VII. El soñador del sueño
1. Sufrir es poner énfasis en todo lo que el mundo
ha hecho para hacerte daño. 2En esto puede verse claramente la
versión descabellada que el mundo tiene de la salvación. 3Al igual
que en un sueño de castigo en el que el soñador no es consciente de lo que
provocó el ataque contra él, éste se ve a sí mismo atacado injustamente, y por
algo que no es él. 4Él es la víctima de ese "algo", una
cosa externa a él, por la que no tiene por qué sentirse responsable en
absoluto. 5Él debe ser inocente porque no sabe lo que hace, sino
sólo lo que le hacen a él. 6Su ataque contra sí mismo, no obstante,
aún es evidente, pues es él quien sufre. 7Y no puede escapar porque
ve la causa de su sufrimiento fuera de sí mismo.
2. Ahora se te está mostrando que sí puedes escapar.
2Lo único que necesitas hacer es ver el problema tal como es, y no
de la manera en que lo has urdido. 3¿Qué otra manera podría haber de
resolver un problema que en realidad es muy simple, pero que se ha envuelto en
densas nubes de complicación, concebidas para que el problema siguiera sin
resolverse? 4Sin las nubes, el problema se vería en toda su
elemental simplicidad. 5La elección, entonces, no sería difícil
porque una vez que el problema se ve claramente, resulta obvio que es absurdo. 6Nadie
tiene dificultad alguna en dejar que un problema sencillo sea resuelto si ve
que le está haciendo daño y que se puede resolver fácilmente.
3. El "razonamiento" que da lugar al
mundo, sobre el que descansa y mediante el cual se mantiene vigente, es
simplemente éste: "Tú eres la causa de lo que yo hago. 2Tu sola
presencia justifica mi ira, y existes y piensas aparte de mí. 3Yo
debo ser el inocente, ya que eres tú el que ataca. 4Y lo que me hace
sufrir son tus ataques". 5Todo el que examina este
"razonamiento" exactamente como es se da cuenta de que es
incongruente y de que no tiene sentido. 6Sin embargo, da la
impresión de ser razonable, ya que ciertamente parece como si el mundo te
estuviese hiriendo. 7Y así, no parece necesario buscar la causa más
allá de lo obvio.
4. Pero ciertamente hay necesidad de ello. 2La
necesidad de liberar al mundo de la condenación en la que se halla inmerso es
algo que todos los que habitan en él comparten. 3Sin embargo, no
reconocen esta necesidad común. 4Pues cada uno piensa que si desempeña
su papel, la condenación del mundo recaerá sobre él. 5Y esto es lo
que percibe debe ser su papel en la liberación del mundo. 6La
venganza tiene que tener un blanco. 7De lo contrario, el cuchillo
del vengador se encontraría en sus propias manos, apuntando hacia sí mismo. 8Pues
para poder ser la víctima de un ataque que él no eligió, tiene que ver el arma
en las manos de otro. 9Y así, sufre por razón de las heridas que le
infligió un cuchillo que él no estaba empuñando.
5. Ése es el propósito del mundo que él ve. 2Y
desde este punto de vista, el mundo provee los medios por los que dicho
propósito parece alcanzarse. 3Los medios dan testimonio del
propósito, pero no son de por sí la causa. 4Ni la causa puede
cambiar porque se la vea separada de sus efectos. 5La causa produce
los efectos, los cuales dan luego testimonio de ella, no de sí mismos. 6Mira,
pues, más allá de los efectos. 7No es en ellos donde radica la causa
del sufrimiento y del pecado. 8No centres tu atención en el
sufrimiento ni en el pecado, ya que no son sino reflejos de lo que los causa.
6. El papel que juegas en el proceso de salvar al
mundo de la condenación es la manera en que te escapas tú. 2Recuerda
que el testigo del mundo del mal sólo puede hablar en favor de aquello que vio
la necesidad del mal en el mundo. 3Y ahí es donde contemplaste tu
culpabilidad por primera vez. 4El primer ataque contra ti mismo tuvo
lugar cuando te separaste de tu hermano. 5Y de esto es de lo
que el mundo da testimonio. 6No busques otra causa, ni recurras a
las poderosas legiones de sus testigos para deshacerla. 7Ellos
apoyan la fidelidad que la separación te exige. 8Y a lo que oculta
la verdad no es adonde debes dirigirte a fin de encontrar la verdad.
7. Los testigos del pecado ocupan un reducido
espacio. 2Y es ahí donde encuentras la causa de la perspectiva que
tienes acerca del mundo. 3Hubo un tiempo en que no eras consciente
de cuál era la causa de todo lo que el mundo parecía hacerte sin tú haberlo
pedido o provocado. 4De lo único que estabas seguro era de que entre
las numerosas causas que percibías como responsables de tu dolor y sufrimiento,
tu culpabilidad no era una de ellas. 5Ni tampoco eran el dolor y el
sufrimiento algo que tú mismo hubieses pedido en modo alguno. 6Así
es como surgieron todas las ilusiones. 7El que las teje no se da
cuenta de que es él mismo quien las urde ni cree que la realidad de éstas
dependa de él. 8Cualquiera que sea su causa, es algo completamente
ajeno a él, y su mente no tiene nada que ver con lo que él percibe. 9No
puede dudar de la realidad de sus sueños porque no se da cuenta del papel que
él mismo juega en su fabricación y en hacer que parezcan reales.
LECCIÓN 314
Busco un futuro diferente del pasado.
1.
De una nueva percepción del mundo
nace un futuro muy diferente del pasado. 2El futuro se ve ahora simplemente como una
extensión del presente. 3Los errores del pasado no pueden
ensombrecerlo, de tal modo que el miedo ha perdido sus ídolos e imágenes, y, al
no tener forma, deja de tener efectos. 4La muerte no podrá reclamar
ahora el futuro, pues ahora la vida se ha convertido en su objetivo, y se
proveen gustosamente todos los medios necesarios para su logro. 5¿Quién
podría lamentarse o sufrir cuando el presente ha sido liberado, y su seguridad
y paz se extienden hasta un futuro tranquilo y lleno de júbilo?
2.
Padre, cometimos
errores en el pasado, pero ahora elegimos valernos del presente para ser
libres. 2Ponemos el futuro en Tus Manos, y dejamos atrás nuestros
errores pasados, seguros de que Tú cumplirás las promesas que nos haces en el
presente, y de que bajo su santa luz dirigirás el futuro.
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