lunes, 19 de marzo de 2012

Eneagrama - Tríada del pensamiento: Cinco, Seis y Siete.

Tríada del pensamiento: Cinco, Seis y Siete

Tríada del Pensamiento
Los sentimientos dominantes en los tipos de personalidad pertenecientes a esta tríada son la ansiedad y la inseguridad, para decirlo de otra forma, los tipos de esta tríada están más preocupados por el futuro en búsqueda de seguridad y tranquilidad, que en las realidades presentes o los recuerdos del pasado.
La tríada del pensamiento se ha desconectado de los aspectos de la verdadera naturaleza, lo que en algunas tradiciones espirituales llaman "la mente callada", lista y despierta. Esta es la fuente de orientación interior que da la capacidad de percibir la realidad tal y como es, y permite ser receptivo al conocimiento interior capaz de orientar todas las acciones. Cuando estos tipos de personalidad están desconectados de la esencia cuentan con una mente parlanchina, es por esto que buscan acallar sus mentes inquietas en búsqueda de esa mente callada. Cuando están bloqueados sienten mucho miedo, el cual los llena de inseguridades.
Los tipos Cinco, Seis y Siete tienden a la ansiedad (experimentan falta de apoyo y orientación). Se entregan a comportamientos que creen que van a mejorar su seguridad; bajo las defensas de su personalidad llevan muchísimo miedo.

A diferencia de los Dos, Tres y Cuatros, los Cincos, Seis y Sietes no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en vez de eso, tienden a anticipar de manera inconsciente los peligros de la vida, y es habitual en ellos que reaccionen desde el fundamento emocional del miedo. En general, los Cincos, Seis y Sietes encuentran la mayor dificultad en integrar su poder personal y tomar acción en el mundo, de forma asertiva y congruente.

En la literatura del Eneagrama llaman a las personas de este trío los "tipos mentales", porque ellas van por la vida lidiando con sus cabezas. Son en su mayoría pensadores que sobreutilizan sus mentes tratando de compensar la represión de sus instintos físicos.
Los Cincos, Seis y Sietes se ahogan en los dilemas del hacer y suelen experimentar una especie de nudo en la voluntad.

Imagínese cómo es ver el mundo como un lugar peligrosísimo, poblado por fuerzas que le pueden ser muy desfavorables, y contra las cuales usted carece de defensa segura alguna. Es como si usted no estuviese en la cima de la cadena alimenticia y tuviera que mantenerse vigilante de los depredadores más grandes que lo pueden derrotar, dañar o atrapar. Con semejante visión del mundo, usted carece en absoluto del poder de elección, de decir "Sí" o "No". Sus preferencias personales son menos importantes que las de otros; ellos tienen derechos y usted no. Cualquiera demanda de usted, y siente que debe decir "Sí," incluso cuando su respuesta real es "No".

Porque su voluntad está entretrenzada con los deseos de los demás, los Cincos, Seis y Sietes, todos y de manera poco o nada consciente, cuestionan su capacidad para manejar desafíos inminentes. Para compensar eso, tienden a vivir en el futuro, preparándose mentalmente para lo qué sucederá mediante elucubrar en "rizos" visuales y auditivos. Ven las imágenes del futuro con el ojo de su mente, después hablan consigo mismos; entonces ven más imágenes... y hablan más internamente. Todos, en un esfuerzo para prepararse para lo que se avecina. Se parece a narrar videos caseros o a ver los avances de los próximos estrenos de la industria del entretenimiento.

Los Cincos, Seis y Sietes pueden tener complicadísimas estrategias para la toma de decisión, porque suelen intentar hacer dos cosas a la vez: elegir y no elegir. Para un observador externo, la gente de en este trío da la impresión de estar substituyendo el hacer por el pensar. Pero, en lo interno, esa manera de pensar se siente como una forma de hacer que podría llamarse seudoacción. El miedo generalizado se describe a veces en los libros de Eneagrama como cobardía, pero otro término para él es auto-oposición. Mientras que los Dos, Tres y Cuatros tienden a auto-rechazarse, los Cincos, Seis y Sietes tienden a la auto-oposición, a retornar su poder contra sí mismos.

Es muy frecuente que Cincos, Seis y Sietes hayan crecido sintiéndose desprotegidos, abrumados, o apoyados de manera inadecuada y quizá hayan percibido la vida como peligrosa desde muy chicos. Los deseos reales del niño chocaban con los de otros que necesitaban sobre-protegerlos, controlarlos o abandonarlos. Las personas de estos estilos experimentaron su mundo temprano como no negociable. Los Cincos jóvenes pueden haberse sentido comprimidos por un enjambre de gente o abrumados con las expectativas sociales. Los Seis pudieron haberse sentido desprotegidos o dominados, mientras que es frecuente que los Sietes se hayan sentido presos o sobrecargados de deberes.

Cargando aún con estas experiencias de vida infantil, puede ser habitual en los adultos de este trío suprimir sus deseos y negar sus verdaderas preferencias como expediente para anticiparse a la oposición externa. Los Cincos, Seis y Sietes tienden a proyectar su poder en los otros para luego reaccionar contra eso. En aquello donde encontraron la oposición de otros, ahora se oponen ellos a sí mismos.

Los Cincos adultos pueden sentirse como si otros tuviesen el poder de pedirles cualquier cosa y no pudieran decir "No". Evitan auto-afirmarse a sí mismos directamente y una vez se sienten invadidos diseñan fuertes fronteras para más adelante. Los Seis con capaces de renunciar a decir "no" directamente, y, en su lugar, delegar sus opciones en figuras de autoridad idealizadas. Los Sietes acuerdan cosas que no desean hacer o evaden el sufrimiento del otro. Después de auto-apresarse en expectativas o compromisos, los Sietes sienten que no tuvieron elección y entonces lo compensan hiperflexibilizando sus opciones para evadirlos.

La herida primigenia en los Cincos, Seis y Sietes está a su sentido del albedrío. Mientras que los Dos, Tres y Cuatros se preocupan de su identidad, los Cincos, Seis y Sietes se preocupan de su competencia. Su pregunta inconsciente recurrente ya no es "¿Quién soy yo?" sino "¿Soy capaz? ¿De veras puedo hacer esto?" La paradoja imperante en todos y cada uno de estos tres estilos es: "Para ser dueño de mi poder, primero debo ponerlo fuera del alcance de los demás."

El desafío general para los Cincos, Seis y Sietes es integrar en sí mismos su poder y asumir la responsabilidad de sus acciones. En la medida que cambian y crecen, las personas con estos estilos se contactan con sus instintos y empiezan a ejercitar sus albedríos en vez de proyectarlos en lo externo. Comienzan a decir "Sí" y "No" desde la sensación de la libre elección y aprenden cómo auto-afirmarse: la asertividad.
Centro:Pensamiento
Interés o preocupación:Estrategias y creencias, desconfianza.
Problemas de:Inseguridad y ansiedad, que distorsionan la voluntad para el Hacer.
Buscan: Seguridad
Sentimiento soterrado:Miedo

Tipo de Personalidad Cinco

Personas que se retiran del mundo y viven en sus mentes. Pueden ser sabios, inteligentes y versados o abstractos, avaros y esquizoides.
Los Cincos, Seis y Sietes comparten un trasfondo común de miedo y forman otro trío. A diferencia de los Dos, Tres y Cuatros, los Cincos, Seis y Sietes no se confunden acerca de quiénes son ni cómo se sienten. Ellos, en lugar de eso, tienden a anticipar de manera inconsciente los peligros de la vida, y es habitual en ellos que reaccionen desde el fundamento emocional del miedo. Los Cincos, Seises y Sietes generalmente son pensadores quienes viven más en sus cabezas que en sus cuerpos. Se esfuerzan por tomar acción, afirmando sus voluntades y manejando la energía.

Los miedos del Cinco son específicamente sociales; las personas con este estilo habitualmente se mantienen en guardia contra ser invadidos o engullidos por otros. Este es el estilo más explícitamente asocial del Eneagrama. Cuando los Cinco están a la defensiva, pueden retirarse y ponerse hostiles como una forma de manejar su hipersensibilidad a los demás. Generalmente temen las relaciones íntimas dado que estas pueden conducirlos a sentirse agobiados, sofocados o engentados.
Los Cincos viven en sus mentes, en contraste con los Cuatros que habitan sus imaginaciones emocionales. Las personas con este estilo tiene capacidades bien desarrolladas para analizar y sintetizar el conocimiento. Pueden ser perceptivos, sabios y objetivos, capaces de quedarse centrados y analíticos cuando alrededor suyo otros están desconcertados o aterrados.

