VIII. Elige de nuevo
1. La lección que la tentación siempre quiere
enseñar, en cualquier forma en que se presente e independientemente de donde
ocurra, es ésta: quiere persuadir al Hijo de Dios de que él es un cuerpo,
nacido dentro de lo que no puede sino morir, incapaz de librarse de su flaqueza
y condenado a lo que el cuerpo le ordene sentir. 2El cuerpo fija los
límites de lo que el Hijo de Dios puede hacer. 3El poder del cuerpo
es la única fuerza de la que el Hijo de Dios dispone y el dominio de éste no
puede exceder el reducido alcance del cuerpo. 4¿Querrías seguir
siendo eso, si Cristo se te apareciese en toda Su gloria, pidiéndote solamente
esto?:
5Elige
de nuevo si quieres ocupar el lugar que te corresponde entre los salvadores del
mundo, o si prefieres quedarte en el infierno y mantener a tus hermanos allí.
6Él ha venido, y esto es
lo que te está pidiendo.
2. ¿Cómo se lleva a cabo esa elección? 2¡Qué
fácil de explicar es ésto! 3Siempre eliges entre tu debilidad y la
fortaleza de Cristo en ti. 4Y lo que eliges es lo que crees que es
real. 5Sólo con que te negases a dejar que la debilidad guiase tus
actos, dejarías de otorgarle poder. 6Y la luz de Cristo en ti
estaría entonces a cargo de todo cuanto hicieses. 7Pues habrías
llevado tu debilidad ante Él, y, a cambio de ella, Él te habría dado Su
fortaleza.
3. Las pruebas por las que pasas no son más que
lecciones que aún no has aprendido que vuelven a presentarse de nuevo a fin de
que donde antes hiciste una elección errónea, puedas ahora hacer una mejor y
escaparte así del dolor que te ocasionó lo que elegiste previamente. 2En
toda dificultad, disgusto o confusión Cristo te llama y te dice con ternura:
"Hermano mío, elige de nuevo”. 3Él no dejará sin sanar ninguna
fuente de dolor, ni dejará en tu mente ninguna imagen que pueda ocultar a la
verdad. 4Él te liberará de toda miseria a ti a quien Dios creó como
un altar a la dicha. 5No te dejará desconsolado, ni solo en sueños
infernales, sino que liberará a tu mente de todo lo que te impide ver Su faz. 6Su
santidad es la tuya porque Él es el único Poder que es real en ti. 7Su
fortaleza es la tuya porque Él es el Ser que Dios creó como Su único Hijo.
4. Las imágenes que fabricas no pueden prevalecer
contra lo que Dios Mismo quiere que seas. 2Por lo tanto, jamás
tengas miedo de la tentación, sino reconócela como lo que es: una oportunidad
más para elegir de nuevo, y dejar que la fortaleza de Cristo impere en toda
circunstancia y lugar donde antes habías erigido una imagen de ti mismo. 3Pues
lo que parece ocultar a la faz de Cristo es impotente ante Su majestad y
desaparece ante Su santa presencia. 4Los salvadores del mundo, que
ven tal como Él ve, son sencillamente los que eligen la fortaleza de Cristo en
lugar de su propia debilidad, la cual se ve como algo aparte de Él. 5Ellos
redimirán al mundo, pues están unidos en el poder de la Voluntad de Dios. 6Y
lo que ellos disponen no es sino lo que Él dispone.
5. Aprende, pues, el feliz hábito de responder a
toda tentación de percibirte a ti mismo débil y afligido con estas palabras:
2Soy tal como
Dios me creó. 3Su Hijo no
puede sufrir. 4Y yo
soy Su Hijo.
5De este modo se invita a la
fortaleza de Cristo a que impere y reemplace todas tus debilidades con la
fuerza que procede de Dios, la cual es infalible. 6Y de este modo
también, los milagros se vuelven algo tan natural como el miedo y la angustia
parecían serlo, antes de que se eligiese la santidad. 7Pues con esa
elección desaparecen las distinciones falsas; las alternativas ilusorias se
dejan de lado y no queda nada que interfiera en la verdad.
