III. Sombras del pasado
1. Perdonar no es otra cosa que recordar únicamente
los pensamientos amorosos que diste en el pasado, y aquellos que se te dieron
a ti. 2Todo lo demás debe olvidarse. 3El perdón es una
forma selectiva de recordar que no se basa en tu propia selección. 4Pues
las tenebrosas figuras que quieres hacer inmortales son "enemigos" de
la realidad. 5Procura estar dispuesto a perdonar al Hijo de Dios por
lo que él no hizo. 6Las tenebrosas figuras son los testigos que
traes contigo para demostrar que el Hijo de Dios hizo lo que no hizo. 7Puesto
que las traes contigo, las oirás. 8Y tú que las conservas porque tú
mismo así lo elegiste, no puedes entender cómo llegaron hasta tu mente ni cuál
es su propósito. 9Representan el mal que crees que se te infligió. 10Las
traes contigo sólo para poder devolver mal por mal, con la esperanza de que su
testimonio te permita pensar que otro es culpable sin que ello te afecte a ti. 11Hablan
tan decididamente en favor de la separación que nadie que no estuviese
obsesionado por perpetuar la separación podría oírlas. 12Te ofrecen
las "razones" por las cuales deberías entablar alianzas no santas a
fin de apoyar los objetivos del ego y hacer de tus relaciones testimonios de su
poder.
2. Son estas tenebrosas figuras las que quieren
santificar al ego ante tus ojos, y enseñarte que lo que haces para mantenerlo a
salvo es en realidad amor. 2Estas tenebrosas figuras siempre hablan
de venganza, y todas las relaciones que entablan son absolutamente dementes. 3Tales
relaciones tienen, sin excepción, el propósito de excluir la verdad del otro,
así como la verdad acerca de ti. 4Por eso es por lo que ves tanto en
ti como en el otro lo que no está ahí, haciendo de ambos los esclavos de la venganza.
5Y por eso es por lo que cualquier cosa que te recuerde tus
resentimientos pasados te atrae y te parece que es amor, independientemente de
cuán distorsionadas sean las asociaciones que te llevan a hacer esa conexión. 6Y
finalmente, ésa es la razón de que todas las relaciones de ese tipo se
convierten en intentos de unión a través del cuerpo, pues sólo los cuerpos
pueden considerarse medios de venganza. 7Es evidente que los
cuerpos son el foco central de todas las relaciones no santas. 8Has
aprendido esto por experiencia propia. 9Pero de lo que tal vez no te
das cuenta es de todas las razones que hacen que la relación no sea santa. 10Pues
la falta de santidad procura reforzarse a sí misma, tal como la santidad lo
hace, atrayendo hacia sí lo que percibe como afín a ella.
3. No es con el cuerpo del otro con el que se
intenta la unión en la relación no santa, sino con los cuerpos de los que no
están ahí. 2Pues ni siquiera el cuerpo del otro, que de por sí es
una percepción de él seriamente limitada, es el foco central tal como es, o al
menos, no del todo. 3Lo que se puede emplear para fantasías de
venganza, y lo que más fácilmente puede asociarse con aquellos contra quienes
realmente se busca la venganza, es donde se centra la atención, y son estas
partes las que se seleccionan como las únicas que tienen valor. 4Cada
paso en el proceso de entablar, mantener o romper una relación no santa es un
avance progresivo hacia una mayor fragmentación y una mayor irrealidad. 5Las
tenebrosas figuras se vuelven cada vez más imperantes, y la importancia de
aquel en quien parecen manifestarse disminuye.