Los Cincos en su mejor estado normalmente mantienen un equilibrio entre actuar recíprocamente con el mundo y retirarse de él. Este estilo se asocia con frecuencia con la sabiduría y, a veces, al genio intelectual. Los Cincos sanos de manera activa ofrecen al mundo el fruto de su conocimiento, a menudo a través de la enseñanza y la escritura. Pero, sea lo que sea que realicen, los Cincos sanos buscan que su talento para aumentar conocimiento cuente para algo más allá de ellos. Los Cincos pueden ser idealistas y a veces contribuir valientemente al bienestar social.
Las personas sanas con este estilo también practican lo que los Budistas llaman el no-apego, una actitud caracterizada por una mezcla igual de desapego y compasión. Dentro de esta postura los Cincos puede jugar el juego de la vida sin apegarse demasiado a los resultados y, como amigos, pueden estar capacitados para entender tu punto de vista tanto como el suyo. Son simpáticos y de buen corazón lo mismo que capaces de ver los eventos desde una perspectiva distante y evitar ponerse personalmente perturbados.

Cuando los Cincos son menos sanos, caen del no-apego en la disociación, el estado interno de separarse de los sentimientos. Pueden estar hiper-conscientes de las demandas del mundo, y aun así responder pasivamente retirándose. La mayoría de la gente externa ve la capacidad del Cinco de retirarse como un tipo de independencia. También es una defensa; los Cinco están creando un fuerte límite asocial para compensarse por ser demasiados sensibles en primer instancia.

Partirse a sí mismos se vuelve entonces un hábito defensivo. La idea es: Si sólo pudiera aprender a vivir con menos, podría evitar la influencia ajena. Esto los lleva a una tendencia a acumular, para salvar lo poco que tienen con la idea de necesitar lo menos posible de los demás. Los Cincos pueden acumular tiempo, dinero, espacio, tierra, información o disponibilidad emocional. No importa lo que se acumula, el patrón es el mismo; los Cincos intentan protegerse contra la inundación apilando provisiones en alguna isla interna seca.
Los Cincos enfermos también permanecen distantes de sus propias emociones viviendo en un mundo de información e ideas. Sin embargo, cuanto más se dividen, mayormente luchan con sus sentimientos de vacío, soledad y necesidad compulsiva. Es como tratar de hablarte a ti mismo a causa de estar hambriento. En esta fase, un Cinco puede ser torpe para saber cómo se siente dado que logra alcanzar sus sentimientos sólo a través de una sucesión muy larga de pensamientos. Los Cincos enfermos rinden culto a los dioses de la razón e intentan mirar de lejos a sus propias emociones. Esto también puede convertirse en una actitud de superioridad / arrogancia hacia otras personas.
Cuando los Cincos están muy enfermos, pueden volverse esquizoides e imprevisibles, incluso como si las partes disociadas de ellos se dieran vuelta y se expresaran. Pueden proyectar un halo ausente, vagamente asustados o pueden ser manifiestamente asociales. Los Cincos pueden, por ejemplo, sentarse a lo largo de una fiesta y no hablar con nadie pero, más tarde, reportar haber tenido un buen momento. O podría ser que inconscientemente aparten a otros con un comentario burlón y despreciable y la agresión imprevisible. El hábito de disociarse de sus emociones puede llegar a desarrollarse tanto que los Cincos muy enfermos pueden perder contacto con la realidad, desarrollando fobias raras hacia objetos invisibles como los gérmenes, y ser propensos a las alucinaciones. Los episodios agresivos también son posibles, seguidos por explosiones de paranoia aguda.
Centro:Pensamiento
Pasión:Avaricia
Fijación:Mezquindad
Visión de sí mismo: "Yo sé más"
Estructura de temor (lo que evita):Vacío
Estructura de deseo:Sentirse lleno, saberlo todo
Trampa o justificación:Conocimiento
Otros descriptores:Retención, no dar, desapego, miedo a ser engullido, autonomía, evitación de la expresión de sentimientos, aplazamiento de la acción, excesiva reserva, orientación al conocimiento, sentimiento de vacío, culpa, fuerte superego, negativismo, hipersensibilidad.

Eneatipo Cinco Subtipo Intimidad - Confianza
Confían en pocas personas pero de forma plena. Pueden relacionarse con el mundo a través de una sola persona. La amistad está basada en compartir confidencias. La intimidad es equivalente a compartir secretos. Suelen presentar una apariencia de frialdad y confianza en sí mismos, muy convincentes en sus ideas y con una potente imaginación. Presentan una actividad de contactos muy intensos seguidos de largos periodos de aislamiento. Manifiestan una fuerte sexualidad, entregando sexo en lugar de sentimientos. Suelen exigir demasiado a sus íntimos y entregar muy poco a cambio.
Eneatipo Cinco Subtipo Social - Tótems
"El Especialista". Suelen ser los más intelectuales; a menudo presentan amor por las ciencias. Dedican su vida a la búsqueda de lo extraordinario y de su ideal (tótem). Para ellos es importante pertenecer a cualquier «grupo iniciático» cuya red común de comunicación sea el conocimiento esotérico o una misma (abstrusa) afición, y que esté íntimamente relacionado con su «Gurú». Se relacionan con los demás a través del conocimiento, ya sea en forma de aprendices y discípulos o de maestros e instructores, pero no en forma de iguales. Sus grupos suelen ser pequeños o reducidos. Podrían mofarse de la raza humana considerándola una manada de estúpidos. Disfrutan del intercambio en cualquier código lingüístico que sólo conozcan los iniciados. Les atraen los títulos, diplomas, condecoraciones y otros símbolos de poder intelectual. Se les relaciona con los estereotipos de Chamanes y Sabios.

Suelen compartimentar todas las areas de su vida. El aislamiento no sólo es del mundo exterior, sino que aíslan y separan todas sus áreas, dificultando la integración de los diferentes espacios. Son como esos muebles llenos de cajoncitos, perfectamente separados y compartimentados para que nada se mezcle. Están bien diferenciados los colegas del trabajo, los familiares, los amigos. Cada grupo tiene su espacio, su "cajoncito", aislados para no contaminarse.

Eneatipo Cinco Subtipo Auto-conservación - Cueva/Guarida
Suelen ser los replegados sobre sí mismos, predomina en ellos el aislamiento y usualmente tienen acentuados problemas de comunicación. Suelen acumular tiempo y espacio. Reducen sus necesidades de todo tipo y tienen una marcada tendencia defensiva a la retirada. Son los más secos, aislados y solitarios llegando incluso a ser ermitaños, excéntricos y asociales llenos de rabia. Son sensibles a sentirse saturados por el mundo y estar abrumados por las expectativas de los demás. Usualmente tienen hobbies e intereses solitarios. Necesitan tener un espacio enteramente suyo, donde puedan estar a solas para recargar sus baterías. En ese espacio delimitado pueden ocultarse y seguir el hilo de sus pensamientos, generalmente bastante inusuales.

