V. El ejemplo de la curación
1. La única manera de curarse es curando. 2El
milagro se extiende sin tu ayuda, pero tú eres esencial para que pueda dar
comienzo. 3Acepta el milagro de curación y se extenderá por razón de
lo que es. 4Su naturaleza es extenderse desde el instante en que
nace. 5Y nace en el instante en que se ofrece y se recibe. 6Nadie
puede pedirle a otro que sane. 7Pero puede permitirse a sí mismo ser
sanado, y así ofrecerle al otro lo que él ha recibido. 8¿Quién podría
ofrecer a otro lo que él mismo no tiene? 9¿Y quién podría compartir
lo que se niega a sí mismo? 10El Espíritu Santo te habla a ti, 11no
a otra persona. 12Y al tú escucharle, Su Voz se extiende porque has
aceptado lo que Él dice.
2. La salud es el testigo de la salud. 2Mientras
no se dé testimonio de ella, no será convincente. 3Sirve de prueba
sólo cuando ha sido demostrada, y para ello tiene que proveer un testigo que
nos induzca a creer. 4Nadie se cura con mensajes contradictorios. 5Te
curas cuando lo único que deseas es curar. 6Tu propósito indiviso
hace que esto sea posible. 7Pero si tienes miedo de la curación,
entonces no puede efectuarse a través de ti. 8Lo único que se
requiere para que se efectúe una curación es que no haya miedo. 9Los
temerosos no se han curado, por lo tanto, no pueden curar. 10Esto no
quiere decir que para que puedas curar tenga que haber desaparecido el
conflicto de tu mente para siempre. 11Pues si así fuese, no habría
entonces necesidad de curación. 12Mas sí quiere decir que, aunque
sólo sea por un instante, tienes que amar sin atacar. 13Un instante
es suficiente. 14Los milagros no están circunscritos al tiempo.
3. El instante santo es la morada de los milagros. 2Desde
allí, cada uno de ellos viene a este mundo como testigo de un estado mental
que ha transcendido el conflicto y ha alcanzado la paz. 3El instante
santo lleva el consuelo de la paz al campo de batalla, demostrando así que la
guerra no tiene efectos. 4Pues todo el dolor que la guerra ha
tratado de ocasionar, los cuerpos despedazados y los miembros mutilados, los
moribundos gimientes y los muertos silenciosos, son dulcemente elevados y
consolados.
4. Allí donde un milagro ha venido a sanar no hay
tristeza. 2Y lo único que se requiere para que todo esto ocurra es
un instante de tu amor sin traza alguna de ataque. 3En ese instante
sanas, y en ese mismo instante se consuma toda curación. 4¿Qué
podría estar separado de ti, una vez que has aceptado la bendición que el
instante santo brinda? 5No tengas miedo de bendecir, pues Aquel que
te bendice ama al mundo y no deja nada en él que pueda ser motivo de miedo. 6Pero
si te niegas a dar tu bendición, el mundo te parecerá ciertamente temible, pues
le habrás negado su paz y su consuelo, y lo habrás condenado a la muerte.
5. Aquel que pudo haber salvado a un mundo tan
penosamente despojado de todo, pero que se volvió atrás por temor a ser curado,
¿no vería acaso a ese mundo como una condenación? 2Los ojos de los
moribundos reflejan reproche, y el sufrimiento susurra: "¿De qué tienes
miedo?" 3Examina detenidamente su pregunta. 4Te la
hace en tu nombre. 5El mundo agonizante tan sólo te pide que dejes
de atacarte por un instante, para que él pueda sanar.
6. Ven al instante santo y sé curado, pues nada de
lo que recibes en él se olvida cuando regresas al mundo. 2Y al haber
sido bendecido, traerás bendiciones contigo. 3Se te da vida para
que se la impartas al mundo moribundo. 4Y los ojos dolientes ya no
acusarán, sino que brillarán con agradecimiento hacia ti que los bendijiste. 5El
fulgor del instante santo iluminará tus ojos y les dará visión para que puedan
ver la faz de Cristo más allá del sufrimiento. 6La curación
reemplaza al sufrimiento. 7El que ve uno de ellos no puede percibir
el otro, pues ambos no pueden estar presentes a la vez. 8Y el mundo
será el testigo de lo que veas, y dará testimonio de ello.
7. Así pues, lo único que el mundo requiere para
poder sanar es tu curación. 2Sólo necesita una lección que se haya
aprendido perfectamente. 3Y de esta manera, cuando tú la olvides, el
mundo te recordará dulcemente lo que le enseñaste. 4Debido a su
agradecimiento, no dejará de prestarte apoyo a ti que te dejaste curar para
que él pudiese vivir. 5lnvocará a sus testigos para mostrarte la faz
de Cristo a ti que les trajiste la visión, gracias a la cual la presenciaron. 6El
mundo de acusación es reemplazado por otro en el que todos los ojos se vuelven
amorosamente hacia el Amigo que les trajo su liberación. 7Y tu
hermano percibirá felizmente los muchos amigos que antes consideraba enemigos.