4. El tiempo es ciertamente severo con la relación
no santa. 2Pues el tiempo es cruel en manos del ego, de la
misma manera en que es benévolo cuando se usa en favor de la mansedumbre. 3La
atracción de la relación no santa empieza a disminuir y a ponerse en duda casi
de inmediato. 4Una vez que se ha establecido la relación, la duda
surge inevitablemente, pues el propósito de la relación no se puede alcanzar. 5El
"ideal" de la relación no santa, por lo tanto, requiere que la
realidad del otro no venga a "estropear" el sueño. 6Y
cuanto menos aporte a la relación, "mejor" se vuelve ésta. 7Y
así, el intento de unión se convierte en una forma de excluir incluso a aquel
con quien se procuró la unión. 8Pues la relación se estableció
precisamente para excluirle de ella y para que la "unión" fuese con
fantasías en las que se goza de una "dicha" ininterrumpida.
5. ¿Cómo puede el Espíritu Santo introducir Su
interpretación de que el cuerpo es un medio de comunicación en las relaciones
cuyo único propósito es separarse de la realidad? 2Lo que el perdón
es, es lo que le capacita para hacerlo. 3Si se ha olvidado
todo, excepto los pensamientos amorosos, lo que queda es eterno. 4Y
el pasado transformado se vuelve como el presente. 5El pasado deja
de estar en conflicto con el ahora. 6Esta continuidad extiende el
presente al aumentar su realidad y su valor en la percepción que tienes de él. 7En
estos pensamientos amorosos, y oculta tras la fealdad de la relación no santa
en la que se recuerda el odio, se encuentra la chispa de belleza dispuesta a
cobrar vida tan pronto como se le entregue la relación a Aquel que le infunde
vida y belleza. 8Por eso es por lo que la Expiación se centra en el
pasado, que es la fuente de la separación y donde ésta debe ser des-hecha. 9Pues
la separación debe ser corregida allí donde fue concebida.
6. El ego trata de "resolver" sus
problemas, no en su punto de origen, sino donde no fueron concebidos. 2Y
así es como trata de garantizar que no tengan solución. 3Lo único
que el Espíritu Santo desea es resolver todo completa y perfectamente, de modo
que busca y halla la fuente de los problemas allí donde ésta se encuentra, y
allí mismo la deshace. 4Y con cada paso del proceso de deshacer que
Él lleva a cabo, la separación se va deshaciendo más y más, y la unión se
vuelve cada vez más inminente. 5Ninguna "razón" que hable
en favor de la separación le causa confusión alguna. 6Lo único que
percibe en la separación es que tiene que ser des-hecha. 7Permite
que Él descubra la chispa de belleza que se encuentra oculta en tus relaciones
y te la revele. 8Su belleza te atraerá tanto, que no estarás
dispuesto a perderla de vista nuevamente. 9Y dejarás que esta chispa
transforme la relación de modo que la puedas ver más y más. 10Pues
la desearás más y más, y estarás cada vez menos dispuesto a que esté oculta de
ti. 11Y aprenderás a buscar y a establecer las condiciones en las
que esta belleza se puede ver.
7. Harás todo esto gustosamente, sólo con que le
dejes mantener la chispa delante de ti para que alumbre tu camino y puedas
verlo con claridad. 2El Hijo de Dios es uno. 3A quienes
Dios ha unido como uno, el ego no los puede desunir. 4Por muy oculta
que se encuentre en toda relación, la chispa de la santidad no puede sino estar
a salvo. 5Pues el Creador de la única relación que existe no se ha
excluido a Sí Mismo de ninguno de sus aspectos. 6Éste es el único
aspecto de la relación que el Espíritu Santo ve porque sabe que únicamente ese
aspecto es verdad. 7Tú has hecho que la relación sea irreal y, por
lo tanto, no santa, al verla como no es y donde no está. 8Entrégale
el pasado a Aquel que puede hacer que cambies de parecer con respecto a él por
ti. 9Pero asegúrate antes que nada de que te das cuenta plenamente
de lo que has hecho que el pasado represente, y por qué.