LAS PASIONES CAPITALES
5. LA AVARICIA

por Alfonso Colodrón
Ilustración: Ana Roldán

La Misantropía - Ana Roldán
© LA MISANTROPIA- 122X60 cm

En "Afterzen, un libro de gran agudeza y socarronería, que desmitifica, entre otras muchas cosas, la vida cotidiana de los maestros Zen y sus discípulos, su autor, que pasó muchos años en Japón, al describir a uno de los muchos buscadores espirituales que desfilan por el desgranado de sus vivencias, perfila algunos rasgos atribuidos a las personas cuya pasión capital es la avaricia y que el eneagrama designa como Cinco.
Ben-san es un estadounidense que, tras su vuelta de Japón, sigue practicando Zen en una pequeña pagoda construida por él y perdida en medio del bosque, viviendo como un ermitaño. En el primer piso, sólo unos pocos muebles. El segundo y el tercero están vacíos y sin puertas. Para ganarse la vida, "trabajaba durante parte de los veranos, alojándose en casa de los patrones gratuitamente, ahorrando algunos dólares... Pasaba la primavera, el otoño y el invierno con poca cosa, recluido, rodeado de vida salvaje... Me dijo que pasaba de la gente... nunca demostró tener interés en hacer carrera budista. Sólo quería saber cosas...".
Cómo ocurre con el resto de las pasiones , el "avaro" de este sistema psicológico y esotérico de conocimiento del alma humana que es el eneagrama no es precisamente el avaro de Moliere ni el mercader de Venecia de Shakespeare. Al eneatipo 5 no le impulsa generalmente el ansia de dinero o riquezas, sino, en todo caso, el anhelo de acumular conocimientos, claves para comprender la existencia, sistemas para entender mentalmente el funcionamiento del mundo y del universo y, de alguna manera, controlarlo protegiéndose así de sus muchos imprevistos.
Pero esta búsqueda del Tótem, de la sociedad perfecta, del Maestro iluminado, de la solución definitiva a los males del mundo, caracteriza sobre todo a uno de los subtipos de este carácter: el "Cinco social". En realidad, la verdadera pasión del Cinco es la economía de medios: no desperdiciar energía -pues cree que la que tiene es limitada- y por energía entiende tiempo, palabras, sentimientos, movimientos... Prefiere pensar a actuar, prever a arriesgarse, lo conocido a lo sorpresivo. Y todo ello, porque su excesiva sensibilidad y fragilidad emocional le obligó desde pequeño a subir la emoción a la cabeza: pensar le mitigaba el dolor de sentir. Sentir tal vez la ausencia paterna o materna, o su opuesto: la intromisión permanente en su esfera personal de un padre, o de una madre, absorbente y dominante. En muchos casos, quienes desarrollaron este carácter en la infancia tuvieron que crearse un mundo interno y aislarse, para protegerse de la falta de espacio físico y psíquico propio de una familia numerosa o invasiva.
Quizá podría llamársele más que avaro, "observador". Los Cinco son observadores de la vida. Evitan aglomeraciones y actos sociales y, si se ven obligados a asistir a ellos, intentan pasar desapercibidos, alejarse de los focos, situarse en algún rincón desde donde poder observar y controlar las posibles vías de escape, antes de que alguien pueda agobiarles con sus demandas. Recuerdo a este respecto los hábiles mecanismos, muy bien descritos por uno de mis pacientes, con los que se las había ingeniado durante la adolescencia para no acudir nunca a ningún cumpleaños ni baile con amigos -en su época se llamaban "guateques"- y ni siquiera pisar durante sus cinco años de carrera el bar de la Facultad: hasta tal punto le producía terror la "masa humana". Según contaba, pasaba por ser parco en gestos y palabras, casi misántropo, pero podía enchufarse a hablar durante horas con algún amigo de confianza, aunque siempre sobre temas objetivos -política, arte, espiritualidad, esoterismo-, pero nunca de sus emociones. Podía aplicársele al pie de la letra varias de las características que, según Claudio Naranjo, caracterizan este rasgo: una paradójica insensibilización frente a la emoción ajena, por su exceso de hipersensibilidad, baja tolerancia al dolor y miedo al rechazo. En el interior de su aparente huraña torre, ocultaba una ternura inofensiva, como si quisiera "caminar sin dañar la hierba que pisa".
El "observador" puede parecer a veces distraído y absorto en su propio mundo, pero difícilmente se le escapan los detalles que le interesan para mantener todo bajo control. De hecho, suelen paliar su sensación de aislamiento interior creando un mundo de relación mental. Para él, una mirada, un silencio, la simple compañía de alguien, un recuerdo... cobran una dimensión intimista, especial y singular, que pueden llegar a conformar un entramado personal de importantes relaciones subjetivas, aunque el otro, los demás, puedan no llegar a enterarse nunca de lo importante que es su existencia para el Cinco. Y esto, porque tiene una especial capacidad para recrear las situaciones. De hecho, puede vivirlas con más intensidad a posteriori que en el momento en que se están produciendo. Es como si entre la vida y él siempre hubiera una especie de cristal que atenuase las sensaciones físicas y el menor atisbo de sentimiento. Es difícil verle llorar en público. Si se le pregunta cuando es la última vez que lloró en privado, tal vez hayan pasado varios años.

A pesar de que puedan vivir con poco y escatimar el dinero en la propia comida o en la ropa que visten -que les puede durar años-, son capaces de hacer espléndidos regalos, quizá porque les sea más fácil conectar con las necesidades ajenas que con las propias, que suelen minimizar o ignorar. Existen casos famosos, como los multimillonarios Howard Hughes o J. Paul Getty, que no sólo vivían sin lujos, sino que dieron muestras de tener hábitos mezquinos hacia sí mismos, como no tomar nunca un taxi o utilizar siempre para sus llamadas un teléfono público. En el aspecto positivo, por ejemplo, fue asombrosa la capacidad de Emily Dickinson para expresar profundas intuiciones y visiones en sus poemas, con una singular economía de sintaxis y palabras. Podría decirse que la quintaesencia de la "poesía 5" son los "haikus" japoneses: tres versos de cinco y siete sílabas capaces de expresar toda una vida o condensar vivencias universales.
Cuando, en la famosa novela de Herman Hesse inspirada en la vida de Buda, se le pregunta al joven príncipe Sidharta cuando va a pedir trabajo que qué sabe hacer, él da una respuesta muy reveladora de su "rasgo cinco": "Pensar, ayunar y esperar". Los Cinco suelen ser buenos consejeros, pues tienen una visión general y objetiva de las cosas, saben escuchar muy bien y pueden mantener la calma en cualquier circunstancia, distanciándose de los remolinos emocionales. Es el tipo de persona que a cualquier político o empresario le puede convenir tener en su equipo, siempre que tenga cuidado en no interferir en su modo de trabajar ni le atosigue con horarios o compromisos y, sobre todo, nunca le exija dar la cara frente al público ni en situaciones conflictivas. Un "observador-avaro" preferirá no desgastarse, no implicarse demasiado en una situación, hacer mutis por el foro, cualquier cosa antes que verse en una situación emocional en que tenga que manifestar desacuerdo o ira. Esto también le lleva a aplazar indefinidamente decisiones importantes y a optar generalmente por la vía que requiere menos desgaste de energía y menos compromiso. Aunque, cuando se compromete, lo hace a fondo, tal vez por lo mucho que tardó en decidirse y haberlo meditado cuidadosamente.
Si a los distintos países puede atribuírsele una pasión dominante (la ira reprimida de la Inglaterra victoriana, la envidia de la España tradicional), la Francia rural podría representar la avaricia, con su predominio de la racionalidad y el cálculo sobre la emotividad, ese individualismo a ultranza tan celoso de preservar su espacio y su vida privada, y la preocupación por acumular para el futuro, sobre todo, no gastando lo que se tiene en el presente.
Es sutil la línea que separa la objetividad y la distancia que proporciona el desarrollo del "testigo interno" en un auténtico buscador espiritual del desapego patológico y del miedo a la verdadera intimidad, a todo lo que huela a implicarse con las miserias y las grandezas de la vida cotidiana del falso "iluminado". Muchas personas de este rasgo se sentirán atraídas por una vía espiritual con el único deseo de no sufrir, de estar por encima del bien y del mal. Si se dan cuenta de esta trampa, tienen ganado medio camino en el proceso de ampliar la conciencia para conectar con la realidad sin interferencias. El CINCO puede llegar a un alto grado de sabiduría cuando pone su objetividad y capacidad de escucha y análisis al servicio de los demás, sin ocultarse ni refugiarse en el mundo del pensamiento. Cuando puede superar su miedo a que ser querido le va a suponer la pérdida de libertad. Cuando es capaz de mostrarse y de entregarse sin reservas, porque entonces se da cuenta de que la Vida se desgasta, pero también se renueva constantemente y de que todo lo que da lo recibe aumentado con creces.
"Pasiones Capitales" es un aporte de Alfonso Colodrón - Terapeuta Gestáltico y Consultor Transpersonal. Sitio web www.alfonsocolodron.net




La Misantropía - Ana RoldánLA MISANTROPÍA
De cuerpo desvitalizado y de espaldas a la ciudad, con mirada ávida de conocimientos, atesorándolos en su turbante donde toda su energía se concentra. Su cuerpo termina en un débil pero elegante caracol que se enrosca para dentro. Entre la ciudad y ella: el vacío, la distancia.
El número 5 está escrito en el lomo del libro que escoge de la librería. Hay unas letras escritas en oro que entran por un hueco de su turbante y dicen: "Si me abro al mundo acabaré".
La ciudad, hecha en pan de oro, compensa y equilibra la composición por la izquierda.
La técnica utilizada es óleo, collage y pan de oro sobre tabla. Sus medidas son 122 x 60 cm.
La ilustración pertenece a la serie"Nueve Pasiones" de Ana Roldán, pintora española especializada en el retrato y la acuarela, que comienza ahora una nueva andadura en su pintura, en la que se integra todo lo aprendido, todo lo vivido, y en donde se funden los tres centros vitales: el emocional, el intelectual y el visceral, para representar así, intuitivamente a unos personajes cargados de simbolismo y color, en todas sus facetas espirituales y psicológicas. Más información de la autora en su sitio web www.anaroldan.com.