6. Tú eres tal como Dios te creó, al igual
como también lo es toda cosa viviente que contemplas, independientemente de las
imágenes que veas. 2Lo que percibes como enfermedad, dolor, debilidad,
sufrimiento y pérdida, no es sino la tentación de percibirte a ti mismo
indefenso y en el infierno. 3No sucumbas a esta tentación, y verás
desaparecer toda clase de dolor, no importa dónde se presente, en forma similar
a como el sol disipa la neblina. 4Un milagro ha venido a sanar al
Hijo de Dios y a cerrarle la puerta a sus sueños de debilidad, allanando así el
camino hacia su salvación y liberación. 5Elige de nuevo lo que
quieres que él sea, recordando que toda elección que hagas establecerá tu
propia identidad tal como la has de ver y como creerás que es.
7. No me niegues el pequeño regalo que te pido,
cuando a cambio de ello pongo a tus pies la paz de Dios y el poder para llevar
esa paz a todos los que deambulan por el mundo solos, inseguros y presos del
miedo. 2Pues se te ha concedido poder unirte a cada uno de ellos, y,
a través del Cristo en ti, apartar el velo de sus ojos y dejar que contemplen
al Cristo en sí mismos.
8. Hermanos míos en la salvación, no dejéis de oír
mi voz ni de escuchar mis palabras. 2No os pido nada, excepto
vuestra propia liberación. 3El infierno no tiene cabida en un mundo
cuya hermosura puede todavía llegar a ser tan deslumbrante y abarcadora que
sólo un paso la separa del Cielo. 4Traigo a vuestros cansados ojos
una visión de un mundo diferente, tan nuevo, depurado y fresco que os
olvidaréis de todo el dolor y miseria que una vez visteis. 5Mas
tenéis que compartir esta visión con todo aquel que veáis, pues, de lo
contrario, no la contemplaréis. 6Dar este regalo es la manera de
hacerlo vuestro. 7Y Dios ordenó, con amorosa bondad, que lo fuese.
9. ¡Alegrémonos de poder caminar por el mundo y de
tener tantas oportunidades de percibir nuevas situaciones donde el regalo de
Dios se puede reconocer otra vez como nuestro! 2Y de esta manera,
todo vestigio del infierno, así como los pecados secretos y odios ocultos,
desaparecerán. 3Y toda la hermosura que ocultaban aparecerá ante
nuestros ojos cual prados celestiales, que nos elevarán más allá de los
tortuosos senderos por los que viajábamos antes de que apareciese el Cristo. 4Oídme,
hermanos míos, oídme y uníos a mí. 5Dios ha decretado que yo no
pueda llamaros en vano, y en Su certeza, yo descanso en paz. 6Pues
vosotros me oiréis, y elegiréis de nuevo. 7Y con esa elección
todo el mundo quedará liberado.
10. Gracias, Padre, por estos santos seres que son
mis hermanos, así como Tus Hijos. 2La fe que tengo en ellos es Tu
Propia fe. 3Estoy tan seguro de que vendrán a mí como Tú estás de lo
que ellos son, y de lo que serán eternamente. 4Ellos aceptarán el
regalo que les ofrezco porque Tú me lo diste para ellos. 5Y así como
yo únicamente quiero hacer Tu santa Voluntad, ésa también será su elección. 6Te
doy gracias por ellos. 7El himno de la salvación resonará a través
del mundo con cada elección que cada uno de ellos haga. 8Pues
compartimos un mismo propósito, y el fin del infierno está cerca.
11. Mi mano se extiende en gozosa bienvenida a todo
hermano que quiera unirse a mí para ir más allá de la tentación, y mirar con
firme determinación hacia la luz que brilla con perfecta constancia más allá
de ella. 2Dame los míos, pues te pertenecen a Ti. 3¿Y
podrías Tú dejar de hacer lo que es Tu Voluntad? 4Te doy las gracias
por lo que mis hermanos son. 5Y según cada uno de ellos elija unirse
a mí, el himno de gratitud que se extiende desde la tierra hasta el Cielo se
convertirá, de unas Cuantas notas sueltas, en un coro todo-abarcador, que brota
de un mundo redimido del infierno y que te da las gracias a Ti.
12. Y ahora decimos "Amén". 2Pues
Cristo ha venido a morar al lugar que, en el sosiego de la eternidad, Tú
estableciste para Él desde antes de los orígenes del tiempo. 3La
jornada llega a su fin, y acaba donde comenzó. 4No queda ni rastro
de ella. 5Ya no se le otorga fe a ninguna ilusión, ni queda una sola
mota de oscuridad que pudiese ocultarle a nadie la faz de Cristo. 6Tu
Voluntad se hace, total y perfectamente, y toda la creación Te reconoce y sabe
que Tú eres la única Fuente que tiene. 7La Luz, clara como Tú,
irradia desde todo lo que vive y se mueve en Ti. 8Pues hemos llegado
allí donde todos somos uno, y finalmente estamos en casa, donde Tú quieres que
estemos.