8. El pasado se convierte en la justificación
para entablar una alianza continua y profana con el ego contra el presente. 2Pues
el presente es perdón. 3Por lo tanto, las relaciones que la
alianza no santa fomenta no se perciben ni se experimentan como si estuviesen
ocurriendo ahora. 4Mas el marco de referencia al que se recurre
para que le dé significado al presente es una ilusión del pasado en la que se
conservan aquellos elementos que se ajustan al propósito de la relación no
santa, y se abandonan todos los demás. 5Y lo que de esta manera se
abandona, es toda la verdad que el pasado jamás habría podido ofrecer al
presente para que diese testimonio de la realidad de éste. 6Lo que
se conserva no hace sino dar testimonio de la realidad de los sueños.
9. Sigue estando en tus manos elegir unirte a la
verdad o a la ilusión. 2Pero recuerda que elegir una es abandonar la
otra. 3Dotarás de belleza y realidad a la que elijas porque tu
elección depende de cuál valoras más. 4La chispa de belleza o el
velo de fealdad, el mundo real o el de la culpabilidad y el miedo, la verdad o
la ilusión, la libertad o la esclavitud, es todo lo mismo. 5Pues no
puedes elegir más que entre Dios o el ego. 6Todo sistema de pensamiento
o bien es verdadero o bien falso, y todos sus atributos se derivan naturalmente
de lo que es. 7Únicamente los Pensamientos de Dios son verdaderos. 8Y
todo lo que se deriva de ellos procede de lo que son, y es tan verdadero como
la santa Fuente de donde procedieron.
10. Santo hermano mío, quiero formar parte de todas
tus relaciones, e interponerme entre tus fantasías y tú. 2Permite
que mi relación contigo sea algo real para ti, y déjame infundirle realidad a
la percepción que tienes de tus hermanos. 3No fueron creados para
que pudieses hacerte daño a través de ellos. 4Fueron creados para
crear junto contigo. 5Ésta es la verdad que quiero interponer entre
tu objetivo de locura y tú. 6No te separes de mí ni dejes que el
santo propósito de la Expiación se pierda de vista en sueños de venganza. 7Las
relaciones en las que tales sueños se tienen en gran estima me excluyen a mí. 8En
el Nombre de Dios, déjame entrar a formar parte de ellas y brindarte paz para
que tú a tu vez puedas ofrecerme paz a mí.
LECCIÓN 192
Tengo una función que Dios quiere que desempeñe.
1. La santa Voluntad de tu Padre es que tú lo
completes, y que tu Ser sea Su Hijo sagrado, por siempre puro como Él, creado
del Amor y en él, preservado, extendiendo amor y creando en su Nombre, por
siempre uno con Dios y con tu Ser. 2Mas ¿qué sentido puede tener
tal función en un mundo de envidia, odio y ataque?
2. Tienes, por lo tanto, una función en el mundo de
acuerdo a sus propias normas. 2Pues, ¿quién podría entender un
lenguaje que está mucho más allá de lo que buenamente puede entender? 3El
perdón es tu función aquí. 4No es algo que Dios haya creado, ya que
es el medio por el que se puede erradicar lo que no es verdad. 5Pues,
qué necesidad tiene el Cielo de perdón? 6En la tierra, no obstante,
tienes necesidad de los medios que te ayudan a abandonar las ilusiones. 7La
creación aguarda tu regreso simplemente para ser reconocida, no para ser
íntegra.
3. Lo que la creación es no puede ni siquiera
concebirse en el mundo. 2No tiene sentido aquí. 3El
perdón es lo que más se le asemeja aquí en la tierra. 4Pues al haber
nacido en el Cielo, carece de forma. 5Dios, sin embargo, creó a Uno
con el poder de traducir a formas lo que no tiene forma en absoluto. 6Lo
que Él hace es forjar sueños, pero de una clase tan similar al acto de
despertar que la luz del día ya refulge en ellos, y los ojos que ya empiezan a
abrirse contemplan los felices panoramas que esos sueños les ofrecen.
