V. El único propósito
1. El mundo real es el estado mental en el que el
único propósito del mundo es perdonar. 2El miedo ha dejado de ser el
objetivo, pues escapar de la culpabilidad se ha convertido ahora en la meta. 3Se
reconoce el valor del perdón, que pasa a ocupar el lugar de los ídolos, los
cuales dejan de perseguirse porque ya no se les atribuye ningún valor a sus
"regalos". 4No se establecen reglas fútiles, ni se le
exige a nada ni a nadie que cambie y se amolde al sueño de miedo. 5Por
el contrario, hay un deseo de querer comprender todas las cosas creadas tal
como realmente son. 6Y se reconoce que todas las cosas tienen que
ser primero perdonadas, y luego comprendidas.
2. En este mundo se piensa que el entendimiento se
consigue mediante el ataque. 2En el mundo real es evidente que
atacando es como se pierde, 3y se reconoce claramente la insensatez
de tener como objetivo a la culpabilidad. 4En dicho mundo no se
desean los ídolos, pues se entiende que la culpabilidad es la única causa de
cualquier dolor. 5Nadie sucumbe ante su vana atracción, pues el
sufrimiento y la muerte se han percibido como cosas que ya no se desean y por
las cuales no vale la pena esforzarse. 6Se ha vislumbrado la
posibilidad de liberación y se le ha dado la bienvenida, y ahora por fin se
comprenden los medios por los que puede alcanzarse. 7El mundo se
convierte en un lugar de esperanza porque su único propósito es ser un lugar
donde la esperanza de ser feliz pueda ser colmada. 8Y nadie está
excluido de esta esperanza porque todos se han unido en la creencia de que el
propósito del mundo es uno que todos tienen que compartir, si es que dicha
esperanza ha de ser algo más que un simple sueño.
3. Aún no se recuerda el Cielo totalmente, pues el
propósito del perdón todavía necesita alcanzarse. 2Sin embargo, todo
el mundo está seguro de que irá más allá del perdón y de que sólo seguirá aquí
hasta que éste se perfeccione en él. 3Ese es su único deseo. 4Todo
temor ha desaparecido porque él está unido a sí mismo en su propósito. 5Su
esperanza de felicidad es tan segura y constante que apenas puede seguir
esperando aquí por más tiempo con sus pies aún tocando la tierra. 6Aun
así, se siente feliz de poder esperar hasta que todas las manos se hayan unido
y todos los corazones estén listos para elevarse e ir con él. 7Pues
así es como se prepara para dar el paso con el que se transciende el perdón.
4. El paso final lo da Dios porque únicamente Él
pudo crear un Hijo perfecto y compartir Su Paternidad con él. 2Nadie
que no se encuentre en el Cielo puede entender esto, pues entenderlo es en sí
el Cielo. 3lncluso el mundo real tiene un propósito que se encuentra
por debajo de la creación y de la eternidad. 4Pero el miedo ha
desaparecido de él porque su propósito es el perdón, no la idolatría. 5Y
así, el Hijo del Cielo está listo para ser quien es, y para recordar que el
Hijo de Dios sabe todo lo que su Padre entiende y que lo entiende perfectamente
junto con Él.
5. El mundo real ni siquiera se aproxima a eso, pues
ése es el propósito de Dios, y sólo de Dios, si bien se comparte totalmente y
se logra perfectamente. 2El mundo real es un estado en el que la
mente ha aprendido cuán fácilmente desaparecen los ídolos, que, aunque todavía
se perciben, ya no se desean más. 3¡Cuán fácilmente los puede abandonar
la mente que ha comprendido que no son nada, que no están en ninguna parte y
que no tienen ningún propósito! 4Pues sólo entonces se puede
entender que el pecado y la culpabilidad no tienen propósito alguno y que no
significan nada.
6. De esta manera es como el propósito del mundo
real se lleva dulcemente hasta tu conciencia para que reemplace al objetivo de
pecado y culpabilidad. 2Y el perdón purifica felizmente todo lo que
se interponía entre tu imagen de ti mismo y lo que realmente eres. 3Sin
embargo, Dios no necesita crear a Su Hijo nuevamente para que a éste se le
restituya lo que es suyo. 4Jamás existió brecha alguna entre tu
hermano y tú. 5Y el Hijo de Dios volverá a saber lo que supo cuando
fue creado.
