VII. La visión del salvador
1. Aprender significa cambiar. 2La
salvación no intenta valerse de medios que todavía sean tan ajenos a tu modo de
pensar que no te sirvan de nada, ni tampoco es su intención producir cambios
que tú no puedas reconocer. 3Mientras perdure la percepción habrá
necesidad de conceptos, y la tarea de la salvación es cambiarlos. 4Pues
tiene que lidiar, valiéndose de contrastes, no de la verdad, la cual no tiene
opuestos ni puede cambiar. 5De acuerdo con los conceptos del mundo,
los culpables son "malos" y los inocentes "buenos". 6Y
no hay nadie aquí que no tenga un concepto de sí mismo que cuenta con lo
"bueno" para que le perdone lo "malo". 7No puede
tampoco confiar en el aspecto."bueno" de nadie, pues cree que el
"malo" anda por ahí al acecho. 8Éste concepto hace hincapié
en la traición, de modo que resulta imposible tener confianza. 9Nada
de esto puede cambiar mientras percibas lo "malo" en ti.
2. Mientras le atribuyas valor al ataque no podrás
ver tus "malos" pensamientos. 2Puede que algunas veces los
percibas, pero no te darás cuenta de que no significan nada. 3Y
así, se presentarán en formas temibles, ocultando su contenido, a fin de
quebrantar el pobre concepto que tienes de ti mismo y ennegrecerlo con otro
"crimen" más. 4No puedes concederte a ti mismo tu
inocencia, pues estás demasiado confundido con respecto a quién eres. 5Mas
sólo con que considerases a un solo hermano como completamente digno de
perdón, tu concepto de ti mismo cambiaría por completo. 6Tus
"malos" pensamientos quedarían perdonados junto con los suyos, al no
haber permitido que ninguno de ellos te afectase. 7Abandonarías tu
empeño de querer ser el símbolo de su maldad y culpabilidad. 8Y al
depositar tu confianza en lo que es bueno en él, la depositarías en lo que es
bueno en ti.
3. Desde un punto de vista conceptual, ésta es la
manera de verlo a él como algo más que un cuerpo, pues el cuerpo nunca parece
ser lo que es bueno. 2Las acciones del cuerpo se perciben como
procedentes de lo más "bajo" en ti, y, por ende, de lo más
"bajo" en él. 3Al concentrarte únicamente en lo bueno en
él, ves el cuerpo cada vez menos y a la larga tan sólo se verá como una sombra
que circunda lo bueno. 4Y cuando hayas llegado al mundo que se
encuentra más allá de lo que sólo se puede ver con los ojos del cuerpo, ése
será el concepto que tendrás de ti mismo. 5Pues no interpretarás
nada de lo que veas sin la Ayuda de la que Dios te proveyó. 6Y
en Su visión yace otro mundo.
4. Vives en ese mundo tanto como en éste, 2pues
los dos son conceptos de ti mismo que se pueden intercambiar, pero que jamás
pueden albergarse simultáneamente. 3El contraste es mucho mayor de
lo que te imaginas, pues amarás ese otro concepto de ti mismo porque no se
concibió sólo para ti. 4Aunque nació como un regalo para alguien a
quien no percibías como tu propio ser; se te ha dado a ti. 5Pues el
perdón que le concediste a él ha sido aceptado ahora para los dos.
5. Ten fe en aquel que camina a tu lado, para que tu
temeroso concepto de ti mismo pueda cambiar. 2Y contempla lo bueno
en él, para que tus "malos" pensamientos no te asusten al no poder
nublar la manera en que lo ves. 3Y lo único que se requiere es que
estés dispuesto a que este feliz cambio tenga lugar. 4No se te pide
nada más. 5En apoyo de ese cambio, recuerda lo que el concepto de ti
mismo que ahora abrigas te trajo en su estela, y dale la bienvenida al grato
contraste que se te ofrece. 6Extiende la mano y recibe el regalo de
dulce perdón que le ofreces a aquel que tiene tanta necesidad de él como tú. 7Y
permite que el cruel concepto que tienes de ti mismo sea intercambiado por otro
que te brinda la paz de Dios.
6. El concepto que ahora tienes de ti mismo
garantiza que tu función aquí sea por siempre irrealizable e imposible de
llevar a cabo. 2Y así, te condena a una amarga y profunda sensación
de depresión y futilidad. 3Dicho concepto, sin embargo, no tiene por
qué ser fijo e inalterable, a menos que decidas que no hay esperanzas de que
pueda cambiar y lo mantengas estático y oculto en tu mente. 4En
lugar de ello, entrégaselo a Aquel que entiende cuáles son las modificaciones
que necesita para que pueda serle útil a la función que se te encomendó a fin
de brindarte paz, de modo que puedas ofrecer paz para así gozar de ella. 5Las
alternativas están en tu mente para que las uses, y tú puedes verte a ti mismo
de otra manera. 6¿No preferirías considerarte a ti mismo alguien que
es necesario para la salvación del mundo, en vez de un enemigo de ella?.
