Capítulo 7
LOS REGALOS DEL REINO
I.
El último paso
II.
1. El
poder creativo de Dios y el de Sus creaciones es ilimitado, pero no existe
entre ellos, una relación recíproca. 2Te comunicas plenamente con
Dios, tal como Él se comunica contigo. 3Es éste un proceso continuo
que compartes con Él, y por el hecho de que lo compartes, te sientes inspirado
a crear como Él crea. 4En la creación, no obstante, no existe una
relación recíproca entre tú y Dios, ya que Él te creó a ti, pero tú no lo
creaste a El. 5Ya te dije que tu poder creativo difiere del Suyo
solamente en ese punto. 6Incluso en este mundo existe un paralelo. 7Los
padres traen al mundo a sus hijos, pero los hijos no traen al mundo a sus
padres. 8Traen al mundo no obstante, a sus propios hijos, y, de este
modo, procrean tal como sus padres lo hicieran.
2. Si tú
hubieses creado a Dios y Él te hubiese creado a ti, el Reino no podría
expandirse mediante su propio pensamiento creativo. 2La creación
estaría, por lo tanto, limitada, y no podrías ser cocreador con Dios. 3De
la misma manera en que el Pensamiento creador de Dios procede de Él hacia ti,
así tu pensamiento creador no puede sino proceder de ti hacia tus creaciones. 4Sólo
de esta manera puede extenderse todo poder creativo. 5Las obras de
Dios no son tus obras, pero tus obras son como las Suyas. 6Él creó a
la Filiación y tú la expandes. 7Tienes el poder de acrecentar el
Reino, aunque no de acrecentar a su Creador. 8Reivindicas ese poder
cuando te mantienes alerta sólo en favor de Dios y de Su Reino. 9Al
aceptar que tienes ese poder, aprendes a recordar lo que eres.
3. A tus
creaciones les corresponde estar en ti del mismo modo en que a ti te
corresponde estar en Dios. 2Tú eres parte de Dios, tal como tus
hijos son parte de Sus Hijos. 3Crear es amar. 4El amor se
extiende hacia afuera simplemente porque no puede ser contenido. 5Nunca
deja de fluir porque es ilimitado. 6El amor crea para siempre,
aunque no en el tiempo. 7Las creaciones de Dios han existido siempre
porque Él ha existido siempre. 8Tus creaciones han existido siempre,
porque tú sólo puedes crear como Dios crea. 9La eternidad es tuya
porque Él te creó eterno.
4. El ego, por
otra parte, siempre exige derechos recíprocos, ya que es competitivo en vez de
amoroso. 2Está siempre dispuesto a hacer tratos, pero no puede
comprender que ser igual a otro significa que no es posible hacer ningún trato
al respecto. 3Para ganar tienes que dar, no regatear. 4Regatear
es imponer límites en lo que se da, y eso no es la Voluntad de Dios. 5Disponer
lo mismo que Dios es crear como Él. 6Dios no limita en modo alguno
Sus regalos. 7Tú constituyes Sus
regalos, por consiguiente, tus regalos son necesariamente como los Suyos. 8Los
regalos que le haces al Reino no pueden sino ser como los regalos que El te
hace a ti.
5. Yo le di al
Reino únicamente amor porque creí que eso era lo que yo era. 2Lo que
tú crees ser determina los regalos que haces, y si Dios te creó extendiéndose a
Sí Mismo hasta dar lugar a lo que eres, sólo puedes extenderte a ti mismo tal
como Él lo hizo. 3Sólo la dicha aumenta eternamente, pues la dicha y
la eternidad son inseparables. 4Dios se extiende hacia afuera, más
allá de todo límite y más allá del tiempo, y tú que eres co-creador con Él,
extiendes Su Reino eternamente y más allá de todo límite. 5La
eternidad es el sello indeleble de la creación. 6Los eternos son
felices y viven en paz eternamente.
6. Pensar como Dios es compartir Su certeza acerca
de lo que eres, y crear como Él es compartir el Amor perfecto que Él comparte
contigo. 2Hacia esto te conduce el Espíritu Santo, para que tu dicha
sea total porque el Reino de Dios es íntegro. 3He dicho que el
último paso en el redespertar al conocimiento lo da Dios. 4Esto es
verdad, pero es difícil de explicar con palabras porque las palabras son
símbolos, y lo que es verdad no necesita explicación. 5El Espíritu
Santo, no obstante, tiene la tarea de traducir lo inútil a lo útil, lo que no
tiene significado a lo significativo y lo temporal a lo eterno. 6El
Espíritu Santo puede, por consiguiente, decirte algo acerca de este último
paso.
7. Dios no da
pasos porque Sus obras no se realizan de forma gradual. 2No enseña,
porque Sus creaciones son inalterables. 3No hace nada al final,
porque El creó primero y para siempre. 4Debe entenderse que la
palabra "primero", cuando se aplica a Dios, no es un concepto
temporal. 5Él es el primero en el sentido de que es el Primero en la
Santísima Trinidad. 6Es el Creador Principal porque creó a Sus
co-creadores. 7De ahí que el tiempo no le ataña a Él ni a lo que Él
creó. 8Por lo tanto, el "último paso" que Dios dará fue
cierto al principio, es cierto ahora y será cierto eternamente. 9Lo
que es eterno está siempre presente porque su ser es eternamente inmutable. 10No
cambia al aumentar porque fue creado para expandirse eternamente. 11Si
no percibes su expansión significa que no sabes lo que es, 12ni
tampoco Quién lo creó. 13Dios no te revela esto porque nunca estuvo
oculto. 14Su luz jamás estuvo velada porque Su Voluntad es
compartirla. 15¿Y cómo iba a ser posible que lo que se comparte
plenamente se hubiese ocultado primero para luego ser revelado?
LECCIÓN 63
La luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a
través de mi perdón.
1. ¡Cuán santo eres tú que tienes el poder de brindar
paz a todas las mentes! 2¡Cuán bendito eres que puedes aprender a
reconocer los medios por lo que esto se puede lograr a través de ti! 3¿Qué
otro propósito podrías tener que pudiese brindarte mayor felicidad?
2. Ciertamente eres la luz del mundo con semejante
función. 2El Hijo de Dios apela a ti para su redención. 3En
tus manos está poder concedérsela porque te pertenece. 4No aceptes
en su lugar ningún propósito trivial ni ningún deseo insensato; o te olvidarás
de tu función y dejarás al Hijo de Dios en el infierno. 5No se te
está haciendo una petición vana. 6Se te está pidiendo que aceptes la
salvación, para que así la puedas dar.
3. Puesto que reconocemos la importancia de esta
función, estaremos más que dispuestos a recordarla tan a menudo como nos sea
posible a lo largo del día. 2Empezaremos el día reconociendo nuestra
función y lo concluiremos pensando en ella. 3Repetiremos lo
siguiente tantas veces como nos sea posible en el transcurso del día:
4La
luz del mundo le brinda paz a todas las mentes a través de mi perdón.
5Yo soy el instrumento que Dios ha
designado para la salvación del mundo.
4. Si cierras los ojos probablemente te resultará más
fácil dejar que acudan a tu mente pensamientos afines, durante el minuto o dos
que debes dedicar a reflexionar sobre esto. 2No obstante, no esperes
a que se presente tal oportunidad. 3No se debe perder ni una sola
ocasión para reforzar la idea de hoy. 4Recuerda que el Hijo de Dios
apela a ti para su salvación. 5¿Y quién sino tu Ser es el Hijo de Dios?
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