II. La Voz que habla por Dios
1. Curar no es crear; es
reparar. 2El Espíritu Santo fomenta la curación mirando más allá de
ella hacia lo que los Hijos de Dios eran antes de que la curación fuese
necesaria, y hacia lo que serán una vez que hayan sanado. 3Esta
alteración de la secuencia temporal debería resultarte familiar, ya que es muy
similar al cambio que el milagro produce en la percepción que se tiene del
tiempo. 4El Espíritu Santo es la motivación para alcanzar
la mentalidad milagrosa; la decisión de subsanar la separación renunciando a
ella. 5Tu voluntad se encuentra todavía en ti porque Dios la ubicó
en tu mente, y aunque puedes mantenerla dormida, no puedes destruirla. 6Dios
Mismo mantiene tu voluntad viva al transmitirla desde Su Mente a la tuya
mientras perdure el tiempo. 7El milagro mismo es un reflejo de esta
unión de voluntades entre Padre e Hijo.
2. El Espíritu Santo es el espíritu del júbilo. 2Es
la Llamada a retornar con la que Dios bendijo las mentes de Sus Hijos
separados. 3Ésa es la vocación de la mente. 4Antes de la
separación la mente no tenía ninguna vocación, ya que antes de eso simplemente
era, y no habría podido entender la llamada al recto pensar. 5El
Espíritu Santo es la Respuesta de Dios a la separación; el medio a través del
cual la Expiación cura hasta que la mente en su totalidad se reincorpore al
proceso de creación.
3. Tanto
la separación como el principio que gobierna la Expiación dieron comienzo
simultáneamente. 2Cuando el ego fue engendrado, Dios puso en la
mente la llamada al júbilo. 3Esta llamada es tan poderosa que el ego
siempre se desvanece ante su sonido. 4Por eso es por lo que tienes
que elegir escuchar una de las dos voces que hay dentro de ti. 5Una
la inventaste tú, y no forma parte de Dios. 6La otra te la dio Dios,
Quien sólo te pide que la escuches. 7El Espíritu Santo se encuentra
en ti en un sentido muy literal. 8Suya es la Voz que te llama a
retornar a donde estabas antes y a donde estarás de nuevo. 9Aun en
este mundo es posible oír sólo esa Voz y ninguna otra. 10Ello
requiere esfuerzo, así como un gran deseo de aprender. 11Ésa es la
última lección que yo aprendí, y los Hijos de Dios gozan de la misma igualdad
como alumnos que como Hijos.
4. Tú eres el Reino de los Cielos, pero
permitiste que la creencia en la oscuridad se infiltrase en tu mente, por lo
que ahora necesitas una nueva luz. 2El Espíritu Santo es el
resplandor al que debes permitir que desvanezca la idea de la oscuridad. 3Suya
es la gloria ante la cual la disociación desaparece y el Reino de los Cielos
pasa a ocupar el lugar que le corresponde: 4Antes de la separación
no tenías necesidad de dirección, 5pues disponías de conocimiento,
tal como dispondrás de él de nuevo, pero como no dispones de él ahora.
5. Dios no guía porque la único que puede hacer es
compartir Su perfecto conocimiento. 2Guiar entraña evaluación, ya
que implica que hay una manera correcta de proceder y otra incorrecta, una que
se debe escoger y otra que se debe evitar. 3Al escoger una,
renuncias a la otra. 4Elegir al Espíritu Santo es elegir a Dios. 5Dios
no está dentro ti en un sentido literal, más bien, tú formas parte de Él. 6Cuando
elegiste abandonarlo te dio una Voz para que hablase por Él, pues ya no podía
compartir Su conocimiento contigo libremente. 7La comunicación
directa se interrumpió al tú inventar otra voz.
6. El Espíritu Santo te insta tanto a recordar como
a olvidar. 2Has elegido estar en un estado de oposición en el que
los opuestos son posibles. 3Como resultado de ello, hay ciertas
decisiones que tienes que tomar. 4En el estado de santidad la
voluntad es libre, de modo que su poder creativo es ilimitado y elegir no tiene
sentido. 5El poder de elegir es el mismo poder que el de crear, pero
su aplicación es diferente. 6Elegir implica que la mente está dividida.
