10. La salvación, perfecta e íntegra, sólo pide que
desees, aunque sea mínimamente, que la verdad sea verdad; que estés dispuesto,
aunque no sea del todo, a pasar por alto lo que no existe; y que abrigues un
leve anhelo por el Cielo como lo que prefieres a este mundo, donde la muerte y
la desolación parecen reinar. 2Y la creación se alzará dentro de ti
en jubilosa respuesta, para reemplazar al mundo que ves por el Cielo, el cual
es completamente perfecto e íntegro. 3¿Qué es el perdón, sino estar
dispuesto a que la verdad sea verdad? 4¿Qué puede permanecer enfermo
y separado de la Unidad que encierra dentro de Sí todas las cosas? 5El
pecado no existe. 6Y cualquier milagro es posible en el instante en
que el Hijo de Dios percibe que sus deseos y la Voluntad de Dios son uno.
11. ¿Qué dispone la Voluntad de Dios? 2Dispone
que Su Hijo lo tenga todo. 3Y Él garantizó esto cuando lo creó para
que fuese todo. 4Es imposible perder nada, si lo que tienes es
lo que eres. 5Éste es el milagro mediante el cual la creación
se convirtió en tu función, la cual compartes con Dios. 6Esto no se
entiende estando separado de Él, y, por lo tanto, no tiene sentido en este
mundo. 7Aquí el Hijo de Dios no pide mucho, sino demasiado poco, 8pues
está dispuesto a sacrificar la identidad que comparte con todo, a cambio de su
propio miserable tesoro. 9Mas no puede hacer esto sin experimentar
una sensación de desolación, de pérdida y de soledad. 10Éste es el
tesoro tras el que ha ido en pos. 11Y sólo puede tener miedo de
ello. 12¿Es acaso el miedo un tesoro? 13¿Puede ser la
incertidumbre tu deseo? 14¿O es simplemente que te has equivocado
con respecto a lo que es tu voluntad y a lo que realmente eres?
12. Examinemos en qué consiste el error, a fin de
que pueda ser corregido, no encubierto. 2El pecado es la creencia de
que el ataque se puede proyectar fuera de la mente en la que se originó la
creencia. 3Aquí la firme convicción de que las ideas pueden abandonar
su fuente se vuelve real y significativa. 4Y de este error surge el
mundo del pecado y del sacrificio. 5Este mundo es un intento de
probar tu inocencia y, al mismo tiempo, de atribuirle valor al ataque. 6Su
fallo estriba en que sigues sintiéndote culpable, aunque no entiendes por qué.
7Los efectos se ven como algo aparte de su fuente, y no parece que
puedas controlarlos o impedir que se produzcan. 8Y lo que de esta
manera se mantiene aparte jamás se puede unir.
13. Causa y efecto no son dos cosas separadas, sino
una sola. 2Dios dispone que aprendas lo que siempre ha sido verdad:
que Él te creó como parte Sí Mismo y que esto no puede sino seguir siendo
verdad porque las ideas no abandonan su fuente. 3Ésta es la ley de
la creación: que cada idea que la mente conciba sólo sirva para aumentar su
abundancia y nunca para disminuirla. 4Esto es tan cierto con
respecto a lo que se desea vanamente como con respecto a lo que la voluntad
dispone verdaderamente, ya que la mente puede desear ser engañada, pero no
puede hacer de sí misma lo que no es. 5Y creer que las ideas pueden
abandonar su fuente es tratar inútilmente de hacer que las ilusiones sean verdad.
6Pues nunca será posible engañar al Hijo de Dios.
14. El milagro es posible cuando causa y
consecuencia se traen frente a frente, no cuando se mantienen aparte. 2Curar
un efecto y no su causa tan sólo puede hacer que el efecto cambie de forma. 3Y
esto no es liberación. 4El Hijo de Dios jamás se podrá contentar con
nada que no sea la completa salvación y escape de la culpabilidad, 5pues,
de otro modo, seguirá exigiéndose a sí mismo alguna clase de sacrificio,
negando así que todo es suyo, y que no es susceptible de sufrir ninguna clase
de pérdida. 6Los efectos que produce un pequeño sacrificio son
iguales a los que produce toda la idea de sacrificio en sí. 7Si
cualquier clase de pérdida fuese posible, entonces el Hijo de Dios no sería
pleno ni podría ser quien es. 8No podría tampoco conocerse a sí
mismo ni reconocer su voluntad. 9Habría abjurado de su Padre y de
sí mismo, haciendo de Ambos sus enemigos acérrimos.