Personajes cuya fisonomía y manifestación pública de su personalidad podrían coincidir con este eneatipo:

Samuel Beckett

T.S. Eliot

David Byrne

Paul Bowles

Georgia O'Keefe

Laurie Anderson

Agatha Christie

Cynthia Ozick

Tim Burton

David Lynch

Gary Larson

Jeremy Irons

Peter Matthiessen

Daniel Day Lewis

Ian McEwan

Thelonious Monk

B. F. Skinner

Stephen Hawking

Oliver Sacks

Claudio Naranjo

Madeleine Stowe

Marie Curie

Emily Dickinson

Greta Garbo

Sinead O 'Connor

Rita Levi Montalcini

Amelia Earhart

Susan Sontag

Isaak Newton

Charles Darwin

Theodore Kaczynski
the "Unabomber"

John le Carré

Albert Einstein

John Nash

Vladimir Lenin

Amazing Kreskin

Isaak Asimov

Stanley Kubrick

Bill Gates

Stephen King

Nikola Tesla

Friedrich Nietzsche



Tipo de Personalidad Seis

Personas que anticipan los peligros del mundo. Cuando sanos a menudo son valerosos, fieles y eficaces. Mientras que enfermos pueden ser cobardes, masoquistas y paranoicos.

Los Seis son el estilo más explícitamente temeroso dentro del Eneagrama. Las personas con esta orientación están especialmente conscientes de los peligros de la vida y alertas a los riesgos que pueden acechar bajo las apariencias cotidianas.
Hay dos tipos de Seis: Fóbico y Contrafóbico. Sus reacciones al experimentar temor son externamente tan contrarias que parecerían estilos diferentes dentro del Eneagrama. Cuando los Seis fóbicos se dan cuenta del peligro, se encogen. Pueden actuar cautelosamente, dóciles o ambivalentes para evitar el potencial ataque. Cuando los Seis contrafóbicos se dan cuenta del peligro, a menudo lo provocan deliberadamente actuando de forma abierta y agresiva, deseando ocuparse del problema antes de que él se ocupe de ellos. Los Seis fóbicos puede ser encantadores, modestos y sumisos mientras que los contrafóbicos pueden parecer duros, desafiantes y pendencieros. Algunos Seis son completamente fóbicos o contrafóbicos, pero la mayoría existen a lo largo de un continuo dónde son más de lo uno que de lo otro.
Los Seis fóbicos en su mejor estado son constantes, leales e idealistas. Son obedientes pero de una manera voluntaria y dedicada. Comúnmente se encuentran comprometidos con un grupo, tradición o causa más allá de sí mismos. Cumplen sus promesas, trabajan arduamente y son amigos honorables y protectores.
Los Seis fóbicos sanos son a menudo corteses y diplomáticos. Ponen de buen humor a los demás y son bien vistos por sus discreción y principios. Son muy divertidos y tienen a menudo vivas imaginaciones. Los Seis sanos manejan el poder con la integridad y pueden ser líderes justos y dispuestos porque simpatizan con los desvalidos. Pueden afirmar su valor personal pero también quieren que dentro de su grupo otros consigan el reconocimiento. No pasan por encima de la gente y son capaces de tomar medidas impopulares en caso de ser necesario. Sin embargo, generalmente los Seis sanos trabajaran hacia soluciones que beneficien el grupo y permitan ganar a todos.
Cuando los Seis fóbicos están menos sanos, pueden volverse más ciegamente obedientes al mismo tiempo que asumen menos responsabilidad personal. Podrían delegar su poder sutilmente hacia una autoridad externa y comenzar a idealizar a aquéllos que parecen más seguro de sí mismos. Los Seis encienden un trato inconsciente con su héroe, un trato que dice: Haré lo que usted quiere que haga si me protege del peligro. Los Seis se esconden entonces bajo un paraguas imaginario, prometiendo fidelidad a esta fuerza externa, creciendo adictos a la seguridad que este arreglo parece ofrecer. La sana capacidad del Seis para la profunda lealtad es una arma de doble filo cuando están menos sanos; los Seis son a menudo leales a las personas incorrectas.
Cuando ceden su poder, los Seis fóbicos comienzan a preocuparse crónicamente y sentirse conscientemente desamparados. Para compensar, se vuelven cautos y cuidadosos, tratando de anticiparse a los motivos de los demás. Pueden intentar también controlar sus propios impulsos agresivos o fuertes, de modo que no se desvíen del papel sumiso que han estado de acuerdo en jugar. Podrían tener problema en terminar aquello que empiezan al preocuparse sobre quién criticará el producto terminado. Pueden parecer amistosos, pero en el fondo ser pasivo-agresivos o emitir mensajes contradictorios dado que su enojo los atraviesa. Los Seis fóbicos también puede ponerse nerviosos, vacilantes, escépticos, tensos, indecisos y atarse al victimismo.
Cuando están profundamente enfermos los Seis fóbicos se confunden con el miedo y abiertamente dependen de otros. Podrían entregar su vida al trabajo, volviéndose serviles esclavos de un trabajo o un jefe. Podrían actuar como débiles perdedores, impotentes y aún así demandar mimos de los amigos, tiranizando a los demás con su impotencia; poniendo estrechos y estrictos limites a lo que serían capaces de intentar o de arriesgarse. Los Seis fóbicos muy enfermos evitan los desafíos, crónicamente catastróficos pueden perseguir a aquellos que se desvían de las normas. También pueden ser pusilánimes, legalistas, pequeños, intolerantes, melodramáticos y dogmáticos.
Paranoia
© Paranoia - Rogério Sanches
Los Seis contrafóbicos en su mejor momento son a menudo valerosos, tomarán el tigre por la cola y jalaran de él. Pueden ser físicamente aventureros, muy experimentados y pueden tener un gusto real por vivir. Si participan de una tradición, normalmente estarán en el papel del tábano constructivo. Su misión subyacente es servir a la tradición avivándola. Se consideran jugadores del equipo que ofrecen alternativas útiles, usando lo viejo como un trampolín a lo nuevo. Con este propósito, pueden ser enérgicos, honrados, asertivos y tienen muchas y muy buenas ideas.
Si un Seis contrafóbico sano no está sirviendo a una tradición, él o ella son a menudo creativos y originales. La capacidad del Seis de mirar más allá de las apariencias y cuestionar los supuestos los conduce profundamente a un punto de vista único. La expresión artística es atractiva como una afirmación del centro de su poder y como una forma de resolver un sentido general de turbación.
Los Seis contrafóbicos menos sanos tienen a menudo una calidad afilada, inquieta. Algunos encauzan sus energías en la actividad física; disfrutan los deportes y tienden a ser más abiertamente competitivos que los Seis fóbicos. Los contrafóbicos tienden a esconder sus inseguridades con máscaras frías o duras. El meollo del desafío físico es trascender el miedo enfrentando el peligro. En lugar de estar pasivamente asustados toman los riesgos, llaman al miedo y, entonces lo golpean. Si los Seis fóbicos se entregan a la seguridad, entonces los Seis contrafóbicos se entregan a la inseguridad.
Los Seis contrafóbicos son a menudo desafiantes o rebeldes con la autoridad y habitualmente encuentran contraejemplos a cualquier cosa que otros afirman. A pesar de esta actitud, son a menudo leales obreros y muy idealistas. Pueden sentir más agudamente que otros que el mundo esta injustamente polarizado en contra suya; algunos tienen una cualidad de enfurecerse, sobre todo cuando hablan acerca de los gobiernos y las estructuras de poder. Muchos de ellos son irónicamente divertidos y buenos en la sátira. Sin embargo, estando inseguros, su humor puede morder y picar.
Cuando se encuentran profundamente enfermos, los Seis contrafóbicos pueden ser agresivos, inestables e insensatamente intransigentes. Para sofocar sus miedos internos utilizan compulsivamente la acción y son proclives a tomar decisiones incorrectas. También pueden ser estérilmente hiperactivos así como paranoicos, inculpadores, conflictivos y rencorosos. Algunos contrafóbicos aprecian sus odios y pueden ser agresivamente groseros o incluso peligrosos. Cuando enardecidos pueden adoptar un guardia de tipo mental.
The WallThe Wall
Los Seis contrafóbicos profundamente enfermos generalmente actúan mucho peor que aquellas autoridades a las ellos mismos acusan de abusar del poder.
Centro:Pensamiento
Pasión:Miedo
Fijación:Duda
Visión de sí mismo: "Yo obedezco"
Estructura de temor (lo que evita):Transgresión
Estructura de deseo:Sentirse seguro
Trampa o justificación:Seguridad
Otros descriptores:Cobardía, ansiedad, hiperintencionalidad supervigilante, orientación teórica, amistad congraciadora, rigidez, belicosidad, orientación hacia la autoridad y los ideales, acusación de sí mismos y de los demás, ambivalencia, titubeo, detección de averías, autoritarismo, cuestionador.


