quisiera imponer sobre
ellos, pueden ofrecerte el regalo de la libertad.
6. No tienes la menor idea de los límites que le has
impuesto a tu percepción ni de toda la belleza que podrías ver. 2Pero
recuerda esto: la atracción de la culpabilidad es lo opuesto a la atracción de
Dios. 3La atracción que Dios siente por ti sigue siendo ilimitada,
pero puesto que tu poder es el Suyo, y, por lo tanto, tan grande como el de Él,
puedes darle la espalda al amor. 4La importancia que le das a la
culpabilidad se la quitas a Dios. 5Y tu visión se torna débil, tenue
y limitada, pues has tratado de separar al Padre del Hijo y de
limitar su comunicación. 6No busques la Expiación en mayor
separación, 7ni limites tu visión del Hijo de Dios a lo que
interfiere en su liberación y a lo que el Espíritu Santo tiene que
deshacer para liberarlo. 8Pues es su propia creencia en la
limitación lo que lo ha aprisionado.
7. Cuando el cuerpo deje de atraerte y ya no le concedas
ningún valor como medio de obtener algo, dejará de haber entonces
interferencia en la comunicación y tus pensamientos serán tan libres como los
de Dios. 2A medida que le permitas al Espíritu Santo enseñarte a utilizar
el cuerpo sólo como un medio de comunicación y dejes de valerte de él para
fomentar la separación y el ataque, que es la función que el ego le ha
asignado, aprenderás que no tienes necesidad del cuerpo en absoluto. 3En
el instante santo no hay cuerpos, y lo único que se experimenta es la atracción
de Dios. 4Al aceptarla como algo completamente indiviso te unes a Él
por completo en un instante, pues no quieres imponer ningún límite en tu unión
con Él. 5La realidad de esta relación se convierte en la única
verdad que jamás podrías desear. 6Toda verdad reside en ella.
QUINTO REPASO
Introducción
1.
Ahora iniciamos otro repaso. 2Esta
vez estamos listos para poner más de nuestra parte y dedicar más tiempo a
nuestro empeño: 3Reconocemos que nos estamos preparando para un
nuevo nivel de entendimiento. 4Queremos dar este paso resueltamente,
para poder seguir adelante con mayor certeza, mayor sinceridad y mayor fe. 5Nuestros
pasos han sido inciertos, y las dudas nos han hecho andar con lentitud e
inseguridad por el camino que este curso señala. 6Pero ahora vamos a
ir más de prisa, pues nos estamos acercando a una mayor certeza, a un propósito
más firme y a una meta más segura.
2.
Padre nuestro, afianza nuestros pasos. 2Aplaca nuestras dudas, aquieta nuestras
santas mentes, y háblanos. 3No
tenemos nada que decirte, 4pues sólo deseamos escuchar Tu Palabra y
hacerla nuestra. 5Guía nuestras prácticas tal como un padre guía a
su hijo pequeño por un camino que éste desconoce, 6pero que aun así,
el hijo lo sigue, seguro de que está a salvo porque su padre le muestra el
camino.
3. De este modo es como llevamos nuestras prácticas
hasta Ti. 2Si
tropezamos, Tú nos levantarás. 3Si
se nos olvida el camino, sabemos que Tú siempre lo recordarás. 4Y si nos
extraviamos, Tú no te olvidarás de llamarnos. 5Aligera nuestros
pasos ahora de modo que podamos caminar con mayor certeza y mayor rapidez hasta
Ti. 6Y aceptamos la Palabra que Tú nos ofreces
para unificar nuestras prácticas, a medida que repasamos los pensamientos que
Tú nos has dado.
4.
He aquí -al final de este párrafo- el
pensamiento que debe preceder a los pensamientos que vamos a repasar. 2Cada
uno de éstos clarifica algún aspecto de dicho pensamiento o contribuye a
hacerlo más significativo, más personal y verdadero, así como más descriptivo
del santo Ser que compartimos y que ahora nos preparamos para conocer de nuevo:
3Dios es
sólo Amor, y, por ende, eso es lo que soy yo.
4Sólo este Ser conoce el amor. 5Sólo
sus pensamientos son perfectamente congruentes; sólo ese Ser conoce a Su
Creador, se comprende a Sí Mismo y goza de un conocimiento y amor perfectos,
así como de un estado de unión constante con Su Padre y Consigo Mismo.
5. Y Eso es lo que nos espera al final de la jornada. 2Cada
paso que damos nos acerca un poco más. 3Este repaso acortará el
tiempo de manera inconmensurable si tenemos presente que Eso es nuestra meta y
que a medida que lo ponemos en práctica es a Eso a lo que nos acercamos. 4Levantemos
de las cenizas nuestros corazones y dirijámoslos hacia la vida, recordando que
Eso es lo que se nos promete, y que este curso nos fue enviado para allanar el
sendero de la luz y enseñarnos, paso a paso, cómo regresar al eterno Ser que
creíamos haber perdido.
