V. La función de la razón
1. La percepción selecciona y configura el mundo que
ves. 2Literalmente lo selecciona siguiendo las directrices de la
mente. 3Las leyes del tamaño, de la forma y de la luminosidad
tendrían validez, quizá, si otras cosas fuesen iguales. 4Pero no lo
son. 5Pues es mucho más probable que halles lo que buscas que lo que
prefieres pasar por alto. 6La apacible y queda Voz que habla en
favor de Dios no se ve ahogada por los estridentes gritos e insensatos
arranques de furia con los que el ego acosa a aquellos que desean escucharla. 7La
percepción es una elección, no un hecho 8Pero de esta elección
depende mucho más de lo que te has dado cuenta hasta ahora. 9Pues tu
creencia acerca de quien eres depende enteramente de la voz que elijas
escuchar y de los panoramas que elijas ver. 10La percepción da
testimonio únicamente de esto, nunca de la realidad. 11Puede
mostrarte, no obstante, bajo qué condiciones es posible tener conciencia de la
realidad, o aquellas en las que nunca sería posible.
2. La realidad no necesita tu cooperación para ser
lo que es. 2Pero tu conciencia de ella necesita tu ayuda, ya que
tener esa conciencia es algo que tú eliges. 3Si le prestas oídos a
los dictados del ego y ves lo que él te indica ver, no podrás sino considerarte
a ti mismo insignificante, vulnerable y temeroso. 4Experimentarás
depresión, una sensación de no valer nada, así como sentimientos de
inestabilidad e irrealidad. 5Creerás que eres la desvalida víctima
de fuerzas que están más allá de tu control y que son mucho más poderosas que
tú. 6Y creerás que el mundo que fabricaste rige tu destino. 7Pues
tendrás fe en eso. 8Pero no creas que porque tengas fe en eso, ello
pueda hacer que sea real.
3. Hay otra visión y otra Voz en las que reside tu
libertad que tan sólo están aguardando tu decisión. 2y si depositas
tu fe en Ellas, percibirás otro ser en ti. 3Este otro ser considera
que los milagros son algo natural. 4Pues son tan simples y naturales
para él como respirar lo es para el cuerpo. 5Constituyen la
respuesta obvia a las peticiones de ayuda, que es la única que él ofrece. 6Los
milagros le parecen antinaturales al ego porque no entiende cómo es posible
que mentes separadas puedan influenciarse unas a otras. 7Y si
estuviesen separadas ciertamente no podrían hacerlo. 8Pero
las mentes no pueden estar separadas. 9Este otro ser es perfectamente
consciente de esto. 10Y así, reconoce que los milagros no afectan la
mente de otro, sino la suya propia. 11Los milagros siempre cambian
tu mente, 12pues no hay ninguna otra.
4. No te das cuenta de hasta qué punto la idea de la
separación ha interferido en el ejercicio de la razón. 2La razón
mora en el otro ser que has excluido de tu conciencia. 3Y nada de lo
que has permitido que permanezca en ella es capaz de razonar. 4¿Cómo
va a ser posible que aquel segmento de la mente que está desprovisto de razón
pueda entender lo que es la razón, o comprender la información que ésta le
podría suministrar? 5De ese segmento pueden surgir todo tipo de
preguntas, pero dado que la pregunta básica sólo puede proceder de la razón, él
jamás la podrá plantear. 6Al igual que todo lo que procede de la
razón, la pregunta básica es simple y obvia, si bien, aún no se ha planteado. 7Mas
no creas que la razón no la podría contestar.
5. El plan de Dios para tu salvación no se habría
podido establecer sin tu voluntad y consentimiento. 2Tuvo que haber
sido aceptado por el Hijo de Dios, pues lo que Dios dispone para él, él no
puede sino aceptarlo. 3Y Dios no dispone nada sin Su Hijo, ni Su
Voluntad depende del tiempo para consumarse. 4Por lo tanto, lo que
se unió a la Voluntad de Dios tiene que encontrarse en ti ahora, puesto que es
eterno. 5Tienes que haber reservado un lugar en el que el Espíritu
Santo puede morar, y donde ya se encuentra. 6Él tiene que haber
estado ahí desde que surgió la necesidad de Él, la cual quedó satisfecha en ese
mismo instante: 7Eso es lo que tu razón te diría, si escuchases. 8Mas
es claro que ése no es el razonamiento del ego. 9El hecho de que la
naturaleza de tu razón le sea ajena al ego, es prueba de que no hallarás la
respuesta en él. 10No obstante, si esto es así, dicha respuesta
tiene que existir. 11Y si existe para ti, y su propósito es tu
libertad, debes ser libre de encontrarla.
