IX. La extensión del Reino
1. Sólo tú puedes limitar tu poder creativo, aunque
la Voluntad de Dios es liberarlo. 2No es Su Voluntad que te prives a
ti mismo de tus creaciones, de la misma manera en que tampoco es Su Voluntad
privarse a Sí Mismo de las Suyas. 3¡No prives a la Filiación de tus
regalos o te privarás a ti mismo de Dios! 4El egoísmo es cosa del
ego, pero la plenitud del Ser pertenece al ámbito del espíritu porque así es
como Dios lo creó. 5El Espíritu Santo mora en la parte de la mente
que yace entre el ego y el espíritu, mediando siempre entre ellos en favor del
espíritu. 6Para el ego eso es ser parcial, y reacciona como si algo
estuviese contra él. 7Para el espíritu eso es la verdad porque el
espíritu conoce su propia llenura y no puede concebir que haya alguna parte de
la que él esté excluido.
2. El espíritu sabe que la conciencia de todos sus
hermanos está incluida en su propia conciencia, tal como está incluida en Dios.
2El poder de toda la Filiación y de su Creador es, por lo tanto, la
propia llenura del espíritu, que hace que sus creaciones sean igualmente plenas
e igualmente perfectas. 3El ego no puede prevalecer contra una
totalidad que incluye a Dios, y toda totalidad tiene que incluir a Dios. 4Dios le da todo Su poder a
todo lo que Él creó porque ello forma parte de Él y comparte Su Ser con Él. 5Crear
es lo opuesto a perder, tal como la bendición es lo opuesto al sacrificio. 6El
Ser tiene que ser extendido. 7Así
es como conserva el conocimiento de sí mismo. 8El espíritu anhela
compartir su Ser tal como su Creador lo compartió. 9Puesto que el
espíritu fue creado como resultado de un acto de compartir, su voluntad es
crear. 10No desea limitar a Dios, sino que su voluntad es extender
Su Ser.
3. Extender el Ser de Dios es la única función del
espíritu. 2Su llenura no puede ser contenida, de la misma manera en
que la llenura de su Creador no se puede contener. 3La llenura es
extensión. 4El sistema de pensamiento del ego obstaculiza la
extensión, y así, obstaculiza tu única función. 5Obstaculiza, por lo
tanto, el fluir de tu gozo, y, como resultado de ello, te sientes insatisfecho:
6A menos que crees, estarás insatisfecho,
pero Dios no conoce la insatisfacción, por lo tanto, no puedes por menos que
crear. 7Puede que no conozcas tus propias creaciones, pero eso no
puede afectar su realidad, de la misma forma en que ser inconsciente de tu
espíritu no afecta en modo alguno su ser.
4. El Reino se extiende para siempre porque está en
la Mente de Dios. 2No conoces tu propio gozo porque no conoces la
plenitud de tu propio Ser. 3Excluye cualquier parte del Reino y no
podrás gozar de plenitud. 4Una mente dividida no puede percibir su
llenura, y necesita que el milagro de su plenitud alboree en ella y la cure. 5Esto
vuelve a despertar la plenitud en dicha mente; y al aceptar dicha plenitud se
reincorpora al Reino. 6Cuando aprecias por completo la llenura de
Ser de tu mente, el egoísmo se vuelve imposible y la extensión inevitable. 7Por
eso es por lo que el Reino goza de perfecta paz. 8El espíritu está
cumpliendo su función, y sólo el pleno cumplimiento produce paz.
5. Tus creaciones están protegidas porque el
Espíritu Santo, que se encuentra en tu mente, las conoce y las puede llevar a
tu conciencia siempre que se lo permitas. 2Moran allí como parte de
tu propio Ser porque tu plenitud las incluye. 3Las creaciones de
cada Hijo de Dios son tuyas, puesto que toda creación le pertenece a todos, al
haber sido creada para la Filiación en su totalidad.
6. Tú no has dejado de incrementar la herencia de
los Hijos de Dios, y, por lo tanto, no has dejado de asegurarte de que fuese
tuya. 2Puesto que la Voluntad de Dios fue dártela, te la dio para
siempre. 3Puesto que Su Voluntad fue que dispusieses de ella para
siempre, te proporcionó los medios para conservarla. 4Y eso es lo que has hecho. 5Desobedecer la Voluntad de
Dios es algo qué sólo tiene sentido para los dementes. 6En realidad
es imposible. 7La llenura de tu Ser es tan ilimitada como la de
Dios, 8y al igual que la Suya, se extiende en paz perfecta y para
siempre. 9Su esplendor es tal que crea en perfecta dichas, y de Su
plenitud sólo lo pleno puede nacer.
7. Ten por seguro que nunca perdiste tu Identidad,
ni tampoco las extensiones que la mantienen en un estado de plenitud y de paz. 2Los
milagros son expresiones de esta certeza. 3Son a la vez reflejos de
tu correcta identificación con tus hermanos, así como de tu conciencia de que
esta identificación se conserva mediante la extensión. 4El milagro
es una lección de percepción total. 5Al incluir cualquier parte de la totalidad en la lección, incluyes
a la totalidad.
LECCIÓN 73
Mi voluntad es que haya luz.
1. Hoy vamos a examinar la voluntad
que compartes con Dios. 2Dicha voluntad no es lo mismo que los vanos
deseos del ego, de los cuales emanan las tinieblas y la nada. 3La voluntad
que compartes con Dios encierra dentro de sí todo el poder de la creación. 4Los
vanos deseos del ego no se pueden compartir y, por lo tanto, no tienen poder
alguno. 5Sus deseos no son infructuosos en el sentido de que
pueden dar lugar a un mundo de ilusiones en el cual puedes llegar a creer
ciegamente. 6Desde el punto de vista de la creación, no obstante,
son ciertamente infructuosos, pues no dan lugar a nada que sea real.
