VIII. La creencia increíble
1. Hemos dicho que sin proyección no puede haber
ira, pero también es verdad que sin extensión no puede haber amor. 2Todo
ello refleja una ley fundamental de la mente y, por consiguiente, una
ley que siempre está en vigor. 3Es la ley mediante la cual creas y
mediante la cual fuiste creado. 4Es la ley que unifica al Reino y lo
conserva en la Mente de Dios. 5El ego, sin embargo, percibe dicha
ley como un medio para deshacerse de algo que no desea. 6Para el
Espíritu Santo, es la ley fundamental del compartir, mediante la cual das lo
que consideras valioso a fin de conservarlo en tu mente. 7Para el
Espíritu Santo, es la ley de la extensión. 8Para el ego, la de la
privación. 9Produce, por lo tanto, abundancia o escasez, dependiendo
de cómo eliges aplicarla. 10La manera en que eliges aplicarla
depende de ti, pero no depende de ti decidir si vas a utilizar la ley o no. 11Toda
mente tiene que proyectar o extender porque así es como vive, y toda mente es
vida.
2. El uso que el ego hace de la proyección tiene que
entenderse plenamente antes de que la inevitable asociación entre proyección e
ira pueda por fin erradicarse. 2El ego siempre intenta perpetuar el
conflicto. 3Es sumamente ingenioso en encontrar soluciones que
parecen mitigar el conflicto, ya que no quiere que el conflicto te resulte tan
intolerable que decidas renunciar a él. 4Por lo tanto, trata a toda
costa de persuadirte de que él puede librarte del conflicto, no sea
que lo abandones y te liberes a ti mismo. 5Utilizando su propia
versión distorsionada de las leyes de Dios, el ego se vale del poder de la
mente sólo para quebrantar el verdadero propósito de ésta. 6Proyecta
el conflicto desde tu mente a otras mentes, en un intento de persuadirte de que
te has librado del problema.
3. Hay dos errores fundamentales en este intento: 2el
primero es -estrictamente hablando- que el conflicto no puede ser proyectado
porque no puede ser compartido. 3Cualquier intento de conservar una
parte de él y deshacerse de la otra no tiene realmente ningún sentido. 4Recuerda
que un maestro en conflicto no es un buen maestro ni un buen alumno. 5Sus
lecciones son confusas y el valor de transferencia de las mismas se ve
limitado por su confusión. 6El segundo error es la idea de que
puedes deshacerte de algo que no deseas dándoselo a otro. 7Dándolo
es precisamente como lo conservas. 8La
creencia de que viéndolo fuera de ti lo excluyes de tu interior es una
distorsión total del poder de la extensión. 8Por eso es por lo que
los que proyectan se preocupan tanto por su seguridad personal. 10Temen
que sus proyecciones van a retornar a ellos y a hacerles daño. 11Puesto
que creen haberlas desalojado de sus mentes, creen también que esas proyecciones
están tratando de volverse a adentrar en ellas. 12Pero como las
proyecciones no han abandonado sus mentes, se ven obligados a mantenerse
continuamente ocupados a fin de no reconocer, esto.
4. No puedes perpetuar una ilusión acerca de otro
sin perpetuarla en ti mismo. 2No hay forma de poderse escapar de
esto, ya que es imposible fragmentar a la mente. 3Fragmentar es
dividir en pedazos, y la mente no puede atacar ni ser atacada: 4La
creencia de que puede -error que el ego siempre comete- sirve de fundamento
para el uso que éste hace de la proyección. 5El ego no entiende lo
que es la mente y, por lo tanto, no entiende lo que eres tú. 6Su existencia, sin embargo, depende de tu mente
porque el ego es una creencia tuya. 7El ego es una confusión con
respecto a tu identidad. 8Al no haber tenido nunca un modelo
consistente, no se desarrolló nunca de manera consistente. 9Es el
resultado de la aplicación incorrecta de las leyes de Dios, llevada a cabo por
mentes distorsionadas que están usando indebidamente su poder.
5. No le
tengas miedo al ego. 2Él depende de tu mente, y tal como lo
inventaste creyendo en él, puedes asimismo desvanecerlo dejando de creer en él.
3No proyectes sobre otros la responsabilidad por esa creencia o, de
lo contrario, prolongarás su existencia. 4Cuando estés dispuesto a
asumir total responsabilidad por la existencia del ego, habrás dejado a un lado
la ira y el ataque, pues éstos surgen como resultado de tu deseo de proyectar
sobre otros la responsabilidad de tus propios errores. 5Mas una vez
que los hayas aceptado como tus propios errores, no te detengas ahí. 6Entrégaselos
de inmediato al Espíritu Santo para que Él los deshaga completamente, de
manera que todos sus efectos desaparezcan de tu mente y de la Filiación en su
totalidad.
