VI. Cómo fijar la meta
1. La aplicación práctica del propósito del Espíritu
Santo es extremadamente simple, aunque inequívoca. 2De hecho, para
poder ser simple tiene que ser inequívoca. 3Lo simple es sólo
lo que se entiende fácilmente, y para ello, es evidente que debe ser claro. 4El
objetivo del Espíritu Santo opera dentro de un marco general, pero Él te
ayudará a hacerlo específico, porque la aplicación práctica es específica.
6El Espíritu Santo provee ciertas directrices muy concretas que se
pueden aplicar en cualquier situación, pero recuerda que tú aún no te has dado
cuenta de que su aplicación es universal. 7A estas alturas, por lo
tanto, es esencial utilizarlas en toda situación separadamente, hasta que puedas
ver más allá de cada situación con mayor seguridad, y con un entendimiento
mucho más amplio del que ahora posees.
2. En cualquier situación en que no sepas qué hacer,
lo primero que tienes que considerar es sencillamente esto: "¿Qué es lo
que quiero que resulte de esta situación? 2¿Qué propósito tiene?"
3El objetivo debe definirse al principio, pues eso es lo que determinará
el resultado. 4El ego procede a la inversa. 5La situación
se convierte en lo que determina el resultado, que puede ser cualquier cosa. 6La
razón de este enfoque desorganizado es evidente. 7El ego no sabe qué
es lo que quiere que resulte de la situación. 8Es consciente de lo
que no quiere, pero sólo de eso. 9No tiene ningún objetivo
constructivo en absoluto.
3. Sin un objetivo constructivo, establecido de
antemano y claramente definido, la situación simplemente parece ocurrir al
azar y no tiene ningún sentido hasta que ya ha ocurrido. 2Entonces
miras en retrospectiva, y tratas de reconstruirla para ver qué sentido tuvo. 3Y
no podrás sino equivocarte. 4No sólo porque tus juicios están
vinculados al pasado, sino porque tampoco tienes idea de lo que debió haber
ocurrido. 5No se estableció ningún objetivo con el que armonizar los
medios. 6Y ahora el único dictamen que puede hacerse es si al ego le
gusta lo que pasó o no, si es aceptable para él o si clama por venganza. 7La
ausencia de un criterio establecido de antemano que determine el resultado
final, hace que sea dudoso el que se pueda entender y que sea imposible
evaluarlo.
4. El valor de decidir de antemano lo que quieres
que ocurra es simplemente que ello te permite percibir la situación como un
medio para hacer que tu objetivo se logre. 2Haces, por lo
tanto, todo lo posible por pasar por alto todo lo que interferiría en su logro,
y te concentras sólo en lo que te ayuda a conseguirlo. 3Es obvio que
este enfoque ha hecho que la manera en que distingues lo verdadero de lo falso
sea más parecida a la del Espíritu Santo. 4Lo verdadero viene a ser
lo que se puede utilizar para lograr el objetivo, 5y lo falso, lo
inútil desde ese punto de vista. 6La situación tiene ahora sentido,
pero sólo porque el objetivo ha hecho que lo tenga.
5. Tener a la verdad por objetivo tiene otras
ventajas prácticas. 2Si la situación se usa en favor de la verdad y
la cordura, su desenlace no puede ser otro que la paz. 3Y esto es
así independiente de cuál sea el desenlace. 4Si la paz es la
condición de la verdad y la cordura, y no puede existir sin ellas, allí donde
hay paz tienen que estar también la verdad y la cordura. 5La verdad
viene por su propia iniciativa. 6Si experimentas paz, es porque la
verdad ha venido a ti, y así, no podrás sino ver el desenlace correctamente,
pues el engaño no puede prevalecer contra ti. 7Podrás reconocer el
desenlace precisamente porque estás en paz. 8En esto se puede
ver una vez más lo opuesto a la manera de ver del ego, pues el ego cree que es
la situación la que da lugar a la experiencia. 9El Espíritu Santo
sabe que la situación es tal como el objetivo la determina, y que se
experimenta de acuerdo con ese objetivo.
6. Tener a la verdad por objetivo requiere fe. 2La
fe está implícita en la aceptación del propósito del Espíritu Santo, y esta fe
lo abarca todo. 3Allí donde se ha establecido el objetivo de la
verdad, allí tiene que estar la fe. 4El Espíritu Santo ve la
situación como un todo. 5El objetivo establece el hecho de que todo
aquel que esté involucrado en la situación desempeñará el papel que le corresponde
en la consecución del mismo. 6Esto es inevitable. 7Nadie
fracasará en su cometido. 8Esto parece requerir mucha más fe de la
que tú tienes ahora, y mucha más de la que tú puedes dar. 9Esto es
así, no obstante, sólo desde el punto de vista del ego, pues el ego cree que la
manera de "resolver" los conflictos es fragmentándolos, y, así, no
percibe la situación como un todo. 10El ego, por consiguiente,
intenta dividir la situación en segmentos y lidiar con cada uno de ellos por
separado, pues tiene fe en la separación y no en la unidad.
