jueves, 1 de noviembre de 2012

CURSO DE MILAGROS- DIA 301 capitulo y leccion


VIII. La inminencia de la salvación

1. El único problema pendiente es que todavía ves un intervalo entre el momento en que perdonas y el momento en que recibes los beneficios que se derivan de confiar en tu hermano. 2Esto tan sólo refleja la pequeña distancia que aún deseas interponer entre vosotros para que os mantenga un poco separados. 3Pues el tiempo y el espacio son la misma ilusión, pero se manifiestan de forma diferente. 4Si se ha proyectado más allá de tu mente, pien­sas que es el tiempo. 5Cuanto más cerca se trae a tu mente, más crees que es el espacio.

2. Quieres conservar cierta distancia entre vosotros para que os mantenga separados, y percibes ese espacio como el tiempo por­que aún crees que eres algo externo a tu hermano. 2Eso hace que la confianza sea imposible. 3Y no puedes creer que la confianza podría resolver cualquier problema ahora mismo. 4Crees, por lo tanto, que es más seguro seguir siendo un poco cauteloso y conti­nuar vigilando lo que percibes como tus intereses separados. 5Desde esta perspectiva te es imposible concebir que puedas obte­ner lo que el perdón te ofrece ahora mismo. 6En el intervalo que crees que existe entre dar el regalo y recibirlo parece que tienes que sacrificar algo y perder por ello. 7Ves la salvación como algo que tendrá lugar en el futuro, pero no ves resultados inmediatos.

3. Sin embargo, la salvación es inmediata. 2A no ser que la perci­bas así, tendrás miedo de ella, creyendo que, entre el momento en que aceptas su propósito como el tuyo propio y el momento en que sus efectos llegan hasta ti, el riesgo de pérdida es inmenso. 3De esta manera, el error que da lugar al miedo sigue oculto. 4La salvación eliminaría la brecha que todavía percibes entre vosotros y permitiría que os convirtieseis en uno instantáneamente. 5Y es ésto lo que crees que supondría una pérdida. 6No proyectes este temor en el tiempo, pues el tiempo no es el enemigo que tú perci­bes. 7El tiempo es tan neutral como el cuerpo, salvo en lo que respecta al propósito que le asignas. 8Mientras todavía quieras conservar un pequeño espacio entre vosotros, querrás tener un poco más de tiempo en el que aún puedas negar el perdón. 9Y esto no podrá sino hacer que el intervalo que transcurre entre el momento en que niegas el perdón y el momento en que lo otor­gas parezca peligroso, y el terror, justificado.

4. Mas el espacio que hay entre vosotros es evidente sólo en el presente, ahora mismo, y no se puede percibir en el futuro. 2Tam­poco es posible pasarlo por alto, excepto en el presente. 3No es lo que puedas perder en el futuro lo que temes. 4Lo que te aterroriza es unirte en el presente. 5¿Quién puede sentir desolación, excepto en el momento presente? 6Una causa futura aún no tiene efectos. 7Por lo tanto, eso quiere decir que si sientes temor, su causa se encuentra en el presente. 8Y es esa causa la que necesita correc­ción, no un estado futuro.

5. Todos los planes que haces para tu seguridad están centrados en el futuro, donde no puedes planear. 2Todavía no se le ha asig­nado ningún propósito al futuro, y lo que va a ocurrir aún no tiene causa. 3¿Quién puede predecir efectos que no tienen causa? 4¿Y quién podría tener miedo de dichos efectos a no ser que pen­sase que éstos ya han sido causados y los juzgase como desastro­sos ahora? 5La creencia en el pecado da lugar al miedo, y, al igual que su causa, mira hacia adelante y hacia atrás, pero pasa por alto lo que se encuentra aquí y ahora. 6Su causa, sin embargo, sólo puede estar aquí y ahora si sus efectos ya se han juzgado como temibles. 7Mas cuando se pasa esto por alto se protege la causa y se la mantiene alejada de la curación. 8Pues el milagro es algo que es ahora. 9Se encuentra ya aquí, en gracia presente, dentro del único intervalo de tiempo que el pecado y el miedo han pasado por alto, pero que, sin embargo, es el único tiempo que hay.

6. Llevar a cabo la corrección en su totalidad no requiere tiempo en absoluto. 2Pero aceptar que la corrección se puede llevar a cabo parece prolongarse una eternidad. 3El cambio de propósito que el Espíritu Santo le brindó a tu relación encierra en sí todos los efectos que verás. 4Éstos se pueden ver ahora. 5¿Por qué espe­rar a que se manifiesten en el transcurso del tiempo, temiendo que tal vez no se den, cuando ya se encuentran aquí? 6Se te ha dicho que todo lo que procede de Dios es para el bien. 7Sin embargo, parece como si no fuera así. 8No es fácil dar crédito de antemano al bien que se presenta en forma de desastre, 9ni es ésta una idea que tenga sentido.

7. ¿Por qué habría de aparecer el bien en forma de mal? 2¿Y no sería un engaño si lo hiciese? 3Su causa está aquí, si es que apa­rece en absoluto. 4¿Por qué, entonces, no son evidentes sus efec­tos? 5¿Por qué razón se ven en el futuro? 6Y procuras contentarte con suspirar y "razonar" que no entiendes esto ahora, pero que algún día lo entenderás 7y que su significado te resultará claro entonces. 8Esto no es razonar, pues es injusto, y alude claramente al castigo hasta que el momento de la liberación sea inminente. 9Pero puesto que el propósito de la relación ha cambiado ahora para el bien, no hay razón para un intervalo en que azote el desastre, el cual se percibirá algún día como algo "bueno", aun­que ahora se perciba como doloroso. 10Esto es un sacrificio del ahora, que no puede ser el precio que el Espíritu Santo exige por lo que ha dado gratuitamente.

