II. La inversión de efecto y causa
1. Sin causa no puede haber efectos, mas sin efectos
no puede haber causa. 2Lo que hace que una causa sea causa
son sus efectos; el Padre es Padre por razón de Su Hijo. 3Los
efectos no crean su causa, pero sí establecen su condición de causa. 4De
este modo, el Hijo otorga Paternidad a su Creador y recibe el regalo que le ha
dado. 5Y puesto que es el Hijo de Dios, tiene que ser a su
vez un padre, que crea tal como su Padre lo creó a él. 6El círculo
de creación no tiene fin. 7Su punto de partida y su punto final son
el mismo, 8pero dentro de sí encierra a todo el universo de la creación,
sin principio ni fin.
2. La paternidad es creación. 2El
amor tiene que extenderse. 3La pureza no está limitada en modo
alguno. 4La naturaleza del inocente es ser eternamente libre, sin
barreras ni limitaciones. 5La pureza, por lo tanto, no es algo
propio del cuerpo. 6Ni tampoco puede hallarse allí donde hay
limitaciones. 7El cuerpo puede curar gracias a los efectos de la
pureza, los cuales son tan ¡limitados como ella misma. 8No obstante,
toda curación tiene lugar cuando se reconoce que la mente no está dentro del
cuerpo, que su inocencia es algo completamente aparte de él y que está allí
donde reside la curación. 9¿Dónde se encuentra, entonces, la curación?
10Únicamente allí donde a su causa se le confieren sus efectos. 11Pues
la enfermedad es un intento descabellado de adjudicar efectos a lo que carece
de causa y de hacer de ello una causa.
3. La enfermedad es siempre un intento por parte del
Hijo de Dios de ser él su propia causa y de no permitirse a sí mismo ser el
Hijo de su Padre. 2Como consecuencia de este deseo irrealizable, él
no cree ser el efecto del Amor, sino que él mismo debe ser su propia causa
debido a lo que es. 3La causa de la curación es la única Causa de
todo 4y sólo tiene un efecto. 5En este reconocimiento no
se le adjudica ningún efecto a lo que carece de causa y no se percibe ninguno. 6Una
mente contenida en un cuerpo y un mundo poblado de otros cuerpos, cada uno de
ellos con una mente separada, es lo que constituye tus "creaciones",
y tú eres la "otra" mente que crea efectos diferentes de sí misma. 7Y
al ser su "padre", tienes que ser como ellos.
4. En realidad no ha ocurrido nada, excepto que te
quedaste dormido y tuviste un sueño en el que eras un extraño para ti mismo y
tan sólo una parte del sueño de otro. 2El milagro no te despierta,
sino que simplemente te muestra quién es el soñador. 3Te enseña que
mientras estés dormido puedes elegir entre diferentes sueños, dependiendo del
propósito que le hayas adscrito a tu soñar. 4¿Deseas sueños de
curación o sueños de muerte? 5Un sueño es como una memoria, en el
sentido de que te presenta las imágenes que quieres que se te muestren.
5. Todos tus retazos de memorias y sueños se
conservan en un almacén vacío, cuyas puertas están abiertas de par en par. 2Pero
si tú eres el soñador, puedes percibir cuando menos esto: que tú eres el
causante del sueño, y, por lo tanto, que puedes aceptar otro sueño. 3Pero
para que este cambio en el contenido del sueño tenga lugar, es esencial que te
des cuenta de que fuiste tú quien soñó el sueño que no te gusta. 4Pues
no es otra cosa que un efecto que tú causaste, y del que ya no quieres ser la
causa. 5Cuando los sueños son de asesinato y ataque, tú eres la
víctima en un cuerpo moribundo que ha sido herido. 6Pero cuando los
sueños son de perdón, a nadie se le pide ser la víctima o el que padece. 7Éstos
son los felices sueños que el milagro te ofrece a cambio de los tuyos. 8No
te pide que concibas otro sueño, sino sólo que te descuenta de que inventaste
el que quieres intercambiar por los de perdón.
6. Este mundo carece de causa, al igual que todos
los sueños que nadie jamás haya tenido en él. 2Ningún plan es
posible en él, ni hay nada que sea comprensible. 3¿Qué otra cosa se
puede esperar de lo que no tiene causa? 4Sin embargo, si no tiene
causa, tampoco tiene propósito. 5Puedes ser el causante de un
sueño, pero jamás podrás hacer que sus efectos sean reales. 6Pues
ello cambiaría su causa, y eso es precisamente lo que no puedes hacer. 7El
soñador de un sueño no está despierto ni sabe que duerme. 8En sus
sueños tiene fantasías de estar enfermo o sano, deprimido o feliz, pero sin una
causa estable con efectos garantizados.
7. El milagro establece que estás teniendo un sueño
y que su contenido no es real. 2Éste es un paso crucial a la hora
de lidiar con ilusiones. 3Nadie tiene miedo de ellas cuando se da
cuenta de que fue él mismo quien las inventó. 4Lo que mantenía vivo
al miedo era que él no veía que él mismo era el autor del sueño y no una de sus
figuras. 5Él se causa a sí mismo lo que sueña que le causó a su
hermano. 6Y esto es todo lo que el sueño ha hecho y lo que le ha
ofrecido para mostrarle que sus deseos se han cumplido. 7Y así, él
teme su propio ataque, pero lo ve venir de la mano de otro. 8Como
víctima que es, sufre por razón de los efectos del ataque, pero no por razón de
su causa. 9No es el autor de su propio ataque, y es inocente de lo
que ha causado. 10El milagro no hace sino mostrarle que él no ha
hecho nada. 11De lo que tiene miedo es de una causa que carece de
los efectos que habrían hecho de ella una causa. 12Por lo tanto,
nunca lo fue.
