domingo, 9 de diciembre de 2012

CURSO DE MILAGROS- DIA 340 capitulo y leccion


II. El libre albedrío

1. ¿No te das cuenta de que oponerte al Espíritu Santo es luchar contra ti mismo? 2Él sólo te dice lo que es tu voluntad; Él habla por ti. 3En Su Divinidad radica la tuya. 4Y del único conocimiento de que Él goza es del tuyo, que ha sido salvaguardado para ti a fin de que puedas hacer tu voluntad a través de Él. 5Dios te pide que hagas tu voluntad. 6Él se une a ti, 7pues no estableció Su Reino solo. 8Y el Cielo mismo, donde todo lo creado es para ti, no representa otra cosa que tu voluntad. 9Ni una sola chispa de vida fue creada sin tu grato consentimiento, tal como tú quisiste que fuese. 10Ni uno solo de los Pensamientos que Dios jamás haya tenido pudo haber nacido sin tu bendición. 11Dios no es tu ene­migo. 12Él sólo quiere oírte llamarle "Amigo".

2. ¡Qué maravilloso es hacer tu voluntad! 2Pues eso es libertad. 3A nada más debería llamársele por ese nombre. 4A menos que hagas tu voluntad no serás libre. 5¿Y hubiese podido Dios dejar a Su Hijo sin lo que éste eligió para sí mismo? 6Lo único que Dios hizo al darte Su perfecta Respuesta fue asegurarse de que nunca perdie­ses tu voluntad. 7Escúchala ahora, para que te puedas acordar de Su Amor y conocer tu voluntad. 8Dios no podría haber permitido que Su Hijo fuese un prisionero de aquello que no desea. 9Él se une a tu voluntad de ser libre. 10Y oponerte a Él es decidir ir en contra de ti mismo y elegir estar encadenado.

3. Contempla una vez más a tu enemigo, al que elegiste odiar en vez de amar. 2Pues así es como nació el odio en el mundo y como se estableció en él el reino del miedo. 3Escucha ahora a Dios hablarte a través de Aquel que es Su Voz así como la tuya, recor­dándote que tu voluntad no es odiar ni ser un prisionero del miedo, un esclavo de la muerte o una insignificante criatura de escasa vida. 4Tu voluntad no tiene límites, pues no es tu voluntad que sea limitada. 5Lo que mora en ti se ha unido a Dios Mismo en el nacimiento de toda la creación. 6Acuérdate de Aquel que te creó, Quien a través de tu voluntad creó todo. 7Todo lo creado te está agradecido, pues nació gracias a tu voluntad. 8Ni una sola luz celestial podría brillar si no fuese por ti, pues fue tu voluntad lo que las ubicó en el Cielo.

4. ¿Qué motivos podrías tener para sentir ira contra un mundo que simplemente aguarda tu bendición para ser libre? 2Si fueses un prisionero, entonces Dios Mismo no podría ser libre. 3Pues lo que se le hace a quien Dios ama, se le hace a Dios Mismo. 4No pienses que Aquel que te hizo co-creador del universo junto con Él quiere aprisionarte. 5Él sólo desea que tu voluntad sea eterna­mente ilimitada. 6Este mundo aguarda la libertad que le otorgarás cuando hayas reconocido que eres libre. 7Pero tú no perdonarás al mundo hasta que hayas perdonado a Aquel que te dio tu volun­tad. 8Pues es a través de tu voluntad como el mundo se libera. 9Y tú no puedes ser libre estando separado de Aquel Cuya santa Voluntad compartes.

5. Dios se dirige a ti y te pide que salves al mundo, pues mediante tu propia salvación el mundo sana. 2Y todo el que camina sobre la faz de la tierra depende de tu decisión, para aprender que la muerte no tiene ningún poder sobre él, toda vez que comparte tu libertad y tu voluntad. 3Tu voluntad es sanarlo, y puesto que esto es una decisión que tomaste con él, él ha sanado. 4Y ahora Dios ha sido perdonado, pues decidiste ver a tu hermano como amigo.

LECCIÓN 340

Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.

1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. 2Hoy es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. 3Su sufrimiento ha terminado. 4Pues él oirá Tu Voz exhortán­dole a que busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo sufrimiento. 5Gracias por el día de hoy, Padre mío. 6Vine a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se libera junto con él.

2. ¡Regocíjate hoy! 2¡Regocíjate! 3Hoy no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. 4Nuestro Padre ha redimido a Su Hijo en este día. 5Ni uno solo de nosotros dejará de salvarse hoy. 6No habrá nadie que no esté a salvo del miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el Cielo, en el Corazón del Amor.

13. ¿Qué es un milagro?

1. Un milagro es una corrección. 2No crea, ni cambia realmente nada en absoluto. 3Simplemente contempla la devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso. 4Corrige el error, mas no intenta ir más allá de la percepción, ni exceder la función del perdón. 5Se mantiene, por lo tanto, dentro de los límites del tiempo. 6No obstante, allana el camino para el retorno de la intem­poralidad y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el benevolente remedio que el milagro trae consigo.

2. En el milagro reside el don de la gracia, pues se da y se recibe como uno. 2Y así, nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata porque no la entiende. 3El mila­gro invierte la percepción que antes estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta manifestaba. 4Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la verdad. 5Ahora puede verse que el perdón está justificado.

3. El perdón es la morada de los milagros. 2Los ojos de Cristo se los ofrecen a todos los que Él contempla con misericordia y con amor. 3La percepción queda corregida ante Su vista, y aquello cuyo propósito era maldecir tiene ahora el de bendecir. 4Cada azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor. 5Y cada una de ellas se deposita ante la Palabra de Dios, en el altar universal al Creador y a la creación, a la luz de la perfecta pureza y de la dicha infinita.

4. Al principio el milagro se acepta mediante la fe, porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que no puede ver ni entender. 2No obstante, la fe convocará a sus testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. 3Y así, el milagro justificará tu fe en él, y probará que esa fe descan­saba sobre un mundo más real que el que antes veías: un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí.

5. Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas hambrientas y sedientas vienen a morir. 2Ahora tienen agua. 3Ahora el mundo está lleno de verdor. 4Y brotan por doquier señales de vida para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es inmortal.

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