6. El Espíritu Santo te enseñará a percibir más allá
de tus creencias porque la verdad está más allá de cualquier creencia, y la
percepción del Espíritu Santo es verdadera. 2Te puedes olvidar del
ego por completo en cualquier momento que así lo elijas porque el ego es una
creencia completamente inverosímil, y nadie puede seguir abrigando una creencia
que él mismo haya juzgado como increíble. 3Cuanto más aprendes
acerca del ego, más te das cuenta de que no se puede creer en él. 4Lo
inverosímil no se puede entender porque es increíble. 5Es evidente
que una percepción basada en lo increíble no tiene sentido, pero tal vez no
hayas reconocido que dicha percepción está más allá de lo que se puede creer precisamente porque fue concebida por
una creencia.
7. Este curso no tiene otro propósito que enseñarte
que el ego es algo increíble y que siempre lo será. 2Tú, que lo
inventaste al creer lo increíble, no puedes emitir ese juicio por tu cuenta. 3Pero
cuando aceptas la Expiación para ti mismo, decides en contra de la creencia de que
puedes estar solo, desvaneciendo así la idea de la separación y afirmando tu
verdadera identificación con todo el Reino como algo que literalmente forma
parte de ti. 4Esta identificación está más allá de cualquier duda
del mismo modo en que está más allá de cualquier creencia. 5Tu
plenitud es ilimitada porque el estado de ser es infinito.
LECCIÓN 72
Abrigar resentimientos es un
ataque contra el plan de Dios para la salvación.
1. Aunque hemos reconocido que el plan del ego para la salvación es el
opuesto al de Dios, aún no hemos puesto de relieve que es también un ataque
directo contra Su plan y un intento deliberado de destruirlo. 2En
dicho ataque se le adjudican a Dios aquellos atributos que de hecho le
corresponden al ego, mientras que el ego parece asumir los de Dios.
2. El deseo fundamental del ego es suplantar a Dios. 2De
hecho, el ego es la encarnación física de ese deseo. 3Pues es este
deseo lo que parece encerrar a la mente en un cuerpo, manteniéndola sola y
separada e incapaz de llegar a otras mentes, excepto a través del mismo cuerpo
que fue hecho con el propósito de aprisionarla. 4Poner límites en la
comunicación no es la mejor manera de expandirla. 5No obstante,
el ego quiere hacerte creer que lo es.
3. Aunque el intento de mantener las limitaciones que un cuerpo impone es
obvio aquí, tal vez no sea tan evidente por qué razón abrigar resentimientos
constituye un ataque contra el plan de Dios para la salvación. 2Examinemos,
pues, cuáles son las cosas contra las que tienes la tendencia a abrigar
resentimientos. 3¿Acaso no están siempre asociadas con algo que un
cuerpo hace? 4Una persona dice algo que no te gusta. 5O
bien hace algo que te desagrada. 6Dicha persona "delata"
sus pensamientos hostiles con su comportamiento.
4. En este caso no
estás tratando con lo que la persona es. 2Por el contrario, en lo
único que te fijas es en lo que esa persona hace en el cuerpo. 3Y no
sólo no la estás ayudando a librarse de las limitaciones de su cuerpo, sino
que estás tratando activamente de atarla al cuerpo, al confundirla con éste y
juzgar que ella y su cuerpo son una
misma cosa. 4De este modo se ataca a Dios; pues si Su Hijo no es más
que un cuerpo, eso es lo que Él debe ser también. 5Es inconcebible
que un creador pueda ser radicalmente distinto de su creación.
5. Si Dios fuese un cuerpo, ¿cuál sería Su plan para la salvación? 2¿Qué
otra cosa podría ser sino la muerte? 3Y
al tratar de presentarse a Sí Mismo como el
Autor de la vida y no de la muerte, resultaría ser un mentiroso y un impostor,
lleno de falsas promesas, que ofrece
ilusiones en vez de la verdad. 4La aparente realidad del cuerpo
hace que esta perspectiva de Dios parezca convincente. 5De hecho,
si el cuerpo fuese real, sería imposible no llegar a esta conclusión. 6Cada
resentimiento que abrigas reitera que el cuerpo es real. 7Cada
resentimiento que abrigas pasa por alto completamente lo que tu hermano es. 8Refuerza
tu creencia de que él es un cuerpo y lo condena por ello. 9Y afirma
que su salvación tiene que ser la muerte, al proyectar este ataque sobre Dios y
hacerlo responsable de ello.
