II. La alternativa a la proyección
1. Cualquier división en la mente conlleva por
fuerza el rechazo de una parte de ella misma, y eso es lo que es la creencia en la separación. 2La
plenitud de Dios, que constituye Su paz, no puede ser apreciada salvo por una
mente íntegra que reconozca la plenitud de la creación de Dios. 3Mediante
ese reconocimiento, dicha mente conoce a su Creador. 4Exclusión y
separación son sinónimos, al igual que separación y disociación. 5Dijimos
anteriormente que la separación fue y sigue siendo un acto de disociación, y
que una vez que tiene lugar, la proyección se convierte en su defensa
principal, o, en otras palabras, el mecanismo que la mantiene vigente. 6La
razón de ello, no obstante, puede que no sea tan obvia como piensas.
2. Repudias lo que proyectas, por lo tanto, no crees
que forma parte de ti. 2Te excluyes a ti mismo al juzgar que eres
diferente de aquel sobre el que proyectas. 3Puesto que también has
juzgado contra lo que proyectas, continúas atacándolo porque continúas
manteniéndolo separado dé ti. 4Al hacer esto de manera inconsciente,
tratas de mantener fuera de tu conciencia el hecho de que te has atacado a ti
mismo, y así te imaginas que te has puesto a salvo.
3. La proyección, sin embargo, siempre te hará daño.
2La proyección refuerza tu creencia de que tu propia mente está
dividida, creencia ésta cuyo único propósito es mantener vigente la separación.
3La proyección no es más que un mecanismo del ego para hacerte
sentir diferente de tus hermanos y separado de ellos. 4El ego
justifica esto basándose en el hecho de que ello te hace parecer
"mejor" que tus hermanos, y de esta manera empaña tu igualdad con
ellos todavía más. 5La proyección y el ataque están inevitablemente
relacionados, ya que la proyección es siempre un medio para justificar el ataque.
6Sin proyección no puede haber ira. 7 El ego utiliza la
proyección con el solo propósito de destruir la percepción que tienes de ti
mismo y de tus hermanos. 8El proceso comienza excluyendo algo que
existe en ti, pero que repudias, y conduce directamente a que te excluyas a ti
mismo de tus hermanos.
4. Hemos aprendido, no obstante, que hay una alternativa a la proyección. 2Todas
las capacidades del ego se pueden emplear para un propósito mejor, ya que sus
capacidades las dirige la mente, que dispone de una Voz mejor. 3El
Espíritu Santo extiende y el ego proyecta. 4Del mismo modo en que
los objetivos de ambos son opuestos, así también lo son sus resultados.
5. El Espíritu Santo comienza percibiendo
tu perfección. 2Como sabe que esa perfección es algo que todos
comparten, la reconoce en otros, y así la refuerza tanto en ti como en ellos. 3En
vez de ira, esto suscita amor tanto en ellos como en ti porque establece el
estado de inclusión. 4Puesto que percibe igualdad, el Espíritu Santo
percibe en todos las mismas necesidades. 5Esto invita automáticamente
a la Expiación porque la Expiación es la necesidad universal de este mundo. 6Percibirte
a ti mismo de esta manera es la única forma de hallar felicidad en el mundo. 7Eso
se debe a que es el reconocimiento de que tú no estás en este mundo, pues el
mundo es un lugar infeliz.
6. ¿De qué otra forma puedes encontrar dicha en un
lugar desdichado, excepto dándote cuenta de que no estás en él? 2Tú
no puedes estar donde Dios no te ubicó, y Dios te creó como parte de Él. 3Eso
es al mismo tiempo donde estás y lo que eres. 4Esto es alga
completamente inalterable. 5Es inclusión total. 6No
puedes cambiarlo ahora ni nunca.. 7Es verdad para siempre. 8No
es una creencia, sino un Hecho. 9Todo lo que Dios creó es tan
verdadero como Él. 10La verdad de ello radica solamente en su
perfecta inclusión en Aquel que es el único que es perfecto. 11Negar
esto es negarte a ti mismo y negarlo a Él, puesto que es imposible aceptar a
uno sin el otro.
7. La perfecta igualdad que el Espíritu Santo
percibe es el reflejo de la perfecta igualdad-del conocimiento de
Dios. 2La percepción del ego no tiene equivalente en Dios, pero el
Espíritu Santo sigue siendo el puente entre la percepción y el conocimiento. 3Al
permitirte usar la percepción de forma que refleje el conocimiento, éste
finalmente podrá ser recordado. 4El ego preferiría creer que es
imposible que ese recuerdo alboree en tu mente, sin embargo, es tu percepción
lo que el Espíritu Santo guía. 5Tu percepción acabará allí donde
comenzó. 6Todo converge en Dios porque todo fue creado por Él y en
Él.
