LECCIÓN 250
Que no vea ninguna limitación en mí.
1. Permítaseme
contemplar al Hijo de Dios hoy y ser un testigo de su gloria. 2Y que
no trate de empañar la santa luz que mora en él y ver su fuerza menoscabada y
reducida a la fragilidad; que no perciba en él las deficiencias con las que
atacaría su soberanía.
2. Él
es Tu Hijo, Padre mío. 2Y hoy quiero contemplar su ternura en lugar
de mis ilusiones. 3Él es lo que yo soy, y tal como lo vea a
él, me veré a mí mismo. 4Hoy quiero ver verdaderamente, para que
en este mismo día pueda por fin identificarme con él.
4. ¿Qué es el pecado?
1. El pecado es demencia. 2Es
lo que hace que la mente pierda su cordura y trate de que las ilusiones ocupen
el lugar de la verdad. 3Y al estar loca, la mente ve ilusiones donde
la verdad debería estar y donde realmente está. 4El pecado dotó al cuerpo con ojos, pues, ¿qué iban a
querer contemplar los que están libres de pecado? 5¿Para qué iban a
querer la vista, el sonido o el tacto? 6¿Qué iban a querer oír o
intentar asir? 7¿Qué necesidad iban a tener de los sentidos? 8Usar
los sentidos es no saber. 9Y la verdad sólo se compone de
conocimiento y de nada más.
2. El cuerpo es el instrumento que
la mente fabricó en su afán por engañarse a sí misma. 2Su propósito
es luchar. 3Mas el objetivo por el que lucha puede cambiar. 4Y
entonces el cuerpo lucha por otro objetivo. 5Lo que ahora persigue
lo determina el objetivo que la mente ha adoptado para sustituir a la meta de
engañarse a sí misma que antes tenía. 6La verdad puede ser su
objetivo, tanto como las mentiras. 7Y así, los sentidos buscarán lo
que da fe de la verdad.
3. El pecado es la morada de las
ilusiones, las cuales representan únicamente cosas imaginarias procedentes de
pensamientos falsos. 2Las ilusiones son la "prueba" de
que lo que no es real lo es. 3El pecado "prueba" que el
Hijo de Dios es malvado, que la intemporalidad tiene que tener un final y que
la vida eterna sucumbirá ante la muerte. 4Y Dios Mismo ha perdido al
Hijo que ama, y de lo único que puede valerse para alcanzar Su Plenitud es la
corrupción; la muerte ha derrotado Su Voluntad para siempre, el odio ha
destruido el amor y la paz ha quedado extinta para siempre.
4.
Los sueños de un loco son pavorosos y el pecado
parece ser ciertamente aterrador. 2Sin embargo, lo que el pecado
percibe no es más que un juego de niños. 3El Hijo de Dios puede
jugar a haberse convertido en un cuerpo que es presa de la maldad y de la
culpabilidad, y a que su corta vida acaba en la muerte. 4Mientras
tanto, su Padre ha seguido derramando Su luz sobre él y amándolo con un Amor
eterno que sus pretensiones no pueden alterar en absoluto.
5. ¿Hasta
cuándo, Hijo de Dios, vas a seguir jugando el juego del pecado? 2¿No
es hora ya de abandonar esos juegos peligrosos? 3¿Cuándo vas a estar
listo para regresar a tu hogar? 4¿Hoy quizá? 5El pecado
no existe. 6La creación no ha cambiado. 7¿Deseas aún
seguir demorando tu regreso al Cielo? 8¿Hasta cuándo, santo Hijo de
Dios, vas a seguir demorándote, hasta cuándo?
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