VII. El final de las ilusiones
1. Es imposible abandonar el pasado sin renunciar a
la relación especial. 2Pues la relación especial es un intento de
revivir el pasado y alterarlo. 3Toda imaginada ofensa, todo dolor
que todavía se recuerde, así como todas las desilusiones pasadas y las
injusticias y privaciones que se percibieron, forman parte de la relación
especial, que se convierte en el medio por el que intentas reparar tu herido
amor propio. 4Sin el pasado, ¿de qué base dispondrías para elegir a
un compañero especial? 5Toda elección al respecto se hace por razón
de algo "malo" que ocurrió en el pasado a lo que aún te aferras, y
por lo que otro tiene que pagar.
2. La relación especial es una venganza contra el
pasado. 2Al tratar de eliminar todo sufrimiento pasado, pasa por
alto el presente, pues está obsesionada con el pasado y comprometida totalmente
a él. 3Ninguna relación especial se experimenta en el presente. 4Sombras
del pasado la envuelven y la convierten en lo que es. 5No tiene
ningún significado en el presente, y si no significa nada en el ahora, no
significa nada en absoluto. 6¿Cómo ibas a poder cambiar el pasado,
salvo en fantasías? 7¿Y quién te puede dar aquello de lo que según
tú se te privó en el pasado? 8El pasado no es nada. 9No
trates de culparlo por tus privaciones, pues el pasado ya pasó. 10En
realidad es imposible que no puedas desprenderte de lo que ya pasó. 11Debe
ser, por lo tanto, que estás perpetuando la ilusión de que todavía está ahí
porque crees que sirve para algún propósito que quieres ver realizado. 12Y
debe ser también que ese propósito no puede realizarse en el presente, sino
sólo en el pasado.
3. No subestimes la intensidad del deseo del ego por
vengarse del pasado. 2El ego es absolutamente cruel y completamente
demente. 3Se acuerda de todo lo que hiciste que lo ofendió, e
intenta hacer que pagues por ello. 4Las fantasías que lleva a las
relaciones que ha escogido para exteriorizar su odio, son fantasías de tu
destrucción. 5Pues el ego te guarda rencor por el pasado, y si te
escapas del pasado se vería privado de consumar la venganza que, según él, tan
justamente mereces. 6Sin embargo, si no te tuviese a ti de aliado de
tu propia destrucción, el ego no podría utilizar el pasado contra ti. 7En
la relación especial permites tu propia destrucción. 8Que eso es
demente es obvio. 9Lo que no es tan obvio es que el presente no te
sirve de nada mientras persigas el objetivo del ego como aliado suyo.
4. El pasado ya pasó. aNo intentes
conservarlo en la relación especial que te mantiene encadenado a él, y que
quiere enseñarte que la salvación se encuentra en el pasado y que por eso
necesitas volver a él para encontrarla. 2No hay fantasía que no
encierre un sueño de represalias por lo ocurrido en el pasado. 3¿Qué
prefieres, exteriorizar ese sueño o abandonarlo?
5. No parece que lo que buscas en la relación
especial sea la venganza. 2Y ni siquiera cuando el odio y la
crueldad se asoman fugazmente se quebranta seriamente la ilusión de amor. 3Sin
embargo, lo único que el ego jamás permite que llegue a tu conciencia es que
la relación especial es la exteriorización de tu venganza contra ti mismo. 4¿Qué
otra cosa podría ser? 5Cuando vas en busca de una relación especial,
no buscas la gloria dentro de ti. 6Has negado que se encuentre en
ti, y la relación se convierte en su substituto. 7La venganza pasa a
ser aquello con lo que substituyes la Expiación, y lo que pierdes es poder
escaparte de la venganza.
6. Frente a la demente noción que el ego tiene de la
salvación, el Espíritu Santo te ofrece dulcemente el instante santo. 2Hemos
dicho antes que el Espíritu Santo tiene que enseñar mediante comparaciones, y
que se vale de opuestos para apuntar hacia la verdad. 3El instante
santo es lo opuesto a la creencia fija del ego de que la salvación se logra
vengando el pasado. 4En el instante santo se comprende que el pasado
ya pasó, y que, con su pasar, el impulso de venganza se arrancó de raíz y
desapareció. 5La quietud y la paz del ahora te envuelven con
perfecta dulzura. 6Todo ha desaparecido, excepto la verdad.
7. Puede que por algún tiempo todavía trates de
llevar ilusiones al instante santo, obstaculizando así el que seas plenamente
consciente de la absoluta diferencia que existe con respecto a todo entre tu
experiencia de la verdad y tu experiencia de la ilusión. 2Mas no
seguirás tratando de hacer eso por mucho más tiempo. 3En el instante
santo el poder del Espíritu Santo prevalecerá porque te habrás unido a Él. 4Las
ilusiones que cargas contigo debilitarán la experiencia que tienes de Él por
algún tiempo, e impedirán que retengas la experiencia en tu mente. 5Mas
el instante santo es eterno, y las ilusiones que tienes acerca del tiempo no
impedirán que lo intemporal sea lo que es, ni que lo experimentes tal como es.