2. Los vanos deseos y los resentimientos
son socios o co-fabricantes del mundo tal como lo ves. 2Los deseos
del ego dieron lugar al mundo, y la necesidad del ego de abrigar resentimientos
-los cuales son indispensables para sustentar este mundo- lo pueblan de
figuras que parecen atacarte y hacer que tus juicios estén "justificados".
3Estas figuras se convierten en los intermediarios que el ego emplea
en el tráfico de resentimientos. 4Se interponen entre tu conciencia
y la realidad de tus hermanos. 5Al contemplar
dichas figuras, no puedes conocer a tus hermanos ni a tu Ser.
3. Pierdes conciencia de tu
voluntad en esta extraña transacción en la que la culpabilidad se trueca una y
otra vez, y los resentimientos aumentan con cada intercambio. 2¿Cómo
iba a haber podido crear la Voluntad que el Hijo de Dios comparte con su Padre
semejante mundo? 3¿Acaso creó Dios desastres para Su Hijo? 4La
creación es la Voluntad conjunta de Ambos. 5¿Cómo iba Dios a crear
un mundo que pudiese destruirlo a Él?
4. Hoy trataremos una vez más de
ponernos en contacto con el mundo que está acorde con tu voluntad. 2La
luz está en él porque no se opone a la Voluntad de Dios. 3No es el
Cielo, pero la luz del Cielo resplandece sobre él. 4Las tinieblas
han desaparecido, al igual que los vanos deseos del ego. 5Sin
embargo, la luz que resplandece sobre dicho mundo es un reflejo de tu
voluntad. 6Por lo tanto, es dentro de ti donde la buscaremos.
5. Tu imagen del mundo tan sólo
puede reflejar lo que está dentro de ti. 2Ni la fuente de la luz ni
la de la oscuridad pueden encontrarse fuera de ti. 3Tus
resentimientos nublan tu mente, y, como consecuencia de ello, contemplas un
mundo tenebroso. 4El perdón despeja las tinieblas, reafirma tu voluntad
y te permite contemplar un mundo de luz. 5Hemos subrayado repetidas
veces que es fácil salvar la barrera de los resentimientos, y que ésta no puede
interponerse entre tu salvación y tú. 6La razón es muy simple. 7¿Quieres
realmente estar en el infierno? 8¿Quieres realmente gemir, sufrir y morir?
6. Olvídate de los argumentos del
ego que tratan de probar que todo eso es realmente el Cielo. 2Tú
bien sabes que no lo es. 3Eso no puede ser lo que tú deseas para ti
mismo. 4Hay un punto más allá del cual las ilusiones no pueden
pasar. 5El sufrimiento no es felicidad, y la felicidad es lo que
realmente deseas. 6Eso es lo que en verdad es tu voluntad. 7Y
por ende, la salvación es asimismo tu voluntad. 8Tú quieres tener
éxito en lo que nos proponemos hacer hoy. 9Así que lo emprendemos
con tu bendición y grata conformidad.
7. Tendremos éxito hoy si recuerdas
que lo que quieres para ti es la salvación. 2Quieres aceptar el plan
de Dios porque eres parte integrante de él. 3No tienes ninguna
voluntad que realmente se pueda oponer a ese plan, ni tampoco es ése tu deseo. 4La
salvación es para ti. 5Por encima de todo, quieres tener la
libertad de recordar quién eres realmente. 6Hoy es el ego el que se
encuentra impotente ante tu voluntad. 7Tu voluntad es libre, y nada
puede prevalecer contra ella.
8. Abordaremos los ejercicios de hoy, por lo tanto, con entusiasmo y
confianza, seguros de que encontraremos lo que es tu voluntad encontrar y de
que recordaremos lo que es tu voluntad recordar. 2Ningún deseo vano
puede detenernos ni engañarnos con ilusiones de fuerza. 3Deja que
hoy se haga tu voluntad, y pon fin de una vez por todas a la absurda creencia
de que prefieres el infierno al Cielo.
9. Comenzaremos nuestras sesiones
de práctica más largas reconociendo que el plan de Dios para la salvación, y
sólo el Suyo, es el que está en completo acuerdo con tu voluntad. 2No
es el propósito de un poder extraño que se te impone en contra de tu voluntad.
3Es el único propósito aquí con el que tú y tu Padre estáis
perfectamente de acuerdo. 4Triunfarás hoy: la hora señalada para la
emancipación del Hijo de Dios del infierno y de todos los deseos vanos. 5Su voluntad queda ahora reinstaurada en su conciencia.
6Él está dispuesto hoy mismo a contemplar la luz que mora en él y a
salvarse.
10. Después que te hayas recordado
esto a ti mismo y hayas resuelto mantener tu voluntad claramente en tu mente,
repite para tus adentros estas palabras con templada determinación y tranquila
certeza:
2Mi voluntad es que haya luz.
3Quiero contemplar la luz que refleja la Voluntad de
Dios y la mía.
4Deja
entonces que tu voluntad se afirme a sí misma, unida al poder de Dios y en
unión con tu Ser. 5Pon el resto de la sesión de práctica bajo Su
dirección. 6Únete a Ellos que te señalan el camino.
11. En las sesiones
de práctica más cortas, declara nuevamente lo que realmente deseas. 2Di:
3Mi voluntad es que haya luz. 4La oscuridad no es mi voluntad.
5Debes repetir esto varias veces por hora. 6Es
de suma importancia, no obstante, que apliques esta idea de inmediato si te
sientes tentado de abrigar cualquier clase de resentimiento. 7Esto
te ayudará a desprenderte de todos ellos en lugar de seguir abrigándolos y
ocultándolos en la oscuridad.
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