8. Dios creó a Sus Hijos extendiendo Su Pensamiento
y conservando las extensiones de Su Pensamiento en Su Mente. 2Todos
Sus Pensamientos están, por lo tanto, perfectamente unidos dentro de sí mismos
y entre sí. 3El Espíritu Santo te capacita para poder percibir esta
plenitud ahora. 4Dios te
creó para que creases. 5No puedes extender Su Reino hasta que no
conozcas la plenitud de éste.
9. Los pensamientos se originan en la mente del
pensador, y desde ahí se extienden hacia afuera. 2Esto es tan cierto
del Pensamiento de Dios como del tuyo. 3Puesto que tu mente está
dividida, puedes percibir y también pensar. 4No obstante, la
percepción no puede eludir las leyes básicas de la mente. 5Percibes
desde tu mente y proyectas tus percepciones al exterior. 6Aunque la
percepción es irreal, el Espíritu Santo puede usarla provechosamente por el
.hecho de que tú la concebiste. 7Él puede inspirar cualquier
percepción y canalizarla hacia Dios. 8Esta convergencia parece
encontrarse en un futuro lejano sólo porque tu mente no está en perfecta
armonía con esta idea y, consecuentemente, no la desea ahora.
10. El Espíritu Santo hace uso del tiempo, pero no cree
en, él. 2Puesto que Él procede de Dios, usa todo para el bien, pero
no cree en lo que no es verdad. 3Puesto que se encuentra en tu
mente, ésta sólo puede creer lo que es verdad. 4El Espíritu Santo
puede hablar únicamente en favor de eso porque habla en favor de Dios. 5Te
insta a que le devuelvas toda tu mente a Dios, ya que en realidad tu mente
nunca se separó de Él. 6Si nunca se separó de Él, sólo tienes que
percibirla tal como es para que retorne a Él. 7Tener plena
conciencia de la Expiación es, por lo tanto, reconocer que la separación nunca tuvo lugar. 8El
ego no puede prevalecer contra esto porque ello es una afirmación explícita de
que él nunca existió.
11. El ego puede aceptar la idea de que es necesario
retornar porque puede, con gran facilidad, hacer que ello parezca difícil. 2Sin
embargo, el Espíritu Santo te dice que incluso el retorno es innecesario
porque lo que nunca ocurrió no puede ser difícil. 3Mas tú puedes hacer que la idea de retornar sea a la
vez necesaria y difícil. 4Con todo, está muy claro que los que son
perfectos no tienen necesidad de nada, y tú no puedes experimentar la
perfección como algo difícil de alcanzar, puesto que eso es lo que eres. 5Así
es como tienes que percibir las creaciones de Dios, de modo que todas tus percepciones
estén en línea con la única manera de ver del Espíritu Santo. 6Esta
línea es la línea directa de comunicación con Dios, y le permite a tu mente
converger con la Suya. 7Nada está en conflicto en esta percepción,
ya que significa que toda percepción está guiada por el Espíritu Santo, cuya
Mente está fija en Dios. 8Sólo el Espíritu Santo puede resolver
conflictos porque sólo el Espíritu Santo está libre de conflictos. 9Él
percibe únicamente lo que es verdad en tu mente, y lo extiende sólo a lo que
es verdad en otras mentes.
12. La diferencia entre la proyección del ego y la
extensión del Espíritu Santo es muy simple. 2El ego proyecta para
excluir, y, por lo tanto, para engañar. 3El Espíritu Santo extiende
al reconocerse a Sí Mismo en cada mente, y de esta manera las percibe a todas
como una sola. 4Nada esta en conflicto en esta percepción porque lo
que el Espíritu Santo percibe es todo igual. 5Dondequiera que mira
se ve a Sí Mismo y, puesto que está unido, siempre ofrece el Reino en su
totalidad. 6Éste es el único mensaje que Dios le dio, en favor del
cual tiene que hablar porque eso es lo que Él es. 7La paz de Dios
reside en ese mensaje, y, por consiguiente, la paz de Dios reside en ti. 8La
gran paz del Reino refulge en tu mente para siempre, pero tiene que irradiar
desde ti hacia afuera para que tomes conciencia de ella.
13. El Espíritu Santo te fue dado con perfecta
imparcialidad, y a menos que lo reconozcas imparcialmente no podrás reconocerlo
en absoluto. 2El ego es legión, pero el Espíritu Santo es uno. 3No
hay tinieblas en ninguna parte del Reino, y tu papel sólo consiste en impedir
que las tinieblas moren en tu mente. 4Ésta armonía con la luz es
ilimitada porque está en armonía con la luz del mundo. 5Cada uno de nosotros
es la luz del mundo, y al unir nuestras mentes en esa luz proclamamos el Reino
de Dios juntos y cual uno solo.
LECCIÓN 53
Hoy repasaremos lo siguiente:
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