VI. El puente que conduce al mundo real
1. Ir en busca de una relación especial es señal de
que te equiparas con el ego y no con Dios, 2pues la relación
especial sólo tiene valor para el ego. 3Para él, a no ser que una
relación tenga valor especial, no tiene ningún significado, pues para el ego
todo amor es especial. 4Esto, sin embargo, no puede ser natural,
pues es diferente de la relación que Dios tiene con Su Hijo, y toda relación
que no sea como ésa es necesariamente antinatural. 5Pues Dios
creó el amor tal como Él quería que fuese, y lo dio tal como es. 6El
amor no tiene ningún significado excepto el que su Creador le otorgó mediante
Su Voluntad. 7Es imposible definirlo de otra manera y entenderlo.
2. El amor es libertad. 2Ir en su busca
encadenándote a ti mismo es separarte de él. 3¡Por el Amor de Dios,
no sigas buscando la unión en la separación ni la libertad en el cautiverio! 4Según
concedas libertad, serás liberado. 5No te olvides de esto, o,
de lo contrario, el amor será incapaz de encontrarte y ofrecerte consuelo.
3. Hay una manera en que el Espíritu Santo te pide
que le prestes tu ayuda, si quieres disponer de la Suya. 2El
instante santo es el recurso más útil de que Él dispone para protegerte de la
atracción de la culpabilidad, que es el verdadero señuelo de la relación
especial. 3No te das cuenta de que ése es el verdadero atractivo de
la relación especial, debido a que el ego te ha enseñado que la libertad reside
en ella. 4Sin embargo, mientras más detenidamente examines la
relación especial, más claro te resultará que no puede sino fomentar la
culpabilidad, y que, por lo tanto, no puede sino aprisionar.
4. La relación especial no significa nada sin un
cuerpo. 2Si le atribuyes valor a la relación especial, tienes que
atribuírselo también al cuerpo. 3Y no podrás sino conservar aquello
a lo que atribuyas valor. 4La relación especial es un recurso para
limitar tu Ser a un cuerpo, y para limitar la percepción que tienes de los
demás a los suyos. 5Si pudieses ver los Grandes Rayos, éstos
te demostrarían que la relación especial no tiene absolutamente ningún valor. 6Pues
al verlos, el cuerpo desaparecería, ya que perdería su valor. 7Y de
este modo, perderías todo tu interés en verlo.
5. Ves el mundo al que atribuyes valor. 2A
este lado del puente ves un mundo de cuerpos separados que buscan unirse unos
con otros en uniones exclusivas y convertirse en uno solo a costa de la pérdida
que ambos sufren. 3Cuando dos individuos intentan convertirse en
uno solo están tratando de reducir su grandeza. 4Cada uno quiere
negar su poder, pues una unión exclusiva excluye al universo. 5Se
deja afuera mucho más de lo que se admite adentro, pues se deja a Dios afuera y
no se admite nada adentro. 6Si una sola de esas uniones se
estableciese con perfecta fe, el universo entraría a formar parte de ella. 7Mas
la relación especial que el ego persigue no incluye ni siquiera un solo
individuo en su totalidad. 8El ego sólo quiere parte de él, y ve
sólo esa parte y nada más.
6. ¡Qué diferentes son las cosas al otro lado del
puente! 2Durante algún tiempo se sigue viendo el cuerpo, pero ya no
es lo único que se ve, como ocurre aquí. 3La pequeña chispa que
contiene los Grandes Rayos también es visible, y no puede ser confinada a la
pequeñez por mucho más tiempo. 4Una vez que hayas cruzado el puente,
el valor del cuerpo disminuirá tanto ante tus ojos, que ya no tendrás ninguna
necesidad de enaltecerlo. 5Pues te darás cuenta de que su único
valor es el de permitirte llevar a tus hermanos contigo hasta el puente, para
allí ser liberados juntos.
7. El puente en sí no es más que una transición en
la perspectiva que se tiene de la realidad. 2A este lado ves todo
sumamente distorsionado y desde una perspectiva errónea. 3Lo que es
pequeño e insignificante se enaltece, y a lo que es fuerte y poderoso no se le
concede ningún valor. 4Durante la transición hay un período de
confusión en el que es posible experimentar una sensación muy real de
desorientación. 5No tengas miedo de esto, pues lo único que
significa es que has estado dispuesto a abandonar el marco de referencia
distorsionado que parecía mantener a tu mundo intacto. 6Este marco
de referencia está construido en torno a la relación especial. 7Sin
esta ilusión, no seguirías buscando ningún significado aquí.
