Mecanismo de defensa, la introyeccion.
Los seres humanos
desarrollamos complejos mecanismos de defensa que nos protegen de aquello que
parece amenazante son especies de mecanismos de supervivencia ante nuestras
neurosis.
El más común de
todos es la
proyección, en nuestras relaciones cotidianamente recurrimos a
él como una manera de no adentrarnos en nuestros procesos internos y
culpabilizar al otro de lo que ocurre en nuestro interior. Es una manera de no
asumir nuestras responsabilidades y lanzar afuera lo que somos incapaces de ver
en nosotros mismos.
Por ejemplo
suele ocurrir que una persona en el exterior es el causante de nuestra rabia,
antipatía, aversión, tristeza, ocurre de una manera inconsciente porque no se
es capaz de reconocerlo en sí mismo. Se observa muy claramente en el caso de
una madre que se ha sentido abandonada por su pareja, descarga su furia en el
niño, atribuyéndole características que ella vacía sobre el niño. Un caso muy
común es traer asuntos inconclusos con nuestros padres y arrojarlos sobre la
pareja. Por ejemplo en una relación de pareja se acusa el otro de “tener la
culpa de algo” por no ser capaz de asumir que es él mismo el que se siente
culpable.
Otra manera de
suprimir aspectos indeseables es por medio de la regresión que no es más que huir
de la realidad retrocediendo en el tiempo, se observa cuando un adulto se
“chupa el dedo” o llora desconsoladamente en posición fetal, la idea en este
caso es crearse una satisfacción para evadir o defenderse de situaciones que en
su presente pueden resultar dolorosas. Se observa mucho en las relaciones
sexuales, cuando por ejemplo se siente placer sexual con las heces fecales o la
orina, o llorar como niño luego de alcanzar un orgasmo.
Cuando una persona
tiene “el síndrome de la tortuga”, metiéndose en un cascaron que el mismo se
crea, para evadir su realidad. Se denomina introyección, por ejemplo cuando
alguien se niega a salir de casa, o no exterioriza lo que siente, alejándose de
todo su entorno. Da la sensación de estar ausente de su propio cuerpo, con una
expresión fría y lejana. Algunos insisten en denominarlo autismo. Suele darse
en momentos de crisis en personas tímidas. Prefieren “tragarse todo” a sacarlo
al exterior, se da mucho este caso en personas obesas o con problemas alimenticios.
Se dice constantemente lo que “debería” hacer, está matizado por influencias de
figuras de autoridad, que se quedaron en forma de voces interiores que lo
mantienen paralizado.
También existe la confluencia en la
que una persona se anula completamente con la finalidad de mantenerse unida a
otra, no hay diferenciación entre el tú y el yo. Se pierde totalmente la
personalidad al estar en apariencia completamente unido al otro. No reclama, ni
exige, simplemente accede a todo lo que el otro desea. Se tiende a dar en
personas con padres muy autoritarios y que aprendieron a ser los “niños buenos”
para no ser castigados por estos padres o recibir su aprobación.
Es importante
resaltar que el uso de este tipo de mecanismo de defensas es lo que hace que
muchas parejas se alejen la una de la otra, produciendo la ruptura y
sufrimiento. El aprender a reconocer cuando se usa un grupo de complejos
mecanismos que nos impiden un contacto real y permanente en las relaciones de
pareja, permite que la intimidad fluya en un ambiente de amor y fraternidad
Taller de emociones atrapadas.
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