VII. La roca de la salvación
1. No obstante, si el Espíritu Santo puede convertir
cada sentencia que te impusiste a ti mismo en una bendición, entonces no pudo
haber sido un pecado. 2El pecado es lo único en todo el mundo que no
puede cambiar. 3Es inmutable. 4Y de su inmutabilidad
depende el mundo. 5La magia del mundo parece ocultar de los
pecadores el dolor del pecado, y engañar con falsos destellos y con ardides. 6Mas
todo el mundo sabe que el costo del pecado es la muerte. 7Y
ciertamente lo es. 8Pues el pecado es una petición de muerte, un
deseo de hacer que los cimientos de este mundo sean tan firmes como el amor,
tan dignos de confianza como el Cielo y tan fuertes como Dios Mismo. 9Todo
aquel que cree que es posible pecar mantiene al mundo excluido del amor. 10Y
esto no cambiará. 11Sin embargo, ¿sería posible que lo que Dios no
creó compartiese los atributos de Su creación, cuando se opone a ella desde
cualquier punto de vista?
2. Es imposible que el deseo de morir del
"pecador" sea tan fuerte como la Voluntad de Dios por la vida. 2Tampoco
es posible que los cimientos de un mundo que Él no creó fuesen tan firmes y
seguros como el Cielo. 3¿Cómo iba ser posible que el Cielo y el
infierno fuesen lo mismo? 4¿Y cómo podría ser que lo que Su Voluntad
no dispuso no se pudiese cambiar? 5¿Qué otra cosa aparte de Su
Voluntad es inmutable? 6¿Y qué puede compartir sus atributos,
excepto ella misma? 7¿Qué deseo puede alzarse contra Su Voluntad, y
ser inmutable? 8Si pudieses darte cuenta de que lo único que es
inmutable es la Voluntad de Dios, este curso no te resultaría difícil. 9No
obstante, eso es precisamente lo que no crees. 10Sin embargo, no
podrías creer nada más, sólo con que vieses lo que realmente es.
3. Volvamos a lo que anteriormente dijimos, y
pensemos en ello más detenidamente. 2Debe ser, o bien que Dios está
loco, o bien que este mundo es un manicomio. 3Ni uno solo de los
Pensamientos de Dios tiene sentido en este mundo. 4Y nada de lo que
el mundo acepta como cierto tiene sentido alguno en Su Mente. 5Lo
que no tiene sentido ni significado es demente. 6Y lo que es
demente no puede ser la verdad. 7Si una sola de las creencias que en
tanta estima se tienen aquí fuese cierta, entonces todo Pensamiento que Dios
jamás haya tenido sería una ilusión. 8Pero si uno solo de Sus
Pensamientos es cierto, entonces todas las creencias a las que el mundo otorga
significado son falsas y absurdas. 9Ésta es la decisión que tienes
ante ti. 10No trates de verla de otra manera ni de hacer de ella lo
que no es. 11Pues lo único que puedes hacer es tomar esta decisión. 12El
resto depende de Dios, no de ti.
4. Justificar uno solo de los valores que el mundo
apoya es negar la cordura de tu Padre y la tuya. 2Pues Dios y Su
Hijo bienamado no piensan de manera diferente. 3Y es esta
concordancia en el pensamiento lo que hace que el Hijo sea un co-creador con la
Mente cuyo Pensamiento lo creó a él. 4De modo que si elige creer en
un solo pensamiento que se oponga a la verdad, habrá decidido que él no es el
Hijo de su Padre porque el Hijo está loco, y la cordura tiene que ser algo
ajeno al Padre y al Hijo. 5Esto es lo que crees. 6No
pienses que esta creencia depende de la forma en que se manifieste. 7El
que de alguna manera crea que el mundo es cuerdo, que algunas de las cosas que
piensa están justificadas o que está sustentando por algún tipo de razón, cree
que eso es cierto. 8El pecado no es real porque ni el Padre
ni el Hijo son dementes. 9Este mundo no tiene sentido porque se
basa en el pecado. 10¿Quién podría crear lo inmutable si ello no
estuviese basado en la verdad?