LECCIONES FINALES
Introducción
1.
En nuestras lecciones finales utilizaremos la mínima cantidad de palabras
posible. 2Tan sólo las utilizaremos al principio de nuestras
prácticas, y únicamente para que nos recuerden que lo que buscamos es ir más
allá de ellas. 3Dirijámonos a Aquel que nos guía en nuestro camino y
que imparte seguridad a nuestros pasos. 4En Sus manos dejamos estas
lecciones, y de aquí en adelante le entregamos también nuestras vidas. 5Pues
no queremos volver a creer en el pecado, que fue lo que hizo que el mundo
pareciese un lugar feo e inseguro, hostil y destructor, peligroso desde
cualquier punto de vista, y traicionero más allá de cualquier esperanza de
poder tener confianza o de escapar del dolor.
2. El suyo es el único camino para
hallar la paz que Dios nos ha dado. 2Su camino es el que todo el mundo
tiene que recorrer al final, pues éste es el final que Dios Mismo dispuso. 3En
el sueño del tiempo este final parece ser algo muy remoto. 4Sin
embargo, en verdad ya está aquí, como un amable guía que nos indica qué camino
tomar. 5Marchemos juntos por el camino que la verdad nos señala. 6Y seamos los líderes de los muchos hermanos que andan
en busca del camino, pero que no lo encuentran.
3. Consagremos nuestras mentes a
este propósito, poniendo todos nuestros pensamientos al servicio de la
salvación. 2La meta que se nos ha asignado es la de perdonar al
mundo. 3Ésa es la función que Dios nos ha encomendado. 4Y lo que buscamos es el final del sueño, no como
nosotros queremos que dicho final sea, sino como lo quiere Dios. 5Pues
no podremos sino reconocer que todo aquello que perdonamos es parte de Dios
Mismo. 6Y así, Su recuerdo se reinstaurará en nosotros completamente
y en su totalidad.
4. Nuestra función es recordarlo a Él aquí en la
tierra, tal como se nos ha dado ser Su Propia
compleción en la realidad. 2No nos olvidemos, por lo tanto, de que
nuestro objetivo es uno que compartimos, pues en ese recordar es donde radica
el recuerdo de Dios y lo que nos señala el camino que conduce hasta Él y hasta
el Remanso de Su paz. 3¿Cómo no vamos a perdonar a nuestro hermano,
que es quien nos puede ofrecer esto? 4Él es el camino, la verdad y
la vida que nos muestra el sendero. 5En él reside la salvación, que
se nos ofrece a través del perdón que le concedemos.
5. No terminaremos este año sin el regalo que nuestro
Padre le prometió a Su santo Hijo. 2Hemos sido perdonados. 3Y
nos encontramos a salvo de toda la ira que le atribuíamos a Dios y que después
descubrimos no era más que un sueño. 4Se nos ha restituido la
cordura, en la que comprendemos que la ira es una locura, el ataque algo
demente y la venganza una mera fantasía pueril. 5Nos hemos salvado
de la ira porque nos dimos cuenta de que estábamos equivocados. 6Eso
es todo. 7¿Y se encolerizaría un padre con su hijo porque éste no
hubiese comprendido la verdad?
6. Venimos a Dios y con honestidad le decimos que no
habíamos entendido, y le pedimos que nos ayude a aprender Sus lecciones a
través de la Voz del Maestro que Él Mismo nos dio. 2¿E iba Dios
acaso a hacerle daño a Su Hijo? 3¿O bien se apresuraría a contestar
de inmediato, diciendo: "Este es Mi Hijo, y todo lo que tengo le
pertenece"? 4Ten por seguro que así es como responderá, pues
éstas son Sus Propias Palabras para ti. 5Y nadie podrá jamás tener
más que esto, pues en esas Palabras yace todo lo que existe y todo lo que jamás
existirá por los siglos de los siglos, así como en la eternidad.
LECCIONES 361-365
Te entrego este instante santo.
Sé Tú Quien dirige, pues quiero simplemente seguirte, seguro de que Tu
dirección me brindará paz.