Eneatipo Seis Subtipo Intimidad - Fuerza/Belleza
Manifiestan fuerza o atractivo físico. Disimulan sus inseguridades bajo una máscara de firmeza y desafío a la autoridad, o por medio del coqueteo y la seducción. Desean encontrar una pareja poderosa y capaz. Les preocupa lucir débiles, exhibir sus miedos así que pueden estudiar artes marciales o buscan un estilo de vida donde parezcan fortachones. Suelen ser hipervigilantes que dudan constantemente tanto de sí mismos como de los demás. Presentan explosivas reacciones emocionales y tendencia a ser depresivos y volubles. Suelen ser mayormente contrafóbicos.
Eneatipo Seis Subtipo Social - Deber/Obligación
Suelen buscar la seguridad y respaldo en amigos y aliados, en el número y el grupo. Se comportan de forma obediente y sobre todo dependientes de la autoridad. Cumplen con su obligación y se atienen a las leyes de un grupo para ganarse su atención. Podrían llegar a imaginar no poder vivir sin el soporte del grupo. Son sensibles hacia la más mínima violación de las reglas que, según su opinión, pone en peligro el sistema, de esta forma pueden volverse fanáticos rígidos y obsesivos con el cumplimiento de las normas. Pueden ser obediente con el de arriba y tiranos con el de abajo. Son muy idealistas les gusta sentirse parte de algo más grande que ellos: "Don Quijote". Se muestran conservadores ante los cambios y son amantes de las normas, los protocolos y los uniformes. Tendencia a ser pasivos-agresivos. Suelen tener dificultad para trabajar por su éxito o desarrollo personal, trabajan para el grupo no para ellos. «nosotros contra el mundo» Ejemplos pueden ser: el Vaticano, el partido Nazi y el Kukusklán.              

Eneatipo Seis Subtipo Auto-conservación - Calor/Calidez
Son las más fóbicos, dependientes y evitadores. Amantes del hogar y la familia. Trabajan mucho, ofrecen servicio y responsabilidad. Despliegan una calidez personal destinada a desarmar la hostilidad potencial de los demás. Actúan vulnerables, invitan al rescate: «si los demás me quieren bien, no me agredirán». Pueden sentir que su hogar es una fortaleza contra los peligros del mundo exterior. Son como conejos asustadizos que huyen a su guarida. Suelen imaginar catástrofes y las peores situaciones. Se preocupan muchísimo por los asuntos económicos, es bastante frecuente que haya conflicto a causa de dinero o bienes.


LAS PASIONES CAPITALES
6. EL MIEDO

por Alfonso Colodrón
Ilustración: Ana Roldán

La Paranoia - Ana Roldán
© LA PARANOIA- 100X75 cm

Si nos dejáramos llevar por una idea superficial del miedo como pasión dominante de un tipo de personalidad, jamás podríamos yuxtaponer en este rasgo personajes tan opuestos como Don Quijote, Dostoyevsky, Hitler, Woody Allen, Gandhi o Krishnamurti. Pero he aquí precisamente la profundidad y sutileza del eneagrama, que no es un sistema de generalizaciones, sino una vía de conocimiento de sí y, por ello, un mapa dinámico de interpretación de la realidad, a veces aparentemente paradójico, pero de una enorme coherencia.

El miedo constituye, en el símbolo del eneagrama, uno de los ángulos básicos (ángulo inferior izquierdo) del triángulo formado por la "pereza" (ángulo superior -eneatipo 9-) y la vanidad (ángulo inferior derecho -eneatipo 3-. Es por tanto, una de las tres piedras angulares de todo el edificio emocional, que explica con una claridad meridiana, comparándola con la visión freudiana de la neurosis como transformación de la ansiedad de la infancia. El miedo arrancaría originalmente de una carencia de ser y, por consiguiente, de una base para actuar, de atreverse a ser quien se es. Las personas caracterizadas por el miedo como pasión dominante tienen en común la desconfianza en sí mismas, que les lleva a la duda metódica y a la desconfianza del mundo y de la vida en general. Todo ello acarrea una actitud hipervigilante y alerta, un gran desarrollo de una mente sistematizadora y un cierto sentido de culpa, derivado de un exceso de introspección.

Es común que en la infancia no tuvieran un apoyo sólido emocional, por orfandad o ausencia psíquica de los padres, o que el ambiente familiar fuera incoherente, las pautas de conducta cambiantes o las reacciones de los mayores violentas o imprevisibles. En algunos casos, también la actitud superprotectora de una madre siempre preocupada pudo ser el factor dominante de la formación de un Seis, o la existencia de una madre víctima y culpabilizadora, tipo Cuatro. Sin embargo, las reacciones pudieron, ya desde entonces, adoptar variantes muy contrapuestas: la sumisión a la autoridad de naturaleza adaptativa y afectuosa, la rebelión y la agresión como huida, y la rigidez prusiana intolerante ante cualquier tipo de ambigüedad.

La segunda actitud, por ejemplo, se da en personas que nadie calificaría de cobardes, porque su miedo profundo y nunca reconocido les lleva a lanzarse a un torrente sin pensar, a agredir a alguien más fuerte sin prever las consecuencias o a trabajar en profesiones de riesgo para mantener un alto estado de adrenalina que les aleje de su debilidad más oculta. Recuerdo ahora a un guardia de seguridad de este rasgo, que había vivido toda su vida asustando a los demás para huir de su propio susto. Confesaba que ningún compañero quería trabajar con él, porque cuando conducía el furgón blindado lo hacía siempre a 150 por carreteras de costa llenas de curvas. Con su 1,90 de altura, su constitución atlética y su mirada desafiante y dura mantenía a raya el peligro permanente que para él suponían los demás. Era un representante típico del Seis contrafóbico.

El subtipo "conservación" presentará un aspecto totalmente opuesto de afabilidad, confiabilidad y afecto. Incluso, a veces, de cierta fragilidad asustadiza, como los personajes representados por Woody Allen en casi todas sus películas; fragilidad protegida por el desarrollo de una gran capacidad de raciocinio, capaz de prever todas las posibles consecuencias de las diferentes opciones, aunque ello les lleve a cuestionarse continuamente, dudando de sí mismos, a diferir la acción y, a veces, a la parálisis ante la toma de decisiones.

El subtipo "social" necesita especialmente el grupo y las normas para sentirse bien. Sus aspectos positivos serían la lealtad, la amistad duradera y la solidaridad. Sus extremos le llevaría al perfeccionismo, la rigidez y el fanatismo para cumplir y hacer cumplir las normas. Algunos aspectos del carácter alemán podrían ilustrar las dos caras de este tipo de carácter. El nazismo, desde esta perspectiva, sería la patología social extrema de la búsqueda del orden perfecto, de la norma inamovible, de la protección ante la imprevisibilidad de los movimientos sociales, del padre omnipotente y controlador que lo decide todo.

Pero más allá de las diferencias, todos los seis tienen en común un gran deseo de ser aceptados, basado en un sentimiento de inseguridad; pero boicotean su necesidad con la desconfianza hacia los demás, porque no confían en sus propias percepciones. Para compensar, necesitan acopiar datos y analizarlos una y otra vez, escudriñar el rostro de los demás para percibir señales y mensajes ocultos. Esto les hace muy sensibles al engaño y a la falsedad. Podría decirse que tienen un especial olfato para detectar cuándo alguien les intenta dar gato por liebre. Suelen ser ordenados, correctos, justos y ecuánimes, puntuales y responsables. Tal vez por ello, algunos prefieran trabajos en los que las normas estén claramente establecidas, como el funcionariado, la policía, el ejército o la docencia, aunque los contrafóbicos preferirán probablemente crear su propio empleo o, al menos, no estar sometidos a jefes ni a autoridades.

Existe un lema en el que casi todos coincidirían: "Deberíamos vivir a posteriori". Así empieza la última novela, "Los frutos de la pasión", de la serie del personaje creado por Pennac en 1985, Benjamin Malaussène. Este personaje literario trabaja en unos grandes almacenes para recibir las quejas y reclamaciones de los clientes descontentos y sigue siendo el chivo expiatorio en su vida familiar. Tal vez no sea un Seis típico, pero sí acaba paranoico y viendo enemigos en todas partes. Y la paranoia es la patología principal de este rasgo.