6. A esta arena cuidadosamente preparada, donde animales feroces acechan
a sus presas y la clemencia no puede hacer acto de presencia, el ego viene a
salvarte. 2Dios te hizo un cuerpo. 3Muy bien. 4Aceptemos
esto y alegrémonos. 5En cuanto que cuerpo, no te prives de nada de
lo que el cuerpo te ofrece. 6Apodérate de lo poco que puedas. 7Dios
no te dio nada. 8El cuerpo es tu único salvador. 9Representa
la muerte de Dios y tu salvación.
7. Ésta es la creencia universal del mundo que ves. 2Hay
quienes odian al cuerpo y tratan de lastimarlo y humillarlo. 3Otros
lo veneran y tratan de glorificarlo y exaltarlo. 4Pero mientras tu
cuerpo siga siendo el centro del concepto que tienes de ti mismo, estarás
atacando el plan de Dios para la salvación y abrigando resentimientos contra Él
y contra Su creación, a fin de no oír la Voz de la verdad y acogerla como
Amiga. 5El que has elegido como tu salvador ocupa Su lugar. 6Él
es tu amigo; Dios, tu enemigo.
8. Hoy trataremos de poner fin a estos ataques absurdos contra la
salvación, 2y en lugar de
ello, trataremos de darle la bienvenida. 3Tu percepción invertida ha
sido la ruina de tu paz. 4Te has visto a ti mismo como que estás
dentro de un cuerpo y a la verdad como algo que se encuentra fuera de ti,
vedada de tu conciencia debido a las limitaciones del cuerpo. 5Ahora
vamos a tratar de ver esto de otra manera.
9. La luz de la verdad está en nosotros, allí donde Dios la puso. 2El cuerpo es lo que está fuera de nosotros, y no es lo
que nos concierne. 3Estar sin un cuerpo es estar en nuestro estado
natural. 4Reconocer la luz de la verdad en nosotros es reconocernos
a nosotros mismos tal como somos. 5Ver que nuestro Ser es algo
separado del cuerpo es poner fin al ataque contra el plan de Dios para la
salvación y, en lugar de ello, aceptarlo. 6Y dondequiera que Su plan se acepta, ya se ha
consumado.
10. Nuestro objetivo para las sesiones de práctica más largas de hoy, es
hacernos más conscientes de que el plan de Dios para la salvación ya se ha
consumado en nosotros. 2Para lograr este objetivo tenemos que
reemplazar el ataque por la aceptación. 3Mientras sigamos atacando,
no podremos entender cuál es el plan de Dios para nosotros. 4Estaremos,
por lo tanto, atacando lo que no reconocemos. 5Vamos a tratar ahora
de suspender todo juicio y de preguntarle a Dios cuál es Su plan para nosotros:
6¿Qué es
la salvación, Padre? 7No lo sé. 8Dímelo, para que lo
pueda entender.
9Luego
aguardaremos quedamente Su respuesta. 10Hemos atacado el plan de
Dios para la salvación sin habernos detenido a escuchar en qué consistía. 11Hemos
expresado nuestros resentimientos con gritos tan ensordecedores, que no hemos
escuchado Su VOZ. 12Hemos
utilizado nuestros resentimientos para cubrirnos los ojos y para taparnos los
oídos.
11. Ahora queremos
ver, oír y aprender. 2"¿Qué es la salvación, Padre?" 3Pregunta
y se te contestará. 4Busca y hallarás. 5Ya no le estamos
preguntando al ego qué es la salvación ni dónde encontrarla. 6Se lo
estamos preguntando a la verdad. 7Ten por seguro, entonces, que la
respuesta será verdad, en virtud de Aquél a Quien se lo estás preguntando.
12. Cada vez que
sientas que tu confianza flaquea y que tu esperanza de triunfo titubea y se
extingue, repite tu pregunta y tu petición, recordando que le estás preguntando
al infinito Creador de lo infinito, Quien te creó a semejanza de Sí Mismo:
2¿Qué es la salvación, Padre? 3No lo sé. 4Dímelo,
para qué lo pueda entender.
5Él te
contestará. 6Resuélvete a escuchar.
13. Hoy sólo será necesario una o
quizás dos sesiones de práctica cortas por hora, ya que serán un poco más
largas que de costumbre. 2Los ejercicios deben comenzar con lo
siguiente:
3Abrigar resentimientos es un ataque contra el plan
de Dios para la salvación. 4Permíteme aceptarlo en lugar de atacarlo.
5¿Qué es la salvación, Padre?
6Luego espera en silencio un minuto más o menos, preferiblemente
con los ojos cerrados, y aguarda Su respuesta.
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