8. Aunque los problemas no son concretos, se
manifiestan en formas concretas, y son estas formas concretas las que
configuran el mundo. 2Nadie entiende la naturaleza de su problema, 3pues,
de lo contrario, ya no estaría ahí para que él lo pudiese ver. 4La
naturaleza misma del problema es que no es un problema. 5Por lo
tanto, mientras él lo perciba, no lo podrá percibir tal como es. 6La
curación, en cambio, es evidente en situaciones concretas y se generaliza para
incluirlas a todas. 7Esto se debe a que todas ellas son realmente la
misma situación, a pesar de sus diferentes formas. 8La finalidad de
todo aprendizaje es la transferencia, la cual se consuma cuando dos situaciones
distintas se ven como lo mismo, ya que lo único que se puede encontrar en ellas
son elementos comunes. 9Esto, no obstante, sólo lo puede lograr Uno
que no ve las diferencias que tú ves. 10No eres tú quien lleva a
cabo la transferencia de lo que has aprendido. 11Pero el hecho de
que dicha transferencia ya se haya llevado a cabo, a pesar de todas las
diferencias que ves, te convence de que esas diferencias no podían ser reales.
9. Tu curación se extenderá y se aplicará a
problemas que no creías eran tus problemas. 2Y resultará evidente
también que todos tus diferentes problemas se resolverán tan pronto como te
hayas librado de uno solo de ellos. 3No puede ser que sus diferencias
sean las que hayan hecho que esto sea posible, pues el aprendizaje no puede
saltar de una situación a su opuesto y obtener los mismos resultados. 4Toda
curación debe proceder de manera ordenada, de acuerdo con leyes que han sido
percibidas correctamente y que no se han violado. 5No dejes que la
manera en que las percibes te haga sentir miedo. 6Estás equivocado,
pero hay Alguien dentro de ti que está en lo cierto.
10. Deja, pues, la transferencia de tu aprendizaje
en manos de Aquel que realmente entiende sus leyes y que se asegurará de que
permanezcan invioladas e ilimitadas. 2Tu papel consiste simplemente
en aplicarte a ti mismo lo que Él te ha enseñado, el resto corre de Su cuenta. 3Así
es como los innumerables testigos de tu aprendizaje te probarán el poder de
éste. 4El primer testigo que verás será a tu hermano, pero tras él
habrá miles, y tras cada uno de éstos mil más. 5Puede que cada uno
de ellos parezca tener un problema distinto del de los demás. 6Mas
todos se resolverán al unísono. 7Y su común resolución demostrará
que las preguntas no podían haber sido distintas.
11. ¡Que la paz sea contigo a quien se ofrece
curación! 2Comprenderás que se te da paz cuando aceptas la
curación. 3No necesitas ser consciente de toda su valía para
entender que te has beneficiado de ella. 4Lo que ocurrió en aquel
instante en que el amor entró sin ninguna traza de ataque, permanecerá contigo
para siempre. 5Tu curación, así como la de tu hermano, será uno de
sus efectos. 6Dondequiera que vayas contemplarás sus múltiples
efectos. 7Todos los testigos que contemples, no obstante, serán sólo
una fracción de los que realmente existen. 8La infinitud no se puede
entender contando todas sus partes separadas. 9Dios te da las
gracias por tu curación, pues Él sabe que es un regalo de amor para Su Hijo, y,
por lo tanto, un regalo que se le hace a Él.
LECCIÓN 310
Paso este día sin miedo y lleno de amor.
1. Quiero pasar este día Contigo, Padre mío,
tal como Tú has dispuesto que deben ser todos mis días. 2Y lo que he
de experimentar no tiene nada que ver con el tiempo. 3El
júbilo que me invade no se puede medir en días u horas, pues le llega a Tu Hijo
desde el Cielo. 4Este día será Tu dulce recordatorio de que
Te recuerde, la afable llamada que le haces a Tu santo Hijo, la señal de que se
me ha concedido Tu gracia y de que es Tu Voluntad que yo me libere hoy.
2. Este día lo pasaremos juntos, tú y yo. 2Y
todo el mundo unirá sus voces a nuestro himno de alegría y gratitud hacia Aquel
que nos brindó la salvación y nos liberó. 3Nuestra paz y nuestra
santidad nos son restituidas. 4Hoy el miedo no tiene cabida en nosotros,
pues le hemos dado la bienvenida al amor en nuestros corazones.
Muy bueno! Gracias!
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