8. Acepta gustosamente lo que no entiendes, y deja
que se te explique a medida que percibes cómo opera en ella este nuevo
propósito para hacerla santa. 2No te faltarán oportunidades de
culpar a tu hermano por el "fracaso" de vuestra relación, pues habrá
momentos en que ésta parecerá no tener ningún propósito. 3Una
sensación de estar vagando a la deriva vendrá a atormentarte y a recordarte
las múltiples maneras en que antes solías buscar satisfacción y en las que
creíste haberla encontrado. 4No te olvides del dolor que en realidad
encontraste, ni le infundas vida a tu desfallecido ego. 5Pues tu
relación no ha sido destruida. 6Ha sido salvada.
9. Eres muy inexperto en lo que respecta a la
salvación, y crees que has perdido el rumbo. 2Lo que has perdido es tu
manera de alcanzar la salvación, pero no pienses que eso es una pérdida. 3En
tu inexperiencia, recuerda que tu hermano y tú habéis comenzado de nuevo juntos.
4Dale la mano, y caminad el uno al lado del otro por una senda
que os es más familiar de lo que ahora creéis. 5¿No es acaso
inevitable que recuerdes un objetivo que nunca ha cambiado ni cambiará jamás? 6Pues
has elegido el objetivo de Dios, del que tu verdadera intención nunca estuvo
ausente.
10. El himno de la libertad se oye por toda la
Filiación, como eco jubiloso de tu decisión. 2Te has unido a muchos
en el instante santo, y ellos se han unido a ti. 3No pienses que tu
decisión te dejará desconsolado, pues Dios Mismo ha bendecido tu relación
santa. 4Únete a Él en Su bendición, y no dejes de ofrecerle la tuya
también. 5Pues lo único que necesita ahora es tu bendición, para que
puedas ver que la salvación reside en ella. 6No condenes la
salvación, pues ha venido a ti. 7Y dadle la bienvenida juntos, pues
ha venido a uniros en una relación en la que toda la Filiación es bendecida al
unísono.
11. Decidisteis de mutuo acuerdo invitar al Espíritu
Santo a vuestra relación. 2De no haber sido así, Él no
habría podido entrar a formar parte de ella. 3Tal vez hayas cometido
muchos errores desde entonces, pero también has realizado enormes esfuerzos
para ayudarle a llevar a cabo Su labor. 4Y Él no ha dejado de
apreciar todo lo que has hecho por Él, 5ni se fija en absoluto en
los errores que cometes. 6¿Le has estado igualmente agradecido a tu
hermano? 7¿Has apreciado sistemáticamente sus meritorios esfuerzos y
pasado por alto sus errores? 8¿O ha fluctuado tu aprecio menguando
progresivamente a la luz de sus errores? 9Tal vez estés ahora
iniciando una campaña para culparle por la incomodidad de la situación en que
os encontráis. 10Y debido a esa falta de aprecio y gratitud te
incapacitas a ti mismo para expresar el instante santo, y, de ese modo, lo
pierdes de vista.
12. La experiencia de un instante, por muy
convincente que sea, se olvida fácilmente si permites que el tiempo la sepulte.
2Tiene que mantenerse brillando y llena de gracia en tu conciencia
del tiempo, pero no oculta dentro de él. 3El instante perdura. 4¿Pero
dónde estás tú? 5Darle las gracias a tu hermano es apreciar el
instante santo, y permitir, por lo tanto, que sus resultados sean aceptados y
compartidos. 6Atacar a tu hermano no hace que se pierda el instante,
pero sí anula el poder de sus efectos.
13. Has recibido el instante santo,
pero tal vez has dado lugar a una condición que te impide utilizarlo. 2Como
resultado de ello, no te das cuenta de que aún sigue contigo. 3Y al
haberte separado de su expresión, te has negado a ti mismo su beneficio: 4Cada
vez que atacas a tu hermano refuerzas esto, pues el ataque impide que te veas a
ti mismo. 5Y es imposible que te niegues a ti mismo, y al mismo
tiempo puedas reconocer lo que se te ha dado y lo que has recibido.
