III. El dios de la enfermedad
1. No has atacado a Dios, y ciertamente lo amas. 2¿Puedes
acaso cambiar tu realidad? 3Nadie puede disponer su propia destrucción.
4Cuando piensas que te estás atacando a ti mismo, ello es señal
evidente de que odias lo que crees ser.
5Y eso, y sólo eso, es lo único que puedes atacar. 6Lo
que crees ser puede ser muy odioso, y lo que esta extraña imagen te lleva a
hacer puede ser muy destructivo. 7Mas la destrucción no es más real
que la imagen, si bien los que inventan ídolos ciertamente los veneran. 8Los
ídolos no son nada, pero sus adoradores son los Hijos enfermos de Dios. 9Dios
desea verlos libres de sus enfermedades y de vuelta en Su Mente. 10No
limitará en modo alguno el poder que tienes de ayudarlos, puesto que Él te lo
dio. 11No tengas miedo de ese poder porque es tu salvación.
2. ¿Qué otro Consolador puede haber para los Hijos
enfermos de Dios, excepto Su poder a través de ti? 2Recuerda que no
importa en qué parte de la Filiación se le acepte, 3Él siempre es
aceptado por todos, y cuando tu mente lo recibe, Su recuerdo despierta en toda
la Filiación. 4Sana a tus hermanos aceptando simplemente a Dios por
ellos. 5Vuestras mentes no están separadas, y Dios tiene solamente
un canal para sanar porque sólo tiene un Hijo. 6El único nexo de
comunicación que le queda a Dios con Sus Hijos los une a todos ellos entre sí,
y a todos ellos con Él. 7Ser consciente de esto es sanarlos, ya que
es la conciencia de que ninguno de ellos está separado y, por ende, ninguno
está enfermo.
3. Creer que un Hijo de Dios puede estar enfermo es
creer que parte de Dios puede sufrir. 2El amor no puede sufrir
porque no puede atacar. 3Recordar el amor, por lo tanto, trae
consigo invulnerabilidad. 4No te pongas de parte de la enfermedad
en presencia de un Hijo de Dios aunque él crea en ella, pues tu aceptación de
que Dios reside en él da testimonio del Amor de Dios que él ha olvidado. 5Tu
reconocimiento de que él forma parte de Dios le recuerda la verdad acerca de sí
mismo, que él está negando. 6¿Reforzarías aún más su negación de
Dios, perdiéndote de esta manera de vista a ti mismo? 7¿O le
recordarías su plenitud y te acordarías de tu Creador con él?
4. Creer que un Hijo de Dios está enfermo es adorar
al mismo ídolo que él adora. 2Dios creó el amor, no la idolatría. 3Todas
las formas de idolatría son caricaturas de la creación, y las enseñan mentes
que están demasiado divididas como para saber que la creación comparte el poder
y nunca lo usurpa. 4La enfermedad es idolatría porque es la creencia
de que se te puede desposeer de tu poder. 5Esto, no obstante, es
imposible porque formas parte de Dios, que es todo poder. 6Un dios
enfermo no puede por menos que ser un ídolo, hecho a imagen y semejanza de lo
que su hacedor cree ser. 7Y esto es exactamente lo que el ego
percibe en un Hijo de Dios: un dios enfermo, auto-creado, auto-suficiente,
sumamente perverso y extremadamente vulnerable. 8¿Es éste el ídolo
que quieres adorar? 9¿Es ésta la imagen para salvar la cual te
mantienes alerta? 10¿Tienes realmente miedo de perder esto?
5. Examina con calma la conclusión lógica del
sistema de pensamiento del ego y determina si lo que te ofrece es realmente lo
que tú deseas, pues eso es lo que te
ofrece. 2Para obtenerlo estás dispuesto a atacar la Divinidad de
tus hermanos y así perder de vista la tuya. 3Y estás dispuesto a
mantenerla oculta para proteger un ídolo que crees que te salvará de los
peligros que él representa, pero que no existen.