6. El plan de Dios es muy simple, nunca es indirecto
ni se derrota a sí mismo. 2Dios no tiene otros
Pensamientos excepto los que extienden Su Ser, y en esto tu voluntad tiene que
estar incluida. 3Así pues, debe haber una parte en ti que conoce Su
Voluntad y la comparte. 4No tiene sentido preguntar si lo que tiene
que ser como es, lo es. 5Pero sí tiene sentido preguntar por qué no
eres consciente de lo que no puede sino ser como es, pues debe haber una
respuesta para ello si al plan de Dios para tu salvación no le falta nada. 6Y
no puede faltarle nada porque su Fuente no conoce la incompleción
7. ¿Y dónde podría encontrarse la respuesta sino en
la Fuente? 2¿Y dónde estás tú sino allí donde se encuentra esa misma
respuesta? 3Tu Identidad, que es un efecto tan verdadero de esa Fuente
como lo es la respuesta, tiene, por lo tanto, que estar unida a ella y ser lo
mismo que ella. 4Por supuesto que sabes esto, y mucho más que esto. 5Pero
cualquier parte del conocimiento supone una amenaza tan seria para la
disociación como todo el conocimiento en sí. 6Y dispondrás de todo
el conocimiento con cualquier parte de él. 7He aquí la parte que tú
puedes aceptar. 8Puedes ver lo que la razón te señala porque los
testigos a su favor son inequívocos. 9Sólo aquellos que son
completamente dementes podrían hacer caso omiso de ellos, y tú ya has dejado
atrás esa etapa. 10La razón es un medio que sirve para los fines del
Espíritu Santo por derecho propio. 11No se puede re-interpretar ni
re-canalizar para que se ajuste a la meta del pecado, tal como se hace con
otros medios. 12Pues la razón está más allá del alcance de los
medios del ego.
8. La fe, la percepción y la creencia pueden estar
mal ubicadas y servir de apoyo tanto para las necesidades del gran embaucador
como para las de la verdad. 2Pero la razón no tiene cabida en la
locura, ni se puede adaptar a sus fines en modo alguno. 3La fe y la
creencia están firmemente arraigadas en la locura, y conducen la percepción
hacia aquello que la mente ha considerado valioso. 4Pero la razón no
participa en esto en absoluto. 5Pues si se aplicase la razón, la
percepción cesaría instantáneamente. 6La razón no forma parte de la
demencia, pues ésta depende enteramente de la ausencia de aquella. 7El
ego nunca hace uso de la razón porque no es consciente de su existencia. 8Los
que son parcialmente locos tienen acceso a ella, y sólo ellos la necesitan. 9El
conocimiento no depende de la razón, y la locura la mantiene afuera.
9. La parte de la mente donde reside la razón se
consagró, de acuerdo con tu voluntad en unión con la de tu Padre, al
des-hacimiento de la demencia. 2Ahí el propósito del Espíritu Santo
se aceptó y consumó simultáneamente. 3La razón le es ajena a la
demencia, y aquellos que hacen uso de ella han adquirido un medio que no puede
dedicarse al pecado. 4El conocimiento está mucho más allá de lo que
se puede lograr. 5Pero la razón puede servir para abrir las puertas
que tú le cerraste.
10. Ya estás muy cerca de esto. 2Tu
fe y tus creencias han cambiado y has hecho la pregunta que el ego nunca haría.
3¿No te dice tu razón ahora que la pregunta debe haber emanado de
algo que tú no conoces, pero que aún así debe ser parte de ti? 4La
fe y la creencia, apoyadas por la razón, producen forzosamente un cambio en tu
percepción. 5Y con este cambio se le hace sitio a la visión. 6La
visión se extiende más allá de sí misma, tal como lo hacen el propósito al que
sirve, así como todos los medios para su consecución.
LECCIÓN 248
Lo que sufre no forma parte de mí.
1. He abjurado de la verdad. 2Permítaseme ahora ser igualmente
firme y abjurar de la falsedad. 3Lo que sufre no forma parte de mí. 4Yo
no soy aquello que siente pesar. 5Lo que experimenta dolor no es
sino una ilusión de mi mente. 6Lo que muere, en realidad nunca
vivió, y sólo se burlaba de la verdad con respecto a mí mismo. 7Ahora
abjuro de todos los conceptos de mí mismo, y de los engaños y mentiras acerca
del santo Hijo de Dios. 8Ahora estoy listo para aceptarlo nuevamente
como Dios lo creó, y como aún es.
2. Padre, mi viejo amor por Ti retorna, y me permite también amar nuevamente a Tu
Hijo. 2Padre, soy tal como Tú me creaste. 3Ahora
recuerdo Tu Amor, así como el mío propio. 4Ahora comprendo que
son uno.
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