LECCIÓN 40
Soy bendito por ser un Hijo de
Dios.
1. Comenzamos hoy
a afirmar algunas de las bienaventuranzas a las que tienes derecho por ser
quien eres. 2Hoy no se requieren largas sesiones de práctica, sino
muchas cortas y frecuentes. 3Lo ideal sería una cada diez minutos, y
se te exhorta a que trates de mantener este horario y a adherirte a él siempre
que puedas. 4Si te olvidas, trata de nuevo. 5Si hay largas
interrupciones, trata de nuevo. 6Siempre que te acuerdes, trata de
nuevo.
2. No es preciso
que cierres los ojos durante los ejercicios, aunque probablemente te resultará
beneficioso hacerlo. 2Mas puede que durante el día te encuentres en
situaciones en las que no puedas cerrar los ojos. 3No obstante, no
dejes de hacer la sesión por eso. 4Puedes practicar muy bien en
cualquier circunstancia, si realmente deseas hacerlo.
3. Los ejercicios
de hoy no requieren ningún esfuerzo ni mucho tiempo. 2Repite la idea
de hoy y luego añade varios de los atributos que asocias con ser un Hijo de
Dios, aplicándotelos a ti mismo. 3Una sesión de práctica, por
ejemplo, podría consistir en lo siguiente:
4Soy bendito por
ser un Hijo de Dios.
5Soy feliz y estoy
en paz; soy amoroso y estoy contento.
6Otra podría ser, por ejemplo:
7Soy bendito por
ser un Hijo de Dios.
8Estoy calmado y
sereno; me siento seguro y confiado.
9Si sólo dispones de un momento,
basta con que simplemente te digas a ti mismo que eres bendito por ser un Hijo
de Dios.
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