6. En el Reino no hay idólatras, sino un gran
aprecio por todo lo que Dios creó, debido al sereno conocimiento de que cada
ser forma parte de Él. 2El Hijo de Dios no sabe de ídolos, pero sí
sabe Quién es su Padre. 3En este mundo la salud es el equivalente de
lo que en el Cielo es la valía. 4No es mi mérito lo que te aporto
sino mi amor, pues tú no te consideras valioso. 5Cuando no te
consideras valioso enfermas, pero la valía que te adjudico puede curarte
porque la valía del Hijo de Dios es una y la misma. 6Cuando dije:
"Mi paz os doy", eso es exactamente lo que quise decir. 7La
paz te llega de parte de Dios a través de mí. 8Es para ti aunque tú
no la pidas.
7. Cuando un hermano está enfermo es porque no está
pidiendo paz, y, por lo tanto, no sabe que ya dispone de ella. 2Aceptar
la paz es negar lo ilusorio, y la enfermedad es una ilusión. 3Todo Hijo de Dios, no obstante, tiene
el poder de negar lo ilusorio en cualquier parte del Reino simplemente
negándolo completamente en sí mismo. 4Yo puedo curarte porque te
conozco. 5Conozco tu valía por ti, y esta valía es lo que te hace
íntegro. 6Una mente íntegra no es idólatra ni sabe de leyes
conflictivas. 7Te curaré simplemente porque sólo tengo un mensaje, y
ese mensaje es verdad. 8Tu fe en él te hará íntegro cuando tengas fe
en mí.
8. No recurro a engaños para difundir el mensaje de
Dios, y aprenderás esto a medida que aprendas que siempre recibes en la misma
medida en que aceptas. 2Podrías aceptar paz ahora mismo por todo el
mundo, y así liberarlos completamente de sus ilusiones, pues has oído Su Voz. 3Pero
no antepongas otros dioses a Él, o no podrás oír. 4Dios no tiene
celos de los dioses que inventaste, pero tú sí. 5Tú quisieras
conservarlos y servirles porque crees que ellos te hicieron a ti. 6Crees
que ellos son tu padre porque estás proyectando sobre ellos el pavoroso hecho
de que los inventaste para reemplazar a Dios. 7Mas cuando parezcan
hablarte recuerda que nada puede reemplazar a Dios, y que todos los substitutos
con los que lo has intentado suplantar no son nada.
9. Dicho llanamente, pues, puede que creas que
tienes miedo de la nada, pero en realidad tienes miedo de lo que no es nada. 2Y
al darte cuenta de esto sanas. 3Oirás al Dios al que prestes
atención. 4Inventaste al dios de la enfermedad, y al inventarlo te
capacitaste para oírle. 5No obstante, no lo creaste, pues él no es
la Voluntad del Padre. 6Por lo tanto, no es eterno, y quedará
des-hecho en el instante en que indiques que estás dispuesto a aceptar solamente
lo eterno.
10. Si Dios no tiene más que un solo Hijo, no puede
haber más que un solo Dios. 2Tú compartes la realidad con Él porque
la realidad no está dividida. 3Anteponer otros dioses a Él es
anteponer otras imágenes a ti mismo. 4No te das cuenta de cuánto
caso les haces a tus dioses y de cuán alerta te mantienes en su favor. 5No
obstante, ellos existen únicamente porque tú los honras. 6Honra sólo
lo que es digno de ser honrado y tendrás paz. 7La paz es el legado
de tu verdadero Padre. 8Tú no puedes engendrar a tu Padre, y el
falso padre que inventaste no te procreó a ti. 9Las ilusiones no son
dignas de ser honradas porque al honrarlas no estás honrando nada. 10No
obstante, tampoco deben temerse, pues lo que no es nada no puede ser temible. 11Has
elegido tener miedo del amor por razón de su perfecta mansedumbre, y debido a
ese miedo has estado dispuesto a renunciar a la perfecta capacidad que tienes
para ser útil y a la perfecta Ayuda de que dispones.
11. Únicamente en el altar de Dios podrás encontrar
paz. 2Y este altar está en ti porque Dios lo puso allí. 3Su
Voz todavía te llama a retornar, y le oirás cuando dejes de anteponer otros
dioses a Él. 4Puedes renunciar al dios de la enfermedad por tus
hermanos; de hecho, eso es lo que tendrás que hacer si renuncias a él tú mismo.
5Pues si ves al dios de la enfermedad en alguna parte, lo has
aceptado. 6Y si lo has aceptado, te postrarás ante él y lo adorarás
porque fue concebido para reemplazar a Dios. 7Él es la creencia de
que puedes elegir qué dios es real. Si bien está claro que esto no tiene nada
que ver con la realidad, está igualmente claro que tiene mucho que ver con la
realidad tal como tú la percibes.
