VIII. El cuerpo como medio o como fin
1. Las actitudes que se tienen hacia el
cuerpo son las actitudes que se tienen hacia el ataque. 2Las
definiciones del ego con respecto a todas las cosas son inmaduras, y están
siempre basadas en el propósito que él cree que todas ellas tienen. 3Esto
se debe a que es incapaz de hacer generalizaciones, y equipara lo que ve con la
función que le adscribe. 4No lo equipara con lo que es.
5Para el ego el cuerpo es algo con lo que atacar. 6Puesto que te equiparas con el cuerpo, el
ego te enseña que tu propósito es
atacar. 7El cuerpo, pues, no es la fuente de su propia salud. 8La
condición del cuerpo depende exclusivamente de cómo interpretas su función. 9Las
funciones son algo inherente al estado de ser, pues surgen de éste, mas su
relación no es recíproca. 10EI todo ciertamente define a la parte,
pero la parte no define al todo. 11Conocer en parte, no obstante, es
conocer enteramente debido a la diferencia fundamental que existe entre
conocimiento y percepción. 12En la percepción el todo se construye
a base de partes que se pueden separar y ensamblar de nuevo en diferentes constelaciones.
13El conocimiento, por otra parte, nunca cambia, su constelación,
por lo tanto, es permanente. 14La idea de que entre las partes y el
todo hay relación sólo tiene sentido en el nivel de la percepción, en la que el
cambio es posible. 15Aparte de eso, no hay ninguna diferencia entre
la parte y el todo.
2. El cuerpo existe en un mundo que parece tener dos
voces que luchan por su posesión. 2En esta percibida constelación se
considera al cuerpo como capaz de alternar su lealtad de una a otra, haciendo
que los conceptos de salud y enfermedad tengan sentido. 3El ego,
como de costumbre, da lugar a una confusión fundamental entre los medios y el
fin. 4Al considerar al cuerpo como un fin, el cuerpo no tiene
realmente utilidad para el ego, puesto que el cuerpo no es un fin. 5Debes haber notado una descollante
característica en todo fin que el ego haya aceptado como propio. 6Cuando
lo alcanzas te deja insatisfecho. 7por
eso es por lo que el ego se ve forzado a cambiar incesantemente de un objetivo
a otro, para que sigas abrigando la esperanza de que todavía te puede ofrecer
algo.
3. Ha sido muy difícil superar la creencia del ego
de que el cuerpo es un fin porque esta idea es análoga a la creencia de que el
ataque es un fin. 2El ego tiene un marcado interés por la
enfermedad. 3Si estás enfermo, ¿cómo podrías refutar su firme
creencia de que no eres invulnerable? 4Éste es un razonamiento
atractivo desde el punto de vista del ego porque encubre el ataque obvio que
subyace a la enfermedad. 5Si reconocieses esto y además te opusieras
al ataque, no podrías utilizar la enfermedad como un falso testigo para
defender la postura del ego.
4. Es difícil percibir que la enfermedad es un
testigo falso, ya que no te das cuenta de que está en total desacuerdo con lo
que quieres. 2Este testigo, por consiguiente, parece ser inocente y
digno de confianza debido a que no lo has sometido a un riguroso interrogatorio.
3De haberlo hecho, no considerarías a la enfermedad un testigo tan
vital en favor de la postura del ego. 4Una afirmación más honesta sería
que los que quieren al ego están predispuestos a defenderlo. 5Por lo
tanto, se debe desconfiar desde un principio de los testigos que el ego elige. 6El
ego no convoca testigos que disientan de su causa, de la misma manera en que el
Espíritu Santo tampoco lo hace. 7He dicho que juzgar es la función
del Espíritu Santo, para la cual Él está perfectamente capacitado. 8Mas
cuando el ego actúa como juez, hace todo menos juzgar imparcialmente. 9Cuando
el ego convoca un testigo, lo ha convertido de antemano en un aliado.
5. Todavía sigue siendo cierto que el cuerpo, de por
sí, no tiene ninguna función porque no es un fin. 2El ego, no
obstante, lo establece como un fin porque, como tal, su verdadera función
queda velada. 3Éste es el propósito de todo lo que el ego hace. 4Su
único objetivo es hacer que se pierda de vista la función de todo. 5Un
cuerpo enfermo no tiene sentido. 6No puede tener sentido porque la
enfermedad no es el propósito del cuerpo. 7La enfermedad tendría
sentido sólo si las dos premisas básicas en las que se basa la interpretación
que el ego hace del cuerpo fuesen ciertas: que el propósito del cuerpo es
atacar, y que tú eres un cuerpo. 8Sin estas dos premisas la
enfermedad es inconcebible.
