VI. Tu función especial
1. La gracia de Dios descansa dulcemente sobre los
ojos que perdonan, y todo lo que éstos contemplan le habla de Dios al espectador.
2Él no ve maldad, ni nada que temer en el mundo o nadie que sea
diferente de él. 3Y de la misma manera en que ama a otros con amor y
con dulzura, así se contempla a sí mismo. 4Él no se condenaría a sí
mismo por sus propios errores tal como tampoco condenaría a otro. 5No
es un árbitro de venganzas ni un castigador de pecadores. 6La
dulzura de su mirada descansa sobre sí mismo con toda la ternura que les ofrece
a los demás. 7Pues sólo quiere curar y bendecir. 8Y
puesto que actúa en armonía con la Voluntad de Dios, tiene el poder de curar y
bendecir a todos los que contempla con la gracia de Dios en su mirada.
2. Los ojos se acostumbran a la oscuridad, y la luz
de un día soleado les resulta dolorosa a los ojos aclimatados desde hace mucho
a la tenue penumbra que se percibe durante el crepúsculo. 2Dichos
ojos esquivan la luz del sol y la claridad que ésta le brinda a todo lo que
contemplan. 3La penumbra parece mejor: más fácil de ver y de
reconocer. 4De alguna manera lo vago y lo sombrío parece ser más
fácil de contemplar y menos doloroso para los ojos que lo que es completamente
claro e inequívoco. 5Éste, no obstante, no es el propósito de los
ojos, y ¿quién puede decir que prefiere la oscuridad y al mismo tiempo afirmar
que desea ver?
3. Tu deseo de ver hace que la gracia de Dios
descienda sobre tus ojos, trayendo consigo el regalo de luz que hace que la
visión sea posible. 2¿Quieres realmente contemplar a tu hermano? 3A
Dios le complacería que lo hicieses. 4No es Su Voluntad que no reconozcas
a tu salvador. 5Tampoco es Su Voluntad que tu salvador no desempeñe
la función que Él le encomendó. 6No dejes que se siga sintiendo solo
por más tiempo, pues los que se sienten solos son aquellos que no ven ninguna
función en el mundo que ellos puedan desempeñar, ningún lugar en el que se les
necesite, ni ningún objetivo que sólo ellos puedan alcanzar perfectamente.
4. Ésta es la percepción benévola que el Espíritu
Santo tiene del deseo de ser especial: valerse de lo que tú hiciste para sanar
en vez de para hacer daño. 2A cada cual Él le asigna una función
especial en la salvación que sólo él puede desempeñar, un papel exclusivamente
para él. 3Y el plan no se habrá llevado a término hasta que cada
cual descubra su función especial y desempeñe el papel que se le asignó para completarse
a sí mismo en un mundo donde rige la incompleción.
5. Aquí, donde las leyes de Dios no rigen de forma
perfecta, él todavía puede hacer una cosa perfectamente y llevar a cabo una elección
perfecta. 2Y por este acto de lealtad especial hacia uno que percibe
como diferente de sí mismo, se da cuenta de que el regalo se le otorgó a él
mismo y, por lo tanto, de que ambos tienen que ser necesariamente uno. 3El
perdón es la única función que tiene sentido en el tiempo. 4Es el
medio del que el Espíritu Santo se vale para transformar el especialismo de
modo que de pecado pase a ser salvación. 5El perdón es para todos. 6Mas
sólo es completo cuando descansa sobre todos, y toda función que este mundo
tenga se completa con él. 7Entonces el tiempo cesa. 8No
obstante, mientras se esté en el tiempo, es mucho lo que todavía queda por
hacer. 9Y cada uno tiene que hacer lo que se le asignó, pues todo el
plan depende de su papel. 10Cada uno tiene un papel especial
en el tiempo, pues eso fue lo que eligió, y, al elegirlo, hizo que fuese así
para él. 11No se le negó su deseo, sino que se modificó la forma
del mismo, de manera que redundase en beneficio de su hermano y de él, y se
convirtiese de ese modo en un medio para salvar en vez de para llevar a la
perdición.
6. La salvación no es más que un recordatorio
de que este mundo no es tu hogar. 2No se te imponen sus leyes, ni
sus valores son los tuyos. 3Y nada de lo que crees ver en él se
encuentra realmente ahí. 4Esto se ve y se entiende a medida que cada
cual desempeña su papel en el des-hacimiento del mundo, tal como desempeñó un
papel en su fabricación. 5Cada cual dispone de los medios para ambas
posibilidades, tal como siempre dispuso de ellos. 6Dios dispuso que
el especialismo que Su Hijo eligió para hacerse daño a sí mismo fuese
igualmente el medio para su salvación desde el preciso instante en que tomó esa
decisión. 7Su pecado especial pasó a ser su gracia especial. 8Su
odio especial se convirtió en su amor especial.
7. El Espíritu Santo necesita que desempeñes tu
función especial, de modo que la Suya pueda consumarse. 2No pienses
que no tienes un valor especial aquí. 3Tú lo quisiste, y se te
concedió. 4Todo lo que has hecho se puede utilizar, fácil y provechosamente,
a favor de la salvación. 5El Hijo de Dios no puede tomar ninguna
decisión que el Espíritu Santo no pueda emplear a su favor, en vez de contra
él. 6Sólo en la oscuridad parece ser un ataque tu deseo de ser
especial. 7En la luz, lo ves como la función especial que te
corresponde desempeñar en el plan para salvar al Hijo de Dios de todo ataque y
hacerle entender que está a salvo, tal como siempre lo estuvo y lo seguirá
estando, tanto en el tiempo como en la eternidad. 8Ésta es la
función que se te encomendó con respecto a tu hermano. 9Acéptala
dulcemente de la mano de tu hermano, y deja que la salvación se consume perfectamente
en ti. 10Haz sólo esto y todo se te dará.
LECCIÓN 284
Puedo elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor.
1. Las
pérdidas no son pérdidas cuando se perciben correctamente., 2El
dolor es imposible. 3No hay pesar que tenga causa alguna. 4Y cualquier clase de sufrimiento no es más que un
sueño.
5Ésta es la verdad, que al
principio sólo se dice de boca, y luego, después de repetirse muchas veces, se
acepta en parte como cierta, pero con muchas reservas. 6Más tarde se
considera seriamente cada vez más y finalmente se acepta como la verdad. 7Puedo
elegir cambiar todos los pensamientos que me causan dolor. 8Y hoy
deseo ir más allá de las palabras y de todas mis reservas, y aceptar plenamente
la verdad que reside en ellas.
2. Padre, lo que Tú me has dado no puede hacerme daño, por lo
tanto, el sufrimiento y el dolor son imposibles. 2Que mi confianza en Ti no flaquee hoy. 3Que acepte como Tu
regalo únicamente aquello que produce felicidad y que acepte como
la verdad únicamente aquello que me hace feliz
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