7El Espíritu Santo es una de las alternativas que puedes elegir. 8Dios
no dejó a Sus Hijos desconsolados a pesar de que ellos decidieron abandonarlo. 9La
voz que ellos pusieron en sus mentes no era la Voz de Su Voluntad, en favor de
la cual habla el Espíritu Santo.
7. La Voz del Espíritu Santo no da órdenes porque es
incapaz de ser arrogante. 2No exige nada porque su deseo no es
controlar. 3No vence porque no ataca. 4Su Voz es
simplemente un recordatorio. 5Es apremiante únicamente por razón de
lo que te recuerda. 6Le ofrece a tu mente el otro camino,
permaneciendo serena aun en medio de cualquier confusión a que puedas dar
lugar. 7La Voz que habla por Dios es siempre serena porque habla de
paz. 8La paz es más poderosa que la guerra porque sana. 9La
guerra es división, no expansión. 10Nadie gana en la batalla. 11¿Qué
saca un hombre con ganar el mundo entero si con ello pierde su propia alma? 12Si le prestas oídos a la voz que no debes, pierdes de vista a tu alma. 13En
realidad no puedes perderla, pero puedes no conocerla. 14Por lo
tanto, te parecerá que la has "perdido" hasta que elijas correctamente.
8. El
Espíritu Santo es tu Guía a la hora de elegir. 2Reside en la parte
de tu mente que siempre habla en favor de la elección correcta porque habla por
Dios. 3Él es el último nexo de comunicación que te queda con Dios,
comunicación que puedes interrumpir, pero no destruir. 4El Espíritu
Santo es el vehículo mediante el cual la Voluntad de Dios se cumple así en la
tierra como en el Cielo. 5Tanto el Cielo como la tierra están en ti
porque la llamada de ambos está en tu mente. 6La Voz de Dios procede
de los altares que le has erigido a Él. 7Estos altares no son
objetos, son devociones. 8Sin embargo, ahora tienes otras
devociones. 9Tu devoción dividida te ha dado dos voces, y ahora
tienes que elegir en cuál de los dos altares quieres servir. 10La
llamada que contestas ahora es una evaluación porque se trata de una decisión. 11La
decisión es muy simple. 12Se toma sobre la base de qué llamada es
más importante para ti.
9. Mi mente será siempre como la tuya porque fuimos
creados iguales. 2Fue sólo la decisión que tomé lo que me dio plena
potestad tanto en el Cielo como en la tierra. 3El único regalo que
te puedo hacer es ayudarte a tomar la misma decisión. 4Inherente a
esta decisión es la decisión de compartirla, pues la decisión en sí es la decisión de compartir. 5Se
toma mediante el acto de dar, y es por lo tanto, la. única
alternativa que se asemeja a la verdadera creación. 6Yo soy tu
modelo a la hora de tomar decisiones. 7Al decidirme por Dios te mostré que es
posible tomar esta decisión y que tú la puedes tomar.
10. Te he asegurado que la Mente que decidió por mí
se encuentra también en ti, y que puedes permitirle que te transforme, tal como
me transformó a mí. 2Esta Mente es inequívoca porque sólo oye una
Voz y contesta de una sola manera. 3Tú eres la luz del mundo junto
conmigo. 4El descanso no se deriva de dormir sino de despertar. 5El
Espíritu Santo es la llamada a despertar y a regocijarse. 6El mundo
está muy cansado porque es la idea del cansancio. 7Nuestra jubilosa tarea
es la de despertarlo a la Llamada a Dios. 8Todos responderán a la
Llamada del Espíritu Santo, ya que, de lo contrario, la Filiación no sería una.
9¿Qué mejor vocación puede haber para cualquier parte del Reino que
la de restituirlo a la perfecta integración que le devuelve la plenitud? 10Escucha
sólo esto a través del Espíritu Santo en ti, y enseña a tus hermanos a escuchar
tal como yo te estoy enseñando a ti.