LECCIÓN 101
La Voluntad de Dios para mí es perfecta felicidad.
1. Hoy continuaremos con el tema de la felicidad. 2Esta
idea es esencial para poder comprender el significado de la salvación. 3Todavía
crees que la salvación requiere que sufras como penitencia por tus
"pecados". 4Pero no es así. 5No obstante, no
podrás evitar pensar que lo es, mientras sigas creyendo que el pecado es real y
que el Hijo de Dios puede pecar.
2.
Si el pecado es real, entonces el castigo es justo e ineludible. 2La
salvación, por lo tanto, sólo se puede obtener mediante el sufrimiento. 3Si
el pecado es real, la felicidad no puede sino ser una ilusión, pues ambas cosas
no pueden ser verdad. 4Los que pecan sólo merecen muerte y dolor, y
por eso es por lo que claman. 5Pues saben que eso es lo que les
espera, y que los buscará y que en algún punto y en algún lugar los encontrará,
de modo que puedan saldar la deuda que tienen con Dios. 6Debido a su
terror, tratan de escaparse de Él. 7Mas Él los seguirá persiguiendo
y ellos no podrán escapar.
3. Si el pecado es real, la salvación tiene que ser el dolor. 2El
dolor es el costo del pecado, y si el pecado es real el sufrimiento es
inevitable. 3La salvación no puede sino ser temible, pues mata,
aunque lentamente, y antes de otorgar el deseado favor de la muerte a las
víctimas que están casi en los huesos antes de haber sido apaciguada, los
despoja de todo. 4Su ira es insaciable e inclemente, aunque
totalmente justa.
4. ¿Quién buscaría un castigo tan brutal? 2¿Quién no huiría
de la salvación, intentando por todos los medios ahogar la Voz que se la
ofrece? 3¿Por qué habría de tratar de escuchar y aceptar Su
ofrecimiento? 4Si el pecado es real, lo que le ofrece es la muerte,
que le inflige cruelmente para que esté a la par de los perversos deseos de
donde nace el pecado. 5Si el pecado es real, la salvación se ha
vuelto tu enemigo acérrimo, la maldición de Dios contra ti que crucificaste a
Su Hijo.
5. Hoy necesitas las sesiones de práctica. 2Los ejercicios
te enseñan que el pecado no es real y que todo lo que crees que inevitablemente
ha de ocurrir como consecuencia de él jamás podrá suceder, pues carece de
causa. 3Acepta la Expiación con una mente receptiva que no abrigue
la creencia de que has hecho del Hijo de Dios un demonio. 4El pecado
no existe. 5Practicaremos hoy este pensamiento tan a menudo como nos
sea posible, pues es la base de la idea de hoy.
6. La Voluntad de Dios para ti es perfecta felicidad, toda vez que el
pecado no existe y el sufrimiento no tiene causa. 2La dicha es
justa, y el dolor no es sino señal de que te has equivocado con respecto a ti
mismo. 3No tengas miedo de la Voluntad de Dios. 4Por el
contrario, ampárate en ella con la absoluta confianza de que te liberará de
todas las consecuencias que el pecado ha forjado en tu febril imaginación. 5Di:
6La Voluntad de Dios
para mí es perfecta felicidad.
7El pecado no existe ni
tiene consecuencias.
8Así es como debes dar comienzo a
tus sesiones de práctica. aLuego intenta otra vez encontrar la dicha
que estos pensamientos le brindarán a tu mente.
7.
Da gustosamente estos cinco minutos, para eliminar la pesada carga que te has
echado encima al abrigar la demente creencia de que el pecado es real. 2Escápate
hoy de la locura. 3Ya estás firmemente plantado en el camino que
conduce a la libertad, y ahora la idea de hoy te da alas para acelerar tu
progreso y esperanza para que vayas aún más deprisa hacia la meta de paz que te
aguarda. 4El pecado no existe. 5Recuerda esto hoy, y repite en silencio tan
a menudo como puedas:
6La Voluntad de Dios
para mí es perfecta felicidad.
7Ésa es la verdad,
pues el pecado no existe.
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