5. El Espíritu Santo tiene el poder de transformar
todos los cimientos del mundo que ves en algo distinto: en una base que no sea
demente, sobre la que se puedan sentar los cimientos de una percepción sana y
desde la que se puede percibir otro mundo: 2un mundo en el que nada
se opone a lo que conduciría al Hijo de Dios a la cordura y a la felicidad, 3y
en el que nada da testimonio de la muerte ni de la crueldad, de la separación o
de las diferencias. 4Pues ahí todo se percibe como uno, y nadie
tiene que perder para que otro gane.
6. Pon a prueba todas tus creencias a la luz de este
único requisito, y entiende que todo lo que satisface esta única petición es
digno de tu fe. 2Nada más lo es. 3Lo que no es amor es
pecado, y cada uno de ellos percibe al otro como demente y sin sentido. 4El
amor es la base de un mundo que los pecadores perciben como completamente
demente, ya que creen que el camino que ellos siguen es el que conduce a la
cordura. 5Mas el pecado es igualmente demente a los ojos del amor,
que dulcemente prefieren mirar más allá de la locura y descansar serenamente en
la verdad. 6Tanto el amor como el pecado ven un mundo inmutable, de
acuerdo a como cada uno define la inalterable y eterna verdad de lo que eres. 7Y
cada uno refleja un punto de vista de lo que el Padre y el Hijo deben ser para
que ese punto de vista sea significativo y cuerdo.
7. Tu función especial es aquella forma en particular
que a ti te parece más significativa y sensata para demostrar el hecho de que
Dios no es demente. 2El contenido es el mismo. 3La forma
se adapta a tus necesidades particulares, y al tiempo y lugar concretos en los
que crees encontrarte, y donde puedes ser liberado de dichos conceptos, así
como de todo lo que crees que te limita. 4El Hijo de Dios no puede
estar limitado por el tiempo, por el espacio ni por ninguna cosa que la
Voluntad de Dios no haya dispuesto. 5No obstante, si se cree que lo
que Su Voluntad dispone es una locura, entonces la forma de cordura que la hace
más aceptable para los que son dementes requiere una decisión especial. 6Esta
decisión no la pueden tomar los que son dementes, cuyo problema es que sus
decisiones no son libres, ni las toman guiados por la razón a la luz del
sentido común.
8. Sería ciertamente una locura poner la
salvación en manos de los dementes. 2Pero puesto que Dios no está
loco, ha designado a Uno tan cuerdo como Él para que le presente un mundo de
mayor cordura a todo aquel que eligió la demencia como su salvación. 3A
Él le es dado elegir la forma más apropiada para ayudar al demente: una que no
ataque el mundo que éste ve, sino que se adentre en él calladamente y le
muestre que está loco. 4El Espíritu Santo no hace sino señalarle
otra alternativa, otro modo de contemplar lo que antes veía, que él reconoce
como el mundo en el que vive, el cual creía entender.
9. Ahora él tiene que poner todo esto en tela de
juicio, pues la forma de la alternativa es una que no puede negar, pasar por
alto, ni dejar de percibir completamente. 2La función especial de
cada uno está diseñada de modo que se perciba como algo factible, como algo que
se desea cada vez más a medida que se le demuestra que es una alternativa que
realmente desea. 3Desde esta perspectiva, su pecaminosidad así como
todo el pecado que ve en el mundo, tienen cada vez menos que ofrecerle. 4Y
por fin llega a entender que todo ello le ha costado su cordura y que se interpone
entre él y cualquier esperanza de volver a ser cuerdo. 5Puesto que
tiene un papel especial en la liberación de todos sus hermanos, no se le deja
sin la posibilidad de escapar de la locura. 6Sería tan inaudito que
se le excluyese y se le dejase sin una función especial en la esperanza de paz,
como lo sería que el Padre ignorara a Su Hijo y lo pasase de largo sin ningún
miramiento.