8. No temas que se te vaya a elevar y a arrojar
abruptamente a la realidad. 2El tiempo es benévolo, y si lo usas en
beneficio de la realidad, se ajustará al ritmo de tu transición. 3Lo
único que es urgente es desencajar a tu mente de la posición fija que ha adoptado
aquí. 4Ello no te dejará desamparado ni desprovisto de un marco de
referencia. 5El período de desorientación, que precede a la
transición en sí, es mucho más corto que el tiempo que tardaste en fijar tu
mente tan firmemente en las ilusiones. 6Cualquier demora te hará
ahora más daño que antes, debido únicamente a que te das cuenta de que es una demora,
y de que realmente es posible escapar del dolor. 7En lugar de
desesperación, halla esperanza y consuelo en esto: muy pronto ya no podrás
encontrar en ninguna relación especial aquí ni siquiera la ilusión de amor. 8Pues
ya no estás completamente loco, y no tardarías mucho en reconocer la
culpabilidad que te produce traicionarte a ti mismo.
9. Nada que procures fortalecer en la relación
especial es realmente parte de ti. 2Y no puedes conservar parte del
sistema de pensamiento que te enseñó que la relación especial es real, y
entender el Pensamiento que sabe lo que eres. 3Le has
permitido al Pensamiento de tu realidad entrar en tu mente, y puesto que lo
invitaste, morará contigo. 4Tu amor por él no permitirá que te
traiciones a ti mismo, y no podrás entablar ninguna relación en la que dicho
pensamiento no te acompañe, pues no desearás estar separado de él.
10. Alégrate de haber escapado de la parodia de
salvación que el ego te ofrecía, y no mires atrás con nostalgia a la farsa que
hacía de tus relaciones. 2Ahora nadie tiene que sufrir, pues has
llegado demasiado lejos como para sucumbir a la ilusión de que la culpabilidad
es algo bello y santo. 3Sólo los que son completamente dementes
podrían contemplar la muerte y el sufrimiento, la enfermedad y la
desesperanza, y considerarlos bellos y santos. 4Lo que la
culpabilidad ha forjado es feo, temible y muy peligroso. 5No veas
ninguna ilusión de verdad y belleza en ello. 6Y siéntete agradecido
de que haya un lugar donde la verdad y la belleza te aguardan. 7Ve
gustosamente a su encuentro y descubre lo mucho que te espera por el simple
hecho de estar dispuesto a abandonar lo que no es nada precisamente porque
no es nada.
11. La nueva perspectiva que adquirirás al cruzar el
puente será el entendimiento de dónde se encuentra el Cielo. 2Desde
este lado parece encontrarse fuera de ti y al otro lado del puente. 3Pero
al cruzar el puente para unirte al Cielo, éste se unirá a ti y os volveréis
uno. 4Y pensarás, con feliz asombro, que a cambio de todo esto
renunciaste a lo que no era nada. 5El júbilo del Cielo, el
cual es ilimitado, aumenta con cada luz que regresa a ocupar el lugar que le
corresponde en él. 6¡Por el Amor de Dios y por el tuyo propio, no te
demores más! 7¡Y que el instante santo te acelere en tu camino, como
indudablemente lo hará sólo con que dejes que venga a ti!
12. El Espíritu Santo sólo te pide este pequeño
favor: que cada vez que tus pensamientos se desvíen hacia una relación especial
que todavía te atraiga, te unas a Él en un instante santo y ahí le permitas
liberarte. 2Lo único que necesita es que estés dispuesto a compartir
Su perspectiva, para que Él te la conceda en su totalidad. 3Y no
tienes que estar completamente dispuesto porque Él lo está. 4Su
tarea es expiar tu renuencia mediante Su perfecta fe, y es Su fe la que tú
compartes con Él en el instante santo. 5Como resultado de reconocer
que no estás dispuesto a ser liberado, se te ofrece la perfecta buena voluntad
de la que Él goza. 6lnvócale, pues el Cielo responde a Su llamada. 7Y
permítele que Él invoque al Cielo por ti.
LECCIÓN 189
Siento el Amor de Dios dentro de mí ahora.
1. Hay una luz en ti que el mundo no puede percibir. 2Y
con sus ojos no la podrás ver, pues estás
cegado por él. 3No obstante, tienes ojos con los que poder verla. 4Está
ahí para que la contemples. 5No se puso en ti para que se
mantuviese oculta de tu vista. 6Esta luz es un reflejo del pensamiento con el que practicamos
ahora. 7Sentir el Amor de Dios dentro de ti es ver el mundo renovado,
radiante de Inocencia, lleno de esperanza y bendecido con perfecta caridad y
amor.
2. ¿Quién podría sentir temor en un mundo así? 2Dicho
mundo te da la bienvenida, se regocija de que hayas venido y te canta alabanzas
mientras te mantiene a salvo de cualquier peligro o dolor: 3Te
ofrece un hogar cálido y tranquilo en el que permanecer por un tiempo. 4Te
bendice a lo largo del día, y te cuida durante la noche, cual silencioso
guardián de tu sueño santo. 5Ve en ti la salvación, y protege la luz
que mora en ti, en la que ve la suya propia. 6Te ofrece sus flores y
su nieve como muestra de agradecimiento por tu benevolencia.