15. Las ilusiones apoyan el propósito para el que
fueron concebidas. 2Y cualquier significado que parezcan tener se
deriva de ese propósito. 3Dios dio a todas las ilusiones que se
concibieron, sea cual fuere su forma, otro propósito que justificase un
milagro. 4En cada milagro radica la curación en su totalidad, pues
Dios respondió a todas las ilusiones cual una sola. 5Y lo que es uno
para Él, no puede sino ser todo lo mismo. 6Si tú crees que lo que es
lo mismo es diferente, no haces sino engañarte a ti mismo. 7Lo que
Dios considera uno solo, será eternamente uno solo y jamás estará dividido. 8Su
Reino está unido: así fue creado y así será para siempre.
16. El milagro no hace sino invocar tu nombre
ancestral, que reconocerás porque la verdad se encuentra en tu memoria. 2Y
ése es el nombre que tu hermano invoca para su liberación y para la tuya. 3El
Cielo refulge sobre el Hijo de Dios. 4No lo niegues, para que así
puedas ser tú liberado. 5El Hijo de Dios renace en cada instante,
hasta que elige no volver a morir. 6En cada deseo de ataque elige la
muerte en lugar de lo que la Voluntad de su Padre dispone para él. 7Mas
cada instante le ofrece vida porque su Padre dispone que él viva.
17. La crucifixión se abandona en la redención
porque donde no hay dolor ni sufrimiento no hay necesidad de curación. 2El
perdón es la respuesta a cualquier clase de ataque. 3De esta
manera, se cancelan los efectos del ataque, y se responde al odio en nombre
del amor. 4Gloria eterna a ti que se te ha encomendado salvar al
Hijo de Dios de la crucifixión, del infierno y de la muerte. 5Pues
tienes el poder de salvar al Hijo de Dios porque su Padre así lo dispuso. 6Y
en tus manos yace la salvación, para ser ofrecida y recibida como una.
18. Usar el poder que Dios te ha dado como Él quiere
que se use es algo natural. 2No es arrogancia ser como Él te creó ni
hacer uso de lo que te dio como respuesta a todos los errores de Su Hijo para
así liberarlo. 3Pero sí es arrogancia despreciar el poder que Él te
dio y elegir un nimio e insensato deseo en vez de lo que Su Voluntad dispone. 4El
don que Dios te ha dado es ilimitado. 5No hay circunstancia en la
que no se pueda usar como respuesta ni problema que no se resuelva dentro de su
misericordiosa luz.
19. Mora en paz, donde Dios quiere que estés. 2Y
sé el instrumento por el que tu hermano puede hallar la paz en la que tus
deseos se ven colmados. 3Unámonos para derramar bendiciones sobre el
mundo del pecado y de la muerte. 4Pues lo que puede salvar a
cualquiera de nosotros puede salvarnos a todos. 5No hay diferencias
entre los Hijos de Dios. 6La unidad que el especialismo*
niega, los salvará a todos, pues en lo que es uno no hay cabida para el
especialismo. 7Y todo les pertenece a todos por igual. 8Ningún
deseo puede interponerse entre un hermano y lo que es semejante a él. 9Arrebatarle
algo a uno de ellos es desposeerlos a todos. 10Mas bendecir a uno de
ellos, es bendecirlos a todos cual uno solo.
20. Tu nombre ancestral es el nombre de todos ellos,
tal como el de ellos es el tuyo. 2lnvoca el nombre de tu hermano y
Dios te contestará, pues es a Él a Quien invocas. 3¿Podría Él
negarse a contestar cuando ya ha contestado a todos los que lo invocan? 4Un
milagro no puede cambiar nada en absoluto. 5Pero puede hacer que lo
que siempre ha sido verdad sea reconocido por aquellos que lo desconocen; y
mediante este pequeño regalo de verdad se le permite a lo que siempre ha sido
verdad ser lo que es, al Hijo de Dios ser él mismo y a toda la creación ser
libre para invocar el Nombre de Dios cual una sola.
LECCIÓN 298
Te amo, Padre, y amo también a Tu Hijo.
1. Mi gratitud hace posible que mi amor sea aceptado
sin miedo. 2Y, de esta manera, se me restituye por fin mi Realidad. 3El
perdón elimina todo cuanto se interponía en mi santa visión. 4Y me
aproximo al final de todas las jornadas absurdas, las carreras locas y los
valores artificiales. 5En su lugar, acepto lo que Dios establece
como mío, seguro de que sólo mediante ello me puedo salvar, y de que atravieso
el miedo para encontrarme con mi Amor.
2. Padre, hoy vengo a Ti porque no quiero
seguir otro camino que no sea el Tuyo. 2Tú estás a mi lado. 3Tu
camino es seguro. 4Y
me siento agradecido por
tus santos regalos: un santuario seguro y la escapatoria de todo lo que
menoscabaría mi amor por Dios mi Padre y por Su santo Hijo.
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