6. La enfermedad es una forma de demostrar que puedes
ser herido. 2Da testimonio de tu fragilidad, de tu vulnerabilidad y
de tu extrema necesidad de depender de dirección externa. 3El ego
usa esto como su mejor argumento para demostrar que necesitas su dirección. 4Impone
un sinfín de reglas para que se eviten funestos desenlaces. 5El
Espíritu Santo, perfectamente consciente de la misma situación, no se molesta
en analizarla en absoluto. 6Si los datos no tienen sentido, no tiene
objeto analizarlos. 7La función de la verdad es recopilar
información que sea verdadera. 8Sea
cual sea la forma en que trates de usar el error, de ello no resulta nada. 9Cuanto
más complicados se vuelven los resultados más difícil puede que resulte
reconocer su insustancialidad, mas no es necesario examinar todos los posibles
resultados a que las premisas dan lugar a fin de juzgarlos correctamente.
7. Un recurso de aprendizaje no es un maestro. 2No
te puede decir cómo te sientes. 3No sabes cómo te sientes porque has
aceptado la confusión del ego, y, por lo tanto, crees que un recurso de aprendizaje
puede decirte cómo te sientes. 4La
enfermedad no es más que otro ejemplo de tu insistencia en querer pedirle
dirección a un maestro que no sabe la respuesta. 5El ego no puede
saber cómo te sientes. 6Cuando dije que el ego no sabe nada, dije lo
único que es completamente cierto con respecto al ego. 7 Pero hay un
corolario: si sólo el conocimiento existe y el ego no tiene conocimiento,
entonces el ego no existe.
8. Tal vez te preguntes cómo es posible que la voz
de algo que no existe pueda ser tan insistente. 2¿Has pensado alguna
vez en el poder de distorsión que tiene lo que deseas, aun cuando no es real? 3Son
muchos los casos que demuestran cómo lo que deseas distorsiona tu percepción. 4Nadie
puede dudar de la pericia del ego para presentar casos falsos. 5Ni
nadie puede dudar tampoco de que estás dispuesto a escucharle hasta que decidas
no aceptar nada excepto la verdad. 6Cuando dejes de lado al ego,
éste desaparecerá. 6La Voz del Espíritu Santo es tan potente como
la buena voluntad que tengas de escucharla. 8No puede ser más
potente sin que viole tu libertad de decisión, que el Espíritu Santo intenta
restaurar, no menoscabar.
9. El Espíritu Santo te enseña a usar el cuerpo sólo
como un medio de comunicación entre tus hermanos y tú, de modo que Él pueda
enseñar Su mensaje a través de ti. 2Esto los curará y, por lo tanto,
te curará a ti. 3Nada que se utilice de acuerdo con su propia función
tal como el Espíritu Santo la ve, puede enfermar. 4Mas todo lo que
se utiliza de cualquier otra forma no puede sino enfermarse. 5No
permitas que el cuerpo sea el reflejo de una mente dividida. 6No
dejes que sea una imagen de la percepción de pequeñez que tienes de ti mismo. 7No
dejes que refleje tu decisión de atacar. 8Se reconoce que la salud
es el estado natural de todas las cosas cuando se deja toda interpretación en
manos del Espíritu Santo, Quien no percibe ataque en nada. 9La salud
es el resultado de abandonar todo intento de utilizar el cuerpo sin amor. 10La
salud es el comienzo de la correcta perspectiva con respecto a la vida bajo la
dirección del único Maestro que sabe lo que ésta es, al ser la Voz de la Vida
Misma.
LECCIÓN 88
Hoy repasaremos estas ideas:
1. (75) La luz ha
llegado.
2Al
elegir la salvación en lugar del ataque, estoy simplemente eligiendo reconocer
lo que ya está ahí. 3La salvación es una decisión que ya se tomó. 4El ataque y los resentimientos no existen como
opciones. 5Por eso es por lo que siempre elijo entre la verdad y la
ilusión; entre lo que está ahí y lo que no está ahí. 6La luz ha
llegado. 7Solamente puedo elegir la luz porque no hay otra
alternativa. 8La luz ha reemplazado a la oscuridad, y la oscuridad
ha desaparecido.
2. Las siguientes variaciones
pueden ser útiles para las aplicaciones concretas de esta idea:
2Esto no puede mostrarme la oscuridad, pues la luz ha llegado.
3Tu luz, [nombre] es lo único que quiero ver.
4No quiero ver en esto más que lo que hay ahí.
3. (76) No me gobiernan otras leyes que
las de Dios. 2He aquí la perfecta declaración de mi libertad. 3No
me gobiernan otras leyes que las de Dios. 4La tentación de inventar
otras leyes y de permitir que me subyuguen me acecha constantemente. 5Sufro
únicamente porque creo en ellas. 6Pero en realidad no me afectan en
absoluto. 7Estoy perfectamente a salvo de los efectos de cualquier
ley, excepto las de Dios. 8Y las Suyas son las leyes de la libertad.
4. Para las aplicaciones concretas
de esta idea, las siguientes variaciones pueden resultar útiles:
2Mi percepción de esto me muestra que creo en leyes que no existen.
3Veo únicamente las leyes de Dios operando en esto.
4Permítaseme dejar que sean las leyes de Dios las que operen en esto, y
no las mías.
No hay comentarios:
Publicar un comentario