LECCIÓN 47
Dios es la fortaleza en la que confío.
1. Si sólo confías en tus
propias fuerzas, tienes todas las razones del mundo para sentirte aprensivo,
ansioso y atemorizado. 2¿Qué puedes predecir o controlar? 3¿Qué
hay en ti con lo que puedas contar? 4¿Qué te podría capacitar para
ser consciente de todas las facetas de un problema, y de resolverlos de tal
manera que de ello sólo resultase lo bueno? 5¿Qué hay en ti que te
permita poder reconocer la solución correcta, y garantizar su consecución?
2. Por ti mismo no puedes hacer ninguna de esas cosas. 2Creer
que puedes es poner tu confianza en algo que no es digno de ella, y justificar
el miedo, la ansiedad, la depresión, la ira y el pesar. 3¿Quién
puede depositar su fe en la debilidad y sentirse seguro? 4Por otra
parte, ¿quién puede depositar su fe en la fortaleza y sentirse débil?
3. Dios es tu seguridad en toda circunstancia. 2Su
Voz habla por Él en toda situación y en todos los aspectos de cada situación,
diciéndote exactamente qué es lo que tienes que hacer para invocar Su fortaleza y Su protección. 3En
esto no hay excepciones porque en Dios no hay excepciones. 4Y la Voz
que habla por Él piensa como Él.
4. Hoy trataremos de llegar más allá de tu debilidad hasta la Fuente
de la verdadera fortaleza. 2Son necesarias hoy cuatro sesiones de
práctica de cinco minutos cada una, aunque se te exhorta a que hagas más y a
que les dediques más tiempo. 3Cierra los ojos y comienza como de
costumbre repitiendo la idea de hoy. 4Luego dedica un minuto o dos a
buscar situaciones en tu vida que hayas revestido de temor, y desecha cada una
de ellas diciéndote a ti mismo:
5Dios es la
fortaleza en la que confío.
5. Trata ahora de deslizarte más allá de todas las
preocupaciones relacionadas con tu propia sensación de insuficiencia. 2Es obvio que cualquier situación que te causa inquietud
está asociada con sentimientos de insuficiencia, pues, de lo contrario,
creerías que puedes lidiar con la situación con éxito. 3Confiando en
ti mismo no es la manera de adquirir confianza. 4Mas la fortaleza de
Dios en ti tiene éxito en todo.
6. Reconocer tu propia debilidad es un paso necesario para la corrección de tus
errores, pero no es suficiente para darte la confianza que necesitas, y a la
que tienes derecho. 2Debes adquirir asimismo la conciencia de que
confiar en tu verdadera fortaleza está plenamente justificado en relación con
todo y en toda circunstancia.
7. En la última fase de cada sesión de práctica, trata de llegar muy hondo
dentro de tu mente a un lugar de verdadera seguridad. 2Reconocerás
que has llegado cuando sientas una profunda sensación de paz, por muy breve que
sea. 3Despréndete de todas las trivialidades que bullen y burbujean
en la superficie de tu mente, y sumérgete por debajo de ellas hasta llegar al
Reino de los Cielos. 4Hay un lugar en ti donde hay perfecta paz. 5Hay
un lugar en ti en el que nada es imposible. 6Hay un lugar en ti
donde mora la fortaleza de Dios.
8. Repite la idea frecuentemente en el transcurso del día. 2Úsala
como respuesta a cualquier cosa que te perturbe. 3Recuerda que
tienes derecho a la paz porque estás depositando tu confianza en la fortaleza
de Dios.
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