7. Cuando el ego se enfrenta a un aspecto de la
situación que parece ser difícil, trata de trasladarlo a otro lugar y
resolverlo allí. 2Y parecerá tener éxito, salvo que ese intento
entra en conflicto con la unidad, y no puede por menos que enturbiar el
objetivo de la verdad. 3Y no se podrá experimentar paz, salvo en
fantasías. 4La verdad no ha venido porque la fe ha sido negada, al
no haberse depositado donde por derecho propio le corresponde estar. 5De
este modo pierdes el entendimiento de la situación que el objetivo de la verdad
te brindaría. 6Pues las soluciones que proceden de fantasías no
aportan sino una experiencia ilusoria, y una paz ilusoria no es la condición
que le permite la entrada a la verdad.
LECCIÓN 199
No soy un cuerpo. Soy libre.
1.
No podrás ser libre mientras te percibas a ti
mismo como un cuerpo. 2El cuerpo es un límite. 3El que busca su
libertad en un cuerpo la busca donde ésta no se puede hallar. 4La
mente puede ser liberada cuando deja de verse a sí misma como que está dentro
de un cuerpo, firmemente atada a él y
amparada por su presencia. 5Si esto
fuese cierto, la mente sería en verdad vulnerable.
2.
La mente que está al servicio del Espíritu
Santo es ilimitada para siempre y desde cualquier punto de vista, transciende
las leyes del tiempo y del espacio; está libre de ideas preconcebidas y dispone
de la fortaleza y del poder necesarios para hacer cualquier cosa que se le
pida. 2Los pensamientos de ataque no pueden entrar en una mente
así, toda vez que ha sido entregada a la Fuente del amor, y el miedo no puede
infiltrarse en una mente que se ha unido al amor. 3Dicha mente
descansa en Dios. 4¿Y quién que viva en la Inocencia sin hacer otra
cosa que amar podría tener miedo?
3.
Es esencial para tu progreso en este curso que
aceptes la idea de hoy y que la tengas en gran estima. 2No te
preocupes si al ego le parece completamente descabellada. 3El ego tiene en gran estima al cuerpo porque mora en
él, y no puede sino vivir unido al hogar que ha construido. 4Es una
de las partes de la ilusión que ha ayudado a mantener oculto el hecho de que
él mismo es algo ilusorio.
4.
Ahí se esconde y ahí se le puede ver como lo
que es. 2Declara tu inocencia y te liberas. 3El cuerpo
desaparece al no tener tú ninguna necesidad de él, excepto la que el Espíritu
Santo ve en él. 4A tal fin, el cuerpo se percibirá como una forma
útil para lo que la mente tiene que hacer. 5De este modo se
convierte en un vehículo de ayuda para que el perdón se extienda hasta la meta
todo abarcadora que debe alcanzar, de acuerdo con el plan de Dios.
5.
Ten en gran estima la idea de hoy, y ponla en
práctica hoy y cada día. 2Haz que pase a formar parte de cada sesión
de práctica que lleves a cabo. 3No hay pensamiento cuyo poder de
ayudar no aumente con esta idea, ni ninguno que de esta manera no adquiera
regalos adicionales para ti. 4Con esta idea hacemos resonar la
llamada a la liberación por todo el mundo. 5¿Y estarías acaso tú excluido de
los regalos que haces?
6.
El Espíritu Santo es el hogar de las mentes que
buscan la libertad. 2En Él han encontrado lo que buscaban. 3El
propósito del cuerpo deja de ser ahora ambiguo. 4Y su capacidad de servir un objetivo indiviso se
vuelve perfecta. 5Y en
respuesta libre de conflicto e inequívoca a la mente que sólo tiene como
objetivo el pensamiento de libertad, el cuerpo sirve su propósito y lo sirve
perfectamente. 6Al no poder esclavizar, se vuelve un digno servidor
de la libertad que la mente que mora en el Espíritu Santo persigue.
7.
Sé libre hoy. 2Y da el regalo de
libertad a todos aquellos que creen estar esclavizados en el interior de un
cuerpo. 3Sé libre, de modo que el Espíritu Santo se pueda valer de
tu liberación de la esclavitud y poner en libertad a los muchos que se perciben
a sí mismos encadenados, indefensos y atemorizados. 4Permite que el
amor reemplace sus miedos a través de ti. 5Acepta la salvación ahora, y entrégale tu mente a Aquel que
te exhorta a que le hagas este regalo. 6Pues Él quiere darte
perfecta libertad, perfecta dicha, así como una esperanza que alcanza su plena
realización en Dios.
8.
Tú eres el Hijo de Dios. 2Vives en
la inmortalidad para siempre. 3¿No te gustaría retornar tu mente a
esto? 4Practica entonces debidamente el pensamiento que el Espíritu
Santo te da para el día de hoy. 5En él tus hermanos y tú os alzáis
liberados; el mundo es bendecido junto contigo; el Hijo de Dios no volverá a
llorar y el Cielo te da las gracias por el aumento de gozo que tu práctica le
proporciona incluso a él. 6Dios Mismo extiende Su amor y felicidad
cada vez que dices:
7No soy un cuerpo. 8Soy libre.
9Oigo la Voz que Dios
me ha dado, y es sólo esa Voz la que mi mente obedece.
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