V. Las lecciones del Espíritu Santo
1. Como cualquier buen maestro, el Espíritu Santo
sabe más de lo que tú sabes ahora, y sólo te enseña para que llegues a ser
igual que Él. 2Tú te enseñaste mal a ti mismo al creer lo que no era
cierto. 3No creíste en tu propia perfección. 4¿Iba acaso
Dios a enseñarte que habías fabricado una mente dividida, cuando Él sabe que
tu mente es íntegra? 5Lo que Dios sí sabe es que Sus canales de
comunicación no están abiertos a Él, lo cual le impide impartirles Su gozo y,
así, saber que Sus Hijos son completamente dichosos. 6El dar de Su
gozo es un proceso continuo, no en el tiempo sino en la eternidad. 7La
extensión de Dios, aunque no Su compleción, se obstruye cuando la Filiación no
se comunica con Él cual una sola. 8Así que Dios pensó: "Mis
Hijos duermen y hay que despertarlos".
2. ¿Qué podría despertar más dulcemente a un niño
que una tierna voz que no lo asusta sino que simplemente le recuerda que la
noche ya pasó y que la luz ha llegado? 2No se le dice que las
pesadillas que lo estaban aterrorizando tanto no eran reales, pues los niños
creen en la magia. 3Simplemente se le asegura que ahora está a
salvo. 4Más tarde se le enseña a distinguir la diferencia entre
estar dormido y estar despierto, para que entienda que no tiene que tener miedo
de los sueños. 5Y así, cuando vuelva a tener pesadillas, él mismo
invocará la luz para desvanecerlas.
3. Un buen maestro enseña mediante un enfoque
positivo, no mediante uno negativo. 2No hace hincapié en lo que
tienes que evitar para escapar de lo que te puede hacer daño, sino en lo que
tienes que aprender para ser feliz. 3Piensa en el miedo y en la
confusión que un niño experimentaría si le dijeran: "No hagas eso porque
es muy peligroso y te puede hacer daño, pero si haces esto otro, no te harás
daño, estarás a salvo y no tendrás miedo". 4Definitivamente es
mucho mejor usar tan solo tres palabras: "¡Haz sólo esto!" 5Esta
simple afirmación es perfectamente inequívoca y muy fácil de
entender y de recordar.
4. El Espíritu Santo nunca hace una relación
detallada de los errores porque Su intención no es asustar a los niños, y los
que carecen de sabiduría son niños. Siempre responde, no obstante, a su llamada,
y el hecho de que ellos puedan contar con Él los hace sentirse más seguros. 3Los
niños ciertamente confunden las fantasías con la realidad, y se asustan porque
no pueden distinguir la diferencia que hay entre ellas. 4El
Espíritu Santo no hace distinción alguna entre diferentes clases de sueños. 5Simplemente
los hace desaparecer con Su luz. 6Su luz es siempre la llamada a despertar,
no importa lo que hayas estado soñando 7No hay nada duradero en los
sueños, y el Espíritu Santo, que refulge con la Luz de Dios Mismo, sólo habla
en nombre de lo que perdura eternamente.
1. Cuando tu cuerpo, tu ego y tus sueños hayan
desaparecido, sabrás que eres eterno. 2Tal vez pienses que esto se
logra con la muerte, pero con la muerte no se logra nada porque la
muerte no es nada. 3Todo se logra con la vida, y la vida forma parte
del ámbito de la mente y se encuentra en la mente. 4El cuerpo ni
vive ni muere porque no puede contenerte a ti que eres vida. 5Si compartimos
la misma mente, tú puedes superar la muerte puesto que yo la superé. 6La
muerte es un intento de resolver conflictos no tomando ninguna decisión. 7Al
igual que todas las demás soluciones imposibles que el ego propugna, ésta
tampoco resultará.
2. Dios no creó el cuerpo porque el cuerpo es
destructible, y, por consiguiente, no forma parte del Reino. 2El
cuerpo es el símbolo de lo que crees ser. 3Es a todas luces un
mecanismo de separación y, por lo tanto, no existe. 4El Espíritu
Santo, como siempre, se vale de lo que tú has hecho y lo transforma en un
recurso de aprendizaje. 5Una vez más, y como siempre, reinterpreta
lo que el ego utiliza como un razonamiento en favor de la separación, y lo convierte
en una demostración contra ésta. 6Si la mente puede curar al cuerpo,
pero el cuerpo no puede curar a la mente, entonces la mente tiene que ser más
fuerte que el cuerpo. 7Todo milagro es una demostración de esto.
3. He dicho que el Espíritu Santo es la motivación
de los milagros. 2El Espíritu Santo te dice siempre que sólo la
mente es real porque es lo único que se puede compartir. 3El cuerpo
es algo separado, y, por lo tanto, no puede ser parte de ti. 4Ser de
una sola mente tiene sentido, pero ser de un solo cuerpo no tiene ningún
sentido. 5De acuerdo con las leyes de la mente, pues, el cuerpo no
tiene ningún sentido.
4. Para el Espíritu Santo no hay grados de
dificultad en los milagros. 2A estas alturas, esto debería
resultarte ya bastante familiar, aunque no es algo que todavía estés dispuesto
a creer, 3Por lo tanto, ni lo entiendes ni puedes hacer uso de ello.
4Es mucho lo que todavía nos queda por hacer en favor del Reino como
para pasar por alto este concepto tan crucial. 5Es realmente una de
las piedras angulares del sistema de pensamiento que enseño y que quiero que tú
enseñes. 6No puedes obrar milagros sin creer en él, ya que es una
creencia en la perfecta igualdad. 7El único regalo idéntico que se les puede
ofrecer a los Hijos idénticos de Dios, es apreciarlos completamente. 8Ni
más ni menos. 9Sin una gama variable, la idea de grados de
dificultad carece de sentido, y no debe haber gama alguna en lo que le ofreces
a tu hermano.
5. El Espíritu Santo, que nos conduce a Dios,
transforma la comunicación en el estado de ser, de la misma manera en que en
última instancia, transforma la percepción en conocimiento. 2No pierdes
lo que comunicas. 3El ego se vale del cuerpo para atacar, para
obtener placer y para vanagloriarse. 4La locura de esta percepción
la convierte en algo verdaderamente temible. 5El Espíritu Santo ve
el cuerpo solamente como un medio de comunicación, y puesto que comunicar es
compartir, comunicar se vuelve un acto de comunión. 6Tal vez creas
que el miedo -al igual que el amor- se puede comunicar y que, por lo tanto, se
puede compartir. 7Sin embargo, esto no es tan real como pueda
parecer a primera vista. 8Los que comunican miedo están fomentando
el ataque, y el ataque siempre interrumpe la comunicación, haciendo que ésta
sea imposible. 9Es verdad que los egos se unen en alianzas temporales,
pero siempre para ver qué es lo que cada uno puede obtener para sí mismo. 10El
Espíritu Santo comunica únicamente lo que cada uno puede darle a todos. 11Nunca
te quita nada que te haya dado, pues Su deseo es que te quedes con ello. 12Sus
enseñanzas, por lo tanto, comienzan con esta lección:
LECCIÓN 58
Hoy vamos a repasar las siguientes ideas:
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