7. Cuando dos o más hermanos comparten un mismo
propósito en el mundo del miedo, se encuentran ya en el umbral del mundo real. 2Puede
que aún miren atrás y piensen que ven un ídolo que desean. 3Mas su
trayectoria ha sido ya firmemente fijada en dirección contraria a la de los
ídolos: hacia la realidad. 4Pues cuando se dieron la mano, fue la
mano de Cristo la que tomaron, y contemplarán a Aquel de cuya mano van asidos. 5La
faz de Cristo se ve antes de que el Padre se pueda recordar, 6pues
Éste permanece en el olvido hasta que Su Hijo haya llegado más allá del perdón
hasta el Amor de Dios. 7El Amor de Cristo, no obstante, se acepta
primero. 8Y entonces aflora el conocimiento de que Ambos son uno.
8. ¡Cuán fácil y ligero es el paso que te saca de
los estrechos confines del mundo del miedo una vez que has reconocido de Quién
es la mano de la que vas asido! 2Tienes a mano todo lo necesario
para poder alejarte del miedo para siempre con perfecta certeza, y para seguir
adelante y llegar cuanto antes a las puertas del Cielo. 3Pues Aquel
de Cuya mano vas asido sólo estaba esperando a que te unieses a Él. 4Y
ahora que has venido, ¿se demoraría Él en mostrarte el camino que debe
recorrer contigo? 5Su bendición descansa sobre ti tan indudablemente
como el Amor de Dios descansa sobre Él. 6Su gratitud hacia ti
sobrepasa tu entendimiento, pues tú le has permitido liberarse de sus cadenas
para que juntos os dirijáis a la morada de Su Padre.
9. Un viejo odio está desapareciendo del mundo. 2Y
con él va desapareciendo también todo miedo y rencor. 3No vuelvas la
vista atrás, pues lo que te espera más adelante es lo que siempre anhelaste en
tu corazón. 4¡Renuncia al mundo! 5Pero no con una actitud
de sacrificio, 6pues nunca lo deseaste. 7¿Qué felicidad
que jamás buscaste en él no te ocasionó dolor? 8¿Qué momento de
satisfacción no se compró con monedas de sufrimiento y a un precio exorbitante?
9La dicha no cuesta nada. 10Es tu sagrado derecho, pues
por lo que pagas no es felicidad. 11¡Que la honestidad te acelere
en tu camino, y que al contemplar en retrospectiva las experiencias que has
tenido aquí no te dejes engañar! 12Por todas ellas hubo que pagar un
precio exorbitante y sufrir penosas consecuencias.
10. No mires atrás excepto con honestidad. 2Y
cuando un ídolo te tiente, piensa en lo siguiente:
3Jamás te dio un
ídolo cosa alguna, excepto el "regalo" de la culpabilidad. 4Cada
uno de ellos se compró con la moneda del dolor, y nunca fuiste tú solo quien
pagó por él.
5Sé, pues, misericordioso con tu
hermano. 6Y no aceptes nunca un ídolo irreflexivamente, ni te
olvides de que tu hermano pagará el costo al igual que tú. 7Pues se
demorará cada vez que tú vuelvas la vista atrás y no percibas de Quién es la
amorosa mano de la que vas asido. 8Mira, pues, sólo hacia adelante;
y camina lleno de confianza con el corazón latiendo felizmente con esperanza y
no palpitando con temor.
11. La Voluntad de Dios reside para siempre en
aquellos cuyas manos están unidas. 2Hasta que se unieron, pensaban
que Él era su enemigo. 3Mas cuando se unieron y compartieron un
mismo propósito, les fue posible entender que su voluntad es una. 4Y
así, la Voluntad de Dios no puede sino llegar hasta sus conciencias. 5Y
no van a poder seguir olvidándose por mucho más tiempo de que no es sino la suya
propia.
LECCIÓN 345
Hoy sólo ofrezco milagros, pues quiero que retornen
a mí.
1. Padre, todo milagro
es un reflejo de los regalos que me haces a mí, Tu Hijo. 2Y cada uno
que concedo retorna a mí, recordándome que la ley del amor, es universal. 3Incluso
aquí dicha ley se manifiesta en una forma que se puede reconocer, y cuya
eficacia puede verificarse. 4Los
milagros que concedo se me devuelven en la forma que más me puede ayudar con
los problemas que percibo. 5Padre, en el Cielo es diferente, pues
allí no hay necesidades. 6Pero aquí en la tierra, el milagro se parece más a tus regalos que cualquier otro regalo
que yo pueda hacer. 7Así pues, déjame hoy hacer solamente este
regalo, que al haber nacido del verdadero perdón, ilumina el camino que debo recorrer
para poder recordarte.
2. Que
la paz sea con todos los corazones que la buscan. 2La luz ha venido a ofrecer
milagros para bendecir a este mundo exhausto. 3Éste hallará descanso hoy, pues nosotros ofreceremos
lo que hemos recibido.
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