8. Lo que Dios te ha dado, te lo dio de verdad, y no
podrás sino recibirlo de verdad. 2Pues los dones de Dios están
desprovistos de toda realidad a menos que tú los recibas. 3Recibirlos
consuma Su dación. 4Tú los recibirás porque Su Voluntad es
darlos. 5Él dio el instante santo para que te fuese dado, y es
imposible que no lo recibas, puesto que Él lo dio. 6Cuando Él
dispuso que Su Hijo fuese libre, Su Hijo fue libre. 7En el
instante santo se encuentra Su recordatorio de que Su Hijo será siempre
exactamente como fue creado. 8Y el propósito de todo lo que el
Espíritu Santo enseña es recordarte que has recibido lo que Dios te dio.
9. No hay nada por lo que tengas que guardarle
rencor a la realidad. 2Lo único que debes perdonar son las
ilusiones que has albergado contra tus hermanos. 3Su realidad no
tiene pasado, y lo único que se puede perdonar son las ilusiones. 4Dios
no le guarda rencor a nadie, pues es incapaz de albergar ningún tipo de
ilusión. 5Libera a tus hermanos de la esclavitud de sus ilusiones,
perdonándolos por las ilusiones que percibes en ellos. 6Así
aprenderás que has sido perdonado, pues fuiste tú quien les ofreció ilusiones.
7En el instante santo esto es lo que se lleva a cabo por ti mientras
estés en el tiempo, para de este modo brindarte la verdadera condición del
Cielo.
10. Recuerda que siempre eliges entre la verdad y
las ilusiones, entre la verdadera Expiación que cura, y la
"expiación" del ego que destruye. 2Todo el poder y Amor de
Dios, sin límite alguno, te apoyarán a medida que busques únicamente el papel
que te corresponde desempeñar en el plan de Expiación que procede de Su Amor. 3Sé
un aliado de Dios y no del ego en tu búsqueda para descubrir cómo alcanzar la
Expiación. 4Con Su ayuda basta, pues Su Mensajero sabe cómo
restituirte el Reino y hacer que todo tu interés en la salvación se centre en
tu relación con Él.
11. Busca y encuentra Su mensaje en el
instante santo, en el que se perdonan todas las ilusiones. 2Desde
ahí, el milagro se extiende para bendecir a todo el mundo y resolver todo
problema, percíbase como grande o pequeño, como que puede ser resuelto o como
que no. 3No hay nada que no ceda ante Él y Su majestad. 4Unirse
en estrecha relación con Él es aceptar todas las relaciones como reales, y
gracias a su realidad, abandonar las ilusiones a cambio de la realidad de tu
relación con Dios. 5Alabada sea la relación que tienes con Él y
ninguna otra. 6La verdad reside en ella y no en ninguna otra parte. 7Eliges
esto o nada.
12. Perdónanos nuestras ilusiones, Padre, y
ayúdanos a aceptar nuestra verdadera relación Contigo, en la que no hay
ilusiones y en la que jamás puede infiltrarse ninguna. 2Nuestra
santidad es la Tuya. 3¿Qué puede haber en nosotros que
necesite perdón si Tu perdón es perfecto? 4El sueño del
olvido no es más que nuestra renuencia a recordar Tu perdón y Tu amor. 5No
nos dejes caer en la tentación, pues la tentación del Hijo de Dios no es Tu
Voluntad. 6Y déjanos recibir únicamente lo
que Tú has dado, y aceptar sólo eso en las mentes que Tú creaste y que amas. 7Amén.
LECCIÓN 190
Elijo el júbilo de Dios en lugar del dolor.
1.
El dolor es una perspectiva errónea. 2Cuando
se experimenta en cualquier forma que sea, es señal de que nos hemos engañado a
nosotros mismos. 3El dolor no es un hecho en absoluto. 4Sea
cual sea la forma que adopte, desaparece una vez que se percibe correctamente. 5Pues
el dolor proclama que Dios es cruel. 6¿Cómo podría entonces ser real
en cualquiera de las formas que adopta? 7El dolor da testimonio del
odio que Dios el Padre le tiene a Su Hijo, de la pecaminosidad que ve en él y
de Su demente deseo de venganza y de muerte.
2.
¿Es posible acaso dar fe de semejantes
proyecciones? 2¿Qué podrían ser sino falsedades? 3El
dolor no es sino un testigo de los errores del Hijo con respecto a lo que él
cree ser. 4Es un sueño de una encarnizada represalia por un crimen
que no pudo haberse cometido; por un ataque contra lo que es completamente inexpugnable.
5Es una pesadilla en la que hemos sido abandonados por el Amor
Eterno, el cual jamás habría podido abandonar al Hijo que creó como fruto de Su
Amor.
3.