7. El concepto del yo se alza como un escudo, como
una silenciosa barricada contra la verdad, y la oculta de tu vista. 2Todas
las cosas que ves son imágenes, porque las contemplas a través de una barrera
que te empaña la vista y deforma tu visión, de manera que no puedes ver nada
con claridad. 3La luz está ausente de todo lo que ves. 4Como
máximo, vislumbras una sombra de lo que se encuentra más allá. 5Como
mínimo, ves simplemente la oscuridad y percibes las aterrantes imaginaciones
procedentes de pensamientos de culpabilidad y de conceptos nacidos del miedo. 6Y
lo que ves es el infierno, pues eso es lo que es el miedo. 7Mas todo
lo que se te da es para tu liberación, y la vista, la visión y el Guía interno
te sacarán del infierno junto con aquellos que amas a tu lado, y al universo
junto con ellos.
14. ¿Qué soy?
1. Soy el
Hijo de Dios, pleno, sano e íntegro, resplandeciente en el reflejo de Su Amor. 2En mí Su creación se santifica y Se le garantiza
vida eterna. 3En mí el
amor alcanza la perfección, el miedo es imposible y la dicha se establece sin
opuestos. 4Soy el
santo hogar de Dios Mismo. 5Soy el
Cielo donde Su Amor reside. 6Soy Su
santa Impecabilidad. Misma, pues en mi pureza reside la Suya Propia.
2. La necesidad de usar palabras está casi llegando a su fin ahora. 2Mas en
los últimos días de este año que tú y yo juntos le ofrecimos a Dios, hemos
encontrado un solo propósito, el cual compartimos. 3Y así, te uniste
a mí, de modo que lo que yo soy tú lo eres también. 4La verdad de lo
que somos no es algo de lo que se pueda hablar o describir con palabras. 5Podemos,
sin embargo, darnos cuenta de la función que tenemos aquí, y usar palabras para
hablar de ello así como para enseñarlo, si predicamos con el ejemplo.
3. Somos
los portadores de la salvación. 2Aceptamos nuestro papel como
salvadores del mundo, el cual se redime mediante nuestro perdón conjunto. 3Y al concederle el regalo de nuestro perdón, éste se
nos concede a nosotros. 4Vemos a todos como nuestros hermanos, y
percibimos todas las cosas como buenas y bondadosas. 5No estamos
interesados en ninguna función que se encuentre más allá del umbral del Cielo. 6El conocimiento volverá
a aflorar en nosotros cuando hayamos desempeñado nuestro papel. 7Lo
único que nos concierne ahora es dar la bienvenida a la
verdad.
4. Nuestros
son los ojos a través de los cuales la visión de Cristo ve un mundo redimido de
todo pensamiento de pecado. 2Nuestros, los
oídos que oyen la Voz que habla por Dios
proclamar que el mundo es inocente. 3Nuestras, las mentes que se unen conforme bendecimos al mundo. 4Y desde la
unión que hemos alcanzado, invitamos a todos nuestros hermanos a compartir
nuestra paz y a consumar nuestra dicha.
5. Somos
los santos mensajeros de Dios que hablan en Su Nombre, y que al llevar Su
Palabra a todos aquellos que Él nos envía, aprendemos que está impresa en
nuestros corazones. 2Y de esa forma, nuestras mentes
cambian con respecto al objetivo para el que vinimos y al que ahora procuramos servir.
3Le traemos buenas nuevas al Hijo de Dios que pensó que sufría. 4Ahora
ha sido redimido. 5Y al ver las puertas del Cielo abiertas ante él,
entrará y desaparecerá en el Corazón de Dios.
LECCIÓN 359
La respuesta de Dios es alguna forma de paz. Todo dolor sana; toda
aflicción queda reemplazada por la dicha. Las puertas de la prisión se abren. Y
se comprende que todo pecado no es más que un simple error.
1. Padre, hoy vamos
a perdonar Tu mundo y a dejar que la creación sea Tuya. 2Hemos
entendido todas las cosas erróneamente. 3Pero no hemos podido convertir a los
santos Hijos de Dios en pecadores. 4Lo que Tú creaste libre de pecado ha de
permanecer así por siempre jamás. 5Ésa es nuestra condición. 6Y
nos regocijamos al darnos cuenta de que los errores que hemos cometido no
tienen efectos reales sobre nosotros. 7El pecado es imposible, y en
este hecho descansa el perdón sobre una base mucho más sólida que el mundo de
sombras que vemos. 8Ayúdanos a perdonar, pues queremos ser
redimidos. 9Ayúdanos a perdonar, pues queremos estar
en paz.
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