II. El libre albedrío
1. ¿No te das cuenta de que oponerte al Espíritu
Santo es luchar contra ti mismo? 2Él sólo te dice lo que es tu
voluntad; Él habla por ti. 3En Su Divinidad radica la tuya. 4Y
del único conocimiento de que Él goza es del tuyo, que ha sido
salvaguardado para ti a fin de que puedas hacer tu voluntad a través de Él. 5Dios
te pide que hagas tu voluntad. 6Él se une a ti, 7pues
no estableció Su Reino solo. 8Y el Cielo mismo, donde
todo lo creado es para ti, no representa otra cosa que tu voluntad. 9Ni
una sola chispa de vida fue creada sin tu grato consentimiento, tal como tú
quisiste que fuese. 10Ni uno solo de los Pensamientos que Dios jamás
haya tenido pudo haber nacido sin tu bendición. 11Dios no es tu enemigo.
12Él sólo quiere oírte llamarle "Amigo".
2. ¡Qué maravilloso es hacer tu voluntad! 2Pues
eso es libertad. 3A nada más debería llamársele por ese
nombre. 4A menos que hagas tu voluntad no serás libre. 5¿Y
hubiese podido Dios dejar a Su Hijo sin lo que éste eligió para sí mismo? 6Lo
único que Dios hizo al darte Su perfecta Respuesta fue asegurarse de que nunca
perdieses tu voluntad. 7Escúchala ahora, para que te puedas acordar
de Su Amor y conocer tu voluntad. 8Dios no podría haber permitido
que Su Hijo fuese un prisionero de aquello que no desea. 9Él se une
a tu voluntad de ser libre. 10Y oponerte a Él es decidir ir en
contra de ti mismo y elegir estar encadenado.
3. Contempla una vez más a tu enemigo, al que
elegiste odiar en vez de amar. 2Pues así es como nació el odio en el
mundo y como se estableció en él el reino del miedo. 3Escucha ahora
a Dios hablarte a través de Aquel que es Su Voz así como la tuya, recordándote
que tu voluntad no es odiar ni ser un prisionero del miedo, un esclavo de la
muerte o una insignificante criatura de escasa vida. 4Tu voluntad no
tiene límites, pues no es tu voluntad que sea limitada. 5Lo que mora
en ti se ha unido a Dios Mismo en el nacimiento de toda la creación. 6Acuérdate
de Aquel que te creó, Quien a través de tu voluntad creó todo. 7Todo
lo creado te está agradecido, pues nació gracias a tu voluntad. 8Ni
una sola luz celestial podría brillar si no fuese por ti, pues fue tu voluntad
lo que las ubicó en el Cielo.
4. ¿Qué motivos podrías tener para sentir ira contra
un mundo que simplemente aguarda tu bendición para ser libre? 2Si
fueses un prisionero, entonces Dios Mismo no podría ser libre. 3Pues
lo que se le hace a quien Dios ama, se le hace a Dios Mismo. 4No
pienses que Aquel que te hizo co-creador del universo junto con Él quiere aprisionarte.
5Él sólo desea que tu voluntad sea eternamente ilimitada. 6Este
mundo aguarda la libertad que le otorgarás cuando hayas reconocido que eres
libre. 7Pero tú no perdonarás al mundo hasta que hayas perdonado a
Aquel que te dio tu voluntad. 8Pues es a través de tu voluntad como
el mundo se libera. 9Y tú no puedes ser libre estando separado de
Aquel Cuya santa Voluntad compartes.
5. Dios se dirige a ti y te pide que salves al
mundo, pues mediante tu propia salvación el mundo sana. 2Y todo el
que camina sobre la faz de la tierra depende de tu decisión, para aprender que
la muerte no tiene ningún poder sobre él, toda vez que comparte tu libertad y
tu voluntad. 3Tu voluntad es sanarlo, y puesto que esto es una
decisión que tomaste con él, él ha sanado. 4Y ahora Dios ha sido
perdonado, pues decidiste ver a tu hermano como amigo.
LECCIÓN 340
Hoy puedo liberarme de todo sufrimiento.
1. Padre te doy las gracias por el día de hoy y
por la libertad que estoy seguro me ha de brindar. 2Hoy
es un día santo, pues hoy Tu Hijo será redimido. 3Su
sufrimiento ha terminado. 4Pues él oirá Tu Voz exhortándole a que
busque la visión de Cristo a través del perdón y se libere para siempre de todo
sufrimiento. 5Gracias por el día de hoy, Padre mío. 6Vine
a este mundo sólo para llegar a tener este día, así como la alegría y libertad
que encierra para Tu santo Hijo y para el mundo que él fabricó, el cual hoy se
libera junto con él.
2. ¡Regocíjate hoy! 2¡Regocíjate! 3Hoy
no hay cabida para nada que no sea alegría y agradecimiento. 4Nuestro
Padre ha redimido a Su Hijo en este día. 5Ni uno solo de nosotros
dejará de salvarse hoy. 6No habrá nadie que no esté a salvo del
miedo ni nadie a quien el Padre no acoja en Su regazo, despierto ahora en el
Cielo, en el Corazón del Amor.
13. ¿Qué es un milagro?
1. Un milagro es una corrección. 2No crea,
ni cambia realmente nada en absoluto. 3Simplemente contempla la
devastación y le recuerda a la mente que lo que ve es falso. 4Corrige
el error, mas no intenta ir más allá de la percepción, ni exceder la función
del perdón. 5Se mantiene, por lo tanto, dentro de los límites del
tiempo. 6No obstante, allana el camino para el retorno de la intemporalidad
y para el despertar del amor, pues el miedo no puede sino desvanecerse ante el
benevolente remedio que el milagro trae consigo.
2. En el milagro reside el don de la gracia, pues se
da y se recibe como uno. 2Y así,
nos da un ejemplo de lo que es la ley de la verdad, que el mundo no acata
porque no la entiende. 3El milagro invierte la percepción que antes
estaba al revés, y de esa manera pone fin a las extrañas distorsiones que ésta
manifestaba. 4Ahora la percepción se ha vuelto receptiva a la
verdad. 5Ahora puede verse que el perdón está justificado.
3. El perdón es la morada de los milagros. 2Los
ojos de Cristo se los ofrecen a todos los que Él contempla con misericordia y
con amor. 3La percepción queda corregida ante Su vista, y aquello
cuyo propósito era maldecir tiene ahora el de bendecir. 4Cada
azucena de perdón le ofrece al mundo el silencioso milagro del amor. 5Y
cada una de ellas se deposita ante la Palabra
de Dios, en el altar universal al Creador y a la creación, a la luz de la
perfecta pureza y de la dicha infinita.
4. Al principio el milagro se acepta mediante la fe,
porque pedirlo implica que la mente está ahora lista para concebir aquello que
no puede ver ni entender. 2No obstante, la fe convocará a sus
testigos para demostrar que aquello en lo que se basa realmente existe. 3Y
así, el milagro justificará tu fe en él, y
probará que esa fe descansaba sobre un mundo más real que el que antes veías:
un mundo que ha sido redimido de lo que tú pensabas que se encontraba allí.
5. Los milagros son como gotas de lluvia regeneradora
que caen del Cielo sobre un mundo árido y polvoriento, al cual criaturas
hambrientas y sedientas vienen a morir. 2Ahora tienen agua. 3Ahora
el mundo está lleno de verdor. 4Y brotan por doquier señales de vida
para demostrar que lo que nace jamás puede morir, pues lo que tiene vida es
inmortal.
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