III. Amor
sin conflicto
1. Es
difícil entender lo que realmente quiere decir "El Reino de los Cielos
está dentro de ti". 2Ello se debe a que no es comprensible
para el ego, que lo interpreta como si algo que está afuera estuviese adentro;
lo cual no tiene sentido. 3La palabra "adentro" es
innecesaria. 4Tú eres el Reino de los Cielos. 5¿Qué otra
cosa sino a ti creó el Creador?, y ¿qué otra cosa sino tú es Su Reino? 6Éste
es el mensaje de la Expiación, mensaje que, en su totalidad, transciende la
suma de sus partes. 7Tú también tienes un Reino que tu espíritu
creó. 8Éste no ha dejado de crear como consecuencia de las ilusiones
del ego. 9Tus creaciones no son huérfanas, de la misma manera en que
tú tampoco lo eres. 10Tu ego y tu espíritu nunca serán co-creadores,
pero tu espíritu y tu Creador lo serán siempre. 11Ten por seguro que
tus creaciones están tan a salvo como tú.
12El Reino está perfectamente unido y
perfectamente
protegido, y
el ego no prevalecerá contra él. 13Amén.
2. Esto se
ha escrito en forma de oración porque así puede serte más útil en momentos de
tentación. 2Es una declaración de independencia. 3La
encontrarás muy provechosa si la entiendes cabalmente. 4El que
necesites mi ayuda se debe a que has negado a tu propio Guía, y, por
consiguiente, necesitas ser guiado. 5Mi papel consiste en separar lo
falso de lo verdadero, para que la verdad pueda traspasar las barreras que el
ego ha erigido y así brillar en tu mente. 6El ego no puede imperar
en contra de nuestra fuerza conjunta.
3. Es seguro
que a estas alturas resulta evidente por qué el ego considera que el espíritu
es su "enemigo". 2El ego surgió como resultado de la
separación, y la continuidad de su existencia depende de que tú sigas creyendo
en la separación. 3El ego tiene que ofrecerte algún tipo de
recompensa para que sigas abrigando esta creencia. 4Lo único que
puede ofrecerte es una sensación de existencia temporal que se origina con su
propio comienzo y termina con su propio final. 5Te dice que esa vida
es tu existencia porque es la suya propia. 6Frente a ésta sensación
de existencia temporal, el espíritu te ofrece el conocimiento de la permanencia
y de la inmutabilidad del estado de ser. 7Nadie que haya experimentado
la revelación de esto puede volver a creer completamente en el ego otra vez. 8¿Cómo
iba a poder imperar su miserable oferta por encima del glorioso regalo que Dios
te hace?
4. Tú que te
identificas con el ego no puedes creer que Dios te ame. 2No amas lo
que hiciste, y lo que hiciste no te ama a ti. 3El ego, que fue
engendrado como resultado de tú haber negado al Padre, no le guarda lealtad a
su hacedor. 4No puedes ni imaginarte la relación real que existe
entre Dios y Sus creaciones debido al odio que le tienes al ser que fabricaste.
5Proyectas sobre el ego tu decisión de estar separado, y esto entra
en conflicto con el amor que, por ser su hacedor, sientes por él. 6No
hay amor en este mundo que esté exento de esta ambivalencia, y puesto que
ningún ego ha experimentado amor sin ambivalencia, el amor es un concepto que
está más allá de su entendimiento. 7El amor aflorará de inmediato en
cualquier mente que de verdad lo desee, pero tiene que desearlo de verdad. 8Esto
quiere decir desearlo sin ninguna ambivalencia, y esta forma de desear está
completamente desprovista de la "compulsión de obtener" del ego.
5. Existe
una clase de experiencia tan diferente de todo lo que el ego pudiera ofrecerte
que nunca más querrás volver a encubrirla u ocultarla. 2Es necesario
repetir que tu creencia en la oscuridad y en la ocultación es la razón de que
la luz no pueda pasar. 3La Biblia hace referencia frecuentemente a
los inconmensurables dones que te aguardan, pero que tienes que pedir. 4Ésta
no es una condición como las que el ego establece, 5sino que es la
gloriosa condición de lo que tú eres.