6. Yo te acompaño en esta jornada. 2Pues
por el momento comparto tus dudas y tus miedos, de manera que puedas recurrir
a mí que conozco el camino por el que se supera toda duda y temor. 3Caminamos
juntos. 4Es preciso que yo entienda lo que es la incertidumbre y el
dolor, aun cuando sé que no tienen ningún significado. 5Sin embargo,
un salvador debe permanecer con aquellos a quienes enseña, viendo lo que ellos
ven, pero conservando en su mente el camino que lo condujo a su propia liberación,
y que ahora te conducirá a ti a la tuya junto con él. 6Al Hijo de
Dios se le sigue crucificando hasta que camines por esta senda conmigo.
7. Mi resurrección se repite cada vez que conduzco a
un hermano sin contratiempo alguno allí donde la jornada termina para ya no
recordarse más. 2Me siento renovado cada vez que un hermano aprende
que hay un camino que nos libera a todos de la aflicción y del dolor. 3Y
renazco cada vez que un hermano se vuelve hacia la luz que mora en él y me
busca. 4No me he olvidado de nadie. 5Ayúdame ahora a
conducirte de regreso allí donde la jornada empezó para que puedas llevar a
cabo otra elección conmigo.
8.
Libérame mientras practicas una vez más los
pensamientos que te he traído de Aquel que ve tu extrema necesidad, y que
conoce la respuesta que Dios le ha dado. 2Juntos repasaremos estos
pensamientos. 3Juntos les dedicaremos nuestro tiempo y esfuerzos. 4Y
juntos se los enseñaremos a nuestros hermanos. 5Dios no permitiría
que en el Cielo faltase nada. 6Éste te está esperando, al igual que
yo. 7Sin ti yo estoy incompleto. 8Conforme me complete
regresaremos juntos a nuestro hogar ancestral, el cual se preparó para nosotros
desde antes de que el tiempo comenzara, y se ha mantenido a salvo de los azotes
de éste, así como inmaculado y seguro, tal como será cuando al tiempo le llegue
su fin.
9.
Permite, entonces, que este repaso sea el regalo que me haces a mí. 2Pues
esto es lo único que necesito: que oigas mis palabras y que se las ofrezcas al
mundo. 3Tú eres mi voz, mis ojos, mis pies y mis manos, con los
cuales llevo la salvación al mundo. 4El Ser desde el que te llamo no
es sino tu propio Ser. 5A Él nos dirigimos juntos. 6Toma
a tu hermano de la mano, pues no es éste un camino que recorramos solos. 7En
él yo camino contigo y tú conmigo. 8La Voluntad del Padre es que Su Hijo sea uno con Él. 9¿Cómo no iba a
ser, entonces, todo lo que vive uno contigo?
10. Permite que este repaso sea un intervalo en el que
compartimos una experiencia que es nueva para ti, aunque tan antigua como el
tiempo e incluso aún más antigua. 2Santificado sea tu nombre 3e
inmaculada tu gloria para siempre. 4Tu plenitud ahora es total, tal
como Dios lo dispuso. 5Tú eres Su Hijo, y completas Su extensión con
la tuya. 6No practicamos sino una antigua verdad, que sabíamos
desde antes de que la ilusión pareciese apoderarse del mundo. 7Y le
recordamos al mundo que está libre de toda ilusión cada vez que decimos:
8Dios es sólo
Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
11. Con esto damos comienzo a cada día de nuestro
repaso. 2Con esto empezamos y con esto concluimos cada período de
práctica. 3Y con ese
pensamiento nos vamos a dormir para despertar
con esas mismas palabras de nuevo en nuestros labios, y darle así la bienvenida
al nuevo día. 4Todo pensamiento que repasemos lo envolvemos con ése;
y utilizaremos dichos pensamientos para mantenerlo firme en la mente y claro en
nuestra memoria a lo largo del día. 5Y así, cuando hayamos terminado este repaso, habremos
reconocido que las palabras que decimos son verdad.
12. Las palabras, sin embargo, no son sino recursos
auxiliares y, excepto por el uso que hacemos de ellas al principio y al final
de cada período de práctica, se usarán sólo para recordarle a la mente su
propósito, según lo dicte la necesidad. 2Ponemos nuestra fe en la
experiencia que se deriva de las prácticas, no en los medios que utilizamos. 3Esperamos
la experiencia, y reconocemos que sólo en ella radica la convicción. 4Usamos
las palabras y tratamos una y otra
vez de ir más allá de ellas hasta llegar a su significado, el cual está mucho
más allá de su sonido. 5Este se hace cada vez más tenue hasta que
finalmente desaparece, a medida que
nos acercamos a la Fuente del significado. 6Y Ahí es donde hallamos
reposo.
LECCIÓN 176
Dios es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
1. (161) Dame tu bendición, santo Hijo de Dios.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
2. (162) Soy tal como Dios me creó.
2Dios
es sólo Amor y, por ende, eso es lo que soy yo.
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