8. Esta ilusión, no obstante, tiene una causa que, aunque falsa, tiene que estar en tu mente ahora. 2Y esta ilusión es tan sólo un efecto que tu mente engendra y una forma de percibir su resul­tado. 3Este intervalo de tiempo, en el que se percibe la represalia como la forma en la que se presenta el "bien", es sólo un aspecto de la diminuta brecha que hay entre vosotros, la cual todavía no se ha perdonado.

9. No te contentes con la idea de una felicidad futura. 2Eso no significa nada ni es tu justa recompensa. 3Pues hay causa para ser libre ahora. 4¿De qué sirve la libertad en forma de aprisiona­miento? 5¿Por qué habría de disfrazarse de muerte la liberación? 6La demora no tiene sentido, y el "razonamiento" que mantiene que los efectos de una causa presente se tienen que posponer hasta un momento futuro, es simplemente una negación del hecho de que causa y consecuencia tienen que darse simultánea­mente. 7No es del tiempo de lo que te tienes que liberar, sino de la diminuta brecha que existe entre vosotros. 8Y no dejes que ésta se disfrace de tiempo, y que de este modo se perpetúe, ya que al haber cambiado de forma no se puede reconocer como lo que es. 9El propósito del Espíritu Santo es ahora el tuyo. 10¿No debería ser Su felicidad igualmente tuya?

9. ¿Qué es el Segundo Advenimiento?

1. El Segundo Advenimiento de Cristo, que es tan seguro como Dios, es simplemente la corrección de todos los errores y el resta­blecimiento de la cordura. 2Es parte de la condición que reins­taura lo que nunca se perdió y re-establece lo que es eternamente verdad. 3Es la invitación que se le hace a la Palabra de Dios para que ocupe el lugar de las ilusiones: la señal de que estás dis­puesto a dejar que el perdón descanse sobre todas las cosas sin excepción y sin reservas.

2. La naturaleza totalmente inclusiva del Segundo Advenimiento de Cristo es lo que le permite envolver al mundo y mantenerte a salvo en su dulce llegada, la cual abarca a toda cosa viviente junto contigo. 2La liberación a la que el Segundo Advenimiento da lugar no tiene fin, pues la creación de Dios es ilimitada. 3La luz del perdón ilumina el camino del Segundo Advenimiento porque refulge sobre todas las cosas a la vez y cual una sola. 4Y así, por fin, se reconoce la unidad.

3. El Segundo Advenimiento marca el fin de las enseñanzas del Espíritu Santo, allanando así el camino para el juicio Final, en el que el aprendizaje termina con un último resumen que se exten­derá más allá de sí mismo hasta llegar a Dios. 2En el Segundo Advenimiento todas las mentes se ponen en manos de Cristo, para serle restituidas al espíritu en el nombre de la verdadera creación y de la Voluntad de Dios.

4. El Segundo Advenimiento es el único acontecimiento en el tiempo que el tiempo mismo no puede afectar. 2Pues a todos los que vinieron a morir aquí o aún han de venir, o a aquellos que están aquí ahora, se les libera igualmente de lo que hicieron. 3En esta igualdad se reinstaura a Cristo como una sola Identidad, en la Cual los Hijos de Dios reconocen que todos ellos son uno solo. 4Y Dios el Padre le sonríe a Su Hijo, Su única creación y Su única dicha.

5. Ruega, pues, por que el Segundo Advenimiento tenga lugar pronto, pero no te limites a eso. 2Pues necesita tus ojos, tus oídos, tus manos y tus pies. 3Necesita tu voz. 4Pero sobre todo, necesita tu buena voluntad. 5Regocijémonos de que podamos hacer la Vo­luntad de Dios y unirnos en Su santa luz. 6¡Pues mirad!, el Hijo de Dios es uno solo en nosotros, y podemos alcanzar el Amor de nuestro Padre a través de él.

LECCIÓN 301

Y Dios Mismo enjugará todas las lágrimas.

1. Padre, a menos que juzgue no puedo sollozar. 2Tampoco puedo experi­mentar dolor o sentirme abandonado o creer que no se me necesita en este mundo. 3Éste es mi hogar porque no lo juzgo, y, por lo tanto, es únicamente lo que Tú quieres que sea. 4Hoy lo quiero contemplar sin condenarlo, a través de ojos felices que el perdón haya liberado de toda distorsión. 5Hoy quiero ver Tu mundo en lugar del mío. 6Y me olvidaré de todas las lágrimas que he derramado, pues su fuente ha desaparecido. 7Padre, hoy no juzgaré Tu mundo.   `

2. El mundo de Dios es un mundo feliz. 2Los que lo contemplan pueden tan sólo sumar a él su propia dicha y bendecirlo por ser causa de una mayor dicha para ellos. 3Llorábamos porque no entendíamos. 4Pero hemos aprendido que el mundo que veíamos era falso, y hoy vamos a contemplar el de Dios.

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