8. La separación comenzó con el sueño de que el
Padre estaba privado de Sus Efectos y de que era incapaz de conservarlos, pues
había dejado de ser su Creador. 2En el sueño, el soñador se hizo a
sí mismo. 3Pero lo que hizo se volvió contra él, asumiendo el papel
de creador suyo, tal como él mismo había hecho. 4Y así como él odió
a su Creador, del mismo modo las figuras del sueño lo odian a él. 5Su
cuerpo es esclavo de ellas, que abusan de él porque los motivos que él le
adjudicó al cuerpo ellas los han adoptado como propios. 6Y odian al
cuerpo por la venganza que éste quiere hacer que recaiga sobre ellas. 7Mas
la venganza de ellas contra el cuerpo es lo que parece probar que el soñador no
es el autor del sueño. 8Primero se separan efecto y causa, y luego
se invierten, de forma que el efecto se convierte en causa y la causa en
efecto.
9. Ése es el último paso de la separación, con el
que da comienzo la salvación, la cual se encamina en dirección contraria. 2Este
último paso es un efecto de lo que ha sucedido antes, que ahora parece ser la
causa. 3El milagro es el primer paso en el proceso de devolverle a
la Causa la función de ser causa y no efecto. 4Pues esta confusión
ha dado lugar al sueño, y mientras no se resuelva, despertar seguirá siendo
algo temible. 5Y la llamada a despertar no será oída, pues parecerá
ser la llamada al temor.
10. Al igual que todas las lecciones que el Espíritu
Santo te pide que aprendas, el milagro es inequívoco. 2El milagro es
la demostración de lo que Él quiere que aprendas, y te enseña que lo que te
interesa son sus efectos. 3En Sus sueños de perdón, los efectos de
tus sueños quedan des-hechos, y aquellos que eran tus enemigos acérrimos se
perciben ahora como amigos que te desean el bien. 4Ahora se ve que
vuestra enemistad jamás tuvo causa, puesto que ellos no la causaron. 5Y
puedes aceptar que fuiste tú el autor de su odio porque te das cuenta de
que no tiene efectos. 6Te has liberado del sueño lo suficiente como
para darte cuenta de que el mundo es neutral y de que no es necesario tener
miedo de los cuerpos que parecen moverse por él como entes separados. 7Por
lo tanto, no están enfermos.
11. El milagro te devuelve la causa del miedo a ti
que lo inventaste. 2Pero también te muestra, que, al no tener
efectos, no es realmente una causa porque la función de lo causativo es producir
efectos. 3Y allí donde los efectos han desaparecido, no hay causa. 4De
este modo, el cuerpo se cura gracias a los milagros, ya que éstos demuestran
que la mente inventó la enfermedad y que utilizó al cuerpo para ser la víctima,
o el efecto, de lo que ella inventó. 5Mas la mitad de la lección no
es toda la lección. 6El milagro no tiene ninguna utilidad si lo
único que aprendes es que el cuerpo se puede curar, pues no es ésta la lección
que se le encomendó enseñar. 7La lección que se le encomendó enseñar
es que lo que estaba enfermo era la mente que pensó que el cuerpo podía
enfermar. aProyectar su culpabilidad no causó nada ni tuvo efectos.
12. Este mundo está repleto de milagros. 2Se
alzan en radiante silencio junto a cada sueño de dolor y sufrimiento, de pecado
y culpabilidad. 3Representan la alternativa al sueño, la elección de
ser el soñador, en vez de negar el papel activo que has desempeñado en la
fabricación del sueño. 4Los milagros son los felices efectos de
devolver la enfermedad -la consecuencia- a su causa. 5EI cuerpo se
libera porque la mente reconoce lo siguiente: "Nadie me está haciendo esto
a mí, sino que soy yo quien me lo estoy haciendo a mí mismo". 6Y
así, la mente queda libre para llevar a cabo otra elección. 7A
partir de ahí, la salvación procederá a cambiar el rumbo de cada paso que
jamás se haya dado en el descenso hacia la separación, hasta que lo andado se
haya desandado, la escalera haya desaparecido y todos los sueños del mundo
hayan sido des-hechos.
LECCIÓN 320
Mi Padre me da todo poder.
1. El Hijo de Dios no tiene
límites. 2Su fuerza es ilimitada, así como su paz, su júbilo, y
todos los atributos con los que su Padre lo dotó en su creación. 3Lo
que dispone con su Creador y Redentor
se hace. 4Lo que su santa voluntad dispone jamás puede ser negado
porque su Padre refulge en su mente, y deposita ante ella toda la fuerza y amor
de la tierra y del Cielo. 5Yo soy aquel a quien todo esto se le da. 6Yo
soy aquel en quien reside el poder de la Voluntad del Padre.
2. Tu Voluntad puede
hacer cualquier cosa en mí y luego extenderse a todo el mundo a través de mí. 2Tu
Voluntad no tiene límites. 3Por lo tanto, a Tu Hijo se le ha dado
todo poder.
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