1. Y si necesito una palabra de aliento, Él me la
dará. 2Si necesito un pensamiento, Él me lo dará también. 3Y
si lo que necesito es quietud y una mente
receptiva y serena, ésos serán los regalos que de Él recibiré. 4Él
está a cargo a petición mía. 5Y me oirá y contestará porque Él habla
en Nombre de Dios mi Padre y de Su santo Hijo.
EPÍLOGO
1. Este curso es un comienzo, no un final. 2Tu
Amigo te acompaña. 3No estás solo. 4Nadie puede llamarlo
en vano. 5Sean cuales sean tus problemas ten por seguro que Él tiene
la solución y que gustosamente te la dará sólo con que te dirijas a Él y se la
pidas. 6Él no se negará a darte todas las respuestas que necesites
para cualquier cosa que parezca perturbarte. 7Él sabe cómo solventar
todos los problemas y aclarar todas las dudas. 8Su certeza es tuya. 9Tan
sólo necesitas pedírsela, para que te sea dada.
2. Tu llegada al hogar es tan segura como la
trayectoria que ha sido trazada para el sol antes de que despunte el alba,
después del ocaso y en las horas de luminosidad parcial que transcurren entremedias.
2De hecho, tu camino es todavía más seguro. 3Pues es
imposible cambiar el curso de aquellos que Dios ha llamado a Su vera. 4Obedece,
por lo tanto, tu voluntad, y sigue a Aquel a Quien aceptaste como tu voz, para
que te diga lo que realmente quieres y necesitas. 5Suya es la Voz
que habla por Dios y también por ti. 6Por lo tanto, Él habla de la
libertad y de la verdad.
3. Ya no se asignarán más lecciones específicas, pues
ya no son necesarias. 2En lo sucesivo, oye tan sólo la Voz que habla
por Dios y por tu Ser cuando abandonas el mundo para buscar en su lugar la
realidad. 3Él dirigirá tus esfuerzos, diciéndote exactamente lo que
debes hacer, cómo dirigir tu mente y cuándo debes venir a Él en silencio,
pidiendo Su dirección infalible y Su Palabra certera. 4Suya es la
Palabra que Dios te ha dado. 5Suya es la Palabra que elegiste para
que fuese la tuya propia.
4. Y ahora os pongo en Sus manos, para que seáis Sus
fieles seguidores y Él, vuestro Guía en toda dificultad o dolor que
consideréis real. 2Él no os dará ningún placer pasajero, pues sólo
da lo bueno y lo eterno. 3Dejad que Él os prepare aún más. 4Él
se ha ganado vuestra confianza hablándoos diariamente de vuestro Padre, de
vuestro hermano y de vuestro Ser. 5Y continuará haciéndolo. 6Ahora
camináis con Él, tan seguros de vuestro destino como lo está Él; tan seguros de
cómo debéis proceder como lo está Él; tan seguros de la meta y de que al final
la alcanzaréis como lo está Él.
5. El final es seguro, y los medios también. 2A
esto decimos "Amén". 3Cada vez que tengas que tomar una
decisión se te indicará claramente cuál es la Voluntad de Dios para ti al
respecto. 4Y Él hablará por
Dios y por tu Ser, asegurándose así de que el infierno no te reclame, y de que
cada decisión que tomes te acerque
aún más al Cielo. 5Así es
como hemos de caminar con Él de ahora en adelante, recurriendo a Él para que
nos guíe, nos brinde paz y nos ofrezca una dirección segura: 6El
júbilo nos acompaña, 7pues nos dirigimos a nuestro hogar a través de
una puerta que Dios ha mantenido abierta para darnos la bienvenida.
6.
A Él le encomendamos nuestros pasos y decimos
"Amén”. 2Continuaremos recorriendo Su camino en paz; confiándole todas las cosas.
3Yesperaremos Sus respuestas llenos de confianza, cuando le preguntemos cuál
es la Voluntad de Dios en todo
lo que hagamos. 4Él ama al Hijo de Dios tal como nosotros queremos
amarlo. 5Y nos enseña cómo contemplarlo a través de Sus
ojos y a amarlo tal cómo Él lo ama. 6No caminas solo. 7Los
ángeles de Dios revolotean a tu alrededor, muy cerca de ti. 8Su
Amor te rodea, y de esto puedes estar seguro: yo nunca te dejaré desamparado