6. Ninguna
fuerza excepto tu propia voluntad es lo suficientemente fuerte o digna como
para poder guiarte. 2En esto eres tan libre como Dios, y así será
eternamente. 3Pidámosle al Padre en mi nombre que te mantenga
consciente de Su Amor por ti y del tuyo por Él. 4Él nunca ha dejado
de responder a este ruego, pues lo único que éste pide es lo que Su Voluntad ya
ha dispuesto. 5Quienes piden sinceramente siempre reciben respuesta.
6No debes anteponer otros dioses a Él porque no hay otros dioses.
7. Nunca se
te ha ocurrido realmente renunciar a todas las ideas que jamás hayas tenido que
se oponen al conocimiento. 2Conservas miles de retazos de temor que
le impiden la entrada al Santísimo. 3La luz no puede filtrarse a
través de los muros que levantas para obstruir su paso, y nunca estará
dispuesta a destruir lo que tú has hecho. 4Nadie puede ver a través
de un muro, pero yo puedo transponerlo. 5Mantente alerta contra los
retazos de miedo que aún conservas en tu mente o, de lo contrario, no podrás
pedirme que lo transponga. 6Sólo puedo ayudarte tal como nuestro
Padre nos creó. 7Te amaré, te honraré y respetaré absolutamente lo
que has hecho, pero no lo apoyaré a menos que sea verdad. 8Nunca te
abandonaré tal como Dios tampoco te abandonará, pero tengo que esperar,
mientras tú continúes eligiendo abandonarte a ti mismo. 9Debido a
que espero con amor y no con impaciencia, es indudable que me pedirás con
sinceridad que lo transponga. 10Vendré en respuesta a toda llamada
inequívoca.
8. Examina
detenidamente qué es lo que estás realmente pidiendo. 2Sé muy
honesto contigo mismo al respecto, pues no debemos ocultarnos nada el uno al
otro. 3Si realmente tratas de hacer esto, habrás dado el primer paso
en el proceso de preparar a tu mente a fin de que el Santísimo pueda entrar en
ella. 4Nos prepararemos para ello juntos, pues una vez que Él haya
llegado, estarás listo para ayudarme a preparar otras mentes a que estén listas
para Él. 5¿Hasta cuándo vas a seguir negándole Su Reino?
9. En tu
propia mente, aunque negada por el ego, se encuentra la declaración que te hará
libre: 2Dios te ha dado todo. 3Este simple hecho
significa que el ego no existe, y esto le atemoriza mortalmente. 4En
el lenguaje del ego, "tener" y "ser" significan dos cosas
distintas, si bien para el Espíritu Santo son exactamente lo mismo. 5El
Espíritu Santo sabe que lo "tienes" todo y que lo "eres"
todo. 6Cualquier distinción al respecto es significativa solamente
cuando la idea de "obtener", que implica carencia, ha sido previamente
aceptada. 7Por eso es por lo que no hacemos ninguna distinción
entre tener el Reino de Dios y ser el Reino de Dios.
10. Al
sereno ser del Reino de Dios, del que eres perfectamente consciente cuando
estás en tu sano juicio, se le expulsa sin miramientos de aquella parte de la
mente que el ego rige. 2El ego está desesperado porque se enfrenta a
un contrincante literalmente invencible, tanto si estás dormido como si estás
despierto. 3Observa cuánta vigilancia has estado dispuesto a ejercer
para proteger a tu ego, y cuán poca para proteger a tu mente recta. 4¿Quién,
sino un loco, se empeñaría en creer lo que no es cierto, y en defender después
esa creencia a expensas de la verdad?
LECCIÓN 35
Mi mente es parte de la de Dios. Soy muy
santo.