El dolor es señal de que las ilusiones reinan
en lugar de la verdad. 2Demuestra que Dios ha sido negado,
confundido con el miedo, percibido como demente y considerado como un traidor a
Sí Mismo. 3Si Dios es real, el dolor no existe. 4Mas si
el dolor es real, entonces es Dios Quien no existe. 5Pues la
venganza no forma parte del amor. 6Y el miedo, negando el amor y
valiéndose del dolor para probar que Dios está muerto, ha demostrado que la
muerte ha triunfado sobre la vida. 7El cuerpo es el Hijo de Dios,
corruptible en la muerte y tan mortal como el Padre al que ha asesinado.
4.
¡Que la paz ponga fin a semejantes necedades! 2Ha
llegado el momento de reírse de ideas tan absurdas. 3No es necesario
pensar en ellas como si fuesen crímenes atroces o pecados secretos de graves
consecuencias. 4¿Quién sino un loco podría pensar que son la causa
de algo? 5Su testigo, el dolor, es tan demente como ellas, y no se
debe tener más miedo de él que de las dementes ilusiones a las que ampara, y
que trata de demostrar que no pueden sino seguir siendo verdad.
5.
Son únicamente tus pensamientos los que te
causan dolor. 2Nada externo a tu mente puede herirte o hacerte daño
en modo alguno. 3No hay causa más allá de ti mismo que pueda
abatirse sobre ti y oprimirte. 4Nadie, excepto tú mismo, puede
afectarte. 5No hay nada en el mundo capaz de hacerte enfermar, de
entristecerte o de debilitarte. 6Eres tú el que tiene el poder de
dominar todas las cosas que ves reconociendo simplemente lo que eres. 7Conforme
percibas su inocuidad, ellas aceptarán como suya tu santa voluntad. 8Y
lo que antes inspiraba miedo se convierte ahora en una fuente de inocencia y
santidad.
6.
Santo hermano mío, piensa en esto por un
momento: el mundo que ves no hace nada. 2No tiene efectos. 3No
es otra cosa que la representación de tus pensamientos. 4Y será
completamente distinto cuando elijas cambiar de parecer y decidas que lo que
realmente deseas es el júbilo de Dios. 5Tu Ser se alza radiante en este
santo júbilo, inalterado e inalterable por siempre jamás. 6¿Le negarías
a un pequeño rincón de tu mente su propia herencia y lo conservarías como
hospital para el dolor, como un lugar enfermizo a donde toda cosa viviente
tiene que venir finalmente a morir?
7.
Tal vez parezca que el mundo te causa dolor. 2Sin
embargo, al no tener causa, no tiene el poder de ser la causa de nada. 3Al
ser un efecto, no puede producir efectos. 4Al ser una ilusión, es lo
que tú deseas que sea. 5Tus vanos deseos constituyen sus pesares. 6Tus
extraños anhelos dan lugar a sus sueños de maldad. 7Tus pensamientos
de muerte lo envuelven con miedo, mientras que en tu benévolo perdón halla
vida.
8. El dolor es la forma en que se manifiesta el
pensamiento del mal, causando estragos en tu mente santa. 2El dolor
es el rescate que gustosamente has pagado para no ser libre. 3En el
dolor se le niega a Dios el Hijo que Él ama. 4En el dolor el miedo
parece triunfar sobre el amor, y el tiempo reemplazar a la eternidad y al
Cielo. 5Y el mundo se convierte en un lugar amargo y cruel, donde
reina el pesar y donde los pequeños gozos sucumben ante la embestida del dolor
salvaje que aguarda para trocar toda alegría en sufrimiento.
9.
Rinde tus armas, y ven sin defensas al sereno
lugar donde por fin la paz del Cielo envuelve todas las cosas en la quietud. 2Abandona
todo pensamiento de miedo y de peligro. 3No permitas que el ataque
entre contigo. 4Depón la cruel espada del juicio que apuntas contra
tu propio cuello, y deja a un lado las devastadoras acometidas con las que
procuras ocultar tu santidad.
10. Así entenderás que el dolor no existe. 2Así
el júbilo de Dios se vuelve tuyo. 3Éste es el día en que te es dado
comprender plenamente la lección que encierra dentro de sí todo el poder de la
salvación: el dolor es una ilusión; el júbilo es real. 4El dolor es dormir; el júbilo, despertar. 5El dolor es un engaño; y sólo el júbilo es verdad.
11. Por
lo tanto, volvemos nuevamente a optar por la única alternativa
que jamás se puede elegir, ya que sólo elegimos entre las ilusiones y la
verdad, entre el dolor y el júbilo,
entre el Cielo y el infierno. 2Que la gratitud hacia nuestro Maestro
invada nuestros corazones, pues somos libres de elegir nuestro júbilo en vez de
dolor, nuestra santidad en vez de pecado, la paz de Dios en vez de conflicto y
la luz del Cielo en lugar de las tinieblas del mundo.
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