3. Éste es el mundo que el Amor de Dios revela. 2Es
tan diferente del mundo que ves a través de los enturbiados ojos de la malicia
y del miedo, que uno desmiente al otro.
3Sólo uno de ellos puede percibirse en absoluto. 4El otro
no tiene ningún significado. 5A aquellos que ven surgir del ataque un mundo de odio listo para vengarse,
asesinar y destruir, les resulta inconcebible la idea de un mundo en el que el
perdón resplandece sobre todas las cosas y la paz ofrece su dulce luz a todo el
mundo. .
4. Sin embargo, el mundo del odio es igualmente
invisible e inconcebible para aquellos
que sienten dentro de sí el Amor de Dios. 2Su mundo refleja la
quietud y la paz que refulge en ellos; la tranquilidad y la inocencia que ven a
su alrededor; la dicha con la que miran hacia afuera desde los inagotables
manantiales de dicha en su interior. 3Contemplan lo que han sentido
dentro de sí, y ven su inequívoco reflejo por todas partes.
5. ¿Cuál de ellos quieres ver? 2Eres libre
de elegir. 3Mas debes conocer la ley que rige toda visión y no dejar
que tu mente se olvide de ella:
contemplarás aquello que sientas en tu interior. 4Si el odio
encuentra acogida en tu corazón, percibirás un mundo temible, atenazado
cruelmente por las huesudas y afiladas garras de la muerte. 5Mas si
sientes el Amor de Dios dentro de ti, contemplarás un mundo de misericordia y
de amor.
6.
Hoy pasamos de largo las ilusiones, según
intentamos llegar hasta lo que es verdad en nosotros y sentir su infinita
ternura, su Amor que sabe que somos tan perfectos como él mismo, y su visión,
el don que su Amor nos ofrece. 2Hoy aprenderemos el camino, 3el
cual es tan seguro como el Amor mismo, al que nos conduce. 4Pues su
sencillez nos protege de las trampas que las descabelladas complicaciones del
aparente razonar del mundo tienen como propósito ocultar..
7.
Haz simplemente esto: permanece muy quedo y
deja a un lado todos los pensamientos acerca de lo que tú eres y de lo que Dios
es; todos los conceptos que hayas aprendido acerca del mundo; todas las
imágenes que tienes acerca de ti mismo. 2Vacía tu mente de todo lo
que ella piensa que es verdadero o falso, bueno o malo; de todo pensamiento que
considere digno, así como de todas las ideas de las que se siente avergonzada. 3No
conserves nada. 4No traigas contigo ni un solo pensamiento que el
pasado te haya enseñado, ni ninguna creencia que, sea cual sea su procedencia,
hayas aprendido con anterioridad. 5Olvídate de este mundo, olvídate
de este curso, y con las manos completamente vacías, ve a tu Dios.
8. ¿No es acaso Él Quien sabe cómo llegar a ti? 2Tú
no necesitas saber cómo llegar a Él. 3Tu papel consiste simplemente
en permitir que todos los obstáculos que has interpuesto entre el Hijo y Dios
el Padre sean eliminados silenciosamente para siempre. 4Dios hará lo
que le corresponde hacer en gozosa e inmediata respuesta. 5Pide y
recibirás. 6Mas no vengas con exigencias, ni le señales el camino
por donde Él debe aparecer ante ti. 7La manera de llegar a Él es
simplemente dejando que Él sea lo que es. 8Pues de esa forma se
proclama también tu realidad.
9.
Así pues, hoy no elegiremos el camino por el
que vamos a Él. 2Pero sí elegimos dejar que Él venga a nosotros. 3Y con esta decisión descansamos. 4Su Amor
se abrirá paso por su cuenta en nuestros corazones serenos y en nuestras
mentes abiertas. 5Es indudable
que lo que no ha sido negado se encuentra ahí, si es que es verdad y puede
alcanzarse. 6Dios conoce a Su Hijo y sabe cómo llegar a él. 7No
necesita que Su Hijo le muestre el camino. 8A través de cada puerta abierta Su Amor refulge hacia
afuera desde su hogar interno e ilumina al mundo con inocencia.
10. Padre, no
sabemos cómo llegar a Ti. 2Pero te hemos llamado y Tú nos has
contestado. 3No
interferiremos. 4Los
caminos de la salvación no son nuestros, pues te pertenecen a Ti. 5Y es
a Ti a donde vamos para encontrarlos. 6Nuestras manos están abiertas para recibir Tus dones. 7No tenemos ningún pensamiento que no pensemos
contigo, ni abrigamos creencia alguna con respecto a lo que somos o a Quién nos
creó. 8Tuyo es el camino que queremos hallar y
seguir. 9Y sólo pedimos que Tu Voluntad, que
también es la nuestra, se haga en nosotros y en el mundo, para que éste pase a
formar parte del Cielo. 10Amén.
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