1. La idea de hoy no describe la manera
como te ves a ti mismo ahora. 2Describe, no obstante, lo que la
visión te mostrará. 3A todo aquel que cree estar en este mundo le
resulta muy difícil creer esto de sí mismo. 4Sin embargo, la razón
por la que cree estar en este mundo es porque no lo cree.
2. Crees que formas parte del lugar donde
piensas que estás. 2Eso se debe a que te rodeas del medio ambiente
que deseas. 3Y lo deseas
para proteger la imagen que has forjado de ti mismo. 4La imagen
también forma parte de ese medio ambiente. 5Lo que ves mientras
crees estar en él, lo ves a través de los ojos de la imagen. 6Eso no
es visión. 7Las imágenes no pueden ver.
3. La idea de hoy presenta una
perspectiva de ti muy diferente. 2Al establecer tu Origen establece también tu Identidad, y te describe como
realmente debes ser en verdad. 3La manera en que vamos a aplicar la
idea de hoy es ligeramente diferente, ya que el énfasis recae hoy en el que
percibe en vez de en lo que éste percibe.
4. Comienza cada una de las tres sesiones
de práctica de hoy de cinco minutos cada una repitiendo la idea para tus
adentros, luego cierra los ojos y escudriña tu mente en busca de los diversos
términos descriptivos que te adjudicas a ti mismo. 2Incluye todos
los atributos basados en el ego que te adscribes, sean positivos o negativos,
deseables o indeseables, halagadores o denigrantes. 3Todos son
igualmente irreales porque en ellos no te ves a ti mismo con los ojos de la
santidad.
5. En la primera parte del período de
búsqueda mental, probablemente pondrás mayor énfasis en lo que consideres son
los aspectos más negativos de tu auto-percepción. 2Hacia el final
del ejercicio, no obstante, es probable que lo que te venga a la mente sean los
términos descriptivos más auto-engrandecedores. 3Trata de reconocer
que no importa en qué dirección se inclinen las fantasías que albergas acerca
de ti mismo. 4En realidad, las fantasías no se inclinan en ninguna
dirección. 5Simplemente no son verdaderas.
6. Una lista adecuada para la aplicación de la
idea de hoy, la cual no ha sido seleccionada conscientemente, podría ser:
2Me veo a mí mismo como alguien del que otros
abusan.
3Me veo a mí mismo como alguien que está deprimido.
4Me veo a mí mismo como un fracaso.
5Me veo a mí mismo como alguien que está en peligro.
6Me veo a mí mismo como un inútil.
7Me veo a mí
mismo como un vencedor.
8Me veo a mí mismo como un perdedor.
9Me veo a mí mismo como una persona caritativa.
10Me veo a mí mismo como una persona virtuosa.
7. No debes
pensar acerca de estos términos de manera abstracta. 2Se te ocurrirán a medida que te vengan a la mente
diversas personalidades, situaciones o acontecimientos en los que tú figuras. 3Escoge
cualquier situación en particular que se te ocurra, identifica el término o
términos descriptivos que consideres pertinentes a tus reacciones a esa
situación, y úsalos para aplicar la idea de hoy. 4Después que hayas
nombrado cada uno de ellos, añade:
5Pero mi mente es parte de la de Dios. 6Soy muy santo.
8. Durante las sesiones de práctica más largas
probablemente habrá intervalos en los que no se te ocurra nada en particular. 2No
te esfuerces en pensar cosas concretas para ocupar dichos intervalos, sino
simplemente relájate y repite la idea de hoy lentamente hasta que se te ocurra
algo. 3Si bien no debes omitir nada de lo que se te ocurra durante
los ejercicios, no se debe "sacar" nada a la fuerza. 4No
se debe usar ni fuerza ni discriminación.
9. Tan a menudo como sea posible en el transcurso del
día, aplica la idea de hoy a cada atributo o atributos que te estés adjudicando
en ese momento, añadiendo la idea en la forma indicada más arriba. 2Si
no se te ocurre nada en particular, repite simplemente la idea en tu interior
con los ojos cerrados.
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