10. ¿En qué otra cosa se puede confiar, sino en el
Amor de Dios? 2¿Y dónde mora la cordura, sino en Él? 3Aquel
que habla por Dios puede mostrarte esto en la alternativa que eligió
especialmente para ti. 4La Voluntad de Dios es que recuerdes esto, y
que pases así del más profundo desconsuelo al júbilo perfecto. 5Acepta
la función que se te ha asignado en el plan de Dios para mostrarle a Su Hijo
que el infierno y el Cielo son diferentes, no lo mismo. 6Pero en el
Cielo son lo mismo, pues carecen de las diferencias que habrían hecho
del Cielo un infierno y del infierno un cielo, si tal demencia hubiese sido
posible.
11. La creencia de que es posible perder no es sino
el reflejo de la premisa subyacente de que Dios está loco. 2Pues en
este mundo parece que alguien tiene que perder porque otro ganó. 3Si
esto fuese cierto, entonces Dios estaría loco. 4Mas ¿qué es esa
creencia, sino una forma de la premisa más básica según la cual, "El
pecado es real y es lo que rige al mundo"? 5Por cada pequeña
ganancia que se obtenga alguien tiene que perder, y pagar el importe exacto con
sangre y sufrimiento. 6Pues, de lo contrario, el mal triunfaría y la
destrucción sería el costo total de cualquier ganancia. 7Tú que
crees que Dios está loco, examina esto detenidamente y comprende que, o bien
Dios es demente o bien es esto lo que lo es, pero no ambos.
12. La salvación es el renacimiento de la idea de
que nadie tiene que perder para que otro gane. 2Y todo el mundo tiene
que ganar, si es que uno solo ha de ganar. 3Con esto queda
restaurada la cordura. 4Y sobre esta única roca de verdad la fe
puede descansar con perfecta confianza y en perfecta paz en la eterna cordura
de Dios. 5La razón queda satisfecha, pues con esto todas las creencias
dementes pueden ser corregidas. 6Y si esto es verdad, el pecado no
puede sino ser imposible. 7Ésta es la roca sobre la que descansa la
salvación, el punto estratégico desde el que el Espíritu Santo le confiere
significado y dirección al plan en el que tu función especial tiene un papel
que jugar. 8Pues aquí tu función especial se vuelve íntegra porque
comparte la función de la totalidad.
13. Recuerda que toda tentación no es más que esto:
la creencia descabellada de que la locura de Dios te devolvería la cordura y te
daría lo que quisieses, y de que o tú o Dios tenéis que perder frente a la
locura porque vuestros objetivos son irreconciliables. 2La muerte
exige vida, pero la vida no cuesta nada. 3Nadie tiene que sufrir
para que la Voluntad de Dios se haga. 4La salvación es Su Voluntad porque
tú la compartes con Él. 5No es sólo para ti, sino para el Ser
que es el Hijo de Dios. 6Éste no puede perder, pues si pudiese, ello
supondría una pérdida para su Padre, y para Él la pérdida es imposible. 7Y
esto es cuerdo porque es la verdad.
LECCIÓN 287
Tú eres mi única meta, Padre mío, sólo Tú.
1. ¿Adónde querría ir sino al
Cielo? 2¿Qué podría sustituir a la felicidad? 3¿Qué regalo podría preferir a la
paz de Dios? 4¿Qué tesoro querría buscar, hallar y conservar que pudiera compararse
con mi Identidad? 5¿Cómo iba a preferir vivir con miedo que con amor?
2.
Tú eres mi meta, Padre mío.2¿Qué otra
cosa aparte de Ti podría desear? 3¿Qué otro camino iba a desear recorrer
sino el que conduce a Ti? 4¿Y qué
otra cosa sino Tu recuerdo podría significar para mí el final de los sueños y
de las sustituciones fútiles de la verdad? 5Tú eres mi única meta. 6Tu Hijo desea ser como Tú lo creaste. 7¿De qué otra manera, sino, podría esperar reconocer
a mi Ser y volverme uno con mi Identidad?
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