Vivir a posteriori significaría no tener que arriesgarse, decidir sobre seguro, saber de antemano que la decisión es la correcta, corregir el tiro en caso contrario. Cuando le pregunté recientemente a un paciente que se reconocía en este rasgo qué le parecía la frase, respondió con una vacilación menor de la habitual en él: "Firmaría ahora mismo" e inmediatamente se justificaba diciendo: "Pero es que creo que todo el mundo la firmaría". Esa es precisamente la distorsión cognitiva de cada carácter: creer que el mundo es de una determinada forma para todos, que todos los demás piensan, sienten y actúan lo mismo que ellos. En este caso, no le cabía en la cabeza que, para un emocional Dos o un impulsivo e intenso Ocho, la vida sería un aburrimiento si todo se supiera de antemano.

He de confesar que, hasta que empecé a profundizar en el Eneagrama, no entendía mi propia impaciencia y desánimo ante determinados pacientes que, sesión tras sesión, se mostraban activos, aparentemente colaboradores y rápidos en admitir los señalamientos, pero que, en el último minuto, desmontaban todo lo elaborado durante casi una hora, con una pequeña duda o simplemente soltando como quien no quiere la cosa: "Todo esto está muy bien, pero podría ser lo contrario". Ahora entiendo esa ambigüedad del Seis entre la aceptación de la "autoridad" y la rebeldía desconfiada y, sobre todo, su necesidad de hacer de "abogado del diablo" de su propio proceso, de poner todo en cuestión una y otra vez hasta la saciedad.

En seres que han hecho un trabajo de autoobservación no contaminada y que han trascendido el miedo, puede producirse una iluminación precisamente a través de este cuestionamiento permanente, como ilustra el caso de Krishnamurti, tal vez uno de los Maestros espirituales más atípicos y aclamados de este siglo. Jiddu Krishnamurti renunció en 1929 a ser "el Instructor del Mundo", para lo que le preparaba desde los 13 años la Sociedad Teosófica, declarando que la verdad es "una tierra sin senderos", a la que es imposible aproximarse mediante ninguna religión, filosofía o secta tradicional. Su método de "Seis iluminado": investigar juntos, mirar la realidad profundamente sin ideas preconcebidas, sumergirse en la realidad tal como es.

Otro gigante histórico que superó la timidez y el retraimiento de su infancia fue Gandhi, el apóstol de la no violencia, tal vez, una de las formas más sutiles del coraje. Sin embargo, su filosofía no se basó tanto en la indagación a través del conocimiento, como en el sentido del deber y una moral estricta y peculiar.

A las personas que se identifiquen con la pasión del miedo podría servirles vivir más el presente, sin imaginar desgracias futuras; mirar la realidad profundamente sin distorsionarla añadiendo el quinto pie que el gato no tiene; fomentar su lealtad y solidaridad confiando más en sí mismos como primer paso para poder empezar a confiar en los demás y, sobre todo, ABRAZAR EL VALOR de la FE, LA FE EN LA VIDA Y EN SÍ MISMOS, pues ésta les acoge en su regazo cuando pueden APRENDER A CONFIAR.
"Pasiones Capitales" es un aporte de Alfonso Colodrón - Terapeuta Gestáltico y Consultor Transpersonal. Sitio web www.alfonsocolodron.net




La Paranoia - Ana RoldánLA PARANOIA
Agachado en cuclillas, con mirada temerosa, protegido con lanza y coraza -en relieve y trabajados en pan de plata-, y la cabeza hundida entre los hombros, percibe una gran amenaza: La parte superior del cuadro, una puerta de interior oscuro y deslumbrante oro por fuera, se vuelca sobre él como símbolo de la autoridad dictatorial, con el ojo que todo lo ve, el dios castigador, su sentimiento de culpa, que le acusan y le inmovilizan.
En la parte inferior del cuadro, tres triángulos verdes, dentro de cada uno hay un 6 escrito, "los tres seises", símbolo de la bestia, del poder de las tinieblas, otra "jerarquía" que también tiene presente. El número 6 está en un lateral de la puerta.
La técnica utilizada es óleo, collage, pan de oro y pan de plata sobre tabla. Sus medidas son 100 x 75 cm.
La ilustración pertenece a la serie"Nueve Pasiones" de Ana Roldán, pintora española especializada en el retrato y la acuarela, que comienza ahora una nueva andadura en su pintura, en la que se integra todo lo aprendido, todo lo vivido, y en donde se funden los tres centros vitales: el emocional, el intelectual y el visceral, para representar así, intuitivamente a unos personajes cargados de simbolismo y color, en todas sus facetas espirituales y psicológicas. Más información de la autora en su sitio web www.anaroldan.com.

Espalda ancha, cuello corto y fuerte, cuerpo estético, bien formado.
A veces defensivos, con una mirada nerviosa e intermitente, o desafiantes, sosteniendo la mirada.
Otras veces con una mirada amable y divertida.
Ojos vivaces, con chispa y que pueden cambiar de tonalidad según el estado interno.
Movimiento corporal constante, nerviosos, gesticuladores.

Personajes cuya fisonomía y manifestación pública de su personalidad podrían coincidir con este eneatipo:

Anthony Perkins

James Spader

Jason Alexander

Warren Beatty

Chuck Norris

Jean Claude Van Damme

J. Krishnamurti

Richard Nixon

Adolf Hitler

Steven Seagal

Tommy Lee Jones

Lee Harvey Oswald

Steve McQueen

Spike Lee

Tom Hanks

Mel Gibson

Diane Keaton

Meg Ryan

Sean Young

Carrie Fischer

Woody Allen

Kim Basinger

Michelle Pfeiffer

Julia Roberts

Richard Lewis

Richard Pryor

Jack Lemmon

J. Edgar Hoover

Bruce Springsteen

Dr. Sean McNamara
"Nip Tuck"

Dana Fairbanks
"The L Word"

Sarah Connor
"Terminator"

Rambo


Tipo de Personalidad Siete

Personas que buscan múltiples opciones y futuros positivos. Pueden ser polifacéticos, afirmadores y generosos. Enfermos pueden ser narcisistas, escapistas e insaciables.
Los Sietes son el último estilo dentro del trío que responde temerosamente a la vida. Considerando que los Cincos se retiran socialmente y los Seis se vuelven dudosos o suspicaces, los Sietes manejan sus miedos de una manera muy diferente. Las personas con este estilo tienden a suprimir y escapar de sus miedos enfocándose intencionalmente en lo positivo e imaginando planes, opciones y posibilidades. Los Sietes son re-encuadradores naturales dado que se enfocan en el lado luminoso de las cosas; hacen limonada sin limones, y se mantienen alegremente activos. El punto defensivo de esta estrategia es el de evitar el dolor interno y ser difícil de alcanzar como si fuesen un blanco móvil.

Los Sietes sanos son personas renacentistas y polifacéticas capaces de desarrollarse favorablemente en muchos ámbitos totalmente dispares entre sí. Las personas sanas con este estilo son normalmente aventureras y multi-talentosas, con un entusiasmo auténtico por la vida. Como niños, sin ser infantiles, los Sietes sanos son enormemente receptivos. La mayoría tienen una perspectiva positiva y estimulante y pueden apreciar de manera entusiasta los regalos que otorga la vida, incluso los más pequeños. Muchos poseen una amistosa mezcla de encanto y curiosidad; pudiendo ser creativos, extrovertidos, generosos con los amigos y constantemente interesados en los nuevos horizontes. Los Sietes sanos son normalmente muy elásticos y suelen regresar fortalecidos de la pérdida y la calamidad. También suelen ser leales y sensibles.

En su mejor momento, las personas con este estilo buscan compromisos de gran alcance y las más profundas satisfacciones. Con este propósito, pueden aceptar la real necesidad tanto del dolor como del compromiso en sus vidas. Aceptar la dimensión dolorosa de la vida le otorga al Siete mayor profundidad y por consiguiente refuerza su alegría. Muchos Sietes reportan que al estar dispuestos a hacer los compromisos apropiados, esto genera una estructura global dentro de la que aun pueden encontrar variedad en sus vidas.
Cuando están menos sanos, las personas con este estilo son propensas al escapismo e intentan evitar el dolor tanto en ellos como en los demás. Proyectan su poder hacia fuerzas externas que pueden confinarlos, restringirlos, deprimirlos o juzgarlos. Los Siete se auto-encarcelan dado que pueden rodearse con las personas y las circunstancias que los fijarán o obligarán, imitando lo que los Sietes les hacen a ellos. Después de crear una cárcel de expectativas y obligaciones, se sienten desvalidos, como si no tuviesen opción alguna. Para compensar, hiperflexibilizan su capacidad de elección.