11. Cuando te sientas tentado por la voz falsa,
recurre a mí para que te recuerde cómo sanar compartiendo mi decisión,
haciéndola así aún más firme. 2Al compartir este objetivo,
aumentaremos su poder para atraer a toda la Filiación y para restituirla
nuevamente a la unicidad* en la que fue creada. 3Recuerda
que "yugo" quiere decir “unión”, y “carga” significa “mensaje”. 4Reformulemos
la frase "Mi yugo es llevadero y mi carga ligera" de esta forma:
"Unámonos, pues mi mensaje es la Luz".
12. Te he pedido encarecidamente que te comportes
tal como yo me comporté, pero para eso tenemos que responder a la misma Mente. 2Esa
Mente es el Espíritu Santo, Cuya Voluntad dispone siempre en favor de Dios. 3El
Espíritu Santo, te enseña cómo tenerme a mí de modelo para tu pensamiento, y,
consecuentemente, a comportarte como yo. 4El poder de nuestra
motivación conjunta está más allá de lo que se puede creer, pero no más allá de
lo que se puede lograr. 5Lo que juntos podemos lograr es ilimitado
porque la Llamada a Dios es la llamada a lo ilimitado. 6Hijo de
Dios, mi mensaje es para ti, para que lo oigas y se lo transmitas a otros a
medida que respondes al Espíritu Santo en ti.
2. En Dios no puedes ver. 2La percepción no
tiene ninguna función en Dios, y no existe. 3Pero en la salvación,
que es el proceso de erradicar lo que nunca fue, la percepción tiene un
propósito sumamente importante. 4Habiéndola inventado el Hijo de
Dios para un propósito no santo, tiene que convertirse ahora en el medio a
través del cual se le restaura su santidad en su conciencia. 5La percepción no tiene significado. 6Sin
embargo, el Espíritu Santo le otorga un significado muy parecido al de Dios. 7Una
percepción que ha sanado se convierte en el medio por el que el Hijo
de Dios perdona a su hermano, y, por ende, se perdona a sí mismo.
3. No puedes ver separado de
Dios porque no puedes estar separado de Dios. 2Todo lo que haces,
lo haces en Él, porque todo lo que piensas, lo piensas con Su Mente. 3Si
la visión es real, y es real en la medida en que comparte el propósito del
Espíritu Santo, entonces no puedes ver separado de Dios.
4. Hoy son necesarias tres
sesiones de práctica de cinco minutos cada una. 2La primera debe
hacerse lo más temprano que puedas; la segunda lo más tarde posible, y la tercera en
el momento más oportuno y adecuado que las circunstancias y la buena
disposición permitan. 3Al comienzo de estas sesiones repite la idea
de hoy para tus adentros con los ojos cerrados. 4Luego mira a tú
alrededor brevemente, aplicando la idea específicamente a lo que veas. 5Cuatro
o cinco objetos durante esta fase de la sesión de práctica serán suficientes. 6Podrías
decir, por ejemplo:
9Dios es mi Fuente. 10No
puedo ver ese cuadro separado de Él.
4Veo a través de los ojos del perdón.
5Veo el mundo
como un lugar bendito.
6El mundo me puede mostrar quién soy.
7Veo mis propios
pensamientos, que son como los de Dios.
6.
Si ves que tu mente se distrae o si comienzas
a notar la presencia de pensamientos que están en clara oposición a la idea de
hoy, o si te resulta imposible pensar en algo, abre los ojos, repite la primera
fase del ejercicio, y luego intenta de nuevo la segunda. 2No dejes
transcurrir grandes lapsos de tiempo en los que te enfrascas en pensamientos
irrelevantes. 3Para evitar eso, vuelve a la primera fase del
ejercicio cuantas veces sea necesario.
7.
Al aplicar la idea de hoy durante las
sesiones de práctica más cortas, la forma de la idea puede variar de acuerdo
con las circunstancias y situaciones en las que te encuentres en el transcurso
del día. 2 Cuando estés con otra persona, por ejemplo, trata de
acordarte de decirle silenciosamente:
8. La idea de hoy
también debe aplicarse en el transcurso del día a las diversas situaciones y
acontecimientos que puedan presentarse, especialmente a aquellos que de alguna forma parezcan afligirte. 2A tal fin, aplica
la idea de esta manera:
No hay comentarios:
Publicar un comentario