14. Tanto tú como tu hermano os encontráis juntos en
la santa presencia de la verdad misma. 2Aquí se encuentra el
objetivo, junto con vosotros. 3¿No crees que el objetivo mismo hará
los arreglos necesarios para su consecución? 4Es precisamente esta
discrepancia entre el propósito que se ha aceptado y los medios tal como los
usas ahora, lo que parece hacerte sufrir, si bien ello le es grato al Cielo. 5Si
el Cielo fuese algo externo a ti, no podrías compartir su júbilo. 6Pero
puesto que está dentro de ti, su júbilo es también el tuyo. 7Os
une un propósito común, pero todavía permanecéis separados y divididos con
respecto a los medios. 8El objetivo, no obstante, ya está
establecido y es fijo, firme e inalterable, y los medios se amoldarán a él
debido a la inevitabilidad del objetivo. 9Y compartiréis el júbilo de
la Filiación de que ello sea así.
15. A medida que empieces a reconocer y a aceptar
los regalos que tan desprendidamente has dado a tu hermano, empezarás a aceptar
asimismo los efectos del instante santo y a usarlos para corregir todos tus
errores y liberarte de sus resultados. 2Y al aprender esto, habrás
aprendido también cómo liberar a toda la Filiación, y cómo ofrecérsela con
alegría y gratitud a Aquel que te dio tu liberación y que desea extenderla a
través de ti.
LECCIÓN 198
Sólo mi propia condenación me hace daño.
1. El daño es imposible. 2Y, sin embargo,
las ilusiones forjan más ilusiones. 3Si puedes condenar, se te puede
hacer daño. 4Pues habrás creído que puedes hacer daño, y el derecho
que te prescribes puede ahora usarse contra ti, hasta que renuncies a él por
ser algo sin valor, indeseable e irreal. 5La ilusión dejará entonces
de tener efectos,. y aquellos que parecía tener quedarán anulados. 6Entonces
serás libre, pues la libertad es tu regalo, y ahora puedes recibir el regalo
que has dado.
2. Condena y te vuelves un prisionero. 2Perdona
y te liberas. 3Ésta es la ley que rige a la percepción. 4No
es una ley que el conocimiento entienda, pues la libertad es parte del
conocimiento. 5Por lo tanto, condenar es en realidad imposible. 6Lo
que parece ser su influencia y sus efectos jamás tuvieron lugar en absoluto. 7No
obstante, tenemos que lidiar con ellos por un tiempo como si en realidad
hubiesen tenido lugar. 8Las ilusiones forjan más ilusiones. 9Excepto
una: 10Pues el perdón es la ilusión que constituye la respuesta a
todas las demás ilusiones.
3. El perdón desvanece todos los demás sueños, y
aunque en sí es un sueño, no da lugar
a más sueños. 2Todas las ilusiones, salvo ésta, no pueden sino
multiplicarse de mil en mil. 3Pero con ésta, a todas las demás les
llega su fin. 4El perdón representa el fin de todos los sueños, ya
que es el sueño del despertar. 5No es en sí la verdad. 6No
obstante, apunta hacia donde ésta se encuentra, y provee dirección con la
certeza de Dios Mismo. 7Es un sueño en el que el Hijo de Dios
despierta a su Ser y a su Padre, sabiendo que Ambos son uno.
4. El perdón es el único camino que te conduce más
allá del desastre, del sufrimiento y, finalmente, de la muerte. 2¿Cómo
podría haber otro camino cuando éste es el plan de Dios? 3¿Y por qué
combatirlo, oponerse a él, hallarle mil faltas y buscar mil otras alternativas?
5. ¿No sería más sabio alegrarte de tener en tus manos
la respuesta a tus problemas? 2¿No sería más inteligente darle
gracias a Aquel que te ofrece la salvación y aceptar Su regalo con gratitud? 3¿Y
no sería muestra de bondad para contigo mismo oír Su Voz y aprender las
sencillas lecciones que Él desea enseñarte en lugar de tratar de ignorar Sus
palabras y sustituirlas por las tuyas?
6.
Sus palabras darán resultado. 2Sus palabras salvarán. 3En
Sus palabras yace toda la esperanza, bendición y dicha que jamás se pueda
encontrar en esta tierra. 4Sus palabras proceden de Dios, y te
llegan con el amor del Cielo impreso en ellas. 5Los que oyen Sus
palabras han oído el himno del Cielo. 6Pues éstas son las palabras
en las que todas las demás por fin se funden en una sola. 7Y al
desaparecer ésta, la Palabra de Dios viene a ocupar su lugar, pues entonces
será recordada y amada.