Los Sietes controlan y subliman su dolor complaciendo sus apetitos
. Éstos pueden ser por comida, drogas, ideas, actividad, personas, nuevas experiencias, etc. Los Sietes Enfermos devoran la vida pero no lo digieren. Buscan afuera la novedad, intentando mantenerse en alto a través de condimentar la realidad con sus imaginaciones y fantasías de lo que será. Pueden ser diletantes, impulsivos, rebeldes, impersonales, locuaces, narcisistas y codiciosos. Pueden abrigar muchos intereses pero indiscriminadamente; su conocimiento es extenso pero no profundo, más bien como un "milusos".

Muchos Sietes tienen problemas con la ejecución. Tienden a ser fuertes en comenzar la acción pero débiles en la continuación. Normalmente no les asusta iniciar un curso de acción o un nuevo proyecto. Su dificultad estriba en la aplicación diaria de tareas a largo plazo y en soportar su aburrido alargamiento.

Algunos Sietes temen el proceso. No tienen ningún sentido bien desarrollado de cómo hacer las cosas paso por paso. El pensar en poner un pie delante de otro no sólo es aburrido sino más aún: espantoso.
Bajo tensión, los Sietes también adoptan aquello que llaman encuadres "como si" dónde crean fantasías positivas sobre el futuro y pretenden que estas sean reales y estén presentes. A veces evitan las situaciones difíciles de esta manera, eliminando la necesidad de esforzarse, los riesgos del fracaso o el tener que juzgar sus acciones. La mayoría de los Sietes enfermos tienen miedo a ser inadecuados e inconscientemente se comparan con otros.

Cuando los Sietes están profundamente enfermos, la línea entre la realidad y la fantasía se pierde drásticamente. Crecen obsesionados con visones grandiosas y a menudo se inflan narcisistamente. Los Sietes muy enfermos puede rechazar completamente la responsabilidad por sus acciones y resistir todo limite realista en su conducta. Pueden ser salvajes, impacientes, caóticos, delirantes y explosivos. Las tendencias hacia las adicciones y los ciclos maníaco-depresivos se enroscan fuertemente. Puesto que nunca pueden satisfacer permanentemente sus apetitos, puede zambullirse precipitadamente en el hedonismo, buscando más que consumir. Cualquiera que se ponga en el camino de un Siete maniaco será derribado; son rotas todas las promesas hechas a los demás. Cuando muy enfermos, los Sietes atraen a las fuerzas legales hacia ellos. El mundo tiene que refrenar el comportamiento antisocial nacido de los deseos internos de los Sietes.
Centro:Pensamiento
Pasión:Gula
Fijación:Planificación
Visión de sí mismo: "Yo divierto"
Estructura de temor (lo que evita):Dolor
Estructura de deseo:Sentirse feliz
Trampa o justificación:Positivismo
Otros descriptores:Permisividad, hedonismo, interés por lo remoto y lo extraordinario, orientación futurista, satisfacción imaginaria del deseo, rebeldía, falta de disciplina, complacencia seductora, generosidad, encanto, narcisismo, persuasión, fraudulencia, charlatanería.

Eneatipo Siete Subtipo Intimidad - Sugestionabilidad
Ven la vida a través de una imaginación desbordada, idealizándose e idealizando sus relaciones y la realidad. Tienen una infinita curiosidad y una amplia gama de intereses y actividades, pero son enormemente volubles, tanto en sus intereses como en sus afectos. Son como chupamirtos que van de flor en flor dejando una estela de cabos sueltos y corazones rotos. Están en la búsqueda constante de lo nuevo, lo extraordinario, lo ingenioso y estrafalario y les atraen las personas interesantes o estimulantes. Sus ágiles mentes se mueven muy rápido causando inquietud o desasosiego en ellos y en sus relaciones. Tienen un profundo miedo a comprometerse; prefieren los sentimientos intensos del enamoramiento. Se enredan en proyectos locos o en aventuras amorosas peligrosas o nada realistas. Se convierten en buscadores de emociones cada vez más intensas hasta endurecerse y salir lastimados por sus excesos. Son diletantes que conocen de muchas cosas pero de ninguna en profundidad. Extrovertidos, amigables, simpáticos, encantadores, cuentachistes.
Eneatipo Siete Subtipo Social - Sacrificio
En estas personas su gula se encuentra escondida. Suelen tener gula de aprecio. Presentan una gran tensión entre sus obligaciones con los otros y el deseo de escapar. Están a la búsqueda de un ambiente más estimulante, metidos en causas sociales que luego les quedan chicas y los aprisionan. Suelen ser idealistas y predican la pureza. Tienden a detestar a la autoridad y se preocupan de tener llena la agenda. Su optimismo les dice que todas las privaciones son solo temporales.
Eneatipo Siete Subtipo Auto-conservación-Familia/Clan o grupo cercano
Trabajan arduamente aunque son capaces de hacer trampas para conseguir lo que desean. Son muy activos y enérgicos para garantizar que no les falte nada, siendo grandes gourmets, catadores, viajeros y golosos de sexo. Gozan haciendo compras, viajando y mimándose, ocupándose de reunir información sobre posibles fuentes de placer (catálogos, carteleras de cine, guías de viaje y de restaurantes) rebajas, descuentos. Suelen ser maniáticos con miedo a pasar hambre. Pueden ser imprudentes con sus recursos y con el dinero, derrochando en compras o en juego, pueden ser aún más despilfarradores con su salud y sus recursos interiores; se pasan de los límites razonables. La familia es muy importante para ellos, ya sea la propia familia o aquella que ellos escogen como tal.

LAS PASIONES CAPITALES
7. LA GULA

por Alfonso Colodrón
Ilustración: Ana Roldán

El Hedonismo - Ana Roldán
© EL HEDONISMO - 90X90 cm

Si nos acusaran de ser golosos, probablemente no nos sentiríamos tan heridos como si nos dijeran que somos, por ejemplo, orgullosos, avaros, cobardes o lujuriosos. Y ésta es precisamente una de las dificultades de reconocer la patología de este carácter que el sistema del eneagrama llama "eneatipo 7" y que, según los diferentes autores, podría llamársele narcisista, epicúreo o hedonista, generalista, entusiasta, diletante o charlatán, planificador y soñador, en función del aspecto de la personalidad que consideren predominante. En cualquier caso, todas estas características le parecen al que las reúne "pecados veniales" o defectillos sin importancia, en comparación con el resto de los caracteres. Por ello, no es de extrañar el tipo Siete se tenga en alta estima y suela caer bien por el encanto que despliega. Sin embargo, como Narciso, que se ahoga en el agua enamorado de su imagen, el encantador acaba enredado en su propio encanto, convirtiéndose en un encantador encantado.
Estoy seguro de que todo el mundo conoce a alguien que siempre tiene soluciones para cualquier problema, al que ninguna situación le parece excesivamente grave, que puede explicarlo todo: el tipo de persona que racionalizará, explicará, pondrá una etiqueta o elaborará una generalización brillante con tal de no entrar en una emoción profunda, de no sufrir con el sentimiento del interlocutor. Nuestro personaje corresponde claramente a la tríada mental pero, mientras que el Cinco (avaro) reflexiona, calla y acumula su energía para tenerlo todo controlado, el Seis (miedoso) duda e imagina lo peor para estar preparado, el Siete envuelve a los demás con sus palabras y fantasea siempre un futuro mejor para huir de su angustia, del aburrimiento y del compromiso con cualquier cosa que considere monótona, limitadora y vulgar; es decir, casi todo lo que suponga esfuerzo constante, disciplina y limitación de opciones.
Quienes se hayan dominados por la pasión de la gula no son forzosamente comedores compulsivos o glotones de alimentos -aunque puede que en un bufé piquen un poco de todo para no perderse ningún sabor-, sino consumidores compulsivos de experiencias, amistades, libros, cursos, viajes, deportes..., aunque generalmente sin demasiada continuidad. Es difícil que un paciente con estas características dure mucho en una terapia. Normalmente acuden a ella como una vivencia más dentro de su largo currículo de terapeutas y recursos de desarrollo personal, que suelen degustar como aperitivos, pero que muchas veces no les alimenta, porque no se quedan el tiempo necesario para digerir. Para ellos, planificar, explicar, generalizar y soñar suelen ser los sustitutos del actuar, sentir, centrarse y, en definitiva, vivir el presente.
Con todos estos mecanismos de defensa bien pertrechados, es difícil que sufran conflictos frecuentes y suelen dar una apariencia de autosatisfacción y felicidad contagiosa, aunque, a veces, un tanto pretenciosa y superficial. Por ello, lo que a muchos encanta puede resultar insoportable para otros. Recuerdo, como si fuera ayer, la primera vez que me encontré con un grupo de "sietes" que intentaba cumplir una tarea terapéutica: la impresión era la de un corral con varios gallos que competían por la atención y el espacio verbal; pocas emociones manifiestas; mucho desacuerdo; bastante rebeldía que conducía a la desorganización y al caos; cierta agresividad contenida para evitar el desencadenamiento del conflicto latente; casi ninguna implicación existencial. Al final, pérdida de tiempo y frustración encubierta con la broma, el juego o la actitud compensatoria de "la próxima reunión saldrá mejor".
Vista la situación desde afuera y con el poso de lucidez que deja el tiempo transcurrido, la primera imagen que me viene es la de una reunión de niños grandes o adultos que no han querido crecer del todo. Una especie de reunión de muchos "Peter Pan", sin una Wendy que les dijera que ya habían pasado treinta o cuarenta años desde que jugaban a enfrentarse al Capitán Garfio y a volar con Campanilla. Los "golosos" siguen estancados en una infancia que, a pesar de las carencias y limitaciones de toda niñez, siempre recuerdan como una infancia fundamentalmente feliz y sin problemas mayores. Tal vez sea éste uno de sus principales encantos: su jovialidad, su eterna juventud y entusiasmo por todo lo nuevo, que encubre un gran concepto de sí y una cierta rebeldía ante todo lo establecido.
De ella no se libran ni los maestros espirituales, pues, aunque se pueda llegar a trascender el carácter básico, siempre quedan rasgos que delatan de dónde se partió. Es fácil comprobarlo, por ejemplo, en "Vislumbres de una infancia dorada" (Gaia, 1996), autobiografía de Rajneesh, conocido por Osho, uno de los guías más brillantes y controvertidos de este siglo. Él la dictó a lo largo de sus sesiones con su dentista como un juego lúdico. No tiene desperdicio desde la óptica del eneagrama: "He renunciado incluso a la iluminación, a la que no había renunciado nadie antes que yo... No tengo religión, ni país ni casa. Todo el mundo es mío. Seguiré siendo un rebelde hasta que me quede el último aliento... Aunque no tenga un cuerpo, tendré los cuerpos de miles de mis amantes. Puedo provocarles; sabéis que soy un seductor y puedo meterles ideas en la cabeza para los siglos venideros. Es exactamente lo que voy a hacer. Mi rebelión no morirá con la muerte de este cuerpo. Mi revolución continuará más intensamente, porque entonces tendrá muchos más cuerpos, muchas más voces, muchas más manos para continuarla".