4. El perdón contempla dulcemente todas las cosas que
son desconocidas en el Cielo, las ve desaparecer, y deja al mundo como una
pizarra limpia y sin marcas en la que la Palabra de Dios puede ahora reemplazar
a los absurdos símbolos que antes estaban escritos allí. 2El perdón
es el medio por el que se supera el miedo a la muerte, pues ésta deja de
ejercer su poderosa atracción y la culpabilidad desaparece. 3El
perdón permite que el cuerpo sea percibido como lo que es: un simple recurso
de enseñanza del que se prescinde cuando el aprendizaje haya terminado, pero
que es incapaz de efectuar cambio alguno en el que aprende.
5. La mente no puede cometer errores sin un cuerpo. 2No
puede pensar que va a morir o ser víctima de ataques despiadados. 3La
ira se ha vuelto imposible. a¿Dónde está el terror ahora? 4¿Qué
temores podrían aún acosar a los que han perdido la fuente de todo ataque, el
núcleo de la angustia y la sede del temor? 5Sólo el perdón puede
liberar a la mente de la idea de que el cuerpo es su hogar. 6Sólo el
perdón puede restituir paz que Dios dispuso para Su santo Hijo. 7Sólo
el perdón puede persuadir al Hijo a que contemple de nuevo su santidad.
6. Una vez que la ira haya desaparecido, podrás
percibir que a cambio de la visión de Cristo y del don de la vista no se te
pidió sacrificio alguno, y que lo único que ocurrió fue que una mente enferma y
atormentada se liberó de su dolor. 2¿Es esto indeseable? 3¿Es
algo de lo que hay que tener miedo? 4¿O bien es algo que se debe
anhelar, recibir con gratitud y aceptar jubilosamente? 5Somos uno,
por lo tanto, no renunciamos a nada. 6Y Dios ciertamente nos ha
dado todo.
7. No obstante, necesitamos el perdón para percibir
que esto es así. 2Sin su benévola luz, andamos a tientas en la
oscuridad usando la razón únicamente para justificar nuestra furia y nuestros
ataques. 3Nuestro entendimiento es tan limitado que aquello que
creemos comprender no es más que confusión nacida del error. 4Nos
encontramos perdidos en las brumas de sueños cambiantes y pensamientos
temibles, con los ojos herméticamente cerrados para no ver la luz, y las mentes
ocupadas en rendir culto a lo que no está ahí.
8. ¿Quién puede nacer de nuevo en Cristo sino aquel
que ha perdonado a todos los que ve, o en los que piensa o se imagina? 2¿Quién
que mantenga a otro prisionero puede ser liberado? 3Un carcelero no
puede ser libre, pues se encuentra atado al que tiene preso. 4Tiene
que asegurarse de que no escape, y así, pasa su tiempo vigilándolo. 5Y
los barrotes que mantienen cautivo al preso se convierten en el mundo en el que
su carcelero vive allí con él. 6Sin embargo, de la liberación del
preso depende que el camino de la libertad quede despejado para los dos.
9. Por lo tanto, no mantengas a nadie prisionero. 2Libera
en vez de aprisionar, pues de esa manera tú quedas libre. 3Los pasos
a seguir son muy sencillos. 4Cada vez que sientas una punzada de
cólera, reconoce que sostienes una espada sobre tu cabeza. 5Y ésta te
atravesará o no, dependiendo de si eliges estar condenado o ser libre. 6Así
pues, todo aquel que aparentemente te tienta a sentir ira representa tu
salvador de la prisión de la muerte. 7Por lo tanto, debes estarle
agradecido en lugar de querer infligirle dolor.
10. Sé misericordioso hoy. 2El Hijo de Dios
es digno de tu misericordia. 3Él es
quien te pide que aceptes el camino de la libertad ahora. 4No te
niegues a ello. 5El Amor que su Padre le profesa te lo profesa a ti
también. 6Tu única función aquí en la tierra es perdonarlo, para
que puedas volver a aceptarlo como tu Identidad. 7Él es tal como Dios lo creó. 8Y tú eres lo que él es. 9Perdónale ahora
sus pecados y verás que eres uno con él.
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