7.
En este mundo parece haber diversos escondrijos
donde la piedad no tiene sentido y, el ataque parece estar justificado. 2Mas
todos son uno: un lugar donde la muerte es la ofrenda que se le hace al Hijo de
Dios así como a su Padre. 3Tal vez pienses que Ellos la han
aceptado. 4Mas si miras de nuevo allí donde antes contemplaste Su
sangre, percibirás en su lugar un milagro. 5¡Qué absurdo creer que
Ellos podían morir! 6¡Qué absurdo creer que podías atacar! 7¡Qué
locura pensar que podías ser condenado y que el santo Hijo de Dios podía morir!
8. La quietud de tu Ser
permanece impasible y no se ve afectada por semejantes pensamientos ni se
percata de ninguna condenación que pudiera requerir perdón. 2Pues
los sueños, sea cual fuere su clase, son algo ajeno y extraño a la verdad. 3¿Y
qué otra cosa, sino la verdad, podría contener un Pensamiento que edifica un
puente hasta ella misma para transportar las ilusiones al otro lado?
9.
Nuestras prácticas de hoy consisten en dejar
que la libertad venga a establecer su morada en ti. 2La verdad
deposita estas palabras en tu mente, para que puedas encontrar la llave de la
luz y permitir que a la oscuridad le llegue su fin:
3Sólo
mi propia condenación me hace daño. 4Sólo mi propio perdón me puede liberar.
5No olvides hoy que toda forma de
sufrimiento oculta algún pensamiento que niega el perdón. 6Y que el
perdón puede sanar toda forma de dolor.
10. Acepta la única
ilusión que proclama que en el Hijo de Dios no hay condenación, y el Cielo será
recordado instantáneamente, el mundo quedará olvidado y todas sus absurdas
creencias quedarán olvidadas junto con él, conforme la faz de Cristo aparezca
por fin sin velo alguno en este sueño de perdón. 2Éste es el regalo
que el Espíritu Santo te ofrece de parte de Dios tu Padre. 3Deja que
el día de hoy sea celebrado tanto en la tierra como en tu santo hogar. 4Sé
benévolo con ambos, al perdonar las ofensas de las que pensaste que eran
culpables, y ve tu inocencia irradiando sobre ti desde la faz de Cristo.
11.
Ahora el silencio se extiende por todo el
mundo. 2Ahora hay quietud allí donde antes había una frenética
avalancha de pensamientos sin sentido. 3Ahora hay una serena luz
sobre la faz de la tierra, que reposa tranquila en un dormir desprovisto de
sueños. 4Y ahora lo único que queda en ella es la Palabra de Dios. 5Sólo
eso puede percibirse por un instante más. 6Luego, los símbolos
pasarán al olvido, y todo lo que jamás creíste haber hecho desaparecerá por
completo de la mente que Dios reconoce para siempre como Su único Hijo.
12.
En él no hay condenación. 2Es
perfecto en su santidad. 3No necesita pensamientos de misericordia. 4¿Qué
regalos se le pueden hacer cuando todo es suyo? 5¿A quién podría
ocurrírsele ofrecer perdón al Hijo de la Impecabilidad Misma, tan semejante a Aquel de Quien es
Hijo, que contemplar al Hijo significa dejar de percibir y únicamente conocer
al Padre? 6En esta visión del Hijo, tan fugaz que ni siquiera un
instante media entre este singular panorama y la intemporalidad misma,
contemplas la visión de ti mismo, y luego desapareces para siempre en Dios.
13.
Hoy nos aproximamos todavía más al final de
todo lo que aún pretende interponerse entre esta visión y nuestra vista. 2Nos
sentimos dichosos de haber llegado tan lejos, y reconocemos que Aquel que nos
trajo hasta aquí no nos abandonará ahora. 3Pues nos quiere dar hoy
el regalo que Dios nos ha dado a través de Él. 4Éste es el momento
de tu liberación. 5Ha llegado el momento. 6Ha llegado
hoy.
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