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LECCIÓN 285
Hoy mi santidad brilla clara y radiante.
1. Hoy me despierto lleno de júbilo, sabiendo que sólo han de acontecerme
cosas buenas procedentes de Dios. 2Eso es todo lo que pido, y sé que
mi ruego recibirá respuesta debido a los pensamientos a los que va dirigido. 3Y
en el instante en que acepte mi santidad, lo único que pediré serán cosas
dichosas. 4Pues, ¿qué utilidad tendría el dolor para mí, para qué
iba a querer el sufrimiento, y de qué me servirían el pesar y la pérdida si la
demencia se alejara hoy de mí y en su lugar aceptara mi santidad?
2.Padre, mi santidad es la Tuya. 2Permítaseme regocijarme en ella y
recobrar la cordura mediante el perdón. 3Tu Hijo sigue siendo tal como Tú lo
creaste. 4Mi santidad es parte de mí y también de
Ti. 5Pues, ¿qué podría alterar a la Santidad Misma?
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