Jung, en sus "Tipos psicológicos" (Edhasa, 1991), lo calificaría de "intuitivo" que "no se encuentra nunca en el mundo de los valores aceptados de la realidad, sino que tiene un olfato agudizado para todo lo que es nuevo o está surgiendo... Ninguna razón o sentimiento puede refrenarle o asustarle como para hacerle perder una nueva posibilidad, aun cuando vaya en contra de todas sus convicciones anteriores... [pues] tiene su propia moral característica, que consiste en... someterse voluntariamente a su propia autoridad".
Otro Maestro contemporáneo, Ram Das, personifica también este eneatipo en la cantidad de actividades desarrolladas a lo largo de su vida. Antes de dedicarse a la búsqueda espiritual, Richard Alpert -su nombre de nacimiento- fue uno de los científicos pioneros en la investigación del LSD. En la India fue discípulo que siguió una vía devocional. Empresario de éxito, escritor de libros espirituales que marcaron un hito en su época, presidente de varias Fundaciones humanitarias, conferenciante, gurú aclamado por toda una generación, hace unos años decidió dedicarse fundamentalmente a cuidar a su padre enfermo y declaró públicamente su homosexualidad. Esta versatilidad es paradigmática en el "goloso", pero, mientras que en una persona con un gran trabajo interior cada etapa es auténtica, en alguien estancado en su afán de escapar de todo lo que le haga sufrir o le exija esfuerzo, cada cambio puede suponer sólo un mariposeo de flor en flor, sin libar hasta el final su néctar ni elaborar nunca la miel fantaseada.
Cuando el SIETE se queda sin estrategias por algún golpe duro de la vida, cae en un profundo pozo que puede manifestarse como una depresión aguda, de la que siempre huyó, pero cuya posibilidad latente intuía o temía. Lo que se vive como un auténtico mazazo, una pérdida de identidad y de control, una auténtica desgracia, puede ser en realidad una bendición: una de las pocas oportunidades de madurar, de avanzar y de cambiar la gula -como intento de llenar el vacío- por la introspección, el silencio y la aceptación de las luces y sombras de la vida.
El mejor ejemplo publicado de este tipo de procesos, tal vez sea el de Paco Peñarrubia, Director de la Escuela Madrileña de Terapia Gestalt: "Lo más importante que sucedió por entonces [en plena crisis] es que Claudio me habló del sufrimiento consciente... Para mí fue algo revelador. Nunca me había dado esa oportunidad de sufrir sin pelearme, sin evitar, respetándome esos sentimientos legítimos... Lo más desalentador era sentir que Dios no me escuchaba. Y luego ir viendo que el silencio de Dios era proporcional a mi ruido... Algunas veces me elevo, otras siento un profundo peso en la base del tronco: pura tierra, nada de volar... Soy un niño sentado a la puerta del corazón. Espero con paciencia, sin ansiedad. Puede abrirse en cualquier momento. Sé que Dios pasa por mi calle de vez en cuando. Y espero tranquilo, por si viene".
"Pasiones Capitales" es un aporte de Alfonso Colodrón - Terapeuta Gestáltico y Consultor Transpersonal. Sitio web www.alfonsocolodron.net




El Hedonismo - Ana RoldánEL HEDONISMO
Un diente de oro asoma por su gran boca risueña, oyendo música en la bañera ya se comió el pescado cuya raspa -real, disecada y pegada- adorna el plato. Se ha rodeado de todo lo que le puede apetecer, mientras piensa en qué nuevo proyecto puede hacer para divertirse, cuando termine con todo eso.
El movimiento ingenuo con que los objetos se sitúan en el cuadro, invitan a conectarse con el espíritu hedonista y aventurero. El número 7 está situado en el ángulo superior derecho del cuadro.
La técnica utilizada es óleo, collage, y pan de oro sobre tabla. Sus medidas son 90 x 90 cm.
La ilustración pertenece a la serie"Nueve Pasiones" de Ana Roldán, pintora española especializada en el retrato y la acuarela, que comienza ahora una nueva andadura en su pintura, en la que se integra todo lo aprendido, todo lo vivido, y en donde se funden los tres centros vitales: el emocional, el intelectual y el visceral, para representar así, intuitivamente a unos personajes cargados de simbolismo y color, en todas sus facetas espirituales y psicológicas. Más información de la autora en su sitio web www.anaroldan.com.

Sonrientes y radiantes, informales, energéticos, sonrisa amplia, nariz larga y /o respingada.
En algunas ocasiones su forma de vestir denota su singularidad.
Semblante muy animado. Al hablar suelen hacer muchos gestos con las manos.
Se distraen fácilmente.


Ver descripción Eneatipo 7»

Personajes cuya fisonomía y manifestación pública de su personalidad podrían coincidir con este eneatipo:

Kurt Vonnegut

Timothy Leary

Henry David Thoreau

Dave Barry

Carol Burnett

Katie Couric

Goldie Hawn

Lucille Ball

Martin Short

Magic Johnson

Jim Carrey

Chevy Chase

Chuck Berry

Robin Williams

Liberace

Eddie Murphy

Leni Riefenstahl

Bette Midler

Lily Tomlin

Joan Rivers

Robert Bly

Michael Caine

Henry Miller

Richard Harris

Jack Nicholson

Clark Gable

Larry King

Victor Borge

Jackie Gleason

Louis Rukeyser

Geraldo Rivera

Groucho Marx

Barry Diller

Robbie Williams

Sarah Ferguson

Gypsy Rose Lee

Leonardo Da Vinci

Mozart

María Von Trapp
"La novicia rebelde"

Phoebe Buffey
"Friends"

Peter Pan



Fuente: PersonArte.http://www.personarte.com/enea4.htm


Ramon Gamero Terapeuta holistico: (cita previa 955 99 72 33 - 650 91 73 64)

talleres organizados por: Sanacion Emocional Bioenergetica en este enlace: http://sanacionemocionalbioenergetica.blogspot.com/2012/03/talleres-informacion-detallada.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario